martes, 30 de septiembre de 2014

112- Emergencias 70

- Mm...cielo dejame dormir- se quejaba Marina, pero ni modo. Al bebé en su vientre, le dió igual su queja y que tratase de calmarlo acariciándose la barriga entre acabar por despertarse o conseguir volver a dormir. Debía ser tempranísimo e Inés, dormía plácidamente entre sus hinchadas bufas y la barriga con el bebé saltarín que al final, en un nuevo giro, terminaba por despertarla. Pues nada, si intentaba seguir durmiendo lo único que conseguiría sería ponerse de mala leche. Mejor plan, sobre todo para su humor, era ponerse a acariciar al trapecista que vivía en su barriga y a la dormilona piloto- Consentidos....yo soy la embarazada, debería ser la mimada- les murmuró a ambos, suspirando tranquila. 

lunes, 29 de septiembre de 2014

112- Emergencias 69

No es que fuese muy equivocado el padre de Xavier. Podía montarse en cualquier momento. Pero no por su hijo o si, quizás en parte por él si. Pasado el momento pañuelo, Marina se dedicó a poner al tanto a Ines de lo hablado antes de que ella llegase a la cena. Los asuntos tratados habían variado desde los gastos médicos del embarazo hasta los posibles riegos del parto. Ese punto fue el que mas escoció a Ines. En caso de que a Marina le ocurriese algo durante el parto,  el bebe quedaría bajo la guarda y custodia del padre. Totalmente lógico pero sumamente jodido. Porque esa era su realidad, a efectos legales ella no era nadie respecto al pequeño pájaro o eso creía Xavier.

viernes, 26 de septiembre de 2014

112- Emergencias 68



Loco, tierno, romántico y sobre todo, tan de Nacho. Desde que comenzará el curso de Azafata de vuelo, apenas habían podido coincidir y en la mayoría de las ocasiones hacía sido junto a Laura. Bueno, no podía culparlo. Las dos escapadas de los tres juntos, dejaron más de un brecha abierta entre ellos. Por eso fue mucho más emotivo encontrarlo cómo pasajero de ese avión, tanto como lo había sido que Susana hubiese ido a verla, pero distinto.

jueves, 25 de septiembre de 2014

112- Emergencias 67

Marina jodida, según su propia madre sin haber follado, algo que suma puntos negativos, con lo cual arriesgando en matemáticas, quiere decir que disminuía su estado "guay" y "molón". Laura también jodida, tras su breve explicación se puede concluir, con riesgo a no equivocarnos, que era por falta de sexo, como había pronósticado Lucía y ésta, nada pero nada de absolutamente nada jodida y lo de follar pues...nadie había hecho ningún pronóstico ni mucho menos aseveración sobre ello.

miércoles, 24 de septiembre de 2014

112- Emergencias 66

Una mañana más como otra cualquiera o no. Marina y Karla, compartirán en el mismo momento pero a kilómetros, la misma tarea, contemplarse en un espejo de pie. Claro que, lo hacían de distinta forma.  Karla sintiéndose extraña, sólo para sus trabajos como azafata de congresos podía vestirse así. Falda encajada sobre las rodillas tan azul como su corta americana, diferenciadas de su camisa blanca- Ay Dios- tuvo que murmurar sin poder llegar a creérselo.

martes, 23 de septiembre de 2014

112- Emergencias 65

Lucía ya se había marchado del Púb, dejando allí a Laura y Nacho. No se podía catalogar de algo extraño, pero que ambos se quedarán ahí, sin conversar con los conocidos de siempre, sin tontear con nadie y sin ninguna apetencia de "caza" si era bien extraño, entendiendo que ambos, eran extremadamente sociales.

lunes, 22 de septiembre de 2014

112- Emergencias 64

Caminos con baches, a veces más hondos, a veces más pequeños y otros remendados con capas de alquitrán, que se agrietan a la larga. Ese podía ser el camino de Karla. Una carretera convencional para la que nunca hay presupuesto. Un remiendo aquí, otro allí y en cuanto cae una buena tunda de agua, socavon de la leche.

viernes, 19 de septiembre de 2014

112- Emergencias 63

- Que razón tenía mi peque, es todo tan intenso, drama of drama, woman to woman...porque ya lo cantó Areta.. Oh baby, what you done to me? You make me feel so good inside and I just wanna be close to you. You make me feel so alive- lo que ella creía era un pensamiento, no lo era e Inés la miraba con las cejas arqueadas. Que no conocería la canción estaba claro para Laura. Pero my good, Inés afligida se veía tan pero tan apetecible, que no se aguantó las ganas y tiró de ella empotrándola contra la puerta- Baby...medio llorosa estas aún más cañón y yo soy una mujer muy caliente. Siente la tensión sexual fluyendo entre nosotras, está sin resolver y eso me moja muy mucho.- 

jueves, 18 de septiembre de 2014

112- Emergencias 62


Podría parecer que la más sorprendida era Inés, sentada en su coche prácticamente en la puerta de Marina, viendo salir de ella a Xavier. Pero no era así, por mucho que los celos la atravesarán de arriba a abajo haciéndola apretar dientes, como no recordaba. Puede que al final, su Tía tuviese razón. Para llevar algo así, debían demostrar una madurez absoluta, sin dejar que elementos ajenos enturbiaran su relación. Fácil, puede parecer fácil, pero verlo saliendo de casa de Marina, era la confirmación de que quisiera o no, ese tipo ya formaba parte de sus vidas.

miércoles, 17 de septiembre de 2014

Detrás de un gran hombre.....

