jueves, 30 de octubre de 2014

112- Emergencias 87

Los peores presagios de Marina se cumplieron. Nada más verla en urgencias, pasó a la UVI, donde comenzaron a realizarle pruebas, dejando a Celia, con la difícil tarea de recibir a Inés, que aterrizaba en el Hospital, con la ilusión de verse por primera vez en servicio.

miércoles, 29 de octubre de 2014

112- Emergencias 86

A Marina le había bastado una foto recibida de Nacho, para salir de la cama a pesar, de que el día de invierno cerrado que hacía, se antojaba perfecto para no salir de la cama, ni de la casa. Pero a esa llamada de Nacho, realizada mediante una foto de un paquete grasiento de churros, no podría resistirse por mucho frío que hiciera. Pacto no hablado desde pequeños, uno de los tres realizaba las señales oportunas, y los tres por igual acudían al punto de encuentro habitual. La antigua góndola del pueblo, testigo de sus primeras ilusiones y con ellas, de sus primeras desilusiones. No podía pensar en ese sitio, sin unirlo con la guitarra de Nacho y las locuras de Laura. El lugar donde los tres se juraron lealtad eterna. 

martes, 28 de octubre de 2014

112- Emergencias 85

Recuerdos, ilusiones o fantasías, distintas de la que Laura sin pájaros estaba viviendo.....
Tener a Xavier sobre si, acorralándola entre su gran cuerpo y el mueble recibidor de la casa de éste, lo podría considerar como toda una fantasía a punto de ser cumplida. Todo un oso de enormes manos y anchas caderas para ella. Un oso que besaba tan húmedo y cíclico, como para perder la cabeza y querer quedarse pegada a su boca. Y además, tenía la deliciosa manía de nombrarla a cada separación necesaria para seguir respirando.

viernes, 24 de octubre de 2014

112- Emergencias 84

Incapaz de moverse de la puerta, así se encontraba Lucía nada mas abrirla. Que adores los silencios de tu pareja, puede llevarte a la situación que ella estaba viviendo. Otra persona, que no fuese Susana, al entregarle las llaves de su "guarida" según llamaba ella a su pequeño piso, le habría dados ciertos tips como- Tienes cena en la nevera, miles de libros para leer, mi manta preferida en el sofá y una perra de al menos 30 kilos esperándote- demasiadas palabras, ahora que lo pensaba, para Susana. Mucho mas suyo, eran sus propias palabras- Tienes de todo en casa- así sin mas. Dentro de ese todo, debía incluir ese animal que la miraba moviendo el rabo. Este estaba siendo un buen momento, para regañarse por no haber dejado tener animalitos de cuatro patas a Marina. De haberlo hecho, sabría que significaba que ese animal moviese el rabo delante suya.

jueves, 23 de octubre de 2014

112- Emergencias 83

Una cosa estaba clara para Laura. Se lo estaba pasando de muerte con los dos chicos, tanto como para desinhibirse sin necesidad de tomar alcohol. Lo que había tenido tan claro, es que la presencia de Xavier en ese mismo Pub, le fuera tan indiferente como quería. Que ganas había sentido de ir hasta él, cuando Miriam había aparecido en busca de su cartera. ¿Pero para que? Por como se había comportado con ella, Miriam era la ideal para él. La típica mujer florero que gusta de serlo y que sabe muy bien, sacar fruto a sus penosas virtudes. Que se jodiera, trabajando como un cabron mientras Miriam se gastaba su dinero. Esa era una buena venganza, sin duda. Pensando en esa venganza, dejó de prestarles atención para seguir con sus chicos. Risas, bailes, alguna broma y Xavier.

miércoles, 22 de octubre de 2014

112- Emergencias 82

Ninguna había podido rechazar la invitación de Laura. Inés, aún llegando a casa cansada de un largo turno hacía aceptado sin más, a Karla y Nacho, no es que les hiciera falta mucha insistencia y Marina, se dejó llevar. Unas copas en el Púb de siempre, con sus amigos más íntimos e Inés, sería el cierre perfecto a un día que había tenido de todo. Claro que, la mejor parte de esa noche de copas, vendría de la mano de Inés. Vaya novedad si lo pensaba.

