Que
su madre hubiese sido de siempre una mujer de mente abierta, con la
que hablar de cualquier cosa y de la que tirar en más de un aprieto,
no significaba que su confirmado embarazo lo estuviese encajando
beneplacitamente. A Marina no le faltaron dardos envenenados de su
madre en la sala de espera de la consulta...
-
Vaya por dios...no soy la única menopausica que toma precauciones,
será que lo de menos es un embarazo- le había dicho mostrándole
uno de los muchos folletos informativos que había por toda la sala.
Tampoco
le faltó recibir esos dardos, cuando les tocó entrar en la consulta
del joven ginecólogo.
-
Cielo, que no te confunda lo muchísimo que mi hija se parece
físicamente a mi, porque nada que ver. Uhm...me encanta tu nueva
barba- le había dicho al joven y como no, guapo ginecólogo, en
teoría presentándola.
Una
vez dentro, no parecía que Lucía fuese a dejar de lanzarselos,
porque a la primera pregunta de Fran-Cielo, sobre los anticonceptivos
que Marina había empleado, intervino con...
-
Te ahorro las mil excusas que puede llegar a darte, mi hija es una de
las culpables que en las cajetillas especifiquen sin ningún lugar a
dudas, los días del mes..pero oye, que ella ve que el 6 y 7 no tomó,
pues se pone y lo hace sin preservativos el día 8, porque está
estresada y eso debe relajar...En fin, no creí que me estaba
quedando anticuada, cariño.
Vale,
eso fue demasiado para que Marina aguantase callada. Su madre podía
tener razón en cuanto a los días especificados en la cajetilla,
¿pero debía hacerlo propiciando el babeo del ginecólogo? Estaba
clara la respuesta, si.
-
Ay cielo, yo aquí perdiendo un poquito los nervios y tu tan amable
haciéndonos un hueco, sería tan genial poder saber hoy mismo los
resultados. ¿Uhm? ¿Me harías ese favor?
Valeeee,
bien mirado su madre podía usar las armas que quisiera si de una vez
y por fin, iba a saber el resultado que dentro de sí, Marina sabía
que era si, pero que por otro lado, no podía creerse que fuera si,
hasta que lo contestasen los análisis o ecografía. Pero así,
tumbándose en la camilla, super mimada por el joven, guapo, y bebe
los vientos por su madre del doctor y colega, su madre tenía más
tiempo para continuar lanzando pullitas, mientras ella tenía que
soportar el gel frío.
-
Consigue la secretaria de la directiva de Castilla y León, del
partido político en el que milita desde su mayoría de edad, llega
por propios méritos a jefa de coordinación del centro de Pedraza,
con más que posibilidades para dar el salto en breve a la
coordinación sectorial y está a punto de licenciarse en sociología,
pues bien...a dos años de elecciones mi hija puede estar embarazada
de un rollo de unas cuantas noches en el momento más clave de su
carrera profesional y lo peor, pretende que me muestre tan
comprensiva como siempre. Cuando yo, me estoy pudriendo en un
ambulatorio por haberla sacado adelante sola- siguió monologueando
incansable su madre, dando vueltas por la consulta, mientras Marina
aguantaba estoica el frío gel al que había que sumar la presión
del ecografo en su vientre. El único, que estaba a lo que debía,
era el amable doctor.
-
Lucía- la llamada de atención del doctor a su madre, fue omitida
por ambas. Marina por estar resoplando al ver a su madre sin
pensamientos de detener su bombardeo y ésta porque se estaba
desahogando.
-
¿Que más ejemplos necesitaba?- insistió Lucía.
-
Lucía- lo hizo el doctor.
-
¿No vio todos los malabarismos que tuve que hacer?- prosiguió
Lucía.
-
Lucía- lo hizo por igual el Doctor.
-
Tuve que trabajar en urgencias toda su infancia, y ni vieras los
tejemanejes que tenía que hacer para cuadrar horarios con las
niñeras- continuó sin que Marina pudiera resoplar más aire, una
más y estallaría con todo, pero entonces..
-
En nueve meses, estarás cuadrando horarios igual- le dijo al Doctor
a su madre y aunque tardó, Marina miró finalmente la pantalla del
ecografo con los ojos abiertos de par en par, fijos en un pequeñísimo
grano.
