-
Mm...cielo dejame dormir- se quejaba Marina, pero ni modo. Al bebé
en su vientre, le dió igual su queja y que tratase de calmarlo
acariciándose la barriga entre acabar por despertarse o conseguir
volver a dormir. Debía ser tempranísimo e Inés, dormía
plácidamente entre sus hinchadas bufas y la barriga con el bebé
saltarín que al final, en un nuevo giro, terminaba por despertarla.
Pues nada, si intentaba seguir durmiendo lo único que conseguiría
sería ponerse de mala leche. Mejor plan, sobre todo para su humor,
era ponerse a acariciar al trapecista que vivía en su barriga y a la
dormilona piloto- Consentidos....yo soy la embarazada, debería ser
la mimada- les murmuró a ambos, suspirando tranquila.
martes, 30 de septiembre de 2014
lunes, 29 de septiembre de 2014
112- Emergencias 69
No
es que fuese muy equivocado el padre de Xavier. Podía montarse en
cualquier momento. Pero no por su hijo o si, quizás en parte por él
si. Pasado el momento pañuelo, Marina se dedicó a poner al tanto a
Ines de lo hablado antes de que ella llegase a la cena. Los asuntos
tratados habían variado desde los gastos médicos del embarazo hasta
los posibles riegos del parto. Ese punto fue el que mas escoció a
Ines. En caso de que a Marina le ocurriese algo durante el parto,
el bebe quedaría bajo la guarda y custodia del padre. Totalmente
lógico pero sumamente jodido. Porque esa era su realidad, a efectos
legales ella no era nadie respecto al pequeño pájaro o eso creía
Xavier.
viernes, 26 de septiembre de 2014
112- Emergencias 68
Loco,
tierno, romántico y sobre todo, tan de Nacho. Desde que comenzará
el curso de Azafata de vuelo, apenas habían podido coincidir y en la
mayoría de las ocasiones hacía sido junto a Laura. Bueno, no podía
culparlo. Las dos escapadas de los tres juntos, dejaron más de un
brecha abierta entre ellos. Por eso fue mucho más emotivo
encontrarlo cómo pasajero de ese avión, tanto como lo había sido
que Susana hubiese ido a verla, pero distinto.
jueves, 25 de septiembre de 2014
112- Emergencias 67
Marina
jodida, según su propia madre sin haber follado, algo que suma
puntos negativos, con lo cual arriesgando en matemáticas, quiere
decir que disminuía su estado "guay" y "molón".
Laura también jodida, tras su breve explicación se puede concluir,
con riesgo a no equivocarnos, que era por falta de sexo, como había
pronósticado Lucía y ésta, nada pero nada de absolutamente nada
jodida y lo de follar pues...nadie había hecho ningún pronóstico
ni mucho menos aseveración sobre ello.
miércoles, 24 de septiembre de 2014
112- Emergencias 66
Una
mañana más como otra cualquiera o no. Marina y Karla, compartirán
en el mismo momento pero a kilómetros, la misma tarea, contemplarse
en un espejo de pie. Claro que, lo hacían de distinta forma.
Karla sintiéndose extraña, sólo para sus trabajos como azafata de
congresos podía vestirse así. Falda encajada sobre las rodillas tan
azul como su corta americana, diferenciadas de su camisa blanca- Ay
Dios- tuvo que murmurar sin poder llegar a creérselo.
martes, 23 de septiembre de 2014
112- Emergencias 65
Lucía
ya se había marchado del Púb, dejando allí a Laura y Nacho. No se
podía catalogar de algo extraño, pero que ambos se quedarán ahí,
sin conversar con los conocidos de siempre, sin tontear con nadie y
sin ninguna apetencia de "caza" si era bien extraño,
entendiendo que ambos, eran extremadamente sociales.
lunes, 22 de septiembre de 2014
112- Emergencias 64
Caminos
con baches, a veces más hondos, a veces más pequeños y otros
remendados con capas de alquitrán, que se agrietan a la larga. Ese
podía ser el camino de Karla. Una carretera convencional para la que
nunca hay presupuesto. Un remiendo aquí, otro allí y en cuanto cae
una buena tunda de agua, socavon de la leche.
viernes, 19 de septiembre de 2014
112- Emergencias 63
- Que razón tenía mi peque, es todo tan intenso, drama of drama, woman to woman...porque ya lo cantó Areta.. Oh baby, what you done to me? You make me feel so good inside and I just wanna be close to you. You make me feel so alive- lo que ella creía era un pensamiento, no lo era e Inés la miraba con las cejas arqueadas. Que no conocería la canción estaba claro para Laura. Pero my good, Inés afligida se veía tan pero tan apetecible, que no se aguantó las ganas y tiró de ella empotrándola contra la puerta- Baby...medio llorosa estas aún más cañón y yo soy una mujer muy caliente. Siente la tensión sexual fluyendo entre nosotras, está sin resolver y eso me moja muy mucho.-
jueves, 18 de septiembre de 2014
112- Emergencias 62
Podría
parecer que la más sorprendida era Inés, sentada en su coche
prácticamente en la puerta de Marina, viendo salir de ella a Xavier.
Pero no era así, por mucho que los celos la atravesarán de arriba a
abajo haciéndola apretar dientes, como no recordaba. Puede que al
final, su Tía tuviese razón. Para llevar algo así, debían
demostrar una madurez absoluta, sin dejar que elementos ajenos
enturbiaran su relación. Fácil, puede parecer fácil, pero verlo
saliendo de casa de Marina, era la confirmación de que quisiera o
no, ese tipo ya formaba parte de sus vidas.
miércoles, 17 de septiembre de 2014
Detrás de un gran hombre.....