Dicen que detrás de un gran hombre hay una gran mujer, pues yo cojo la frasesita que Groucho Marx mejoró con: Detrás de un gran hombre hay una gran mujer y detrás de ella su esposa, juas con Marx jajaja, y os digo: Detrás de toda Gemo hay una Almirante, que no duda en entuasiasmarse ante una cópula. Así despúes escribo yo lo que escribo....

Para muestra un botón:

112- Emergencias 61


La llegada de Nacho, fue seguida de la de Fátima, la madre de Laura y así, Lucía dejó a los jóvenes para tomar el café prometido con ella, sin olvidarse de tranquilizar a Susana respecto a Karla, mandándole un selfie de ella misma con su sobrina. Tampoco era plan, teniendo a Fátima en pleno ataque-mi hija me dice que es lesbiana pasados los treinta y yo me quedo muerta-ponerse a escribirle a Susana. Lo más fácil, agarrarse a las tecnologías como había hecho. Aunque que demonios, siendo sincera le hubiese bastado escribirle una simple frase como- Encontré a Karla, está en Pedraza con los chicos- pero claro, perdía picaresca. Y ninguna, pese a mandarle una foto con ella misma, tuvo Susana al contestarle con- Me cago en la...vale, voy para allá- Así, sin ninguna gracia y sin pararse ni un momento a decirle lo guapa que estaba o peor, sin decirle si quiera cuando saldría y si ellas llegarían a verse.

lunes, 15 de septiembre de 2014

112- Emergencias 60


A la noche tiene por costumbre seguirle el día, que para todos amaneció de lo más veraniega. En ésta ocasión la más madrugadora fue Lucía, para quien era una delicia tomar su primer café en su jardín sin que aún el sol quemase y el fresco propio de las mañanas en los pueblos segovianos, aliviara las altas temperaturas. Hace unos años, tomaría ese café leyendo sus dos periódicos preferidos, ahora como todos, los compaginaba con su móvil, esclavizada a redes sociales, aplicaciones de mensajería instantánea, sin olvidar su principal función, llamadas telefónicas.

viernes, 12 de septiembre de 2014

112- Emergencias 59


Quedar con Xavier a Marina no le supuso más, que afianzar su decisión. Debía tomar las riendas de su vida y asumir lo que le había ocurrido de la forma más adulta posible. No considerándolo una cita, apenas cuidó su imagen, algo que Xavier a la hora de recogerla en la puerta de su casa, ni apreció. Para él, Marina estaría igual de espectacular con un cómodo pantalón y camiseta como iba, que con un Dior.

Verlo frente a ella, parado y sonriendo, fue el primer pellizco que Marina sentiría esa noche, que además su sonrisa se ensanchase antes de halagarla, le hizo recordar que debía tener muy presente no comportarse como una zorra.

jueves, 11 de septiembre de 2014

112- Emergencias 58


Cuando Marina llegó a casa de Laura, fue Nacho, o su análogo en transgenero quien la recibió. Ataviado con un vestido de Laura que le quedaba de lo más ajustado y corto, marcando por excelencia a su querido Nachete, y perfectamente maquillado. Aunque éste último detalle, estaba a punto de ser dañado por su llanto.

- Quiere que sea gay o transexual, no se bien- la saludó así de normal Nacho, entre llantos y colgándose de ella. Quedándole muy clara una cosa, su embarazo no iba a ser el principal problema del especial trío que formaban- Y ni siquiera me dice, si estoy guapo así...se ha obsesionado, Marina...esta muy loca.

miércoles, 10 de septiembre de 2014

112- Emergencias 57


Que su madre hubiese sido de siempre una mujer de mente abierta, con la que hablar de cualquier cosa y de la que tirar en más de un aprieto, no significaba que su confirmado embarazo lo estuviese encajando  beneplacitamente. A Marina no le faltaron dardos envenenados de su madre en la sala de espera de la consulta...

- Vaya por dios...no soy la única menopausica que toma precauciones, será que lo de menos es un embarazo- le había dicho mostrándole uno de los muchos folletos informativos que había por toda la sala.

Tampoco le faltó recibir esos dardos, cuando les tocó entrar en la consulta del joven ginecólogo.

- Cielo, que no te confunda lo muchísimo que mi hija se parece físicamente a mi, porque nada que ver. Uhm...me encanta tu nueva barba- le había dicho al joven y como no, guapo ginecólogo, en teoría presentándola.

Una vez dentro, no parecía que Lucía fuese a dejar de lanzarselos, porque a la primera pregunta de Fran-Cielo, sobre los anticonceptivos que Marina había empleado, intervino con...

- Te ahorro las mil excusas que puede llegar a darte, mi hija es una de las culpables que en las cajetillas especifiquen sin ningún lugar a dudas, los días del mes..pero oye, que ella ve que el 6 y 7 no tomó, pues se pone y lo hace sin preservativos el día 8, porque está estresada y eso debe relajar...En fin, no creí que me estaba quedando anticuada, cariño.

Vale, eso fue demasiado para que Marina aguantase callada. Su madre podía tener razón en cuanto a los días especificados en la cajetilla, ¿pero debía hacerlo propiciando el babeo del ginecólogo? Estaba clara la respuesta, si.

- Ay cielo, yo aquí perdiendo un poquito los nervios y tu tan amable haciéndonos un hueco, sería tan genial poder saber hoy mismo los resultados. ¿Uhm? ¿Me harías ese favor?

