lunes, 30 de junio de 2014

Mi cincuenta cláusulas Epílogo 1ª Parte


Cómo cada mañana su despertador fue el más bonito imaginable. Los balbuceos de Minerva desde su cuna, claramente despierta y de seguro, jugando con el pequeño cojin del que no se separaba. Amante hasta el extremo de la belleza, Julia se giró con los ojos cerrados y los abrió cuando supo, se encontraría la imagen de su hija en la cuna. La forma más rápida y perfecta, de despertar sonriendo. Para ser completamente idílico solo le faltaba sentir los brazos y piernas de Minerva abrazándola por la espalda. Pero como en los últimos tres días, su peso no le dio los buenos días.

domingo, 29 de junio de 2014

112-Emergencias 7


Al final, el relevo de Marina, el doctor Adolfo llego cuando ella aún hablaba con Inés por frecuencia interna. Marina no tuvo ninguna reserva en darle su mail personal. Después de todo era una compañera de trabajo más. Para cuando Adolfo abrió la puerta del despacho, Inés la estaba sorprendiendo con una nueva afirmación.

- Tiene el pecho grande...naturalmente grande- la voz usada por Inés fue como la de un niño que se adelanta a una sorpresa e inexplicablemente, su afirmación le hizo reír. A las ocurrencias de la piloto ya se estaba acostumbrando, por igual a sus cambios de tema entrelazando unos con otros y su desparpajo, para decir algo como lo había hecho, le parecía más encantador que molesto. Por eso le contestó, sin sentirse ofendida.

viernes, 27 de junio de 2014

Mi cincuenta cláusulas 132


Una simple formalidad, legalizar a su hija registrándola, una tarea burocrática más, que a la magnate la tenia despierta desde bien temprano. Con Min y la niña durmiendo, salió hacer su primera cola del día. En recepción espero ilusionada el certificado de nacimiento de su hija y con entre sus manos, llevándolo como si fuese un tesoro, regreso a la habitación. Para entonces Minerva ya estaba despierta y se sorprendió al ver a Julia, tan cómodamente vestida.   Cómodo, para cómo Julia solía vestir. Para registrar a su hija, la magnate había elegido un pantalón blanco conjuntado con una blusa que realzaba a ojos de Minerva su altura y pecho, los zapatos sin duda, realzaban aún más la primera.

jueves, 26 de junio de 2014

112-Emergencias 6


De estar deseando que apareciera su relevo para irse a casa a descansar, Marina paso a desear que tardarse un poco. Las risas con Inés, bien valían salir unos minutos más tarde. No le negó, la taza de chocolate, ni pensar en ella por esa taza, ni mucho menos, que en un concurso de chocolates, ella le ganaría sin duda. Pasadas las primeras risas, fue a Marina a quien le pico la curiosidad.

miércoles, 25 de junio de 2014

Mi cincuenta cláusulas 131


Los dos siguientes días para las chicas fueron frenéticos. Las visitas llegaban y se iban, sin que ninguna fuera más consciente de nada que no fuese la pequeña Minerva. Por suerte la pequeña tomo rápido el pecho de su aun dolorida Mami, ante la siempre atenta mirada de su otra madre. Julia enseguida tomo el mando con la niña. Fue ella quien la cambio las primeras veces y con las indicaciones del personal sanitario, fue ella quien le dio el primer baño. La noche del segundo día, fue lo más esperado por ambas Mamás. Las dos agradecían las visitas y los innumerables consejos que en ellas dejaban, pero llegaban a las noches, deseando poder quedarse a solas y descansar un mínimo. Consciente del estado delicado de Minerva, Julia se esforzaba en que descansase cuanto pudiese e incluso, se preveía de lo necesario para no tener que avisar al servicio sanitario de la Clínica. Disponiéndolo todo, lo dejo organizado para uno de sus momentos favoritos, la toma del pecho de la pequeña. Adoraba esa imagen desde la primera vez que se dio. El vínculo tan natural y sencillo, sobrecogía por su belleza a Julia. La minúscula manita de la pequeña abierta sobre el seno de Minerva, sus pequeños labios envolviendo el pezón, y la mirada de Minerva sobre la niña, envolviendola en una acogedora calidez. Una imagen tan exquisita, que la dejaba paralizada mirándolas.