Dicen que detrás de un gran hombre hay una gran mujer, pues yo cojo la frasesita que Groucho Marx mejoró con: Detrás de un gran hombre hay una gran mujer y detrás de ella su esposa, juas con Marx jajaja, y os digo: Detrás de toda Gemo hay una Almirante, que no duda en entuasiasmarse ante una cópula. Así despúes escribo yo lo que escribo....
Para muestra un botón:
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112- Emergencias 61
La
llegada de Nacho, fue seguida de la de Fátima, la madre de Laura y
así, Lucía dejó a los jóvenes para tomar el café prometido con
ella, sin olvidarse de tranquilizar a Susana respecto a Karla,
mandándole un selfie de ella misma con su sobrina. Tampoco era plan,
teniendo a Fátima en pleno ataque-mi hija me dice que es lesbiana
pasados los treinta y yo me quedo muerta-ponerse a escribirle a
Susana. Lo más fácil, agarrarse a las tecnologías como había
hecho. Aunque que demonios, siendo sincera le hubiese bastado
escribirle una simple frase como- Encontré a Karla, está en Pedraza
con los chicos- pero claro, perdía picaresca. Y ninguna, pese a
mandarle una foto con ella misma, tuvo Susana al contestarle con- Me
cago en la...vale, voy para allá- Así, sin ninguna gracia y sin
pararse ni un momento a decirle lo guapa que estaba o peor, sin
decirle si quiera cuando saldría y si ellas llegarían a verse.
lunes, 15 de septiembre de 2014
112- Emergencias 60
A
la noche tiene por costumbre seguirle el día, que para todos
amaneció de lo más veraniega. En ésta ocasión la más madrugadora
fue Lucía, para quien era una delicia tomar su primer café en su
jardín sin que aún el sol quemase y el fresco propio de las mañanas
en los pueblos segovianos, aliviara las altas temperaturas. Hace unos
años, tomaría ese café leyendo sus dos periódicos preferidos,
ahora como todos, los compaginaba con su móvil, esclavizada a redes
sociales, aplicaciones de mensajería instantánea, sin olvidar su
principal función, llamadas telefónicas.
viernes, 12 de septiembre de 2014
112- Emergencias 59
Quedar
con Xavier a Marina no le supuso más, que afianzar su decisión.
Debía tomar las riendas de su vida y asumir lo que le había
ocurrido de la forma más adulta posible. No considerándolo una
cita, apenas cuidó su imagen, algo que Xavier a la hora de recogerla
en la puerta de su casa, ni apreció. Para él, Marina estaría igual
de espectacular con un cómodo pantalón y camiseta como iba, que con
un Dior.
Verlo
frente a ella, parado y sonriendo, fue el primer pellizco que Marina
sentiría esa noche, que además su sonrisa se ensanchase antes de
halagarla, le hizo recordar que debía tener muy presente no
comportarse como una zorra.
jueves, 11 de septiembre de 2014
112- Emergencias 58
Cuando
Marina llegó a casa de Laura, fue Nacho, o su análogo en
transgenero quien la recibió. Ataviado con un vestido de Laura que
le quedaba de lo más ajustado y corto, marcando por excelencia a su
querido Nachete, y perfectamente maquillado. Aunque éste último
detalle, estaba a punto de ser dañado por su llanto.
-
Quiere que sea gay o transexual, no se bien- la saludó así de
normal Nacho, entre llantos y colgándose de ella. Quedándole muy
clara una cosa, su embarazo no iba a ser el principal problema del
especial trío que formaban- Y ni siquiera me dice, si estoy guapo
así...se ha obsesionado, Marina...esta muy loca.
miércoles, 10 de septiembre de 2014
112- Emergencias 57
Que
su madre hubiese sido de siempre una mujer de mente abierta, con la
que hablar de cualquier cosa y de la que tirar en más de un aprieto,
no significaba que su confirmado embarazo lo estuviese encajando
beneplacitamente. A Marina no le faltaron dardos envenenados de su
madre en la sala de espera de la consulta...
-
Vaya por dios...no soy la única menopausica que toma precauciones,
será que lo de menos es un embarazo- le había dicho mostrándole
uno de los muchos folletos informativos que había por toda la sala.
Tampoco
le faltó recibir esos dardos, cuando les tocó entrar en la consulta
del joven ginecólogo.
-
Cielo, que no te confunda lo muchísimo que mi hija se parece
físicamente a mi, porque nada que ver. Uhm...me encanta tu nueva
barba- le había dicho al joven y como no, guapo ginecólogo, en
teoría presentándola.
Una
vez dentro, no parecía que Lucía fuese a dejar de lanzarselos,
porque a la primera pregunta de Fran-Cielo, sobre los anticonceptivos
que Marina había empleado, intervino con...
-
Te ahorro las mil excusas que puede llegar a darte, mi hija es una de
las culpables que en las cajetillas especifiquen sin ningún lugar a
dudas, los días del mes..pero oye, que ella ve que el 6 y 7 no tomó,
pues se pone y lo hace sin preservativos el día 8, porque está
estresada y eso debe relajar...En fin, no creí que me estaba
quedando anticuada, cariño.
Vale,
eso fue demasiado para que Marina aguantase callada. Su madre podía
tener razón en cuanto a los días especificados en la cajetilla,
¿pero debía hacerlo propiciando el babeo del ginecólogo? Estaba
clara la respuesta, si.
-
Ay cielo, yo aquí perdiendo un poquito los nervios y tu tan amable
haciéndonos un hueco, sería tan genial poder saber hoy mismo los
resultados. ¿Uhm? ¿Me harías ese favor?
