jueves, 1 de agosto de 2024

Soñando…te

 Entró al local esperando lo de siempre. Gente disfrutando de la piscina, del sol, otros pasados a cebada de barra libre, puede que algún crío de padres egolatras y un sin fin de seres dedicados en exclusiva al veraneo y su postureo de post sunset inmortalizado.

Pero apenas piso su césped y anduvo unos pasos, se quedó anclada a esa hierba echando raíces.
Frente así y bajo unas palmeras, yacían varias hamacas esperando acaudaladas posaderas. Blancas impolutas, cómodas como solo la buena plata puede forjar, salvo una.

En una de ellas leía una mujer, haciendo de la lectura todo un acto erótico. 
De piernas kilométricas, cruzadas con la precisión de la locura que invita a querer abrirlas y explorar océanos y de piel canela, bañada por un sol insultante y pretencioso.
La mujer continuaba leyendo ajena a la hierba trepando por las piernas de quien la contemplaba embelesada.
En algún momento se deshizo de la trepadera para avanzar presa de su atracción hacia la recién envidiada hamaca.
También en algún momento, la atractiva mujer dejó su libro para que sus ojos se enredasen precipitándose hacia lo desconocido.

Bailar de ojos desprovisto y primitivos. Mirares reconociendo la pasión que brota libre, loca y sin razón.

Olvidó entonces la razón de estar en en sitio y continuó avanzando sin tener ni pajolera idea de lo que podría decirle al alcanzarla.

No sabía en ese momento, que hay locuras que no precisan de inicios y que simplemente estallan, rompiendo con lo establecido.

Al llegar a ella desvío su mirada hacia libro, ahora apoyado en sus piernas, sobre un pareao verdoso que dejaba entrever más piel canela bajo el. Apenas pudo leer su título, cuando su dueña atrajo su vista hacia si.

Perdida en ella, no supo cuando sus labios dibujaron una sonrisa, tampoco cuando inconsciente se relamió, mucho menos cuando fue contestada con casi idénticos gesto hasta que…sus labios jugosos y firmes impactaron en los suyos. 

Si poco había importado la gene y el lugar, mucho menos lo hizo ahora que sus bocas se unían conociéndose. Mucho menos cuando tuvo que tomar el control de sus manos, que ansiosas ya querían recorrer su piel.

El beso entre ambas se prolongó con suspiros de haber encontrado un tesoro escondido y buscado por años, hasta qué agua fría cayendo sobre sus pantalones, la despertaron de su espacial ensoñación de verano.

Un crío acababa de tirarle un cubo de agua y ella seguía plantada sobre el césped, desde el que podía ver en su frente a una mujer leyendo ensimismada.

Ahora si, la trepadera volvió a su estado de hierba fresca y corta, recordándole que había llegado a hacer en ese lugar, alejando toda ensoñación.

Carraspeando, intuyó sobre si la mirada de la mujer y relamiéndose, tuvo que despertar:
- Policía Nacional. Apaguen la música. Esto es un registro-

Todo el mundo obedeció, menos aquella mujer leía. Sentada con el libro en su regazo, parecía mojar sus labios, quizás desesperando de otro sueño de verano.

Fin


Pd. Así a las bravas. Sin edición y sin foto. Perdonadme la impronta. Besos.

sábado, 16 de noviembre de 2019

Probando....

Como quien se obliga a estudiar tras una noche de juerga con resaca en un día frío, así me hallo tecleando estas letras. Este fue mi otro hogar, donde tenía un inmenso ventanal, desde el que soñaba una y otra vez.
No hubo historia que no viviera como propia, apoyada en un quicio mientras sonaba: 

"Yo le busco, en el mundo que me ahoga, que me abraza y que me olvida. En la prisa de la gente, a la vuelta de la esquina y tú te escapas....como el pez de las orillas"

Hoy al entrar siento frío y me encojo, como quien regresa al hogar que abandonó...pasa que me regresa la sonrisa pérdida y me (os) digo...que alguna vez mis dedos volverán a inventar caricias, crear sueños e historias y lo haré....A MI AIRE.