lunes, 20 de octubre de 2014

112- Emergencias 81

- Medio pájaros - viéndola mirar el pájaro, el muchacho la sobresaltó un tanto- Eso cuenta la leyenda sobre los Merino, son medio pájaros.
Que tontería, tuvo que pensar Lucía. Casualidades. Aunque lo cierto es que el dichoso pájaro seguía todos los pasos que daba Susana, incluidos los que después dió junto a ella, camino a la cantina. Menos mal, que con Susana los silencios nunca eran incómodos y que de normal, era su estado. Porque el dichoso pájaro y la leyenda, la abstrajo por completo.

viernes, 17 de octubre de 2014

112- Emergencias 80

Todavía bajo el cuerpo de Xavier, en un bloqueo perfecto, empapada y prácticamente bebiendo del charco, Laura sentía que más bajo, no podía caer. Por eso, y no sin esfuerzo, siguió forcejeando queriendo salir de ahí y correr sin detenerse hasta su casa o mejor, hasta casa de su madre. Pero no hubo forma y al final, tuvo que gritarle.

jueves, 16 de octubre de 2014

112- Emergencias 79



No es que fuese muy equivocada Karla, cuando dijo que su hermana hubiese solventado el asunto Xavier-Laura con un...¿te la follas o k ases? Porque Inés es del pensamiento de; hay cosas que sólo un buen polvo soluciona. Horas después, es lo que trataba de explicarle a Marina por teléfono, mientras Karla y Nacho hacían turismo por un lluvioso  Pedraza.

martes, 14 de octubre de 2014

112- Emergencias 78

Oscura mañana, amenazante de tormentas. Así amaneció el día. Lucía podía intentar mejorar esa lúgubre mañana lluviosa, desperezándose en la cama sonriente. Pero ni modo, por la ventana no entraban rayos de sol, por más que sonríese. Tirando de refranero español, al mal tiempo buena cara, se dijo. Primero estirarse correctamente, después cerrar los ojos unos minutos y volver a sonreír. Al hacerlo la última imagen de Susana entrando a la base militar, llenaba sus ojos. Solo ella podía hacerse un selfie de espaldas y enviarlo, a cambio de un "llegué". 

lunes, 13 de octubre de 2014

112- Emergencias 77


Pártete conmigo
un cuartito de silencio.
Préstame esta noche
tu maleta de los sueños.

sábado, 11 de octubre de 2014

112- Emergencias 76

Para eso había quedado su fuente de chocolate, para que las cuatro, Lucía, Susana, Karla e Inés, mojasen en ella una variada fuente de frutas y nubes. ¿Muy familiar? Si, pero ¿noche sensual? No. A ver, no es que Marina fuese una egoísta que prefiriese invertir ese chocolate dibujando a Inés, que puede que un poco si, lo malo del asunto, es que cada vez que Inés quería darle una nube mojada en ese chocolate su madre la miraba, recordándole sin hablar, las calorías que esa nube llevaba. ¿Era necesario? Si, aunque joder, Jodia. Por suerte, Inés no entendía esa crítica velada de Lucía a su chica y enseguida mojaba otra nueva nube y para su desesperación se quedaba a medio camino de su boca porque a Inés le sonaba el móvil y corría a por él. ¿Con quien hablaba a esas horas?

miércoles, 8 de octubre de 2014

112- Emergencias 75

No tuvo problema Marina en sonreír y besar a su madre, como ésta le había pedido en la puerta de su casa, estando escoltada por Karla guapísima de Azafata y la malafollá de Susana con su distinto brillo en los ojos.
Vale, puede ser que Marina no tuviese mucho tiempo en distinguir ese brillo nuevo en Susana o puede que fuese contagio por el visto en los ojazos de su madre. Esos si que los conocía y podía apostar lo que fuese, a que ese brillo eran el resultado de una escapada a Cadaqués épica y no pudo, porque Susana entró llamando directamente a Inés para pedirle una caja de herramientas. Algo muy normal siendo más de las diez de la noche pero ayyy, a Marina se le tuvo que escapar un suspiro cuando Susana se paró a su lado y mirando a Inés, todavía encendida y sin la túnica bien puesta, le acarició la barriga con sumo amor. Iba a tener razón la estatua que mañana sería su mujer, detrás de esa apariencia ruda, se escondía una mujer por descubrir y puede, que a eso se hubiese dedicado este tiempo su madre.

