Ay, Trini 14

Lo que Trini no supo, es que entrar en ese reservado, iba a cambiarle su destino más inmediato y con ella, el de Paz.

Nada más pasar al reservado, sintió las miradas de los recién bautizados por ella "moscardas" que acompañaban a la elegante mujer. En un giro seco, los sintió con la mirada fija sobre ella. No había problema, en teoría y dadas las reticencias de la camarera, no querrían a nadie allí. Tocaba ser un poquito Lola; ingenua pero muy puta.

-La boca, Trinidad-

Le podría haber regañado su madre, pero no estaba en ese reservado ni en su mente. Con sonrisa blanca y angelical, Trini se excusó:

-Disculpad..voy al aseo-les dijo maldiciendose. No recordaba mejor expresión para referirse a los baños o si- Al excusado quiero decir- corrigió avanzando hacia él, lentamente. Tan lentamente que Alba se removió en su asiento intranquila, mientras la otra mujer seguía a Trini con la mirada. El plan estaba fallando. Eso de caminar lenta al aseo esperando escuchar algo estaba solo sirviendo para le cotillearan y no al revés. Debía hacer algo- Uy...la moqueta y estos tacones- señalándose los tacones, dejó sobre su piel una caricia eléctrica, que captó toda la atención de la mujer sobre ella- Bingo- se dijo Trini. ¿Estaba ante una viciosilla? Por como le había mirado la pierna, ella diría que más. Como fuera, con esa única información es que llego al excusado, donde nuevas trabas encontró. El aseo tenía un holl, muy cool como todo lo que  llevase el sello de Alba, pero infinitamente infructuoso para poder escuchar nada desde ahí dentro. Si tuviese un yogur, primero debería comérselo, para ello necesitaría la cuchara que no tenía, después un cordón que tampoco tenía con el que unir un segundo yogur y así poder escuchar tras la puerta. Mierda, en vez de ir al baño tenía que haber ido a la Cocina. Allí habría yogur y habría podido usar el cordón del fuet. 

La cocina ya no tenía caso y Trini se vino un poquito abajo. Que poco se piensa en las bellas salvadas por el/la prota. Ellas siempre bellas esperan en un edificio ardiendo, soportando el humo y el calor, solo esperando que el/la prota lleguen y las rescaten. Ahí estaba la cosa; calma. Trini antes que nada debía encontrar la calma y serenidad suficiente. Al menos estaba dentro del reservado, en el aseo eso sí. Oliendo los perfumes que allí había, eso también. Nadie cuenta como huelen las coprotagonistas, pero ella apostaría a que genial, como ella misma. Mirándose al espejo, agudizó el oído. Nada, ahí dentro solo se escuchaba el hilo musical. Podía aprovechar y echar un pis, pero es que no tenía ganas. Así que, le tocó volver a salir, una vez se aseguró de estar perfecta. Finalmente salió, sin ninguna buena excusa para acabar sentada en esa mesa, pero para su asombro, se lo pusieron en bandeja. 

Al salir volvió a tropezar con la mirada atenta de la mujer sobre ella, y ella le contesto con una sonrisa eh..muy puta. Que le perdonase su madre, pero es que otra definición no era posible. Como su intuición le había avisado, la mujer se mostró congratulada e interesada por ella, pero lo hizo con unas formas, que inquietaron a Trini. 

-Alba es una maestra en la gerencia de locales, pero una pésima anfitriona.  La belleza siempre me pone de buen humor, ¿una copa de champagne?-le ofreció la mujer. Trini precavida se fue acercando a la mesa, donde los moscardas ya le hacían hueco y donde Alba, le lanzaba señales claras para que la negase- Solo una cliente de confianza pasa a este reservado, entiendo-se apresuró a confirmar la mujer con Alba. Trini hasta entonces lo presenció todo como en película. La negaciones de Alba, la perseverancia de la mujer, los otros abriéndole la silla. Se estaba poniendo cachonda. Era todo tan sumamente extraño a la par que excitante, que en otra Trini no se había visto, por lo que..

-Será solo una, debo marchar pronto- aceptando la mano gentil de la mujer, fría como el acero, se sentó con todo el cuidado que pudo. Y ahí estaban otra vez, los ojos de la mujer pegados a sus piernas. En tanto los de Alba la reprobaban, advirtiéndole  algo que ella no llegaba a entender.