Valeeee,
bien mirado su madre podía usar las armas que quisiera si de una vez
y por fin, iba a saber el resultado que dentro de sí, Marina sabía
que era si, pero que por otro lado, no podía creerse que fuera si,
hasta que lo contestasen los análisis o ecografía. Pero así,
tumbándose en la camilla, super mimada por el joven, guapo, y bebe
los vientos por su madre del doctor y colega, su madre tenía más
tiempo para continuar lanzando pullitas, mientras ella tenía que
soportar el gel frío.
-
Consigue la secretaria de la directiva de Castilla y León, del
partido político en el que milita desde su mayoría de edad, llega
por propios méritos a jefa de coordinación del centro de Pedraza,
con más que posibilidades para dar el salto en breve a la
coordinación sectorial y está a punto de licenciarse en sociología,
pues bien...a dos años de elecciones mi hija puede estar embarazada
de un rollo de unas cuantas noches en el momento más clave de su
carrera profesional y lo peor, pretende que me muestre tan
comprensiva como siempre. Cuando yo, me estoy pudriendo en un
ambulatorio por haberla sacado adelante sola- siguió monologueando
incansable su madre, dando vueltas por la consulta, mientras Marina
aguantaba estoica el frío gel al que había que sumar la presión
del ecografo en su vientre. El único, que estaba a lo que debía,
era el amable doctor.
-
Lucía- la llamada de atención del doctor a su madre, fue omitida
por ambas. Marina por estar resoplando al ver a su madre sin
pensamientos de detener su bombardeo y ésta porque se estaba
desahogando.
-
¿Que más ejemplos necesitaba?- insistió Lucía.
-
Lucía- lo hizo el doctor.
-
¿No vio todos los malabarismos que tuve que hacer?- prosiguió
Lucía.
-
Lucía- lo hizo por igual el Doctor.
-
Tuve que trabajar en urgencias toda su infancia, y ni vieras los
tejemanejes que tenía que hacer para cuadrar horarios con las
niñeras- continuó sin que Marina pudiera resoplar más aire, una
más y estallaría con todo, pero entonces..
-
En nueve meses, estarás cuadrando horarios igual- le dijo al Doctor
a su madre y aunque tardó, Marina miró finalmente la pantalla del
ecografo con los ojos abiertos de par en par, fijos en un pequeñísimo
grano.
-
¿Que?- preguntó Lucía tan anclada al coraje de que su hija hubiese
cometido tan tremendo error.
-
Que vas a ser la abuela más sexy de la historia- le contestó el
Doctor y entonces, se quedó sin palabra posible.
No
podía ser de otra manera, si su hija la miraba encogida, el ecografo
mostraba una bellísima imagen y el guapo doctor la halagaba
sonriente. Cuando pudo reaccionar, a su hija no le faltó su mano, al
doctor su sonrisa de vuelta y al granito que se veía en pantalla, su
declaración...
-
Me acabo de enamorar- confesó emocionando a su hija, como lo estaba
ella misma. Mucho se ha escrito y escribirá del amor entre pareja
y sus flechazos, pero poco del amor instantáneo que atraviesa desde
las mismas entrañas, como le había ocurrido a Lucía en ese mismo
instante en que con la mano de su hija tomada, escuchaba y veía a su
futuro nieto. Con las dos agarrándose fuerte, Lucia tuvo que dejar
de mirar a su nuevo amor, para tomar el rostro de su hija con ambas
manos- Te adoro mi vida, y juntas podremos con esto y más.
-
Grano...llamale grano porque es como un grano en todo el..- la
corrigió llorosa Marina, sin poder dejar de mirar a ese especial
grano.
-
Jajaja, no es un grano es una habichuelita de lo más mona- dijo
besándola Lucía, para entonces girarse al risueño Doctor, que
esperaba educado su recompensa- Fran, estas ante la cuarta generación
de mujeres Sánchez, ni lo dudes- lo consintió con un breve y
estratégico beso, antes de sonreír al monitor y la habichuelita que
mostraba.
A
partir de ahí se acabaron las pullitas, pero no por eso, Marina se
libró de su madre. Ahora tocaría hablar de Xavier, de sus hábitos
alimenticios, de su adiós a la ingesta abusiva de café, al tabaco,
alcohol y una infinita lista que su madre iría improvisando, una vez
consiguiera despedirse del Doctor-Babas.
-
Mi cielo...has sido todo un amor- le dijo realmente complacida por la
atención recibida por su parte.
-
Por ti, lo que sea...¿cenamos hoy?- no perdió la ocasión el
Doctor, deseando que Marina se evaporase por unos minutos, los
necesarios para asegurarse una cita con su madre.
-
Hoy me viene fatal, cariño- lo rechazó Lucía, vendiéndose a alto
precio. La carita decepcionada del Doctor era todo un poema.
-
¿Mañana?- insistió sin rendirse. La había visto después de haber
transcurrido meses desde su última cita, bien valía entonces
rebajarse un poquito, pero Lucía arrugó los labios dándole a
entender que debía seguir buscando fechas- ¿El fin de semana?-
propuso y el beso sonriente de Lucía, le confirmo una nueva
negativa.
Ni
modo, el Doctor no obtuvo la cita que quería, pero Lucía se aseguró
de dejarlo contento con una cita en el aire. Hecho que extrañó a
Marina, quien nada más salir de la consulta, interrogó a su madre,
para pasar a extrañarse ante la respuesta de su madre.
-
El fin de semana he quedado para ir a una casa rural, haré
senderismo- la ilusión mostrada por su madre, detuvo a Marina.