Valeeee, bien mirado su madre podía usar las armas que quisiera si de una vez y por fin, iba a saber el resultado que dentro de sí, Marina sabía que era si, pero que por otro lado, no podía creerse que fuera si, hasta que lo contestasen los análisis o ecografía. Pero así, tumbándose en la camilla, super mimada por el joven, guapo, y bebe los vientos por su madre del doctor y colega, su madre tenía más tiempo para continuar lanzando pullitas, mientras ella tenía que soportar el gel frío.

- Consigue la secretaria de la directiva de Castilla y León,  del partido político en el que milita desde su mayoría de edad, llega por propios méritos a jefa de coordinación del centro de Pedraza, con más que posibilidades para dar el salto en breve a la coordinación sectorial y está a punto de licenciarse en sociología, pues bien...a dos años de elecciones mi hija puede estar embarazada de un rollo de unas cuantas noches en el momento más clave de su carrera profesional y lo peor, pretende que me muestre tan comprensiva como siempre. Cuando yo, me estoy pudriendo en un ambulatorio por haberla sacado adelante sola- siguió monologueando incansable su madre, dando vueltas por la consulta, mientras Marina aguantaba estoica el frío gel al que había que sumar la presión del ecografo en su vientre. El único, que estaba a lo que debía, era el amable doctor.

- Lucía- la llamada de atención del doctor a su madre, fue omitida por ambas. Marina por estar resoplando al ver a su madre sin pensamientos de detener su bombardeo y ésta porque se estaba desahogando.

- ¿Que más ejemplos necesitaba?- insistió Lucía.

- Lucía- lo hizo el doctor.

- ¿No vio todos los malabarismos que tuve que hacer?- prosiguió Lucía.

- Lucía- lo hizo por igual el Doctor.

- Tuve que trabajar en urgencias toda su infancia, y ni vieras los tejemanejes que tenía que hacer para cuadrar horarios con las niñeras- continuó sin que Marina pudiera resoplar más aire, una más y estallaría con todo, pero entonces..

- En nueve meses, estarás cuadrando horarios igual- le dijo al Doctor a su madre y aunque tardó, Marina miró finalmente la pantalla del ecografo con los ojos abiertos de par en par, fijos en un pequeñísimo grano.

- ¿Que?- preguntó Lucía tan anclada al coraje de que su hija hubiese cometido tan tremendo error.

- Que vas a ser la abuela más sexy de la historia- le contestó el Doctor y entonces, se quedó sin palabra posible.

No podía ser de otra manera, si su hija la miraba encogida, el ecografo mostraba una bellísima imagen y el guapo doctor la halagaba sonriente. Cuando pudo reaccionar, a su hija no le faltó su mano, al doctor su sonrisa de vuelta y al granito que se veía en pantalla, su declaración...

- Me acabo de enamorar- confesó emocionando a su hija, como lo estaba ella misma. Mucho se ha escrito y escribirá del amor entre pareja  y sus flechazos, pero poco del amor instantáneo que atraviesa desde las mismas entrañas, como le había ocurrido a Lucía en ese mismo instante en que con la mano de su hija tomada, escuchaba y veía a su futuro nieto. Con las dos agarrándose fuerte, Lucia tuvo que dejar de mirar a su nuevo amor, para tomar el rostro de su hija con ambas manos- Te adoro mi vida, y juntas podremos con esto y más.

- Grano...llamale grano porque es como un grano en todo el..- la corrigió llorosa Marina, sin poder dejar de mirar a ese especial grano.

- Jajaja, no es un grano es una habichuelita de lo más mona- dijo besándola Lucía, para entonces girarse al risueño Doctor, que esperaba educado su recompensa- Fran, estas ante la cuarta generación de mujeres Sánchez, ni lo dudes- lo consintió con un breve y estratégico beso, antes de sonreír al monitor y la habichuelita que mostraba.

A partir de ahí se acabaron las pullitas, pero no por eso, Marina se libró de su madre. Ahora tocaría hablar de Xavier, de sus hábitos alimenticios, de su adiós a la ingesta abusiva de café, al tabaco, alcohol y una infinita lista que su madre iría improvisando, una vez consiguiera despedirse del Doctor-Babas.

- Mi cielo...has sido todo un amor- le dijo realmente complacida por la atención recibida por su parte.

- Por ti, lo que sea...¿cenamos hoy?- no perdió la ocasión el Doctor, deseando que Marina se evaporase por unos minutos, los necesarios para asegurarse una cita con su madre.

- Hoy me viene fatal, cariño- lo rechazó Lucía, vendiéndose a alto precio. La carita decepcionada del Doctor era todo un poema.

- ¿Mañana?- insistió sin rendirse. La había visto después de haber transcurrido  meses desde su última cita, bien valía entonces rebajarse un poquito, pero Lucía arrugó los labios dándole a entender que debía seguir buscando fechas- ¿El fin de semana?- propuso y el beso sonriente de Lucía, le confirmo una nueva negativa.

Ni modo, el Doctor no obtuvo la cita que quería, pero Lucía se aseguró de dejarlo contento con una cita en el aire. Hecho que extrañó a Marina, quien nada más salir de la consulta, interrogó a su madre, para pasar a extrañarse ante la respuesta de su madre.

- El fin de semana he quedado para ir a una casa rural, haré senderismo- la ilusión mostrada por su madre, detuvo a Marina.

