Ni el desaparecido Berlanga, hubiese podido imaginar una situación tan..¿burlesca? Sino burlesca, cuanto menos extraña. Jess continuaba encerrada en el baño, habiendo pasado mucho de las peticiones hechas por Luka de que saliese de ahí. Éste una vez rechazado, se esmeraba en cocinar a la vez que limpiaba la cocina y May, en su turno de guardiana del aseo donde Jess se recluía, babeaba ahora que nadie la veía.
Keko estaba plantado a su lado y desde la superioridad que a ella le daban su metro y pico de más, gozaba de que el niño le estuviese copiando la postura.
Ese enano estaba resultándole un truhán capaz de conquistarla con cualquier cosa, lo que la llevaba a querer jugar con él. Primero movió un pie y ahí estaba enseguida Keko; copiándola. Después la cadera y con eso, tuvo que retener una carcajada. El nene volvía a imitarla, pero con bastante menos coordinación. Reírse no se rió, más que nada por la encerrada Jess, pero si le dio un golpecito a Keko, que este como no devolvió, y ella que de nuevo le dio, y el niño que volvió a darle a ella, y ella que de nuevo le iba a dar cuando la puerta del aseo se abrió y por ella asomo Jess que al verlos volvió a cerrar de golpe, como golpe se llevó Keko de May, que no calculó su fuerza ante la sorpresa de ver salir a Jess y el resultado fue...Keko en el suelo muerto de risa a pesar del golpe.
Ese enano estaba resultándole un truhán capaz de conquistarla con cualquier cosa, lo que la llevaba a querer jugar con él. Primero movió un pie y ahí estaba enseguida Keko; copiándola. Después la cadera y con eso, tuvo que retener una carcajada. El nene volvía a imitarla, pero con bastante menos coordinación. Reírse no se rió, más que nada por la encerrada Jess, pero si le dio un golpecito a Keko, que este como no devolvió, y ella que de nuevo le dio, y el niño que volvió a darle a ella, y ella que de nuevo le iba a dar cuando la puerta del aseo se abrió y por ella asomo Jess que al verlos volvió a cerrar de golpe, como golpe se llevó Keko de May, que no calculó su fuerza ante la sorpresa de ver salir a Jess y el resultado fue...Keko en el suelo muerto de risa a pesar del golpe.
- Teta que te lo cargas, joder.
El que llego regañando fue Luka.
- Oder
A quien como era de esperar, Keko también imito.
- No joder.
Ahora quien regañaba era May.
- Oder
Mientras Keko continuaba copiando.
- Stop. Tú cerveza y tú colacao. ¿Que sabemos de Jess?
La cordura tuvo que ponerla Luka. May cogio su birrita, Keko su colacao y a Luka una mano saliendo del aseo le quitó su birra. Mano que después volvió a introducirse y a cerrar la puerta. Los tres que quedaron fuera, abrieron los ojos e incluyendo a Keko, después bebieron.
- Mujeres- musitó May tras darle un trago a su birra y pasársela después a Luka.
- Quien las entiende- la prosiguió Luka, aceptando la birra de May y el colacao de Keko. Demonios, a Keko se le estaba yendo de las manos eso de copiar.
Podía hacer seguido ahí rulándose las bebidas, pero una mujer estaba encerrada en un baño y May, optó por escaquearse de semejante marrón. Esa mujer podía tener la regla o peor, estar ovulando.
- Esos pensamientos son tela de machistas, que lo sepas- le dijo Luka sorprendiéndola, pero no lo bastante como para no dejarlo ahí tirado. Tenía excusa; Keko debía dejar de beber y dormir.
Excusa que Luka no se tomó a mal, a fin de cuentas si tiraba de recuerdos....
Verano del 98, la madre de May los había llevado a un pueblecito del norte, donde según ella podrían empaparse de la lucha obrera española. Revivir por unos días con los ancianos del lugar; las duras y honrosas experiencias de los exiliados en su día, conocer de mi primera mano los viejos testimonios de las grandes manifestaciones mineras de los sesenta y un largo etcétera que para ellos dos se resumía en niñitas de pueblo ávidas de aventureros de la capital. Los aventureros eran ellos o ese era papel que asumieron y que buenos frutos les dio. Pero May había sido May desde que mojase pañales. Una noche de aquel verano, Luka la encontró en unos de los bancos de la plaza del pueblo, sola y fumando. Si la comparase con la May de hoy, solo cambiaba su piel blanca, mucho más tétrica entonces y algún grano hormonal que por aquellas, florecía en su cara. Nada más verla ahí sola, supo que algo había pasado con una alguien.