-
Jajaja, estuve a punto de creerte, tu en el campo y de senderismo,
Jajaja el grano me lleva más loca de lo que pensé- se río Marina
pero dale que dale, su madre sonreía plena, con cierto toque
gamberro.
-
Habichuelita cariño...y si, me voy al campo y ahora mismo contigo de
compras...¿que ropa se lleva a un sitio así?
Obvio,
Marina alucino otro poquito más, diferenciándose de Karla, quien
escuchando los planes de Susana, su Tía, para el fin de semana, dejó
de mirar las acrobacias con la avioneta de Inés, para
decirle...
-
¿Tienes que estar siempre en movimiento o que? Pensé te quedarías
con ella- señaló la avioneta que continuaba realizando acrobacias
en vuelo. Y su tono fue tan amargo, que Susana apretó mandíbulas
sin decirle nada, sabiendo así, que Karla continuaría- No has
tardado en venir, así que a mi no me comas la cabeza, te esperas que
deje de volar, la consuelas y a mi me dejas tranquila.
-
Como siempre, claro que si...tu no necesitas a nadie, ¿eh? Tu eres
la fuerte aquí, de la que nadie se preocupó ni preocupa. Ya veo-
contestó a sus aires de rebeldía, Susana tan ácida como lo había
sido Karla y respiró dos veces, anticipándose a la segura
contestación de Karla.
-
¿Ya ves? Y una mierda ves- cabreada contra el mundo, Karla no se
midió.
-
Vuelve a hablarme así, y entonces si que no me vuelves a ver en tu
vida, Karla- alzó la voz Susana y mierda, fue imposible no verse con
ella prácticamente igual, hacía muchos años.
----
Carmen
la había llamado desesperada, Karla llevaba dos días sin aparecer
por casa y con Inés fuera del país, recurría a ella sin saber
donde más buscar a su hija. Otra nueva ocasión, donde Karla se
fugaba sin más. Adolescente y sin pasta en los bolsillos, Susana no
tardó mucho en encontrarla, una pregunta aquí y otra allí. Karla
ni siquiera había salido del pueblo, pero no es que por eso, se
encontrase en las mejores condiciones.
Cuando
Susana entro en la vieja casa usada por los chicos para pegarse sus
buenas fiestas, se le hizo un nudo en el estomago, mientras algunos
solo bailaban o se metían mano como putos gorilas, Karla estaba
tirada en el suelo, mal vestida y con la mirada perdida. Más de uno
se llevó un buen empujón y que diera gracias, la mala hostia de ver
a su sobrina en esas confines bien hubiera válido ponerse a dar de
hostias a todo aquel que hubiera consentido que Karla acabase así.
No sin esfuerzo, consiguió cagarla y sacarla de ese sitio y con aún
más esfuerzo, tuvo que escuchar sus balbuceos en tanto le mojaba la
cabeza en la primera fuente que encontró a su paso.
-
Jajaja, joder...¿no me digas que te llamo mi madre y no fue por
Ines?- tuvo que escucharla mordiéndose la lengua por no contestarle
como merecía, siendo más urgente vaciarle el estomago por lo que
hubiese podido tomar- Casualidad...eso habrá sido, porque me he
cargado todas las asignaturas del curso y le ha dado igual, porque
como yo no aparezco en las putas cartas del tarot, no le importo una
puta mierda. Ah si...lo hago pero para aguantar sus llantos, para eso
sí...hijo de puta, ¿como me dejó así de tirada? Yo no estaría
así, con él aquí...Agh..joder, ¿que haces?
-
Abre la boca, Karla...ábrela- tuvo que ordenarle para meterle los
dedos y después aguantar sus vómitos, esperando que llegase el
momento de hacerla entender la situación especial de su madre,
advirtiéndole de su situación- Te dije que a la siguiente te
llevaba conmigo. Ahora vamos a casa, te despides de esa que dices ser
mala madre y te vienes a Torrejon.
-
Y una mierda...a mi madre no la dejo sola- protestó enseguida Karla,
a su madre ni tocarla.
-
Una mierda es lo que me importa a mi lo que tu pienses, te vienes y
punto- la contradijo Susana, guardando la sonrisa que quería
brotarle, bastaba picarla un poco más.
-
Ahora mismo llamo a Inés, a ver que te dice- chulita y respondona,
sin duda la más rebelde de las dos hermanas.
-
A mi no se, pero haber que opina de como tratas a vuestra madre,
llámala y vemos que le parece- insistió Susana sin dejarse achicar
por las inmensas ganas de acunarla, Karla estaba totalmente pérdida.
-
A mi hermana la dejas en paz- volvió a erguirse en defensa de lo
suyo, Karla.
-
¿Conseguirás aclararte? ¿No es ella quien te quita el cariño de
tu madre? Cuando entenderás que tu madre está enferma, pero que
dentro de su depresión las dos sois lo único que tiene, ¿cuando
Karla?
----
-
Mierda...todo es una mierda- se quejaba en el presente Karla
reteniendo a su Tía- No sabes que movidas hemos tenido y no sabes lo
que esa tía le dijo a Inés, ¿sabes? Le hubiese abofeteado la
cara...anda y que la jodan y le hagan veinte niños más.
-
Eso es...vamos a cagarnos en todo, incluido en esas dos tías- siguió
a Karla, esperando su momento de ataque.
-
Si joder, que se vayan por ahí- se animó enseguida Karla, su Tía
las entendía cómo nadie.
-
Venga si..¿tu hermana que hace?- no espero más, llegaba la hora de
ponerle las cosas claras- ¿Está tirando los currículums que tu
deberías estar entregando?
-
No me jodas- protestó Karla, su Tía ya no era lo más.
-
Te jodo, si- insistió Susana.