- Jajaja, estuve a punto de creerte, tu en el campo y de senderismo, Jajaja el grano me lleva más loca de lo que pensé- se río Marina pero dale que dale, su madre sonreía plena, con cierto toque gamberro.

- Habichuelita cariño...y si, me voy al campo y ahora mismo contigo de compras...¿que ropa se lleva a un sitio así?

Obvio, Marina alucino otro poquito más, diferenciándose de Karla, quien escuchando los planes de Susana, su Tía, para el fin de semana, dejó de mirar las acrobacias con la avioneta  de Inés, para decirle...

- ¿Tienes que estar siempre en movimiento o que? Pensé te quedarías con ella- señaló la avioneta que continuaba realizando acrobacias en vuelo. Y su tono fue tan amargo, que Susana apretó mandíbulas sin decirle nada, sabiendo así, que Karla continuaría- No has tardado en venir, así que a mi no me comas la cabeza, te esperas que deje de volar, la consuelas y a mi me dejas tranquila.

- Como siempre, claro que si...tu no necesitas a nadie, ¿eh? Tu eres la fuerte aquí, de la que nadie se preocupó ni preocupa. Ya veo- contestó a sus aires de rebeldía, Susana tan ácida como lo había sido Karla y respiró dos veces, anticipándose a la segura contestación de Karla.

- ¿Ya ves? Y una mierda ves- cabreada contra el mundo, Karla no se midió.

- Vuelve a hablarme así, y entonces si que no me vuelves a ver en tu vida, Karla- alzó la voz Susana y mierda, fue imposible no verse con ella prácticamente igual, hacía muchos años.

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Carmen la había llamado desesperada, Karla llevaba dos días sin aparecer por casa y con Inés fuera del país, recurría a ella sin saber donde más buscar a su hija. Otra nueva ocasión, donde Karla se fugaba sin más. Adolescente y sin pasta en los bolsillos, Susana no tardó mucho en encontrarla, una pregunta aquí y otra allí. Karla ni siquiera había salido del pueblo, pero no es que por eso, se encontrase en las mejores condiciones.

Cuando Susana entro en la vieja casa usada por los chicos para pegarse sus buenas fiestas, se le hizo un nudo en el estomago, mientras algunos solo bailaban o se metían mano como putos gorilas, Karla estaba tirada en el suelo, mal vestida y con la mirada perdida. Más de uno se llevó un buen empujón y que diera gracias, la mala hostia de ver a su sobrina en esas confines bien hubiera válido ponerse a dar de hostias a todo aquel que hubiera consentido que Karla acabase así. No sin esfuerzo, consiguió cagarla y sacarla de ese sitio y con aún más esfuerzo, tuvo que escuchar sus balbuceos en tanto le mojaba la cabeza en la primera fuente que encontró a su paso.

- Jajaja, joder...¿no me digas que te llamo mi madre y no fue por Ines?- tuvo que escucharla mordiéndose la lengua por no contestarle como merecía, siendo más urgente vaciarle el estomago por lo que hubiese podido tomar- Casualidad...eso habrá sido, porque me he cargado todas las asignaturas del curso y le ha dado igual, porque como yo no aparezco en las putas cartas del tarot, no le importo una puta mierda. Ah si...lo hago pero para aguantar sus llantos, para eso sí...hijo de puta, ¿como me dejó así de tirada? Yo no estaría así, con él aquí...Agh..joder, ¿que haces?

- Abre la boca, Karla...ábrela- tuvo que ordenarle para meterle los dedos y después aguantar sus vómitos, esperando que llegase el momento de hacerla entender la situación especial de su madre, advirtiéndole de su situación- Te dije que a la siguiente te llevaba conmigo. Ahora vamos a casa, te despides de esa que dices ser mala madre y te vienes a Torrejon.

- Y una mierda...a mi madre no la dejo sola- protestó enseguida Karla, a su madre ni tocarla.

- Una mierda es lo que me importa a mi lo que tu pienses, te vienes y punto- la contradijo Susana, guardando la sonrisa que quería brotarle, bastaba picarla un poco más.

- Ahora mismo llamo a Inés, a ver que te dice- chulita y respondona, sin duda la más rebelde de las dos hermanas.

- A mi no se, pero haber que opina de como tratas a vuestra madre, llámala y vemos que le parece- insistió Susana sin dejarse achicar por las inmensas ganas de acunarla, Karla estaba totalmente pérdida.

- A mi hermana la dejas en paz- volvió a erguirse en defensa de lo suyo, Karla.

- ¿Conseguirás aclararte? ¿No es ella quien te quita el cariño de tu madre? Cuando entenderás que tu madre está enferma, pero que dentro de su depresión las dos sois lo único que tiene, ¿cuando Karla?

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- Mierda...todo es una mierda- se quejaba en el presente Karla reteniendo a su Tía- No sabes que movidas hemos tenido y no sabes lo que esa tía le dijo a Inés, ¿sabes? Le hubiese abofeteado la cara...anda y que la jodan y le hagan veinte niños más.

- Eso es...vamos a cagarnos en todo, incluido en esas dos tías- siguió a Karla, esperando su momento de ataque.

- Si joder, que se vayan por ahí- se animó enseguida Karla, su Tía las entendía cómo nadie.

- Venga si..¿tu hermana que hace?- no espero más, llegaba la hora de ponerle las cosas claras- ¿Está tirando los currículums que tu deberías estar entregando?

- No me jodas- protestó Karla, su Tía ya no era lo más.