- Siéntate con nosotras, cariño...nadie va a entrar a estas horas, por lo tanto nadie me verá el pecho- a pesar de la seriedad mostrada, Minerva sonreía por dentro. Primero porque Julia se sobresaltaba con demasiada facilidad desde que la niña naciese y segundo, porque el tema darle el pecho en público, necesitaba de ser hablado entre ambas. Si Julia no gastase una educación a veces excesiva, habría echado a más de uno de la habitación a lo largo del día. Al ser sobresaltada, por estar pérdida en la imagen de la que ya era adicta, la magnate se sentó con sumo cuidado junto a ellas. En nada, su mano busco la frente de la pequeña.

- No tienen educación. Jamás me mantendría en la habitación donde una madre amamanta a su hija. Es algo demasiado íntimo para ser violentado con perfumes, conversaciones banales, o cuchicheos- defendió su postura, sonriendo al bebé. Era brutal, sentir su extrema suavidad, como lo era su aroma naturalmente virgen. La pequeña dejo el amatorio apoyo en el seno de su Mami para agarrar el dedo de su otro Mama, haciéndola cerrar los ojos de placer. Los dedos de su hija apenas cubrían media falange pero era lo suficiente para estremecerse. Cada gesto de la pequeña, cada leve sonido, su suavidad, unido a lo absolutamente hermosas que se veían Mami e hija, la tenían con el pecho encogido, sin creer que algún día pudiera acostumbrarse a esa imagen.

- Que no es porque me vean el pecho, es por sus perfumes- continuó Minerva sonriendo. Pasados los enfermizos celos de Julia de un principio, Minerva había llegado a acostumbrarse, a la transformación de estos, sin que llegarán a desaparecer. Julia rodó los ojos ante la evidencia, no sólo era la intimidad entre madre e hija, por supuesto también influenciaba la desnudez necesaria de su pecho- Te consiento demasiado, ¿eso lo sabes?

- Si- contestó rápido Julia, besándola, para volver por igual de rápido, la vista a su hija- Cuando estáis así y alguien entra o se queda, me siento como si tu fueses a tomar tu mejor instantánea y un perro rabioso se pusiese a tu lado en ese justo instante ladrando sin parar. Se que es egoísta e incluso infantil, pero sois mi mejor foto y ellos ladran molestándome.

- En verdad, mi madre esta un poco rabiosa, la tuve que obligar a marcharse a casa...uhm- cansada como la misma pequeña, apenas podía mantener los ojos abiertos. Consciente de ello, Julia tomo a la niña que como su Mami, se dormía dejando de mamar.

- Descansa, sush- besó a Minerva, cubriéndola cómo pudo y sonrió ante sus balbuceos amorosos para ambas- No se lo digas a nadie- le dijo a la pequeñita que en sus brazos terminaba de dormirse- Soy una mujer con mucha suerte. No la soltó enseguida en su cuna, se empapó de ella y de una Minerva dormida cuanto quiso. Una habitación de una clínica, simple y sencilla, y a ella, la dueña de una fortuna insultante, le parecía todo un Hogar, al que no le faltaba de nada. Paseando por la habitación, recordó una de sus bromas más repetidas por las mañanas, cuando demasiado temprano, su despertador sonaba y Minerva trataba de retenerla en la cama.

- Tengo que poner mi máquina de hacer dinero en marcha- era su frase más usada. La vanidad que llevaba, molestaba a Minerva, una dulce molestia que las hacia sonreír en su primer abrazo del día.

- Así suenas muy malvada- solía regañarla Minerva encerrándola entre sus piernas.

- Oh...las malvadas nos entrenamos a diario- dejando a la niña en su cuna, pudo escucharse así misma y no le apeteció lo más mínimo. Solo pensar que en pocos días las dejaría en casa para marcharse a poner en funcionamiento su máquina de dinero la desilusiono. En verdad quería quedarse con ellas, después de todo llevaba toda la vida almacenando dinero e inmuebles, y podría hacerlo. Amanecer con ellas, sin más objetivo que disfrutarlas al máximo- ¿Tu que dices?- le preguntó a voz bajita a su hija, hundiendo la nariz en su pecho. Llenándose de su aroma, no se percató que la puerta de la habitación era abierta por Guillermo, quien se quedaba quieto mirándolas. La luz del exterior aviso a la magnate de su presencia y con sigilo, llego hasta su suegro.