-
Lo hemos pasado mal, ¿vale? No tenemos cabeza para más- le dijo
Karla, de lo más obvio debía ser.
-
Claro, claro...- le contestó escupiendo sarcasmo, Susana.
-
Que Marina está embarazada, ¿que parte no entiendes? Y la otra...de
la otra me callo, mejor me callo- indignada y más allá, se
encontraba Karla.
-
Vaya por dios, que jodido todo...no se, cuando baje Inés a ver si
podemos ponernos de acuerdo en el color de los patucos a regalarle a
Marina- escupió ahora cinismo Susana, para no haber querido ser
madre, menuda carga llevaba con esas dos.
-
Jajajaja seras cabro- detuvo toda risa Karla, la mirada de su Tía no
era para ser tomada a risa y bien que la conocía- Ehm...vale, pero
es que joder..no nos dejas tener un día de cabreo.
-
Lo haré el día que los árboles den dinero...en cuanto a Inés si
quiere volar más, que vuelva a cooperar con Cruz Roja, donde seguro
reciben con los brazos abiertos a una piloto gratuita- sentenció con
verdadera cara de dolor- Ya me habéis reventado la úlcera otra vez,
joder- exclamó jodida tal cual decía y fue nada, comparado con la
mala uva que le entró al leer un mensaje de Lucía: Ay, super
guapísima mi habichuelita, mira...Mensaje al que Lucía adjuntaba la
imagen de la primera ecografía de Marina y mensaje al que rápido
contestaba Susana iniciando un intercambio de mensajes con: Huy
si...a Inés de seguro le encanta, hay que joderse.
Mensaje
de Lucía a Susana: Pero que ilusa puedo ser, al esperar de ti una
sola frase amable.
Mensaje
de Susana a Lucía: Venga si, ahora enfádate.
Mensaje
de Lucía a Susana: Jajaja, eso sería dedicarte demasiado esfuerzo,
cariño.
Mensaje
de Susana a Lucía: Para nada, tu enfadarte nunca.
Mensaje
de Lucía a Susana: Estoy de compras, dejame tranquila.
Mensaje
de Susana a Lucía: Enfadarte tu...jamás.
Mensaje
de Susana a Lucía: Te estoy llamando, contestame.
Mensaje
de Susana a Lucía: Lucía, coge el teléfono.
Mensaje
de Susana a Lucía: Cómo quieras...ya está.
Mensaje
de Lucía a Susana: Es que me parece super desagradable por tu parte.
Mensaje
de Susana a Lucía: Malísima soy, si...¿que estas haciendo?
Mensaje
de Lucía a Susana: Nada que te importe.
Mensaje
de Lucía a Susana: Me pones que...estoy de compras. ¿Quieres ver
mis mallas de senderista? ¿Uhm?
-
Lo que le faltaba a mi úlcera, veras- musitó tras leer el que no
sería, último mensaje de Lucía.
Y
por un mensaje, fue que Marina dejó las compras con su madre, para
acudir a solicitud urgente de Nacho, a casa de Laura para ayudarlo a
sofocar un ataque terrible y sin precedentes de lesbianismo.
martes, 9 de septiembre de 2014
112- Emergencias 56
-
Dime que no llevas toda la noche, deseando esto- girada entre sus
brazos, las palabras de Karla, la prendieron enseguida. Más allá de
lo que decía, fue el como lo dijo. Con el deseo del que hablaba
presidiendo su mirada y sus labios, con los que siguió prendiéndola
como mecha de pólvora, a pesar de sus reticencias. Sentirlos rodando
por su cuello, le hicieron agarrarse a sus brazos, antes de gemir su
nombre, cuando su mano llegó directa a su sexo- Me encantó tocarte,
fue una puta locura.
-
Karla- volvió a gemir apretando con fuerza las manos en ella,
tratando de contener las inmensas ganas de dejarla hacer cuanto
quisiera con ella- Espera...Karla que tu no, que yo...que- continuó
tratando de detenerla pero con una increíble maestría los dedos de
Karla atravesaron su ropa llegando directos al centro de sus ganas-
Ahm dios..madre mía
-
Joder si.. Me fascina tu coño
----
-
Quise pararla, dijera ella lo que dijera en la mesa, os juro que
intenté detenerla, pero me tocaba de unas formas y me decía cada
cochinada, que así era muy difícil- regresando al presente, Laura
trató de defenderse de las acusaciones de Karla sobre ella, que aún
escocían y como. Camino de de regreso a Pedraza, su defensa no
pareció ser escuchada por Nacho, ni tampoco por Marina y así, a
Laura le resultó imposible, no cerrar los ojos y verse allí, de
nuevo aprisionada por las ansias de Karla, cara a la puerta- Me giró,
tan fuerte y tan guarro, que temblé entre asustada y cachonda como
una perra- relató sorprendiendo ahora si, a Nacho y Marina que se
miraron entre sí, con la boca abierta, sin que Laura los viese,
sumergida de lleno en su noche con Karla- Ja...ríete de las crías,
soy yo la que tiene treinta y poquísimos años, la que se supone
tengo más experiencia y la que como ella dijo; jugaba...pues ni
tanto, porque fue ella quien me bajó los pantalones con tanta
desesperación que me hizo besar la puerta volviéndome loca. Vamos,
en la vida pensé yo que una tía, o más bien una niñata que va por
ahí perdonando la vida, me iba a hacer sentir tan puta, como me hizo
sentir.
----
-
Karla...Ahm, estamos en la calle- le pidió prácticamente aplastada
entre ella y la puerta, maldiciendo a su garganta por gemir a cada
avance de Karla por su cuerpo y hasta a sus caderas, empeñadas en
acompasar las manos de Karla, poseyendo su sexo desde adelante y
atrás.