- ¿Y bien? ¿Como se lo tomó?- le preguntó dando por hecho que May ya había hablado con la niña en cuestión. Ésta solo se encogió de hombros, alertándolo- ¿Que le dijiste?- quiso saber temiendo su respuesta. May primero resopló y después..
- Que paso de ella, tete. Que no mola nada la verdad- tal cual le había respondido May. Haciendo que el resultado entonces y en teoría ahora fuese: Sensibilidad 0- May 3.
Pero, ¿se puede medir cuán nos puede afectar alguien? ¿Acaso somos los mismos en cualquier circunstancia? Eso sería relegar a la nada lo que otras personas o personitas causan en nosotros y hasta sería aburrido y muy poco enriquecedor de ser así.
La May poco sensible bajaba las escaleras en esos momentos, descubriendo que su mente había guardado canciones infantiles. Puede que escuchadas de su madre de pequeña, o en la tv o donde cojones fuese. La cuestión es que en ese instante salían de su boca mientras acunaba al querendon de Keko.
Animales, eso somos. Y Keko era justo una cría de animal que en esos brazos encontraba la tranquilidad y confianza suficiente para dormirse y no ver así al llegar a su piso, a su madre en el sofá hablando relajada con Doña Angustias por teléfono. De estar despierto, habría pasado de esa imagen para acudir a ella con cualquier reclamo; un beso, un querer jugar con ella, un abrazo, un enseñarle algo...pero estaba dormido y quien más despierta estaba era May. Lo estuvo para tropezar con esa imagen, para desear una aguja en ese instante y tatuársela en cualquier rincón de su piel y para no querer romperla, con estupidos pasos.
Ajena a su parálisis, Angie los sintió y miro. Para nada rompió su postura, si bien tuvo que alertar a Doña Angustias.
- Llegaron- le dijo en apenas un susurro.
- ¿Quienes?- enseguida quiso saber la mujer.
- Espere un momento-pidió Angie respirando profundo. De haber seguido sus instintos, la mirada posada de May sobre ella le habría hecho cuanto menos contraerse, pero pasó de ellos prefiriendo sonreírle tal cual se sentía mirando a ambos; absolutamente serena.
- María de los Ángeles, ¿que horas son estas para que recibas a nadie? ¿Y sola? ¿No será un hombre?
Genial, me ha encantado.
ResponderEliminarGracias.
A
Ayy, genial sí, pero muyy lentooo... Venga Gemo, dale marcha!!
ResponderEliminarX
Me estoy poniendo al día con todas tus historias y solo me resta decirte que me encantan! Todas y cada una de ellas, aunque algunas no están terminadas pero guardo la esperanza de que en algún momento (no muy lejano jeje) las continuarás.
ResponderEliminarMi querida Gemo he aquí una admiradora más en tu larga lista, estoy ansiosa por leer la continuación de esta historia y Felicidades por ese talento maravilloso
Un beso
By Di
..... del revés...la VIDA puede ponerse del revés...si al detenernos en un rellano....en una escalera...de un piso cualquiera...de una casa...o de un banco en un parque cualquiera....del revés..SI......
ResponderEliminar..... Y es lo que a May le está sucediendo...Quien hace años corría sus primeras aventuras en un pueblo cualquiera...la que gustaba de empaparse de la lucha obrera...a la vez que de besos robados en cualquier rincón...Ahora....ahora detiene sus pasos en esa puerta...esa que quiere abierta siempre...y ser la invitada de quien tiempo atrás...o no tan atrás...se perdía entre letras de la Biblia...y hoy las quiera cambiar ...por las '''Locura de Julia Arango'''....( Escritora....creo que eres la culpable de que nos suenen esas letras ..) Al revés...así puede volvernos esa LOCURA..
...... gracias....por ¡¡tanto¡¡.....siempre..
celeste-negro.
p.d....X no pidas tanta marcha ....que luego puedes liarte...jajajaja.