- Creo que dejare por un tiempo a Hugo manejando mi empresa- le dijo apoyándose junto a el. Guillermo la miró un segundo y a Julia le bastó para guardar silencio, mientras Guillermo devolvía la vista a su hija y nieta.

- Primero son los días y días durmiendo a ratos por sus tomas, cuando te acostumbras a levantarte a media noche para darle el biberón, empiezan a salirle los dientes y lloran y lloran, sin que puedas hacer mucho, entre tanto balbucean un Papa que te hace llorar de emoción y sentirte el tipo más afortunado del mundo, te pasas horas contando sus progresos, y tu notas que tus clientes, amigos y familiares están hartos de que les cuentes todo lo que de nuevas hace tu hija. Después echan a andar, y te pasas horas asegurándote que no van a tropezar, de ahí saltas a la guardería, y en cuanto te llora en su primer día, tu mujer tiene que retenerte porque tu quieres sacarla de esa guardería y llevártela a casa por muy bonita que se vea con baby. Otro tanto cuando es el primer curso de Colegio, vuelves al orgullo, porque tu según su profesora tu hija es de lo más social y en cuanto a estudios es de lo más aplicada. Te pasas años babeando, porque a ti te sonríe distinto de como lo hace al resto, y allá donde te vea por muy entretenida que este, lo deja todo y viene corriendo a que la alces y le digas, que es la princesa de Papa- en plena catarsis, Guillermo hizo una pausa, necesitando tomar aire- Es ahí, donde quieres que deje de crecer, justo ahí, donde no hay adolescencia con su consabida rebeldía, y aún ahí, no piensas que se hace mujer y temes que cualquier hijo de puta te la toque o le haga daño. Pero siguen creciendo, y la ves con chicos y de ninguno te fías y mucho menos te gusta para ella y entonces, entre lágrimas tu hija te dice que lo siente por ti, pero que a ella no le van los chicos sino las chicas. Y te cabreas con el mundo, y te vuelves un temeroso porque no quieres que tu hija sea diferente, pero entonces ella misma te enseña que no tiene nada de diferente y que si alguien le insulta, solo tienes que ir y partirte la cara con quien sea. Esto último no se lo dices a ella, ni mucho menos a tu mujer. Lo superas todo, incluso que no quiera seguir tus pasos y te diga que quiere ser fotógrafa. Que carajo, nadie en nuestras familias ha sido artista, pero ella quiere serlo y te ves, dejando de comprarte caprichos para corriendo comprarle su primera cámara profesional. Vuelve la calma, ella sola consigue un buen trabajo y entonces ocurre, te enteras que tu hija esta viéndose con una cabrona mayor que ella, que por lo que te cuentan, es una hija de puta con todas las letras. Te vas donde la tipa, te presentas como el caballero aguerrido y leal de la dulce princesa y dios...vuelves a respirar cuando compruebas que la temida cabrona, se convierte en mantequilla con tu hija. Respiras, asistes orgulloso a su boda y si...tranquilidad por fin...pues no, ahora quiere ser madre. Y te la pasas pidiendo a quien sea que pueda serlo, que elijan la mejor clínica, el mejor donante, se embaraza, dicha y al carajo. Otra vez desvelado y pidiendo que todo salga bien. Y llega el día, y te hace abuelo y descubres que ya no eres el caballero de una princesa sino de dos y acabas tardísimo en una cena de negocios y te recorres medio Madrid, para ir a la Clínica, y verlas como ahora, durmiendo felices- volvía a faltarle el aire y en una nueva pausa, miró a Julia, quien tenía la vista perdida donde el mismo- Es lo que te espera en adelante, ¿y sabes? Todo ocurre tan sumamente rápido, que bien merece pudiendo, que detengas todo y te dediques a ellas. Si a mi me premiarán con volver atrás, ten por seguro que lo haría- concluyó o eso pensó de primeras, pero la emoción sentida conforme hablaba lo tenía llorando sin que se hubiese dado cuenta hasta que Julia lo miró condescendiente a punto de abrazarlo - Me ha debido entrar una mopa- justificó sus lágrimas con la barbilla temblando. No eran sólo dos princesas a las que custodiar, la mujer de rostro duro e impasible que a su frente estaba tan emocionada cómo él, también ocupaba parte de sus desvelos.