martes, 7 de octubre de 2014

112- Emergencias 74

Mensaje de Ines a Marina: Por fin...me voy para casa. No sabes lo bien que suena en mi cabeza. Ojo, no salgas a ningún aviso más, salvo que sea totalmente necesario y en cuanto acabes corriendo para casa a hacerme la cena. Jajaja, vale...ya me pego yo. Ahora es cuando te caen mogollón de besos.
El mensaje de Ines, la hizo reír sin que fuese ninguna novedad. Con Ines podía estar riendo, follando o discutiendo. Un triángulo perfecto que le hacía sentirse siempre en la cima de la ola. Su conjunción clave, para sentirse absolutamente viva. Tras leerlo le contestó al momento pidiéndole cuidado al volante y mandándole los consabidos mimos, para a continuación y mientras los avisos del 112 la dejasen, charlar también vía whatsaap, con la Presidenta de Madrid y su asesora en un grupo de lo más picante.

lunes, 6 de octubre de 2014

112- Emergencias 73

Valeeee, ¿cuantas veces más Inés iba a tener que arrodillarse? Estaba claro que debía hacerlo. Le bastaba repasar su whatsapp.
Mensaje recibido de Laura: Se puede ser muy mujer, pero para quien te sabe mimar puedes convertirte en una niña, como para quien te sabe seducir, convertirte en un volcán de sensualidad. Y puedes casarte por X cosas, ¿pero que mujer no quiere una bonita declaración?

viernes, 3 de octubre de 2014

112- Emergencias 72

Y las protagonistas de la boda mientras tanto en el estudio fotográfico de un amigo de Nacho. Pero no, su visita a ese estudio nada tenía que ver con sus planes de boda. Porque sencillamente, ni planes habían hecho. Las dos por igual, se dedicaban a aparentar total indiferencia por un boda, que sólo se daba por seguridad.