- Te jodo, si- insistió Susana.

- Lo hemos pasado mal, ¿vale? No tenemos cabeza para más- le dijo Karla, de lo más obvio debía ser.

- Claro, claro...- le contestó escupiendo sarcasmo, Susana.

- Que Marina está embarazada, ¿que parte no entiendes? Y la otra...de la otra me callo, mejor me callo- indignada y más allá, se encontraba Karla.

- Vaya por dios, que jodido todo...no se, cuando baje Inés a ver si podemos ponernos de acuerdo en el color de los patucos a regalarle a Marina- escupió ahora cinismo Susana, para no haber querido ser madre, menuda carga llevaba con esas dos.

- Jajajaja seras cabro- detuvo toda risa Karla, la mirada de su Tía no era para ser tomada a risa y bien que la conocía- Ehm...vale, pero es que joder..no nos dejas tener un día de cabreo.

- Lo haré el día que los árboles den dinero...en cuanto a Inés si quiere volar más, que vuelva a cooperar con Cruz Roja, donde seguro reciben con los brazos abiertos a una piloto gratuita- sentenció con verdadera cara de dolor- Ya me habéis reventado la úlcera otra vez, joder- exclamó jodida tal cual decía y fue nada, comparado con la mala uva que le entró al leer un mensaje de Lucía: Ay, super guapísima mi habichuelita, mira...Mensaje al que Lucía adjuntaba la imagen de la primera ecografía de Marina y mensaje al que rápido contestaba Susana iniciando un intercambio de mensajes con: Huy si...a Inés de seguro le encanta, hay que joderse.

Mensaje de Lucía a Susana: Pero que ilusa puedo ser, al esperar de ti una sola frase amable.

Mensaje de Susana a Lucía: Venga si, ahora enfádate.

Mensaje de Lucía a Susana: Jajaja, eso sería dedicarte demasiado esfuerzo, cariño.

Mensaje de Susana a Lucía: Para nada, tu enfadarte nunca.

Mensaje de Lucía a Susana: Estoy de compras, dejame tranquila.

Mensaje de Susana a Lucía: Enfadarte tu...jamás.

Mensaje de Susana a Lucía: Te estoy llamando, contestame.

Mensaje de Susana a Lucía: Lucía, coge el teléfono.

Mensaje de Susana a Lucía: Cómo quieras...ya está.

Mensaje de Lucía a Susana: Es que me parece super desagradable por tu parte.

Mensaje de Susana a Lucía: Malísima soy, si...¿que estas haciendo?

Mensaje de Lucía a Susana: Nada que te importe.

Mensaje de Lucía a Susana: Me pones que...estoy de compras. ¿Quieres ver mis mallas de senderista? ¿Uhm?

- Lo que le faltaba a mi úlcera, veras- musitó tras leer el que no sería, último mensaje de Lucía.

Y por un mensaje, fue que Marina dejó las compras con su madre, para acudir a solicitud urgente de Nacho, a casa de Laura para ayudarlo a sofocar un ataque terrible y sin precedentes de lesbianismo.
 
 
 

martes, 9 de septiembre de 2014

112- Emergencias 56


- Dime que no llevas toda la noche, deseando esto- girada entre sus brazos, las palabras de Karla, la prendieron enseguida. Más allá de lo que decía, fue el como lo dijo. Con el deseo del que hablaba presidiendo su mirada y sus labios, con los que siguió prendiéndola como mecha de pólvora, a pesar de sus reticencias. Sentirlos rodando por su cuello, le hicieron agarrarse a sus brazos, antes de gemir su nombre, cuando su mano llegó directa a su sexo- Me encantó tocarte, fue una puta locura.

- Karla- volvió a gemir apretando con fuerza las manos en ella, tratando de contener las inmensas ganas de dejarla hacer cuanto quisiera con ella- Espera...Karla que tu no, que yo...que- continuó tratando de detenerla pero con una increíble maestría los dedos de Karla atravesaron su ropa llegando directos al centro de sus ganas- Ahm dios..madre mía

- Joder si.. Me fascina tu coño

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- Quise pararla, dijera ella lo que dijera en la mesa, os juro que intenté detenerla, pero me tocaba de unas formas y me decía cada cochinada, que así era muy difícil- regresando al presente, Laura trató de defenderse de las acusaciones de Karla sobre ella, que aún escocían y como. Camino de de regreso a Pedraza, su defensa no pareció ser escuchada por Nacho, ni tampoco por Marina y así, a Laura le resultó imposible, no cerrar los ojos y verse allí, de nuevo aprisionada por las ansias de Karla, cara a la puerta- Me giró, tan fuerte y tan guarro, que temblé entre asustada y cachonda como una perra- relató sorprendiendo ahora si, a Nacho y Marina que se miraron entre sí, con la boca abierta, sin que Laura los viese, sumergida de lleno en su noche con Karla- Ja...ríete de las crías, soy yo la que tiene treinta y poquísimos años, la que se supone tengo más experiencia y la que como ella dijo; jugaba...pues ni tanto, porque fue ella quien me bajó los pantalones con tanta desesperación que me hizo besar la puerta volviéndome loca. Vamos, en la vida pensé yo que una tía, o más bien una niñata que va por ahí perdonando la vida, me iba a hacer sentir tan puta, como me hizo sentir.

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- Karla...Ahm, estamos en la calle- le pidió prácticamente aplastada entre ella y la puerta, maldiciendo a su garganta por gemir a cada avance de Karla por su cuerpo y hasta a sus caderas, empeñadas en acompasar las manos de Karla, poseyendo su sexo desde adelante y atrás.

