112- Emergencias 67

Marina jodida, según su propia madre sin haber follado, algo que suma puntos negativos, con lo cual arriesgando en matemáticas, quiere decir que disminuía su estado "guay" y "molón". Laura también jodida, tras su breve explicación se puede concluir, con riesgo a no equivocarnos, que era por falta de sexo, como había pronósticado Lucía y ésta, nada pero nada de absolutamente nada jodida y lo de follar pues...nadie había hecho ningún pronóstico ni mucho menos aseveración sobre ello.

Yéndose juntas a tomar un café rápido antes de marcharse a trabajar, había que suponer, que el tema de conversación iría según el grado de jodimiento personal. Pero estando Laura ahí, no había rankings posibles, ella siempre se encumbraba por si sola, acaparando toda la atención en ella y eso, que la sorpresa de Lucía con Susana, había sido muy gorda, y peor..no podían afirmar que en verdad existiera un Lucía-Susana. Ni caso, con los monólogos de Laura era imposible escarbar en el asunto.

- ¿Que es follar? ¿Pero que necesidad tenemos de estar todo el día como los conejos? Ninguna...lo puedo asegurar tras estos meses en seco. Hay vida más allá del sexo- lo decía con tanta serenidad y calma, que Lucía y Marina estuvieron a punto de creerla. Pero en segundos, Laura variaba su tono más maduro por uno más chillón que auguraba pucheros inminentes- Menuda mentira...es un asquito, creo que soy una ninfoma....ay que soy una guarrilla que sólo piensa en sexo.

Ok, suficiente. Es lo que deberían pensar madre e hija, o lo que es lo mismo, Marina y Lucía. Habían pasado su fase mega-heterosexual, después llegó Karla y sufrieron su fase super-homosexual, a lo que siguió una fase más inquietante que podría llamarse juego-sexual de la que desconocían datos concretos y ahora...ahora no, ninguna se veía capaz de soportar un ataque de ninfomanía sin follar. Que ya es raro y extraño. Madre e hija, se pisaron al hablar queriendo cambiar la conversión y así, volvió a ganar Laura.

- Pero bueno, yo aquí con mis problemas, egoísta soy por favor- les dijo limpiándose las lagrimillas para continuar hundiendo en la silla a Marina- Lo tuyo si que es grave y espero estar a la altura. Una pareja de apenas meses, y ya te tiene que ver gorda, con estrías, pies hinchados y ese rubor extraño en tus mejillas. Por no hablar, de que como mucho en un mes más, se acabó el sexo entre vosotras. Eso sí, eso sí es para llorar siii- volvía a hacerlo y no, ya estaba bien.

- Cariño...mira quien va por allí- intervino Lucía o Laura era capaz de terminar con la poca autoestima que alguien como Marina podía tener en las circunstancias en las que estaba y no falló, Laura miró hacía donde le había indicado y listo.

- Pedazo zorra Míriam. Ja...dicen que anda buscando una buena cartera, me dijeron que estuvo preguntando por- llegado a este punto se quedaba callada con los ojos bien abiertos. Un poquito más y hubiese soltado el único secreto que a día de hoy, había sido capaz de guardar. Astuta como pocas, dio un pequeño trago a su café con el meñique bien estirado y no dijo más. Porque como dicen por ahí; en boca cerrada no entran moscas, pero claro así dejaba a madre e hija, intercalando miradas de WTF.

- Ibas a decir que estaba preguntando por alguien- le dió pie de nuevo Marina. Cualquier cosa era mejor, que tomar conciencia que hacía buen rato ya, que Inés no le había mandado nada de nada.

- ¿Yo?- fingió sorpresa Laura, sobrada de astucia. Ella no recordaba nada, vaya que si. Su ancha espalda, su sobresaliente mandíbula...

- De Míriam- fue ahora Lucía, la que intentó que recordase y Laura recordó, que en verdad ya lo estaba haciendo y zas, sacudida de deseo que le atravesó, haciéndola apretar muslos, con sus piernas bien cruzaditas. Saber que estaba guardándose un secreto con esas dos mujeres, estando calentita por ese secreto, era demasiado para mantenerse sensata y cuerda.

- ¿Que Míriam? - le dió hasta para olvidarse de la tía enemiga de ella misma y de Marina desde la infancia.

