jueves, 31 de octubre de 2013

Acelera, un poco más...23


A una pareja de Ucranianos le entra el apretón, o sea, la locura de amarse donde y como sea, acaban haciéndolo en las vías del tren y saca, el cabroncete del destino finaliza el encuentro entre ambos en una tragedia. Un tren los arrolla. No dudo ni un momento, de que la pareja tuvo ocasión de detener sus ganas o por lo menos retrasarlas para hacerlo en un sitio menos arriesgado.


Pues yo también la estaba teniendo. Todo el caminito de la playa al Hostal la tuve. Tuve ocasión de detenernos o yo que se. Pero Lucía me tenía abrazada por detrás, su brazo derecho era una bandolera sobre mi torso y su mano, jugando con el final de mi camiseta y mi piel bajo ella, eran demasiado para hacerle caso al destino y frenarme.

La hostia estaba asegurada y mi madre, en la puerta de mi habitación, dispuesta a despertarme y zas, se acabo el sueño. ¿Para que frenar nada si Lucía me susurraba lo que me susurraba?

- Estuve a punto de, a casi casi nada, a punto estuve de, partirme bien la cara. Pa siempre atarme al pie de, la perra de tu cama.

Dios, esa canción, a susurros de su voz y el beso que dejó en mi oreja, me erizo entera e hizo que los metros finales hasta la entrada al Hostal se me hicieran eternos.

La deseaba con infinita locura. Quería sentir la caricia que continuaba dejando en mi vientre por todo mi cuerpo y quería enredarme a su boca y cuerpo por toda la noche.

Me olvide de palpitaciones temerosas, cuando tras el beso jugó con su boca en mi oreja. Más no podía desearla y al olvido mando la primera vez que entramos a ese Hostal y tuve que elegir habitaciones sencillas, cuando ahora me susurró:

- Locura...y fue nada más verte en el parking del bar.

Joder, mi pulso estaba disparado, me dolían las manos de tanto que la deseaba y mis ganas de ella me tenían mojadisima. Pero Lucía no parecía querer piedad para mi, porque prosiguió.

- Me dije no es más que una chula, pero me jodio horrores que a mis primas les hicieras caso y a mi, ni me mirases.

Dios, como agradecí llegar al Hostal, un muerdo más en mi oreja y hubiese sido capaz de correrme sin más.

Ni tiempo me dio a contestarle. Lucía seguía comportándose como la Lucía que más me gustaba, la absolutamente segura de si misma. Dejó de agarrarme, se coló en el Hostal, pidió la llave de su habitación y tiro de mi agarrándome por la camiseta.

- Lucía- se me escapo su nombre en un gemido cargadito de locura. Mi cuerpo chocó con el suyo a las puertas del ascensor y sólo me dio tiempo a tomarla por la cintura. Porque de mi boca, se ocupó ella.

Agarró mi rostro y unió nuestras bocas, en un beso que comenzó a enredarnos. No hubo giros ni piruetas extrañas. Se limitó a introducirme en él ascensor sin soltarme, así estuvimos dentro y así avanzamos hacia la habitación.

Comiéndome la misma vida a través de nuestras bocas, abrió la puerta y ni la cama pude mirar. Sus gemidos comenzaron a escucharse y estuvieron a un sólo paso de marearme de placer.

Estábamos ahí, solas y ardiendo. Pero era mi niña morena y no se si era que estaba tan caliente como hacia mucho no lo estaba o puede que fuese el temor por saberla hetero o sería...yo que se que seria, sólo se, que me dejaba hacer, que le dejaba llevar el paso y que hasta miedo me daba tocarla, por quedarme aún más prendada de ella.

Pero Lucía, ay Lucia, mare. Rompió el beso y jadeando como yo por la excitación, se sacó el vestido de una y por igual hizo con el sujetador.

- Que no haya estado con una mujer, no quiere decir que me vayas a romper y es que además, quiero que lo hagas, rompeme.

Joder, de un plumazo acabó con todos mis miramientos.