-
¿Que?- preguntó Lucía tan anclada al coraje de que su hija hubiese
cometido tan tremendo error.
-
Que vas a ser la abuela más sexy de la historia- le contestó el
Doctor y entonces, se quedó sin palabra posible.
No
podía ser de otra manera, si su hija la miraba encogida, el ecografo
mostraba una bellísima imagen y el guapo doctor la halagaba
sonriente. Cuando pudo reaccionar, a su hija no le faltó su mano, al
doctor su sonrisa de vuelta y al granito que se veía en pantalla, su
declaración...
-
Me acabo de enamorar- confesó emocionando a su hija, como lo estaba
ella misma. Mucho se ha escrito y escribirá del amor entre pareja
y sus flechazos, pero poco del amor instantáneo que atraviesa desde
las mismas entrañas, como le había ocurrido a Lucía en ese mismo
instante en que con la mano de su hija tomada, escuchaba y veía a su
futuro nieto. Con las dos agarrándose fuerte, Lucia tuvo que dejar
de mirar a su nuevo amor, para tomar el rostro de su hija con ambas
manos- Te adoro mi vida, y juntas podremos con esto y más.
-
Grano...llamale grano porque es como un grano en todo el..- la
corrigió llorosa Marina, sin poder dejar de mirar a ese especial
grano.
-
Jajaja, no es un grano es una habichuelita de lo más mona- dijo
besándola Lucía, para entonces girarse al risueño Doctor, que
esperaba educado su recompensa- Fran, estas ante la cuarta generación
de mujeres Sánchez, ni lo dudes- lo consintió con un breve y
estratégico beso, antes de sonreír al monitor y la habichuelita que
mostraba.
A
partir de ahí se acabaron las pullitas, pero no por eso, Marina se
libró de su madre. Ahora tocaría hablar de Xavier, de sus hábitos
alimenticios, de su adiós a la ingesta abusiva de café, al tabaco,
alcohol y una infinita lista que su madre iría improvisando, una vez
consiguiera despedirse del Doctor-Babas.
-
Mi cielo...has sido todo un amor- le dijo realmente complacida por la
atención recibida por su parte.
-
Por ti, lo que sea...¿cenamos hoy?- no perdió la ocasión el
Doctor, deseando que Marina se evaporase por unos minutos, los
necesarios para asegurarse una cita con su madre.
-
Hoy me viene fatal, cariño- lo rechazó Lucía, vendiéndose a alto
precio. La carita decepcionada del Doctor era todo un poema.
-
¿Mañana?- insistió sin rendirse. La había visto después de haber
transcurrido meses desde su última cita, bien valía entonces
rebajarse un poquito, pero Lucía arrugó los labios dándole a
entender que debía seguir buscando fechas- ¿El fin de semana?-
propuso y el beso sonriente de Lucía, le confirmo una nueva
negativa.
Ni
modo, el Doctor no obtuvo la cita que quería, pero Lucía se aseguró
de dejarlo contento con una cita en el aire. Hecho que extrañó a
Marina, quien nada más salir de la consulta, interrogó a su madre,
para pasar a extrañarse ante la respuesta de su madre.
-
El fin de semana he quedado para ir a una casa rural, haré
senderismo- la ilusión mostrada por su madre, detuvo a Marina.
-
Jajaja, estuve a punto de creerte, tu en el campo y de senderismo,
Jajaja el grano me lleva más loca de lo que pensé- se río Marina
pero dale que dale, su madre sonreía plena, con cierto toque
gamberro.
-
Habichuelita cariño...y si, me voy al campo y ahora mismo contigo de
compras...¿que ropa se lleva a un sitio así?
Obvio,
Marina alucino otro poquito más, diferenciándose de Karla, quien
escuchando los planes de Susana, su Tía, para el fin de semana, dejó
de mirar las acrobacias con la avioneta de Inés, para
decirle...
-
¿Tienes que estar siempre en movimiento o que? Pensé te quedarías
con ella- señaló la avioneta que continuaba realizando acrobacias
en vuelo. Y su tono fue tan amargo, que Susana apretó mandíbulas
sin decirle nada, sabiendo así, que Karla continuaría- No has
tardado en venir, así que a mi no me comas la cabeza, te esperas que
deje de volar, la consuelas y a mi me dejas tranquila.