-
No...estas tan empapada, que no puedo detenerme. ¿No es lo que
querías? Pues aquí lo tienes.
----
-
Como muñeca de trapo, igual me manejó. No quedaba rastro de mi
peque, por más que la miré intentando encontrarla, no la hallé y
ella se aprovechó de mi desconsuelo-continuó entre ensoñaciones
Laura, a las que Marina dejaba de prestar atención en el justo
momento en que veía a Inés en línea del whatsapp, y a las que
Nacho intentaba evadirse, sin conseguirlo. No podía hacerlo, si
Laura proseguía- Sin saber como me vi desnuda sentada en ella y...y,
joder me seguía hablando super sucio...y yo así me pongo...me pongo
mucho.
---
-
Pegate, pegate a mi...Laura- su petición entre jadeos enloquecidos,
fue cumplida casi inconscientemente e incluso no tenía que haberla
hecho, porque cuando cayó en sus piernas, fue lo que hizo Laura,
pegarse a ella como si fuesen dos imanes y la conciencia apareció
fugazmente, al sentir la mano de Karla, colándose por sus nalgas.
Pero Karla la espantó de golpe- Quiero follarte entera..entera,
Laura.
----
-
No me besó- confesó Laura, encogiéndose en el asiento trasero del
coche, dejando la vista pérdida- solo me mordía y lamía, pero no
me besó.
-
Ya, Laura..ya está bien- la cortó Marina dejando el móvil caer al
suelo del coche. No tenía caso, había estado esperando a Inés,
cualquier cosa de ella, aunque fuese un simple emoticono, pero nada,
no había recibido más que el dolor de saberla en línea, sin
estarlo para ella. Pero no por eso cortó a Laura, lo hizo porque
como amiga no soportó la imagen de ésta acurrucada en el asiento
trasero llorando sin ser consciente. Claro que, también a su lado
estaba Nacho sufriendo el relato de Laura, con él fue tan fácil
como ponerle una coca cola bien fría en la entrepierna- Jajaja- tuvo
que reír, Laura se había incorporado con el cabello despeinado y el
maquillaje corrido; Nacho sonreía sudando mientras trataba de
bajar sus ánimos y si ella se miraba en el pequeño espejo de la
visera del coche, no estaba mucho mejor que sus amigos- Creerme si os
digo, que ahora mismo damos pena.
-
Ayyy yo sufro fuerte por mi peque, no lo puedo remediar- corrió a
seguir con sus lamentos Laura, sorprendiendo a Nacho.
-
No..ejem, no parecías estar sufriendo al principio- musitó Nacho no
muy conforme con Laura y paso a tragar saliva por como ésta lo
miraba.
-
Ya estamos...tengo una noche épica, después me llevo una tanda de
hostias sin verlas venir y ahora no podre ponerme calentita
recordando lo primero, mientras lloro por lo segundo- se explicó aún
afligida buscando Laura, sin olvidar disgustarse a la vez- ¿Me
entenderéis algún día?
Podrían
intentarlo, pero el móvil de Marina sonó en esos instantes y a ésta
le faltaron manos para correr a cogerlo, esperando y deseando que
fuese Inés, pero no, en verdad era su madre, mandándole un mensaje:
Cariño, estoy llegando a casa, si quieres mejor nos vemos ahí, que
en el Centro Médico.
-
Es mi madre- les comentó a los chicos tras leerlo, mientras
contestaba a su madre: Mejor en casa, si. Tras hacerlo, sus amigos
esperaban que dijese algo más- Ya está llegando, así que.. si no
os importa, me dejáis en su casa.
-
A mi también, Nacho- no tardó en apuntarse Laura. Lucía seguro que
la entendería, más que su madre, sin dudarlo. Pero Nacho, de nuevo
no estuvo de acuerdo con ella y con señales calladas se lo hizo ver-
No, quiero decir que me lleves a la mía, mi casa- continuó
explicándole calculando el tiempo que a Marina le llevaría contarle
su nueva situación a Lucía. Seguro, el tiempo suficiente para ella
llegar a casa, ducharse, maquillarse y volver a casa de Lucía. Tanto
pensar en Lucía, acabó por entrarle curiosidad- ¿Donde estaba
Lucía?
-
Salió anoche- le contestó Marina absolutamente desganada. Desgana
que no siquiera pasó, cuando los chicos atravesando la calle donde
se situaba la casa de su madre la alertaron de una moto saliendo
justo de ahí- Que se yo...algún amigo- les dijo deseando salir del
coche para verse reflejada en los otros ojos, donde únicamente
encontraría algo de consuelo, los de su madre. Tras despedirse de
sus amigos, prometiendo mantenerlos al tanto de todo, por fin entró
en la que siempre fue su casa, encontrando a su madre en el recibidor
quitándose los zapatos y a pesar de su desánimo y de cierto temor a
como su madre podía tomarse la noticia de su embarazo, se quedó
parada contemplándola, antes de decirle- Te ves genial.
-
Lo estoy- le contestó Lucía realizándole un rápido estudio
visual, propio de toda madre- pero cariño, ya quisiera yo, poder
decir lo mismo de ti- prosiguió acercándose hasta su hija, y el
gesto normal en Marina, cuando estaba absolutamente desbordada de
medio abrir la boca, confirmó sus sospechas desde que recibiera el
mensaje de su hija, llegando a Pedraza anticipadamente.
-
He metido la pata hasta el fondo- se fue a lo más importante Marina
mientras Lucía se pinzaba el labio sin apremiarla.