- No...estas tan empapada, que no puedo detenerme. ¿No es lo que querías? Pues aquí lo tienes.

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- Como muñeca de trapo, igual me manejó. No quedaba rastro de mi peque, por más que la miré intentando encontrarla, no la hallé y ella se aprovechó de mi desconsuelo-continuó entre ensoñaciones Laura, a las que Marina dejaba de prestar atención en el justo momento en que veía a Inés en línea del whatsapp, y a las que  Nacho intentaba evadirse, sin conseguirlo. No podía hacerlo, si Laura proseguía- Sin saber como me vi desnuda sentada en ella y...y, joder me seguía hablando super sucio...y yo así me pongo...me pongo mucho.

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- Pegate, pegate a mi...Laura- su petición entre jadeos enloquecidos, fue cumplida casi inconscientemente e incluso no tenía que haberla hecho, porque cuando cayó en sus piernas, fue lo que hizo Laura, pegarse a ella como si fuesen dos imanes y la conciencia apareció fugazmente, al sentir la mano de Karla, colándose por sus nalgas. Pero Karla la espantó de golpe- Quiero follarte entera..entera, Laura.

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- No me besó- confesó Laura, encogiéndose en el asiento trasero del coche, dejando la vista pérdida- solo me mordía y lamía, pero no me besó.

- Ya, Laura..ya está bien- la cortó Marina dejando el móvil caer al suelo del coche. No tenía caso, había estado esperando a Inés, cualquier cosa de ella, aunque fuese un simple emoticono, pero nada, no había recibido más que el dolor de saberla en línea, sin estarlo para ella. Pero no por eso cortó a Laura, lo hizo porque como amiga no soportó la imagen de ésta acurrucada en el asiento trasero llorando sin ser consciente. Claro que, también a su lado estaba Nacho sufriendo el relato de Laura, con él fue tan fácil como ponerle una coca cola bien fría en la entrepierna- Jajaja- tuvo que reír, Laura se había incorporado con el cabello despeinado y el maquillaje corrido; Nacho sonreía sudando mientras  trataba de bajar sus ánimos y si ella se miraba en el pequeño espejo de la visera del coche, no estaba mucho mejor que sus amigos- Creerme si os digo, que ahora mismo damos pena.

- Ayyy yo sufro fuerte por mi peque, no lo puedo remediar- corrió a seguir con sus lamentos Laura, sorprendiendo a Nacho.

- No..ejem, no parecías estar sufriendo al principio- musitó Nacho no muy conforme con Laura y paso a tragar saliva por como ésta lo miraba.

- Ya estamos...tengo una noche épica, después me llevo una tanda de hostias sin verlas venir y ahora no podre ponerme calentita recordando lo primero, mientras lloro por lo segundo- se explicó aún afligida buscando Laura, sin olvidar disgustarse a la vez- ¿Me entenderéis algún día?

Podrían intentarlo, pero el móvil de Marina sonó en esos instantes y a ésta le faltaron manos para correr a cogerlo, esperando y deseando que fuese Inés, pero no, en verdad era su madre, mandándole un mensaje: Cariño, estoy llegando a casa, si quieres mejor nos vemos ahí, que en el Centro Médico.

- Es mi madre- les comentó a los chicos tras leerlo, mientras contestaba a su madre: Mejor en casa, si. Tras hacerlo, sus amigos esperaban que dijese algo más- Ya está llegando, así que.. si no os importa, me dejáis en su casa.

- A mi también, Nacho- no tardó en apuntarse Laura. Lucía seguro que la entendería, más que su madre, sin dudarlo. Pero Nacho, de nuevo no estuvo de acuerdo con ella y con señales calladas se lo hizo ver- No, quiero decir que me lleves a la mía, mi casa- continuó explicándole calculando el tiempo que a Marina le llevaría contarle su nueva situación a Lucía. Seguro, el tiempo suficiente para ella llegar a casa, ducharse, maquillarse y volver a casa de Lucía. Tanto pensar en Lucía, acabó por entrarle curiosidad- ¿Donde estaba Lucía?

- Salió anoche- le contestó Marina absolutamente desganada. Desgana que no siquiera pasó, cuando los chicos atravesando la calle donde se situaba la casa de su madre la alertaron de una moto saliendo justo de ahí- Que se yo...algún amigo- les dijo deseando salir del coche para verse reflejada en los otros ojos, donde únicamente encontraría algo de consuelo, los de su madre. Tras despedirse de sus amigos, prometiendo mantenerlos al tanto de todo, por fin entró en la que siempre fue su casa, encontrando a su madre en el recibidor quitándose los zapatos y a pesar de su desánimo y de cierto temor a como su madre podía tomarse la noticia de su embarazo, se quedó parada contemplándola, antes de decirle- Te ves genial.

- Lo estoy- le contestó Lucía realizándole un rápido estudio visual, propio de toda madre- pero cariño, ya quisiera yo, poder decir lo mismo de ti- prosiguió acercándose hasta su hija, y el gesto normal en Marina, cuando estaba absolutamente desbordada de medio abrir la boca, confirmó sus sospechas desde que recibiera el mensaje de su hija, llegando a Pedraza anticipadamente.

- He metido la pata hasta el fondo- se fue a lo más importante Marina mientras Lucía se pinzaba el labio sin apremiarla.