- Dios mio- musitó Lucía sin poder creer estar manteniendo una conversación tan absurda. Diferente era para Marina. Laura estaba de lo más rara en los últimos tiempos.

- Ja...me estas ocultando algo- la acusó entrecerrando los ojos bien molesta y de nuevo Laura, tuvo que tirar de astucia y sigilo.

- ¿Yo?- se señaló ofendida, que ofenderse de siempre ayuda a capotear lo que sea. Pero por como Marina la miraba, no se iba a quedar ahí la cosa.

- Si tú.. Hay algo que no me estas contando- insistió Marina, creyendo poder acorralarla, pero ni modo. Laura se cerraba en banda, a su modo.

- Que estoy cachonda, fuera de ahí...- le contestó y no hizo falta más para que las tres estallaran a carcajadas.

Menos mal, gracias a sus locuras, Lucía se escapó de tener que dar explicaciones sobre Susana, Marina se libro de darle más vueltas a sus problemas y Laura, se guardó de contar su último gran problema. El que la tenía sin dormir y totalmente pérdida. ¿Por cuantas personas se puede sentir atracción? ¿Dos, tres, cuatro? ¿Hay un número moral? ¿Es ético sentirlo por más de uno? ¿En verdad era una guarrilla? Que ganas tenía de agarrar de los pelos a la tal Míriam y sus indagaciones sobre Xavier.

- Agh...no, no pienses en Xavier...prohibido, es prohibido y secreto- por suerte Laura sólo lo pensó, atendiendo a Doña Victoria y sus mil achaques, ya en su consulta- No dejo de estar cachonda, todo el santo día mojadita, dios mio...es castigo, castigo divino por mala persona que soy...yo sufro, sufro mucho.

Laura sufriendo ante Doña Victoria y su artrosis, lumbago, ciatica, reuma y alguna enfermedad más. Parecido a como se encontraba Lucía, con Don Manuel y sus múltiples achaques compartidos sin saberlo con Doña Victoria.

- Uhm....que pereza, madre mía, se nota que apenas dormí- pensaba apoyada en su mano Lucia, en teoría escuchando al pobre Manuel. Pero claro, recordando porque había dormido poco, en su rostro florecía una sonrisa única.

- Pero que guapa es usted, que manera de sonreír...una auténtica leona para poner en mitad la jaula- la piropeó Don Manuel. Como no hacerlo, si Lucía de por sí ya era atractiva, sumándole esa especial sonrisa era de no aguantar callado y sin arrugar su boina.

- Jajaja, pero Don Manuel...¿que cosas me dice?- sin olvidar ser simpática, Lucía consiguió el rubor del anciano paciente. Pero cuidado, madre seguía siendo en la cara de su hija, completamente pérdida la llevaba grabada a fuego. Por eso en cuanto pudo, cerró su consulta y se dispuso a llamarla y con ello, a ponerle las pilas. Obvio, Marina no tardó en desahogarse con ella. El embarazo no deseado, las intromisiones de Xavier, los celos de Inés, los propios aún más feroces que los de Inés y la inseguridad comiendole terreno. Para Lucía la situación estaba muy clara, por eso le habló tratando de hacerla espabilar- Cariño...se que te encantaria estar ahora mismo centrada exclusivamente en vosotras, descubriéndoos, estando sin salir días de casa, abriendo la puerta solo para recibir víveres y seguir a lo vuestro...lo normal en una pareja enamorada que comienza a convivir, pero cielo, no hay caso y te toca aprovechar y disfrutar de lo que tienes. ¿Podría ser mejorable? Por supuesto, todo lo es...- respiró solo para escuchar a su vez hacerlo a su hija, claramente superada. Pero no la dejó hablar, prefirió seguir haciéndolo ella- No hay embarazada que no pase días se auténtico sube y baja, te ha molestado la caja y sus premios, se la has montado y ahora, te centras en darle la vuelta. Que hay una tonta que le pone ojitos, no te preocupes...tu simplemente recuerdale la mujer que tiene en casa, con barriga o sin ella. Hombre y mujer compartimos el mismo punto, podemos ser muy primitivos, la diferencia está en que las mujeres podemos ser mucho más   zorras. Así que, le haces caso a tu madre y actúas cómo una Sánchez, que vea sus premios bien colocados... tu me entiendes y listo, solucionado un problema.