Pd. A ti...Gracias por forzarlo. Ays.






viernes, 22 de diciembre de 2017

¿Y tú...tienes un sueño por Navidad?



¿Y tú, tienes un sueño de Navidad?


Camina por la calle tranquila, alejada del crujir que las pisadas de sus botas provocan en el suelo cubierto por hojas. Puede que se roce con alguien en su camino, puede que reciba alguna que otra curiosa mirada, e incluso puede que sus manos esquiven el frío guareciéndose en los bolsillos de su guerrera.
Nada nuevo en un día más en ese lugar. Sin prisa continúa andando, en teoría debería fijarse en los pequeños puestos de vendedores ambulantes, en estos días más luminosos y ruidosos que de costumbre, pero no lo hace. Sus manos se hielan, cada vez que un vaso de plástico, una caja de cartón u otro objeto similar le son expuestos. Por doloroso que sea, no recuerda las caras de los dueños de esos objetos, ni que le dicen o exponen. Dejada la moneda, suspira para volver a guardar sus manos, no sin antes asegurar su cuello del frio recolocando su bufanda. Odia el frío… el físico y más el otro.
Está ahí para comprar ciertos regalos y debería hacerlo alegre, conmovida por el ambiente, las fechas y el ánimo, per una nueva caja de cartón colocada en el suelo, la detiene. A duras penas traduce lo que en ella está escrito y sin pensar en ello, vuelve a sacar sus manos buscando una nueva moneda en su cartera. Su rostro torna sorpresa, no quedan monedas y si hambre. Revisando el pequeño billete que guarda en un repliegue, no lo extrae para a continuación dejar caer la cartera con ese billete en la caja. De nuevo no mira, pero si lo hacen con ella.
-          ¿Para qué quiero la cartera?  -
La pregunta del señor, dueño de la caja, le hace detenerse y ahora sí mirarlo. Es un varón mayor, mayor por cicatrices y difícil vida. Pero su pregunta no provoca respuesta en ella. Quizás el buen hombre se conforme con una mínima sonrisa, pero no es así…
-          Bue…puedo llenarla de sueños. ¿No es eso la Navidad? ¿Soñar?  -
Soñar…las preguntas del hombre se le clavan y ahora sí, la sonrisa corona su boca, iluminándola.  Y es ahí, cuando su mirada se llena de brillo para perderse por ese mercadillo navideño...soñar.
-          ¿Y tú…tienes un sueño de Navidad?  -
Puede que sí, se contesta así misma mientras su pensamiento se hace libre para recorrer distancias y perderse en ese día en que….

La suavidad de unos labios conseguía despertarla, pero no despertarla desemperezándose o sonriendo cándida, no..su sonrisa se tornó guerrera en cuanto la suavidad de esos labios, colonizaban zonas de su piel, que le hacían erguirse, pidiendo más. Su prisa en despertar, provocó otra sonrisa sobre su piel, una llena de vida, caliente y rabiosamente juguetona. Alguna risita se escapó entre ambas, mientras ella quiso tomar el control.
-          Hey…tú estabas dormida- le dijo la dueña de los labios que estaban despertándola viva y fiera  -
-          Sabes que duermo con los ojos abiertos- le contesto dejando que creyese que ganaba en eso de sujetarla contra la cama.
-          Ay Dios…una militar nunca descansa- le prosiguieron con cierta guasa, lo que le sirvió para revolverse y ahora sí, girarse sobre el cuerpo culpable de despertarla en todos los sentidos, mirándola sobre ella, el frio no existía, pese a que el invierno invitaba a quedarse bajo las sabanas. Del otro frío…ni acordarse.
-          Y mucho menos se deja vencer- le dijo, antes de precipitarse al placer de degustarla con extrema ansiedad.
Quería suya su sonrisa, su mirada, sus gemidos, sus rotos, sus quebraos a media voz rendida, dada para sí, para ambas. Cuando ambas yacieron en sudor, exhaustas de un despertar en casa fogoso, guarecidas del frio, ausentes de miedos y soledades, y quería su…
-          Por cierto…¿ya puedo desearte Feliz Navidad?  -
Daba igual que fuese uno de diciembre que veinte, para ella diciembre entero era Navidad. Y Navidad era familia, cariño a raudales, noches inacabables envolviendo regalos, decoración, villancicos…en definitiva  una apasionada de la Navidad, una superviviente de heridas, de perdidas, de lo que pudiese enturbiar esas fechas tan significativas, ella podía con todo eso esos días, ella…era Navidad. Su Navidad.