miércoles, 1 de octubre de 2014

112- Emergencias 71



El brillo en los ojos esa mañana parecía contagioso. Porque a Susana, esa mujer agria de mal carácter a la que hacía nada le habían comunicado la pérdida de sus alas militares, también le brillaban y era curioso sentirlo así. Como si sus ojos tuviesen más vida de la usual. Suficiente, ya era bastante sentir sus ojos extraños, como para acompañarlo también por una sonrisa de lo más estúpida al ver aparecer a Lucía en la piscina con sólo su camisa puesta. Ehm, vale...con sólo su camisa, directa a la piscina donde ella estaba de agua bien calentita y con una mesa de obra dispuesta para desayunar en el agua. Bien, correcto. Solo en camisa que se mojaba en ese agua calentita pegándose a su escultural cuerpo. Ok, en ese caso sería mejor sonreír de manera estúpida que directamente babear por sus huesos.
La suerte, es que su sonrisa no siendo usual, se convertía en una mueca que a Lucía, llegaba como un reto y la mayor suerte es, que habiendo vivido tanto, la ansiedad queda aparcada y todos los sentidos son capaces de alinearse dispuestos a disfrutar de cualquier placer, como era verla avanzar por el agua y atravesar la mesa que las distanciaba por debajo de ésta para acabar saliendo como sirena entre sus piernas.
- Oh...eso fue espectacular- le dijo manteniendo su mismo rictus. Correcto, podría no saber sonreír pero lo que si sabia Susana, era modular su vista, dispuesta a contemplar bien de cerca la sugerente figura de Lucía entre sus piernas, con la camisa perfectamente calada e incorrecto, porque contemplar así mismo, su rostro limpio de maquillaje y despejado, daba para sonreír prendida de su natural belleza.
- Oh...y fue sin ensayar- la imitó Lucía mojándose los labios. Magnífico era sentir la mirada excitantemente pausa de Susana sobre sí. Ella también tenía suerte, la que da disfrutar de la falta de ansiedad más absoluta. Mirándose de frente, sintió como Susana comenzaba a acariciarla apenas con las yemas de sus dedos y pérdida en su silencio, se dejó dibujar por esas yemas que subían desde sus muslos hasta su rostro. Sin ningún pudor y más bien al contrario, no reprimió el gemido de placer que le suponía sentirla tan absolutamente absorta en ella- Uhm...me encanta este momento- le dijo tomándola de la nuca- Eres tan arisca que un beso tuyo se siente como único- continuó provocandola con un suave toque de sus narices y deliciosamente nada, fue lo que hizo Susana, más que mantenerse absorta en las caricias que sobre ella dejaba. Lucía tuvo que sonreír, antes de ser ella quien la besase, como aquella primera vez.
Desde el Instituto o quizás más atrás, no se recordaba igual de cansada y lo mejor, de escapada en medio de una sierra. Ni sabía cuantas veces había detenido su caminar, a pesar de las quejas de la gruñona, simplemente para aspirar el olor a naturaleza limpia.
- Eah...a este paso llegamos al refugio cuando me este esperando la jubilación- fue una de las tantas quejas escuchadas de Susana en su, puede que, tercera ruta de senderismo en toda su vida. Siendo así, no se molestó en absoluto, prefiriendo estirarse delante de ella. Ups, la camiseta de Running se le ajustó perfecta al pecho provocando nuevas quejas de Susana, que en teoría ella no debía escuchar- La úlcera, veras la úlcera.
- Jajaja- al escucharlas le fue imposible no reír caminando hacia ella y su úlcera. Confirmadisimo quedaba, molestar a Susana en cualquier sentido le era totalmente adictivo. Llegar hasta ella y seguir provocandola, lo era aún más- Cariño...no pierdas tu pose segura de malota malafollá, por unas tetas ¿Uhm?- le dijo bien cerquita para seguir caminando sin fuegos que extinguir o puede que, uno estuviese a punto de comenzar entre ellas. Aunque bien mirado, ese pique tan suyo llevaba tiempo incendiándolas, solo que ahora lo hacía en persona.
- Bueno...lo de malafollá es indiscutible- la secundó Susana y diosito santo. Que gusto más rico, tontear por horas sin hormonas descontroladas y ubicadas en un solo órgano. Una auténtica delicia, impregnarse de cada apuro, propio y ajeno. Era como retener entre las yemas de los dedos, una buena dosis de picardía con su inseparable excitación. Pero claro, quien mucho juega, acaba perdiendo.