- Uhm...ya veo- le contestó, dejándole los tiempos a ella y terror, Marina volvía a desencajar su mandíbula costándole que las palabras saliesen cómo quería.

- En mi primer lugar conmigo misma- siguió Marina, pese al esfuerzo que le suponía. La mujer que le acariciaba el rostro, había pasado por lo mismo que ella con sólo veinte años, la misma que la miraba con toda la calidez del mundo. Difícil así, contarle que ella repetía su mismo error, con una enorme diferencia. Lucía cómo no, entendió su apuro, y conociéndola, optó por la forma más práctica entre ambas.

- Hacemos esto, cariño...necesito ducharme, llevo con esta ropa desde ayer, tu preparas dos cafés y hablamos mientras me visto para ir al Centro- planeó dejándole un beso y una vez más, dentro de todo su embrollo personal, Marina tuvo que sonreír. Ni hecha ha pedido, su madre hubiese resultado mejor.

Más tranquila por el recibimiento de su madre, prácticamente autómata caminó hasta la cocina. Con su madre no necesitaba pensar las palabras a decirle o buscar excusas que de nada servirían, lo mejor y más rápido, era decirle la verdad tal cual. Así, preparar el café, le supuso poder entretenerse mientras su madre se duchaba, pero fue abrir el armario en busca de las cápsulas de café y un simple paquete de pastas, la devolvió a un supermercado de Suances, estando de compras con Inés.

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Con tantos planes por hacer, al llegar al supermercado se habían organizado, apenas decían comprar algún picoteo para entre horas, ella eligió la parte de chucherías varias, mientras Inés se había quedado con el encargo de los desayunos. Las risas al cruzarse por los pasillos y la coquetería entre ambas, fue de lo más divertida, hasta que Inés se paró junto a ella, con su cesta llena.

- Ehm...Cielo, son tres días para desayunar- le había dicho al ver la cesta a rebosar de leche y galletas varias.

- Jijiji si, por eso me bastó la cesta sino hubiese cogido un carro- le explico Inés de lo más natural- Ah calla- tuvo que correr a explicarse, al ver a Marina ir sacando cada caja de galletas- Son cuatro porque si las juntas siendo diferentes, al mojarlas resulta un sabor de único. Es bien- le contó igualmente natural. Cualquiera debería saber ese tipo de cosas, juntar cuatro galletas de la misma clase, no tiene ninguna gracia, juntas cuatro de distinto sabor, mola. De los efectos secundarios tipo ardor de estomago, Inés no dijo nada. Pero Marina, la estaba mirando entre alucinada y te quiero comer toda, e Inés, tuvo que improvisar- ¿Sabes que me paso al verte aquí en el pasillo? Pensé...Wau está cañón y luego me tuve que decir...ay calla, si es mi chica- concluyó toda chulita y así, se lo puso en bandeja.

- Jajaja, ah pues no- dispuesta a jugar con su timidez, Marina aprovecho el envite- volvamos a ese punto en el que pensaste, Wau..está cañón y- hizo una pausa creando un hilo de seducción que a Inés, le hizo tragar saliva previniéndose- entrame.

- Jolines- tardó cero en contestar sin caer que sonrojándose como bombilla de Club de carretera, no hacía más, que alimentar las ganas de jugar en Marina- otra vez con eso, no. Por favor- insistió pero nada, Marina la miraba en completa seriedad. Esa que la mecía entre la timidez y el deseo.

- Venga va, cariño...- volvió a pedirle Marina, disfrutando de cada una de las reacciones que podía provocar en ella- entrame que vea tus artes seduciendo- pestañeo para cucarle el ojo de una forma muy sugerente, pero ni por esas, la Inés más cabezota no cedía.

- Que no, que es al revés, a mi me entran, de siempre además- quiso escabullirse a lo gallo de corral y Marina continuó sería pero variando del tonteo a la mala leche.

- Le acabas de quitar toda la gracia- se molestó nada más escucharla a pesar de saber que estaban en un juego e Inés, corrió a besarla, comenzando a entender sus cambios.

- Jijiji...que estábamos jugando no vayas a enfadarte- tonteo con ella y nada, no le quedo de otra que aceptar el juego- Vale..está bien, quedate aquí que voy a entrarte- le dijo preparándose para una entrada en toda regla.

- Aquí estoy, va- la apremio Marina pellizcándose el labio. Era una pasada, ver el cúmulo de nervios con el que se ajustaba la ropa.

- Sin presiones- alzó las manos Inés, pidiendo tiempo, pero el juego ya había empezado.

- ¿Perdone?-fingió no conocerla de nada Marina e Inés, se sonrojo aún más sin saber que hacer con sus manos, ¿usarlas para apoyarse en la estantería?..mal, tiró uno de los productos, ¿intentar cogerlo al vuelo? Mal, terminó tirando dos más, ¿guardarlas en sus bolsillos?..bien, nadie herido, podía seguir ligando tras una entrada triunfal, a la mujer de infarto que la miraba esperando.

- Jijiji ains...- su risita de conejillo sonrojado todo feliz, debía bastar para conseguir un número de teléfono, pero...

- No he escuchado bien lo que me ha dicho- insistió Marina, adorando al conejillo tímido que asoma por la madriguera risueño.

- No pues que...pues, pues...¿que hace una chica como tú en un sitio como este?- improvisó cómo pudo la pobre y Marina no pudo aguantar más la risa.

- ¿Comprar?, Jajaja habrá que seguir probando, cariño.