A kilómetros de su hogar y de ella, sin esperanzas de verla vivir esta nueva Navidad y aun cerca del hombre que le había hecho pararse y por primera vez, admirar ese mercado navideño de un país ajeno, buscó su móvil sin importarle ahora, el frío en sus manos para escribir:
-          ¿Puedo felicitarte la Navidad?  -
Tras escribirlo y móvil en mano, se giró hacia el hombre para resolver su pregunta inicial…
-          ¿Quién no tiene un sueño en Navidad?  -
El suyo era poder recorrer distancias en ese mismo momento, regresar a casa, dejarse abrazar y arrastrar en ese abrazo el horror vivido, los días echándola de menos, el miedo vivido, los días de infortunio, la incertidumbre y su baile constante con la muerte, solo para escucharla decir entre sus brazos….

FELIZ NAVIDAD

Y en Navidad, hay sueño que se cumplen, esa noche al regresar al frio acuartelamiento una carta llena de calor la esperaba…
“Sabes que adoro a mis padres, hermanos y amigos como para fugarme en Navidad, pero también sabes que para mí no hay Navidad sin besarte bajo un muérdago, una escalera, o un país helado como en el que estas…dada la situación de inseguridad ahí sé que no me dejaras quedarme a dormir, pero espero que me dejes abrazarte y desearte …”




sábado, 18 de noviembre de 2017

Verano, esa gran aventura 5 (F)

Querida amiga, llevo desaparecida tanto que en Otoño nos hemos metido. Las hojas se precipitan en la nostalgia de este tiempo, cubriendo el suelo con ellas. Las pisadas ahora crujen por los sueños perdidos en verano.

jueves, 19 de octubre de 2017

Verano, esa gran aventura 4

 Querida desastres,
Tú ropa no me ha llegado y el juicio es mañana mismo. Por suerte, aquí en mi nueva casa, me he encontrado gente maravillosa. En la Poli al final, hay buena gente tía. No, no sigo detenida, pero es que tampoco tenia donde ir, y entre ver películas por la noche con los polis  y acabar resolviendo un caso, como que me han cogido cariño. Al final tengo que asistir a dos juicios una como acusada y el otro como testigo protegida..pero lo mejor es, que tengo mechero.
Snif (te escribo mi llanto emocionado para que lo sientas bien en tus carnes), al final una chavala Policía me dio uno, además de invitarme a cenar, a comer, a ducharme, a su sofá, a besarme y a..es raro que como amigas que nos hemos hecho me bese con lengua, yo que sé..lo mismo es costumbre de  aquí, y sabes tú que como viajera por el mundo que soy mi lema es...donde vayas haz lo que vieres.

jueves, 5 de octubre de 2017

Verano, esa gran aventura 3

Querida loca,
Extrañaras que no te haya escrito en todo este tiempo. Como recordarás, me dejaste recorriendo auténticos paraísos, ligando con niñas “metomentodo” y sin fumar, por falta de mechero. Aunque conociéndome, sabes que es difícil saber cuándo vivo en la realidad y cuando simplemente…sueño.  Así que, discierne entre lo que estos folios te voy a contar.