- Esta noche, hoguera, manta y buen vino, por fin podrás hablarme de las estrellas y esas cosas que usáis los pilotos....¿Rumbos?- se aventuró queriendo conocer más del mundo de Susana y fue otro puntito extra conseguido, sentirla suelta junto a ella.
- Rumbos si, fue de las asignaturas que más me costó- le había contestado Susana, caminando a su lado. Definitivamente mejor aflojar ella su paso a que Lucía, tuviese que parar cada tanto a estirarse rompiéndole la úlcera en mil cachitos.
- ¿Seguir el rumbo?- fue como bromeó Lucía chocandole con el hombro. Imposible, que de su boca saliese algo sin provocación.
- Seguirtelo a ti, tampoco es fácil- le había contestado Susana y auch. Se podía considerar toda una declaración viniendo de Susana- pero me refería a las astronomía. Fue una pesadilla pasarla, por suerte tenía a Roberto, que siempre me echaba una mano.
- Uhm...tuvo que ser fuerte, superar no poder pilotar los mismo aviones que él por el simple hecho de ser mujer- iniciaron así una conversación que enlazaba con otra de la misma rama hasta que en un punto del camino, Susana la detenía y con suavidad cubría los ojos con un pañuelo- ¿Vamos a jugar a la Gallinita ciega?- se vió obligada a preguntarle porque para no variar, Susana hacía las cosas sorprendiéndola y para que engañarse, su proximidad comenzaba a serle insuperable. A ojos tapados, hasta pudo sentir su sonrisa a través de su aliento.
- No...el rumbo pisando tierra es bien fácil- continuó explicándole Susana y vale, ambas podían fingir mantener una conversación o hacerlo en verdad, pero sus cuerpos comenzaban a desobedecerlas. Con el pañuelo puesto, ninguna rompió la proximidad en la que se encontraban- Arriba cambia totalmente, pero es obvio que antes debas saber donde está el norte. Voy a colocar un mapa en el suelo, no lleva escalas ni signos que ayuden a saber como posicionarlo correctamente.
- No me lo pongas difícil, cielo- le pidió coqueteando con descaro. Era eso, o cogerla de la camiseta y que fuese lo que dios quisiera.
- Tu lo haces todo el tiempo- la contestación de Susana, la noqueo por completo, pero rápido se repuso, iniciando un intercambio de verdades ocultas.
- Para nada...otra cosa es que no te des cuenta- le dijo y de nuevo tuvo que invocar a un dios, el que fuese, pero madre mía, que gustazo era tenerla tan intima para ella.
- O no quiera- fue la contestación de Susana en un suave susurro. Pues bien, las cartas estaban sobre la mesa pese a que ella tenía los ojos vendados y no podía verlas. Otra cosa era sentirlas y joder, como las estaba sintiendo.
- Entonces sólo hay que buscar el rumbo a seguir, piloto. No soy ninguna zorra que en ti busque diversión. Por muy hetero que sea, no puedo dejar se sentirme atraída por ti y que...tu mano en mi culo, me este poniendo muchísimo- tuvo que retener la carcajada en ese punto. Había sorprendido a la inquebrantable Susana, por mucho que ahora fingiera descuido variando justamente el rumbo de su mano pero auch nuevamente. El rumbo de su mano, no la hacía salir de su culo, sino posicionarse en él con más vehemencia.
- Esto es tu culo y ahora- le dijo Susana pegando totalmente sus rostros, labio a labio y a ojos cerrados, sintió su aliento cogiendo rumbo a su oreja- te enseñaré a encontrar el norte.
- También podrías besarme- dijo y chascó la lengua. Mejor eso que asfixiarse esperando el beso que Susana le negaba y que ambas, gritaban queriendo que se diera de una vez.
- No...- le negó Susana soltando su agarre y no, por ahí no pasaba.
- Me acabas de caer muy mal, que lo sepas. Yo siempre he sido muy Princess, nadie me niega un beso- protestó ciertamente disgustada y de nuevo, para que engañarse, le encantaba que Susana no fuese una presa fácil.
- Jajaja, lo raro es que yo caiga bien, y que haga lo que todos- rió Susana y hasta tuvo que mirar para los lados. Si, esa carcajada rara escuchada era propia.
- Entonces es un hecho, debemos buscar nuestro propio norte a seguir- se puso brazos en jarras Lucía. Más en serio no podía estar hablando aunque al final, tuviese que obligarla a besarla.