- Será la misma mopa que me entró a mi- le dijo Julia antes de que ambos se abrazaran- Eres cómodo de abrazar- bromeó no queriendo llorar como niña en brazos de su padre, pero Guillermo cerró el abrazo y medio desarmada por su afecto lo agradeció, tranquilizándolo- Como dirían a un caballero, con mi misma vida, Guillermo.

- Les doy dos besos y te dejo descansar- se despidió Guillermo resoplando, por el emocionado abrazo entre ambos y como dijo, beso a su hija y nieta, mandando a la magnate a descansar. Después de todo, la niña en tres horas estaría pidiendo su nueva toma.

Y así fue, tres horas más tarde Minerva medio dormida le daba de mamar, mientras Julia las miraba tumbada con ellas.

- Mañana cuando venga tu madre iré al Juzgado a registrarla- le dijo a Minerva y ésta despertó incrédula. Julia sonrió al verla mirarla sorprendida por ser ella y no Izascu quien se ocupará de registrar a la niña- Haré cola junto al populacho.

- Jajaja, no seas mala- rió Minerva recibiendo un beso de la creída magnate. Beso que prosiguió hasta que los bostezos tomaban protagonismo- ¿Cuando crees que volveremos a dormir siete horas seguidas?

- Oh...creo que falta tanto como para hacer el amor por completo- le contestó Julia sonriendo contra sus labios y Min se separó lo justo, para meterse con ella.

- Que para ti  es mucho peor, que dormir poco....con lo que nosotras hemos sido, cariño jajaja.

A la mañana siguiente, Julia Arango, la excéntrica millonaria, dueña de un Imperio económico, hacía cola en el registro civil.
 
 
 

martes, 24 de junio de 2014

112- Emergencias 5


No le mintió a Inés, Marina, cuando fue ella quien tuvo que decir que haría en su día libre. Descanso apenas cuatro horas, fue a la Facultad, se puso al día en cuanto a apuntes recogidos por sus compañeros, comió algo ligero en la misma facultad, se entrevistó con su decano y para cuando quiso llegar a casa, era media tarde.

lunes, 23 de junio de 2014

Mi cincuenta cláusulas 130


El dolor era tan desgarrador que le hacía gritar jadeando. La mano de Julia solo servía para clavar en ella sus uñas, al tiempo que la fundía con la mirada. Ella le ofrecía un mundo y a cambio ella tenía que soportar estar prácticamente partiéndose para darle un hijo. Escuchaba a alguien pidiéndole un nuevo esfuerzo y quiso gritar que no podía. Llevaba horas de esfuerzo, y aún, le pedían más. Solo la mirada cálida de Julia a su lado, le dio fuerzas. Fuerzas para pedirle algo.

viernes, 20 de junio de 2014

Mi cincuenta cláusulas 129


Los seis meses de embarazo llegaron con una Minerva pletórica. Confirmado el sexo de la niña, todo rodaba entre ellas de maravilla y la magnate, tuvo que dejarla en Madrid para acudir sin poder postergarlo más a New York. Estaban por tanto en plena subida por esa, su particular montaña rusa. El revolucionado carácter de Minerva, aún hizo de las suyas, y una de esas ocasiones, fue justamente cuando a las chicas, le confirmaron el sexo de la niña. Según palabras de Julia- Oh es una mera revisión rutinaria, se que es niña- aunque Minerva no lo tenia tan claro y temía que sus últimos sueños se hicieran realidad.

jueves, 19 de junio de 2014

112-Emergencias 4


Noche fría de congelarse. Con los chicos del Centro de emergencias fuera y los primeros copos de nieve cayendo sobre el helicóptero, tanto Ines como su compañero, decidieron bajar a resguardarse del frío, a la cafetería del Hospital. Estando de servicio como estaban, ambos se llevaron las trasmisiones portátiles.