-Ya sabes lo que dicen..lo bueno si breve-dijo la mujer, congratulada por todos sus poros. Habría sido más excitante aún para Trini si la mujer le hubiera gustado algo, pero la realidad era que nada y su mirada, ciertamente babosa comenzó a cansarla conforme Alba hizo las presentaciones. La tipa resultó llamarse Frank. Frank de Francisca y Francisca de Paqui. Sus solos pensamientos jugando con el nombre de la mujer, estuvieron por ocasionarle una mala pasada en forma de risas. Tanto pompo, escolta y misterio para acabar llamándose Paca. Esa se la guardaba para contársela a Paz. Daba igual, lo importante fue que los moscardas, en igualdad de género y pares, no le quitaron el ojo de encima. Tanto si descruzaba las piernas, como si reía alguna gracieta de Frank. Alba a su lado, se mantenía tensa y con el ceño fruncido. Joder, observárselo fue una nueva punzada de deseo en Trini. Hasta un simple gesto de la empresaria le ponía perra. Pero no, no estaba ahí para mojar bragas, aprovechar la cercanía de Alba, rozarle insinuante su pierna y terminar con una mano de la empresaria entre sus piernas al susurro ardiente de; toma lo que provocas. Estaba para prestar atención, mientras fingía ser una chica Alba. 

-Imagino que este bellezon estará en la fiesta-continuó la mujer para Alba. 

-No-

-Si-

Y al unísono contestaron tanto Alba como Trini. La primera negando tal posibilidad y la segunda afirmándola. La Paqui llamada Frank, podía intentar ningunearla como mera pieza de colección y Alba podía seguir empeñada en que no fuese a la fiesta, pero ambas se iban a comer sus intenciones, porque a Trini no le bastó con afirmarse, también dio un trago breve y sensual a su copa, para después abandonarla en la mesa, con toda la atención captada.

-Soy una de sus mejores relaciones públicas, por supuesto que estaré- dándole una ligera palmada a Alba, que quiso denotara confianza máxima, se ganó una nueva negación de Alba a dientes mordidos y un nueva complacencia de Frank.

-Me encantará que estés por allí- le dijo la mujer, aproximándose en exceso a ella- Pero ahora gatita-pausando, se permitió acariciar el rostro de Trini- nos tienes que dejar a solas. Espero verte muy pronto- concluyó cuando uno de sus moscardas ya animaba a Trini a levantarse. Sin poder encontrar como permanecer ahí, tuvo que aceptar marcharse, dejando atrás una mirada indescifrable de Alba. Saliendo del reservado, todavía notaba la sensación de la caricia de esa mujer por su rostro, tan fría como la misma escarcha. Erizandose, hasta agradeció salir de ahí, con una sensación de temor instalada en si. Para su suerte, fue volver al salón central y encontrarse con Paz y su locura.

-He ligado...ay Trini que he ligado-

El entusiasmo de Paz, se basaba en un ligue según ella. Una tía de aspecto lúgubre y un tanto serio, se había fijado en ella y hasta habían hablado de que hacía en ese local, con quien había ido, de que conocía a la suela y un largo etcétera que en ese momento, a ninguna le resultó extraño. Puede que por como había salido del reservado Trini y sus ganas locas de marcharse a casa. Con Paz en modo lesbiana on fire, las dos salieron del local, yendo directas a tropezar con el supuesto ligue de Paz.

-Ay Trini...que es ella. Que buena está, joder- le informó Paz, en tanto la tía las esperaba con las manos en los bolsillos. Trini iba tan contrariada, que no le echo ningunas cuentas y antes que quisiera darse cuenta, tanto Paz como ella seguían a la tía hasta un coche. Llegados a él, les abrió la puerta pasando primero Trini y al hacerlo topo con un tío dentro del coche, lo que la hizo frenarse y que la tia, supuesto ligue de Paz, las empujara para dentro. Sentadas a la fuerza en el coche, seguramente Paz gritó mientras Trini trataba de entender. ¿Que estaba pasando?¿Las acababan de secuestrar? Siendo así..¿iban depiladas y con ropa interior nueva?

-Tranquilas, soy la Agente Montoya y él es el Agente Reverte, somos policías-