- Bien...no puedes estar más buena, eso debe aproximarme a tu norte- comenzó a girarla Susana. Suave que tampoco era cuestión de marearla y error. A esas alturas ya debía haber sabido que provocar a Lucía tiene consecuencias muy directas.
- Ahm...lo que no consigo entender, es porque me pone tanto tu forma de hablar, ni por supuesto ...que falta nos hace  a nosotras una hoguera. Niegame que no te ha costado horrores dejar mi culo y eso, que no me has visto bailar cumbia- la provocó o más bien no, Lucía. Llegadas a ese punto, daba por atravesada la línea de la sinceridad más absoluta entre ellas.
- Bien...siento adoración por los culos que saben moverse- deteniéndola, Susana no se quedó atrás en cuanto a sinceridad.
- Lo se...para algunas cosas eres cristalina- en su línea, Lucía insistió en obtener la última palabra- ¿Me enseñas el norte o mejor le enseño a tus amigos como lo pierdes?
- Touchdown para la doctora- se dejó vencer Susana. Más allá de espectacular se le antojó la belleza de Lucía de nuevo enfrente bien chulita.
- Jajaja, te dije que me gusta ganar, cielo- se río y lo hizo, ganó en ese momento, lo hizo siendo una atentisima alumna en cuanto a puntos cardinales, en lo que les quedaba de camino, manejando cómo nadie los cambios de conversación, por igual a la hora de llegar al refugio y organizarse para las duchas y al final, cuando la hoguera si hizo falta para entrar en calor y disfrutar de una noche de antológico cielo despejado. Pero, cuando se quedaron solas, frente a la brasa a medio consumir, cubierta por una manta y por el cuerpo de Susana tras ella, prefirió perder. Bueno, todo gran jugador, debe saber perder y ella lo supo hacer- Uhm...noche estrellada y la Doc de tus fantasías entre tus piernas. Es hora de seguir mi rumbo. ¿Ah?- fue lo que le dijo girándose entre sus piernas para por primera vez, probar la suavidad extrema de unos labios femeninos.
El rumbo de aquella noche, fue muy parecido al que ahora, seguían en esa piscina. Cambiaba, la soltura que da conocerse íntimamente, pero como le había confesado a Susana, sus besos continuaban siendo tan enervantes como aquel primero.
Y no para besos, por lo menos de ese tipo tan enredados y húmedos, estaban Karla y Laura frente a sus webs-cam. La urgencia sexual con la que habían llegado, Karla a su habitación de hotel en Londres y Laura, a la propia en su casa, se esfumó en cuanto el brillo de sus ojos dió paso al de sus sonrisas.
- Soy una zorra- le dijo Laura cubriéndose el rostro. Estaba clarísimo y ella lo sabía, que tanto Nacho como Karla, babeaban el uno por el otro y ella se dedicaba a interponerse como niñita caprichosa.
- Así, tan sexy y con las piernas abiertas, con mucho más estilo que Sharon Stones, pues la verdad es que...
- Si lo soy- la concluyó Laura queriendo entenderse ella misma, por eso comenzó a hablar con Karla, con extrema sinceridad - Estaba apática, sexualmente digo. Tengo frita a Marina con eso, y es justo cuando ella está totalmente revolucionada... tiene agotada a tu hermana- continuó comentándole provocando la risa de Karla. No sólo por la carita con lo que se lo decía sino por la verdad que llevaba.
- Jajaja, Inés con Marina es como la canción de Manolo García de la fiera- le dijo y de hecho había sido su Tía quien la había definido perfecta para Inés- Ni pintada para ella, cuanta más caña le da Marina en todos los sentidos, más enganchada la tiene- siguió comentándole totalmente atenta a cada reacción de Laura. Ni por asomo, pensaba dejarla cargar con toda la culpa. Ella había sido la primera en seguirle el rollo.
- ¿Será lo que me pasa a mi?- se preguntó Laura tras escucharla- No deja de ignorarme, es como si no me viese- regreso a su mono tema de los últimos tiempos. El primer hombre al que ni le hacía falta hablarle para llevarla loca- A mi esto, no me había pasado nunca- su voz salió tan aniñada, que a Karla le entraron unas ganas inmensas de atravesar la pantalla y abrazarla.
- Xavier, supongo- le dijo arrugando los labios. Callándose lo que pensaba del tipo capaz de ignorar a alguien como Laura.