" ¿Emergencias? Si soy la misma de hace unas horas y si, ella es siempre la culpable de que los necesite a cada paso. Les aviso, me pide que la rompa y es de locos. Pero loca ya me volvió. No manden ninguna unidad móvil, es tarde pa mi y mi locura por ella".

Sin miramientos, olvidados también, me saque como ella la camiseta, jadee encendida al máximo nivel y ahora si, fui yo quien la bese.

Porque ya me lo canto ella misma; "Y no, nada tiene que ver, na tiene que ver mi celo. Tu boca, tu cintura, que no nos divida el cielo, en dos mortalidades, mitad locura y verso, y a esto de, me dije stop. Colgar mi vida de un, ay ay solo a esto, ay ay por un beso, ay ay, solo a esto, ay"

Y ay...que beso fue mare.

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-Rómpeme- no se cuantas veces, mi cabeza reprodujo su orden. Sólo se que me lancé directa a por su boca, que enganchándome a ella con ardor, subí su cuerpo y acabamos impactando contra un armario. Dios, eran tantas las ganas, era tanto el deseo que en mi se acumulaba, que otra vez parecía estar a punto del mareo. Y como siempre, ella me apremiaba desmareándome.

- Como me va a gustar esto, Motera.

Jodeeeeer, sus piernas me encerraban contra ella, pero yo quería más, que besos ardientes por su boca y cuello. Con fuerza inaudita conseguí girarnos y no muy elegantemente caímos en la cama.

- Jajaja, Dios quítate ya eso.

Esa es Lucia, en estado puro. Caí con poca gracia sobre su cuerpo en la cama, río por lo cómico que fue y ahí estaba, mandando. El eso, era mi falda y para que me la quitase, prácticamente me empujó y ella sola, se terminó de quitar las braguitas.

Verla desnuda fue tan pero tan increíblemente apoteósico, que hasta sentí el golpe en la cabeza como si hubiese caído desmayada.

Que soy muy enteradilla y muy poco espabilada. Hasta que no la vi, desnuda en sábanas blancas, que no me di cuenta de lo blanquita que era su piel. El contraste de nuestra piel cuando ahora si, poco a poco me deje caer sobre ella, me lo confirmo.

- ¿Romperte?- le pregunté sonriendo, no sólo era blanquita, su piel también era inmensamente calentita.

- Si, romperme- fue su contestación tirando de mi flequillo con un único propósito, morderme no los labios sino toda mi boca.

Me atrapó con extrema pasión, mientras yo luchaba contra mis propias ganas. Una de sus piernas me sujeto a ella y la otra quedó entre mis piernas.

Dios, su muslo moviéndose, como lo hacíamos los dos, era demasiado para cómo yo estaba.

- Uhm...Lucía

La emisora de los locos gemidos, ya estaba encendida.

- Si

Puede que Lucía no haya estado con una mujer, pero saber moverse sabia y como. Su muslo masturbando mis ganas, consiguieron lo que yo más temía.

- Joder- fue mi vulgar protesta cuando me vacié sobre él. Lucía continuó moviéndose como si nada hubiese pasado, pero sus ojos. Ay mare sus ojos. Brillaron gritando victoria y Ay mare, pero que bonita es.


"Maestro, termine mi altar pa ella. Pero nunca será tan bonito como para quien fue construido."
 
 
 
 
 



1 comentario:

  1. ..........LOCURA Y PASIÓN DESATADA...QUE SE QUIERE APAGAR EN UN HOSTAL CUALQUIERA....ESA LUCÍA QUE EN ESTADO PURO ES LO QUE GUSTA...Y ESA MOTERA QUE UNA Y OTRA VEZ HACE PERDER EL SENTIO¡¡¡¡¡.....ME ENCANTA ESTA HISTORIA....ESTE ''TORRENTE DE TODO...TODO'''.....
    Y EL MONUMENTO...MEJOR PARA LOS PENSAMIENTOS DE ESA MOTERA.......

    GRACIAS.......

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