miércoles, 18 de junio de 2014

Mi cincuenta cláusulas 128


Despanzurrada en su sofá, y llorando a moco tendido, se encontraba Minerva a sus cuatro meses de embarazo. Sin duda Julia lo definiría como, acomodada relajadamente en su sofá. Pero en verdad Minerva estaba despanzurrada, una pierna por aquí, la otra por allá, un cuenco de cereales azucarados a medio comer en la mesa, junto a demasiados pañuelos desperdigados por esa misma mesa. No había sido buena idea, invertir la tarde en que Julia tenia una reunión con sus dos sedes más importantes fuera de Madrid, viendo la serie de dibujos que Julia le había recordado la noche anterior.

martes, 17 de junio de 2014

112-Emergencias 3


Marina se tuvo que quedar, sin escuchar lo que a Inés le había  ocurrido en ese crucero. Una llamada al centro de emergencias alertaba de accidente en la carretera nacional. Era el propio conductor del vehículo siniestrado el que llamaba y participaba haber perdido el control del coche, para acabar saliéndose de la carretera.

lunes, 16 de junio de 2014

Mi cincuenta cláusulas 127


¡Es la leche! La expresión más utilizada por Minerva, para describir cuan pletórica se sentía, se quedó pequeña en brazos de Julia. Las risas   llenas de ilusión y vida, dieron paso a un profundo beso entre ambas y tras él, Minerva busco con ahínco verse reflejada en los ojos que tanto adoraba. Para Julia tenerla así, celebrando su mejor sueño, le hizo recordar lo contado a sus secretarias. La sonrisa y risas de Minerva serian por siempre, su más preciada fotografía. La mezcla de sentimientos y alegría desbordada en ambas, terminaron por emocionarla, y con Minerva en brazos mirándola directa, no tuvo donde esconderse. Así, dejo la lucha pérdida contra sus lágrimas y lloro sonriendo, como siempre, suspirando su nombre.

domingo, 15 de junio de 2014

112-Emergencias 2


De regreso a su despacho de butaca caliente, se sonreía orgullosa por la actitud mostrada en la sala de comunicaciones. Su estricta profesionalidad y entrega a su trabajo, en ocasiones, no le dejaba ver, que se puede ser una gran profesional, sin tener que permanecer rígido todo el tiempo.

viernes, 13 de junio de 2014

Mi cincuenta cláusulas 126


Los extraños comportamientos de Julia, tenían a su secretaria personal y a la asistencial, de lo más entretenidas. Habían escuchado que en las dos inseminaciones realizadas a Minerva, la magnate se había mostrado tiernamente nerviosa. Pero eso lo supieron solo de oídas. Desde que Elisa, confirmara el embarazo de Minerva, lo estaban viviendo en primera persona. Primero fue la exaltación con la que pidió reserva en Las Bahamas. Julia pedía, y ellas cumplían entre cuchicheos.

jueves, 12 de junio de 2014

112- Emergencias 1


Llegaba tarde y era algo que detestaba. Había pasado media mañana durmiendo, recuperándose de la noche de guardia, después hacer las cosas de casa, comer con su madre, cafelito con un par de amigas y al final, la cena se le echo encima y la hora de comenzar otra guardia, también.

miércoles, 11 de junio de 2014

Mi cincuenta cláusulas 125


Llevaba varios días repitiendo exactamente los mismos pasos en su despacho. Para Izascu comenzaba a ser normal, ver a Julia llegar, prender su ordenador y pegarse los siguientes minutos, atenta a una sonora alarma que "algo" para ella desconocido, notificaba a la magnate. Como cada mañana, al verla llegar y saludar, la acompañaba al despacho, le sirvió su primer café expreso y le recordó la agenda para ese día y como los anteriores días, la magnate saboreaba su café escuchándola a la par, que revisaba la hora y el ordenador cada tanto.

martes, 10 de junio de 2014

Un adiós, improvisado 20


A la mañana siguiente, los estúpidos pajaritos cantaban felices y el olor a hierba mojada y naturaleza que se adentraba en la habitación ayudado por la brisa mañanera, era insoportablemente agradable.

lunes, 9 de junio de 2014

Mi cincuenta cláusulas 124


El matrimonio Buitrier, a cuyo enlace Minerva no había acudido, se había ido convirtiendo con el tiempo en una pareja más de amigos. Era habitual salir a cenar con ellos cuando visitaban Madrid y lo era por contrario, cuando las chicas podían escaparse a Bruselas.

domingo, 8 de junio de 2014

Un adiós, improvisado 19


Tan jodidamente bueno, que Alma no podía creérselo. No había sido fácil acostar esa noche a su hija. Entusiasmada con la presencia de Amanda, costo lo suyo llevarla a la habitación para dormir.