- No te pongas celosa o si, no se bien...porque al final va a ser verdad que necesito de un colega psiquiatra o que en verdad soy una caprichosa egoísta- prosiguió Laura sin dejar de acompañar sus palabras con movimientos y gestos claramente nerviosos que enternecían a Karla- Me dió la gana contigo, te tuve...después quise contigo y con Nacho y...bueno, tu sabes.
- ¿Por que te comes la cabeza?- le dijo Karla totalmente sería. Con Laura a veces había que hablar bien llano, dárselo mascaito prácticamente- Por mi no lo hagas y estoy segura que por Nacho tampoco. Sabes de sobra, que Nacho te adora y vuestro triángulo con Marina es irrompible- trató de ayudarla con la seguridad que da tener las cosas muy claras.
- Desde párvulos, si...como me gustaría que me abrazaras ahora mismo. Que soy una zorra, Karla- le dijo abrazándose así misma. Era de locos todo lo pasado hasta llegar al punto en el que estaban y Karla, sin dejar de entenderla fue a una explicación más directa o se podrían pasar horas así.
- ¿Por que? ¿Porque a pesar de que como pareja no valdríamos nada nuestra atracción es bestial? ¿Por eso? Ya hemos demostrado que podemos vivir con ello. Ahora mismo lo hemos hecho y el tiempo seguro nos calma- volvió a decirle Karla con extrema convicción. De todas maneras, si alguien le debía una explicación a Nacho era ella, no Laura.
- Como trío hubiésemos sido lo más, yo sigo insistiendo- regresó a lo suyo Laura antes de suspirar por el torso más ancho y fuerte que recordaba- Aunque ayyyy, mi corazón cabalga tras un
- Snoob- terminó por ella Karla a punto de echarse a reír, pero su móvil sonaba insistente y tuvo que cogerlo. Cuando fue a disculparse con Laura, también ésta consultaba el suyo para enseguida devolverle la vista con la boca desencajada- Se casan- le dijo soltando el móvil tras leer el mensaje de su hermana y a Laura se le desencajó aún más la mandíbula.
- ¿Y te quedas ni más tranquila? Que se casa mi Marina y tu hermana- conforme lo fue diciendo a Laura comenzó a correrle a lo loco la adrenalina por todo su cuerpo. Su sueño desde niña no cumplido, llegaba. Los tres asistiendo a la boda de uno de ellos. Debía llamar a Nacho y comenzar a prepararlo todo. Eso, cuando Karla dejará de mirarla como si no pasase nada- Lo primero que vas a hacer peque...es llamar a tu hermana y exigirle una pedida de mano como Marina se merece- le exigió mensajeandose rápido a Nacho, y madre mía...también debía avisar a Lucía y por supuesto a su madre y a prácticamente toda Pedraza. Al fin uno de ellos se casaba y había que festejarlo a tope.
- Ja...lo hacen por el bebé, es un chorrada casarse hoy en día, seguro que alguno me da la razón- le mostró el móvil Karla. Ella también se estaba dedicando a avisar a los suyos, sin olvidar anotarse aprovechar sus viajes a Londres y Nueva York, para buscar sendos vestidos para ella y su hermana.
- Ayyyy, yo ya no podré estar tranquila hasta que no esté todo preparado y ni así, porque entonces será la boda, antes la despedida de solteras, después el viaje de novias y ayyyy, os quiero... Yo es que os quiero a todos, pero es Marina, ¿entiendes? Es...es más que mi hermana- emocionada y entre lágrimas, hablaba deprisa comenzando a faltarle el tiempo y así, nuevamente provocaba la sonrisa más enternecida de Karla.
- Y todos te queremos a ti, no lo olvides- le dijo Karla pero ya no había caso. Laura estaba activada cómo si fuese un misil. Ya no importaba Xavier y sus omisiones, dejaron de prevalecer sus caprichos y su objetivo principal a partir de ese justo instante, fue que su amiga tuviese la mejor boda del mundo. Sus mensajes divulgativos de la feliz noticia, fueron siendo contestados, aunque una de las partes más importantes no lo hizo- Darling...¿donde narices esta Lucía que no mira el móvil?
En Cadaqués estaba Lucía y no, difícil mirar el móvil si yacía ignorado en su bolso, colgado en una percha del probador. Se habían marchado a ese encantador pueblecito con lo puesto, por lo que las compras fueron más que necesarias. Eso sí, ella pensó en comprarse de todo, mientras que Susana eligió dos mudas yéndose a lo práctico y hasta le dió tiempo, mientras Lucía se probaba prendas, a comprarse un libro, que sentada de vuelta frente a los probadores comenzó a leer, no viendo así el mensaje de Karla. Siendo una novela histórica, a las pocas páginas ya estaba metida de lleno en la trama, en tanto Lucía se miraba en el espejo, deteniéndose no en el vestido que acaba de ponerse y si, en su rostro.