- Ehm...- intervino Marina, pero ni modo, su madre no la dejó continuar.

- No voy a decirte si es así como yo soluciono mis cosas con Susana, si es que tengo cosas y si son o no son con Susana. Te adoro mi vida y te aviso para almorzar juntas, chao chao- con prisas finalizó la llamada y aunque lo pareciera no era por esquivar el tema Susana. Era porque su propio reflejo en el cristal de la puerta de la consulta, atrapó toda su atención- Como una Sánchez- musitó sonriendo perversa, teniéndolo muy claro. Que pena quien pasa por esta vida, sin sentir la fuerza única que te arrolla cambiándote el derecho por el revés y más pena da, quien habiéndola sentido la deja pasar. Por supuesto, en sus planes no estaba figurar en la segunda opción y dispuesta a seguir el consejo dado a su hija, se quedó fotografiándose, mientras Marina resoplaba a su estilo. Antes de seguir los consejos de su madre, debía arreglar su "cagada" con Inés. Tal como estaba, si la llamaba para intentar hacerlo lo mismo acababan a la gresca otra vez. Lo mejor, usar la herramienta favorito de ambas para dejarle un mensaje directo. Por eso cambió su foto de perfil en WA, por la siguiente imagen

Acompañándolo por el siguiente estado: Taxi, siga a ese sueño (pájaro).

Increíble, podían pasar los meses, podían estar en medio de una bronca, juntas, separadas o como fuese, que sus nervios no llegaban a acostumbrarse a dedicarle algo a Ines, y que jodidamente bueno y grandioso era eso. Con el mensaje dejado, se fijó en el cúmulo de correos, seguro que de su partido, le esperaban. Genial, trabajo para aburrir y ella de pésimo humor. Queriendo darles una ojeada rápida, topó con un correo de un destinatario que desconocía. No se trataba de publicidad y el asunto: "Toc, toc.. ¿Se puede?", llamó su atención por completo. Así, comenzó a leer:

Te estarás preguntando quien soy y porque te escribo. Obvio, algún día si decides o deciden por ti, que salgas a la "Plaza" verás que se deben tomar un mundo de medidas de seguridad. Soy Esther, coincidimos hace poco. Bien, me gusta si has sonreído al caer en quien soy y si no ha sido así, no has debido ubicarme bien. (El principal garante del ego personal, debe ser uno mismo, he aquí una muestra). En política como en cualquier trabajo, los chismes vuelan. En tu caso, nunca mejor dicho. Vaya por delante, mis felicitaciones más sinceras por tu maternidad. Tener un hijo es el acto más bellamente irracional que pueda hacerse. Me cuentan, me dicen, me hablan...de multitud combinaciones posibles, unas incluyen a tu piloto y otras son tan carentes de sentido que ni me detuve a pensar en ellas. Como compañera de partido y sobre todo como mujer, me he decidido a escribirte por una razón. Soy madre de dos hijos propios, y me considero por igual madre de un pequeño trasto al que adoro desde lo más profundo de mí. Es el hijo de mi pareja con su ex y te advierto, no es tarea fácil encontrar el equilibrio, pero si se puede conseguir cuando todas las partes se centran en el punto primordial; el bienestar de ese niño. Para lo que necesites, te dejo ésta vía abierta. Me desaconsejan el WA para asuntos personales. Un abrazo fuerte.

Tras leerlo, Marina se quedó sorprendida. Otra cosa en común con la Presidenta de Madrid y su pareja. Agradecía y mucho sus palabras y desde luego, que después con más calma le respondería. Pero ahora era más primordial comprobar si Inés, había visto su nuevo perfil. Y si, prácticamente saltó sobre si, al comprobar que Inés había cambiado su estado por: Al tejado...

El resoplido tras leerla fue mucho mayor, ésta vez volviendo a respirar tranquila. Distinto, muy distinto a como Karla respiraba realizando las funciones de azafata de vuelo por primera vez y no, su falta de respiración no era por la descompresión, ni por los nervios de novata ni por nada, que no fuera por el chico sentado en la butaca 14 pasillo. El desaparecido, Nacho y su única forma de sonreírle.