De regreso al salón, la imagen de Amanda de espaldas a ella mirando la chimenea copa en mano, era tan jodidamente sexy y familiar a la vez, que Alma se detuvo, no dando un paso más. Como si estuviese en el mejor de sus sueños y cualquier cosa, bien un porculero mosquito, bien una leve brisa o bien un puto despertador, pudieran sacarla del sueño, dejándolo en la simpleza mágica, de todo sueño. Un paso, un ruido o su sola presencia, eran suficientes para arrebatarle la imagen con la que se deleitaba.

viernes, 6 de junio de 2014

Mi cincuenta cláusulas 123


Capítulo 19

Minerva resoplo frente al espejo, dejando apoyado en el lavabo su lápiz labial, al tiempo que escuchaba una nueva queja de Julia en la ducha. Ahora se le había caído el gel, antes fue el champú y para cuando salió de la ducha, fue la escurridiza toalla. Cualquier otra mañana habría hecho un chiste fácil o hubiese buscado picarla. Pero Julia se mostraba tan nerviosa como lo estaba ella misma. Su día más esperado había llegado y desde que habían despertado, apenas habían cruzado más de un monosílabo.

jueves, 5 de junio de 2014

Un adiós, improvisado 18


Estando en mitad del paso como estaban, al primer intento de Amanda de soltarse, Alma la soltó. No podía olvidar que Naiara continuaba con ellas, por mucho que la repentina seriedad de Amanda, le provocara ir tras ella. Pensándolo y viéndola regresar al baño junto a su hija, Alma se sonrió. Después de todo, Amanda estaba en su casa y hasta se enfadaba por nombrarle la posibilidad de un nuevo adiós. Con infinito mejor humor, ando hasta la pequeña chimenea, atuso el fuego y salto contenta sobre el sofá.

miércoles, 4 de junio de 2014

Mi cincuenta cláusulas 122


Sin más cereales que poder consumir, las chicas tiraron chucherías y gominolas varias, que acompañaron de dulces licores. Ni taconazos, ni vestidos ajustados o incómodas medias, la vestimenta elegida fue la más cómoda posible para acomodarse frente a la chimenea, y dejar olvidado el preparadisimo Taper-Sex traído por Marga.

martes, 3 de junio de 2014

Un adiós, improvisado 17


De buena gana Alma se daría la ducha que deseo para Amanda. Helada, para que su cuerpo no sintiera más que frío. Congelar con ella y bajo el agua, naturalmente fría de la sierra, sus incesantes ganas de Amanda. Ahogarlas bajo el chorro, convertirlas en estalactitas, para después romperlas de un zarpazo.

lunes, 2 de junio de 2014

Urgente..sos o un poquito de ayuda por favor


Que movida madre mía. Os cuento, me he metido en una historia mega heavy, vacíos, inexistencia, sexo en cualquier lado y de cualquier forma, un amor que tendrá que demostrar estar por encima de todo lo mundano, la hostia puta vamos jajaja. Perdón si heri sensibilidades con tan soez expresión. Toma, por si le da a mi padre por leer esto. 

Mi cincuenta cláusulas 121


No es que los chicos pudieran salir hacia la verbena en seguida. Julia tuvo que volver a asearse y lo propio hizo Min, aunque no cambio su cómodo atuendo de camisa larga. O más bien, lo hizo ante la mirada seria de Julia. A esas alturas para ciertas cosas no hacia falta hablar. Al final Minerva le unió unos cortos y anchos pantalones, que en cuanto los chicos, incluida Julia, se fueran desaparecían.

domingo, 1 de junio de 2014

Un adiós, improvisado 16


Con la niña entre ambas, era muy difícil hablar a las claras y aunque bien fue cierto, que la broma sutil entre la veterinaria y la zorra relajo la tensión entre ambas, aun a Amanda le quedaba mucho por saber y a Alma le quedaba todo.

Después de su adiós en aquel hotel, lo que menos esperaba es ver aparecer en su casa a Amanda y que después, hasta fuese ella quien preparase la cena y hasta le diera para organizar recoger la mesa y cocina.