-
Uhm...ya veo- le contestó, dejándole los tiempos a ella y terror,
Marina volvía a desencajar su mandíbula costándole que las
palabras saliesen cómo quería.
-
En mi primer lugar conmigo misma- siguió Marina, pese al esfuerzo
que le suponía. La mujer que le acariciaba el rostro, había pasado
por lo mismo que ella con sólo veinte años, la misma que la miraba
con toda la calidez del mundo. Difícil así, contarle que ella
repetía su mismo error, con una enorme diferencia. Lucía cómo no,
entendió su apuro, y conociéndola, optó por la forma más práctica
entre ambas.
-
Hacemos esto, cariño...necesito ducharme, llevo con esta ropa desde
ayer, tu preparas dos cafés y hablamos mientras me visto para ir al
Centro- planeó dejándole un beso y una vez más, dentro de todo su
embrollo personal, Marina tuvo que sonreír. Ni hecha ha pedido, su
madre hubiese resultado mejor.
Más
tranquila por el recibimiento de su madre, prácticamente autómata
caminó hasta la cocina. Con su madre no necesitaba pensar las
palabras a decirle o buscar excusas que de nada servirían, lo mejor
y más rápido, era decirle la verdad tal cual. Así, preparar el
café, le supuso poder entretenerse mientras su madre se duchaba,
pero fue abrir el armario en busca de las cápsulas de café y un
simple paquete de pastas, la devolvió a un supermercado de Suances,
estando de compras con Inés.
----
Con
tantos planes por hacer, al llegar al supermercado se habían
organizado, apenas decían comprar algún picoteo para entre horas,
ella eligió la parte de chucherías varias, mientras Inés se había
quedado con el encargo de los desayunos. Las risas al cruzarse por
los pasillos y la coquetería entre ambas, fue de lo más divertida,
hasta que Inés se paró junto a ella, con su cesta llena.
-
Ehm...Cielo, son tres días para desayunar- le había dicho al ver la
cesta a rebosar de leche y galletas varias.
-
Jijiji si, por eso me bastó la cesta sino hubiese cogido un carro-
le explico Inés de lo más natural- Ah calla- tuvo que correr a
explicarse, al ver a Marina ir sacando cada caja de galletas- Son
cuatro porque si las juntas siendo diferentes, al mojarlas resulta un
sabor de único. Es bien- le contó igualmente natural. Cualquiera
debería saber ese tipo de cosas, juntar cuatro galletas de la misma
clase, no tiene ninguna gracia, juntas cuatro de distinto sabor,
mola. De los efectos secundarios tipo ardor de estomago, Inés no
dijo nada. Pero Marina, la estaba mirando entre alucinada y te quiero
comer toda, e Inés, tuvo que improvisar- ¿Sabes que me paso al
verte aquí en el pasillo? Pensé...Wau está cañón y luego me tuve
que decir...ay calla, si es mi chica- concluyó toda chulita y así,
se lo puso en bandeja.
-
Jajaja, ah pues no- dispuesta a jugar con su timidez, Marina
aprovecho el envite- volvamos a ese punto en el que pensaste,
Wau..está cañón y- hizo una pausa creando un hilo de seducción
que a Inés, le hizo tragar saliva previniéndose- entrame.
-
Jolines- tardó cero en contestar sin caer que sonrojándose como
bombilla de Club de carretera, no hacía más, que alimentar las
ganas de jugar en Marina- otra vez con eso, no. Por favor- insistió
pero nada, Marina la miraba en completa seriedad. Esa que la mecía
entre la timidez y el deseo.
-
Venga va, cariño...- volvió a pedirle Marina, disfrutando de cada
una de las reacciones que podía provocar en ella- entrame que vea
tus artes seduciendo- pestañeo para cucarle el ojo de una forma muy
sugerente, pero ni por esas, la Inés más cabezota no cedía.
-
Que no, que es al revés, a mi me entran, de siempre además- quiso
escabullirse a lo gallo de corral y Marina continuó sería pero
variando del tonteo a la mala leche.
-
Le acabas de quitar toda la gracia- se molestó nada más escucharla
a pesar de saber que estaban en un juego e Inés, corrió a besarla,
comenzando a entender sus cambios.
-
Jijiji...que estábamos jugando no vayas a enfadarte- tonteo con ella
y nada, no le quedo de otra que aceptar el juego- Vale..está bien,
quedate aquí que voy a entrarte- le dijo preparándose para una
entrada en toda regla.
-
Aquí estoy, va- la apremio Marina pellizcándose el labio. Era una
pasada, ver el cúmulo de nervios con el que se ajustaba la ropa.
-
Sin presiones- alzó las manos Inés, pidiendo tiempo, pero el juego
ya había empezado.
-
¿Perdone?-fingió no conocerla de nada Marina e Inés, se sonrojo
aún más sin saber que hacer con sus manos, ¿usarlas para apoyarse
en la estantería?..mal, tiró uno de los productos, ¿intentar
cogerlo al vuelo? Mal, terminó tirando dos más, ¿guardarlas en sus
bolsillos?..bien, nadie herido, podía seguir ligando tras una
entrada triunfal, a la mujer de infarto que la miraba esperando.
-
Jijiji ains...- su risita de conejillo sonrojado todo feliz, debía
bastar para conseguir un número de teléfono, pero...
-
No he escuchado bien lo que me ha dicho- insistió Marina, adorando
al conejillo tímido que asoma por la madriguera risueño.
-
No pues que...pues, pues...¿que hace una chica como tú en un sitio
como este?- improvisó cómo pudo la pobre y Marina no pudo aguantar
más la risa.
-
¿Comprar?, Jajaja habrá que seguir probando, cariño.