-
Como siempre, claro que si...tu no necesitas a nadie, ¿eh? Tu eres
la fuerte aquí, de la que nadie se preocupó ni preocupa. Ya veo-
contestó a sus aires de rebeldía, Susana tan ácida como lo había
sido Karla y respiró dos veces, anticipándose a la segura
contestación de Karla.
-
¿Ya ves? Y una mierda ves- cabreada contra el mundo, Karla no se
midió.
-
Vuelve a hablarme así, y entonces si que no me vuelves a ver en tu
vida, Karla- alzó la voz Susana y mierda, fue imposible no verse con
ella prácticamente igual, hacía muchos años.
----
Carmen
la había llamado desesperada, Karla llevaba dos días sin aparecer
por casa y con Inés fuera del país, recurría a ella sin saber
donde más buscar a su hija. Otra nueva ocasión, donde Karla se
fugaba sin más. Adolescente y sin pasta en los bolsillos, Susana no
tardó mucho en encontrarla, una pregunta aquí y otra allí. Karla
ni siquiera había salido del pueblo, pero no es que por eso, se
encontrase en las mejores condiciones.
Cuando
Susana entro en la vieja casa usada por los chicos para pegarse sus
buenas fiestas, se le hizo un nudo en el estomago, mientras algunos
solo bailaban o se metían mano como putos gorilas, Karla estaba
tirada en el suelo, mal vestida y con la mirada perdida. Más de uno
se llevó un buen empujón y que diera gracias, la mala hostia de ver
a su sobrina en esas confines bien hubiera válido ponerse a dar de
hostias a todo aquel que hubiera consentido que Karla acabase así.
No sin esfuerzo, consiguió cagarla y sacarla de ese sitio y con aún
más esfuerzo, tuvo que escuchar sus balbuceos en tanto le mojaba la
cabeza en la primera fuente que encontró a su paso.
-
Jajaja, joder...¿no me digas que te llamo mi madre y no fue por
Ines?- tuvo que escucharla mordiéndose la lengua por no contestarle
como merecía, siendo más urgente vaciarle el estomago por lo que
hubiese podido tomar- Casualidad...eso habrá sido, porque me he
cargado todas las asignaturas del curso y le ha dado igual, porque
como yo no aparezco en las putas cartas del tarot, no le importo una
puta mierda. Ah si...lo hago pero para aguantar sus llantos, para eso
sí...hijo de puta, ¿como me dejó así de tirada? Yo no estaría
así, con él aquí...Agh..joder, ¿que haces?
-
Abre la boca, Karla...ábrela- tuvo que ordenarle para meterle los
dedos y después aguantar sus vómitos, esperando que llegase el
momento de hacerla entender la situación especial de su madre,
advirtiéndole de su situación- Te dije que a la siguiente te
llevaba conmigo. Ahora vamos a casa, te despides de esa que dices ser
mala madre y te vienes a Torrejon.
-
Y una mierda...a mi madre no la dejo sola- protestó enseguida Karla,
a su madre ni tocarla.
-
Una mierda es lo que me importa a mi lo que tu pienses, te vienes y
punto- la contradijo Susana, guardando la sonrisa que quería
brotarle, bastaba picarla un poco más.
-
Ahora mismo llamo a Inés, a ver que te dice- chulita y respondona,
sin duda la más rebelde de las dos hermanas.
-
A mi no se, pero haber que opina de como tratas a vuestra madre,
llámala y vemos que le parece- insistió Susana sin dejarse achicar
por las inmensas ganas de acunarla, Karla estaba totalmente pérdida.
-
A mi hermana la dejas en paz- volvió a erguirse en defensa de lo
suyo, Karla.
-
¿Conseguirás aclararte? ¿No es ella quien te quita el cariño de
tu madre? Cuando entenderás que tu madre está enferma, pero que
dentro de su depresión las dos sois lo único que tiene, ¿cuando
Karla?
----
-
Mierda...todo es una mierda- se quejaba en el presente Karla
reteniendo a su Tía- No sabes que movidas hemos tenido y no sabes lo
que esa tía le dijo a Inés, ¿sabes? Le hubiese abofeteado la
cara...anda y que la jodan y le hagan veinte niños más.
-
Eso es...vamos a cagarnos en todo, incluido en esas dos tías- siguió
a Karla, esperando su momento de ataque.