Apenas maquillada, se sonrió examinando la frescura que contemplaba. La rojez propia de un medio día de sol, pese a ser verano, unido al brillo de sus ojos. Dios, ¿cuando había sido la última vez que se había visto tan poco maquillada pero tan guapa a la vez? Seguramente hacía tanto, como el que llevaba sin escaparse, sin contemplarse sonrojada sin sacarse ni un defecto, o simplemente sin sentir esos nervios propios que se sienten ante una locura. Vale, ésta nueva sonrisa la estaba enamorando y además, la incitaba a seguir descubriéndose como aventurera.
- ¿Susana?- pellizcándose el labio por lo que estaba pensando hacer, llamó a Susana y su gruñido afirmación, le dió el empuje para descorrer la cortina y quedarse parada frente a ella. Con Susana ni caso tenía, volver a llamar su atención, lo más práctico era poner en marcha su pequeña gamberrada- Mirándome en el espejo, me he dado cuenta que tampoco en mi vida antes, había hecho un pretty woman- le dijo y dios si. Susana comenzaba a mirarla de abajo a arriba con esa calma que amenazaba constantemente su cordura. Aunque, del pretty woman como suponía, Susana no tendría ni idea- Pasemos de la explicación que me vas a pedir y saltemos a lo importante.
- Nunca te han follado en el probador- regresó la vista a su libro Susana, tras sorprender a Lucía. Pero a quien mentía. Las pastas del libro sufrían al momento los efectos de ver a Lucía tan espectacularmente guapa y peor, tras escuchar sus pretensiones. Pero como dicen por ahí; "y lo que te rondaré morena" Porque Lucía fue interpretar el deseo que brotaba en esa aparente calma y decidirse a saltar directa hacía su propósito.
- Aja...y acabo de reservarte la exclusiva para ti sola. No es necesario que pases por taquilla, entra directamente- mató directamente a Susana, cerrando la cortina tras ella. Fuera vestido, fuera ropa interior y dios, que bien pensados están los pequeños taburetes de los probadores para colocar en ellos un pie. Abierta y esperándola, se despeinó su larga cabellera para que a Susana, cuando descorriera la cortina, se le escaparan todos los sentidos por los ojos- Y que empiece la función.
Empezó y como, Susana no la decepcionó lo más mínimo cumpliendo su fantasía. Después, saliendo de la tienda entre risas, las dos revisaron sus móviles quedándose mudas por la noticia de la boda entre Marina e Inés.
- Menuda tontería. Ninguna de ellas había comentado querer casarse- fue lo que dijo Lucía. Nada creyente en el matrimonio ni ninguna otra ley manía, quedando en contraposición con Susana.
- Bueno...te extrañará lo que voy a decir pero...a mi me gusta que legalicen su situación- alegó Susana y tuvo que arquear las cejas sorprendida por la actitud de Lucía, deteniéndose junto a su moto claramente molesta.
- ¿Que tiene que ver el amor con la legalidad?- se exaltó Lucía sin marcha atrás. No había criado una hija entre banderas de liberalismo para que terminase en un altar o donde fuese, firmando pertenecer a alguien.
- Puede que no con el amor...pero si con la familia- respondió Susana, guardándose la sonrisa que le provocaba ver a Lucía tan irritada con el tema.
- Agh...no me seas básica, por favor- se quejó Lucía, no pudiendo comprender cómo alguien como Susana estaba a favor de tan trilera ceremonia.
- No lo seas tú.. Piensa que habrá que comprar más ropa y sobre todo...probársela- le dijo con toda la intención Susana y a Lucía, no le quedó más que reír por su salida, sin olvidar provocarla un poquito.
- Y eso que sigues sin verme bailar cumbia- le dijo bien cerquita para después castigarla sin beso antes de subirse a la moto, dispuestas a seguir escapándose del mundo por unos días. Aunque el tema de la boda, como pasaba con Karla y Laura, fue una fuente constante de intercambio de opiniones, mientras que las futuras novias...