----
-
Fantástico- musitó llorando e iban unas cuantas veces. A saber, lo
que podría estar pensando Inés o peor, como podría estar
pasándolo. En un impulso, incluso buscó su móvil, pero se detuvo
en última instancia. Debía dejar de actuar justamente a impulsos,
establecer prioridades y después, solo después buscarla. Lo primero
a hacer, era subir a la habitación de su madre con sendos cafés y
soltarlo tal cual, viendo como ésta se hidrataba tranquila, hasta
que le escuchaba decir que estaba embarazada, continuando con:
Pertenezco al 0.01 por ciento que aparece impreso en las cajetillas
de las anticonceptivos como posibilidad de embarazo, una tarada más
de ese tanto por ciento. Los últimos meses para mi han sido tan
arrolladores, en todos los sentidos que me desordené tomándolas. Mi
nuevo puesto en el 112, el congreso del partido, Manu, Xavier e
Inés...mi propio triángulo que como premio, me dejó un grano
creciéndome en la barriga.
-
Abre el primer cajón de la mesita- tras un prorrogado silencio,
Lucía habló y esperó que su hija abriese el cajón. Nada más
hacerlo, pudo comprobar cómo su hija entendía lo que quería
mostrarle, sus propias anticonceptivos acompañados de un paquete de
preservativos, estaban en ese cajón- Juntos, porque es así como
deben usarse, me parece mentira Marina. Y ya no es por mi, es que
eres médico, ¿en que demonios estabas pensando?- aunque quiso
controlarse, finalmente se desesperó, regresando a Marina a su
adolescencia, igualito se quedó descuajada en la cama de su madre.
-
Te lo he dicho- musitó dolida por la decepción que podía ver en su
madre sabiendo que no se quedaría ahí.
-
¿Que me has dicho? ¿Que eres lo suficientemente inmadura con más
de treinta años como para tener relaciones sexuales de riesgo?
Porque de todo lo que me has dicho, es con lo que me quedo- sentenció
Lucía de cara a ella, pero cuando Marina se abrió a ella contándole
entre lágrimas sus últimos meses, sus subidas y bajadas, la
intensidad con la que Inés había llegado a su vida más Xavier
usado como intento desesperado de huida, tuvo que aflojar sin dejar
de centrarse en lo más importante para ella- Cariño...Inés es un
amor, no me cabe la más mínima duda, pero ahora mismo me importa
cero, quien me importa eres tú y el dichoso grano, según lo llamas
tú. Dejame que llame a Fran y vamos a su consulta en cuanto nos haga
un hueco.
-
¿Fran?- se extrañó Marina, gustándole muy poco que fuera uno de
los amigos de su madre quien llevase su embarazo- Prefiero mi
ginecólogo de siempre, que a uno de tus amigos- concluyó ganándose
la mirada dura de su madre. Genial, se acababa de pasar y así,
volvía a darle un nuevo motivo a su madre, para ponerla en su sitio.
-
Pues yo prefiero el mejor para que te lleve y ahora no te pongas
estupenda conmigo. De confirmarse abro comillas, tu grano, puse y
cierro comillas, ¿que has pensado hacer?- le preguntó Lucía, en un
tira y afloja que ambas manejaban cómo nadie, haciendo bueno eso
de.. De tal palo, tal astilla.
Finalmente
Marina aceptó al siempre simpático y amable, Fran como el
ginecólogo al que acudir y durante el trayecto y espera en la
consulta, debió soportar todos los esfuerzos que había hecho su
madre para sacarla adelante ella sola, incidiendo en los
inconvenientes que ahora tendría en su carrera política, sin
olvidarse de la personal, pero al final, sentadas juntas, sus manos
se buscaron apoyándose la una en la otra.
-
En ningún momento estoy dudando de que no seas capaz de criar un
hijo, se de sobra que serás una excelente madre, pero desearía que
no hubiese ocurrido así, nada más cielo.
Con
el apoyo de su madre contó Marina, como en ningún momento había
dudado, mientras Laura sin poder contar con la misma Lucía, también
busco a su madre como apoyo y consuelo.
-
Mami...mírame un momento- le pidió con el bolso colgando de lo más
coqueto de su brazo, en vestido y pamela de lo más cool,
gesticulando en exceso a lo Hepburn- Esta que tu ves aquí, es
lesbiana...Snif, soy homosexual Mami..Snif..está confirmado- confesó
según ella su sexualidad, olvidando el pequeño detalle, de que lo
estaba haciendo delante de los 25 alumnos de su madre.
-
Jijiji ¿que ha dicho?- le preguntó un renacuajo al otro, mientras
la mujer con pamela lloraba y su profe, se quedaba rígida dejando
caer la tiza con la que escribía en la pizarra.
-
Que es valeriana- le contestó otro renacuajo encogiéndose de
hombros.
-
No, dijo lesbiana- corrigió el primero con el gusanillo de la
curiosidad instalándose en su pequeño cuerpo.
-
Es lo mismo que liviana, lo dice mi abuela de las vecinas del quinto-
salto una tercera de lo más enteradilla.
-
Profe....no sabemos que es lesbiana- finalmente el primero tuvo que
preguntar a su profe, la misma que continuaba totalmente estática
mirando a su hija.
-
Ayyyy...Snif, yo os lo explico pequeños diablitos- locaza como
ella sola, Laura cogió la tiza dejaba caer por su madre dispuesta a
explicarles lo que hiciera falta- ¿Sabéis lo que son los besitos?
-
Jiji...si, si...si sabemos lo que son, dan dolor de cabesa.. A mi
madre, le pasa. Mi Papi la besa y ella siempre dice...hoy no Juan,
que me duele la cabesa.
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