-
Si joder, que se vayan por ahí- se animó enseguida Karla, su Tía
las entendía cómo nadie.
-
Venga si..¿tu hermana que hace?- no espero más, llegaba la hora de
ponerle las cosas claras- ¿Está tirando los currículums que tu
deberías estar entregando?
-
No me jodas- protestó Karla, su Tía ya no era lo más.
-
Te jodo, si- insistió Susana.
-
Lo hemos pasado mal, ¿vale? No tenemos cabeza para más- le dijo
Karla, de lo más obvio debía ser.
-
Claro, claro...- le contestó escupiendo sarcasmo, Susana.
-
Que Marina está embarazada, ¿que parte no entiendes? Y la otra...de
la otra me callo, mejor me callo- indignada y más allá, se
encontraba Karla.
-
Vaya por dios, que jodido todo...no se, cuando baje Inés a ver si
podemos ponernos de acuerdo en el color de los patucos a regalarle a
Marina- escupió ahora cinismo Susana, para no haber querido ser
madre, menuda carga llevaba con esas dos.
-
Jajajaja seras cabro- detuvo toda risa Karla, la mirada de su Tía no
era para ser tomada a risa y bien que la conocía- Ehm...vale, pero
es que joder..no nos dejas tener un día de cabreo.
-
Lo haré el día que los árboles den dinero...en cuanto a Inés si
quiere volar más, que vuelva a cooperar con Cruz Roja, donde seguro
reciben con los brazos abiertos a una piloto gratuita- sentenció con
verdadera cara de dolor- Ya me habéis reventado la úlcera otra vez,
joder- exclamó jodida tal cual decía y fue nada, comparado con la
mala uva que le entró al leer un mensaje de Lucía: Ay, super
guapísima mi habichuelita, mira...Mensaje al que Lucía adjuntaba la
imagen de la primera ecografía de Marina y mensaje al que rápido
contestaba Susana iniciando un intercambio de mensajes con: Huy
si...a Inés de seguro le encanta, hay que joderse.
Mensaje
de Lucía a Susana: Pero que ilusa puedo ser, al esperar de ti una
sola frase amable.
Mensaje
de Susana a Lucía: Venga si, ahora enfádate.
Mensaje
de Lucía a Susana: Jajaja, eso sería dedicarte demasiado esfuerzo,
cariño.
Mensaje
de Susana a Lucía: Para nada, tu enfadarte nunca.
Mensaje
de Lucía a Susana: Estoy de compras, dejame tranquila.
Mensaje
de Susana a Lucía: Enfadarte tu...jamás.
Mensaje
de Susana a Lucía: Te estoy llamando, contestame.
Mensaje
de Susana a Lucía: Lucía, coge el teléfono.
Mensaje
de Susana a Lucía: Cómo quieras...ya está.
Mensaje
de Lucía a Susana: Es que me parece super desagradable por tu parte.
Mensaje
de Susana a Lucía: Malísima soy, si...¿que estas haciendo?
Mensaje
de Lucía a Susana: Nada que te importe.
Mensaje
de Lucía a Susana: Me pones que...estoy de compras. ¿Quieres ver
mis mallas de senderista? ¿Uhm?
-
Lo que le faltaba a mi úlcera, veras- musitó tras leer el que no
sería, último mensaje de Lucía.
Y
por un mensaje, fue que Marina dejó las compras con su madre, para
acudir a solicitud urgente de Nacho, a casa de Laura para ayudarlo a
sofocar un ataque terrible y sin precedentes de lesbianismo.
Bueno ya tenemos habichuelita en camino. Veremos cómo se desarrollan los otros “problemillas” a solucionar. Lucía a la altura que se le esperaba primero riña y luego todo amor. Susana necesitara un saco de paciencia con sus sobrinas.
ResponderEliminarGracias.
A.
.....Y SIGUEN CAMINANDO POR ESE CAMINO DE TROPIEZOS QUE DA LA VIDA...PERO LO IMPORTANTE....SIGUEN...SIII....Y ESO...ESO HARA QUE NO SE DETENGAN....¡¡¡SEGURO¡¡¡
ResponderEliminarGRACIAS.....ESCRITORA.....POR ¡¡TANTO¡¡¡
CELESTE.NEGRO.