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- Fantástico- musitó llorando e iban unas cuantas veces. A saber, lo que  podría estar pensando Inés o peor, como podría estar pasándolo. En un impulso, incluso buscó su móvil, pero se detuvo en última instancia. Debía dejar de actuar justamente a impulsos, establecer prioridades y después, solo después buscarla. Lo primero a hacer, era subir a la habitación de su madre con sendos cafés y soltarlo tal cual, viendo como ésta se hidrataba tranquila, hasta que le escuchaba decir que estaba embarazada, continuando con: Pertenezco al 0.01 por ciento que aparece impreso en las cajetillas de las anticonceptivos como posibilidad de embarazo, una tarada más de ese tanto por ciento. Los últimos meses para mi han sido tan arrolladores, en todos los sentidos que me desordené tomándolas. Mi nuevo puesto en el 112, el congreso del partido, Manu, Xavier e Inés...mi propio triángulo que como premio, me dejó un grano creciéndome en la barriga.

- Abre el primer cajón de la mesita- tras un prorrogado silencio, Lucía habló y esperó que su hija abriese el cajón. Nada más hacerlo, pudo comprobar cómo su hija entendía lo que quería mostrarle, sus propias anticonceptivos acompañados de un paquete de preservativos, estaban en ese cajón- Juntos, porque es así como deben usarse, me parece mentira Marina. Y ya no es por mi, es que eres médico, ¿en que demonios estabas pensando?- aunque quiso controlarse, finalmente se desesperó, regresando a Marina a su adolescencia, igualito se quedó descuajada en la cama de su madre.

- Te lo he dicho- musitó dolida por la decepción que podía ver en su madre sabiendo que no se quedaría ahí.

- ¿Que me has dicho? ¿Que eres lo suficientemente inmadura con más de treinta años como para tener relaciones sexuales de riesgo? Porque de todo lo que me has dicho, es con lo que me quedo- sentenció Lucía de cara a ella, pero cuando Marina se abrió a ella contándole entre lágrimas sus últimos meses, sus subidas y bajadas, la intensidad con la que Inés había llegado a su vida más Xavier usado como intento desesperado de huida, tuvo que aflojar sin dejar de centrarse en lo más importante para ella- Cariño...Inés es un amor, no me cabe la más mínima duda, pero ahora mismo me importa cero, quien me importa eres tú y el dichoso grano, según lo llamas tú. Dejame que llame a Fran y vamos a su consulta en cuanto nos haga un hueco.

- ¿Fran?- se extrañó Marina, gustándole muy poco que fuera uno de los amigos de su madre quien llevase su embarazo- Prefiero mi ginecólogo de siempre, que a uno de tus amigos- concluyó ganándose la mirada dura de su madre. Genial, se acababa de pasar y así, volvía a darle un nuevo motivo a su madre, para ponerla en su sitio.

- Pues yo prefiero el mejor para que te lleve y ahora no te pongas estupenda conmigo. De confirmarse abro comillas, tu grano, puse y cierro comillas, ¿que has pensado hacer?- le preguntó Lucía, en un tira y afloja que ambas manejaban cómo nadie, haciendo bueno eso de.. De tal palo, tal astilla.

Finalmente Marina aceptó al siempre simpático y amable, Fran como el ginecólogo al que acudir y durante el trayecto y espera en la consulta, debió soportar todos los esfuerzos que había hecho su madre para sacarla adelante ella sola, incidiendo en los inconvenientes que ahora tendría en su carrera política, sin olvidarse de la personal, pero al final, sentadas juntas, sus manos se buscaron apoyándose la una en la otra.

- En ningún momento estoy dudando de que no seas capaz de criar un hijo, se de sobra que serás una excelente madre, pero desearía que no hubiese ocurrido así, nada más cielo.

Con el apoyo de su madre contó Marina, como en ningún momento había dudado, mientras Laura sin poder contar con la misma Lucía, también busco a su madre como apoyo y consuelo.

- Mami...mírame un momento- le pidió con el bolso colgando de lo más coqueto de su brazo, en vestido y pamela de lo más cool, gesticulando en exceso a lo Hepburn- Esta que tu ves aquí, es lesbiana...Snif, soy homosexual Mami..Snif..está confirmado- confesó según ella su sexualidad, olvidando el pequeño detalle, de que lo estaba haciendo delante de los 25 alumnos de su madre.

- Jijiji ¿que ha dicho?- le preguntó un renacuajo al otro, mientras la mujer con pamela lloraba y su profe, se quedaba rígida dejando caer la tiza con la que escribía en la pizarra.

- Que es valeriana- le contestó otro renacuajo encogiéndose de  hombros.

- No, dijo lesbiana- corrigió el primero con el gusanillo de la curiosidad instalándose en su pequeño cuerpo.

- Es lo mismo que liviana, lo dice mi abuela de las vecinas del quinto- salto una tercera de lo más enteradilla.

- Profe....no sabemos que es lesbiana- finalmente el primero tuvo que preguntar a su profe, la misma que continuaba totalmente estática mirando a su hija.

- Ayyyy...Snif, yo os lo explico  pequeños diablitos- locaza como ella sola, Laura cogió la tiza dejaba caer por su madre dispuesta a explicarles lo que hiciera falta- ¿Sabéis lo que son los besitos?

- Jiji...si, si...si sabemos lo que son, dan dolor de cabesa.. A mi madre, le pasa. Mi Papi la besa y ella siempre dice...hoy no Juan, que me duele la cabesa.