María de los Ángeles 19

Que con la puerta abierta como había estado en la improvisada reunión montada en el rellano de Angie, Keko escuchase a May y ésta no entrase a saludarlo, provocó su llanto. Un llanto mimoso y altamente caprichoso, que había visto la luz en los últimos días. Normal, el enano estaba descubriendo lo que era sentirse el centro de atención de cuatro mayores, que cada cual a su forma, lo estaban mimando sin ton ni son. Pero no era sólo eso, May era su colega de pinturas, su maniquí de ensayos, a veces su pañuelo, otras su cubo de basura...¿como no iba a querer pasar la noche con ella? Pero May no había entrado y si Luka, quien viéndolo llorar quiso ir a por él.

- No..no. Tiene que ir aprendiendo a conformarse- lo frenó Angie, tirando de Luka hacia la cocina. Luka se giró hacia Keko sentado lloroso en la alfombra y quiso darle a entender que enseguida lo rescataría de esa mierda que le hacía llorar, pero al niño le dio por llorar más y a Luka por correr a la cocina.

- Chilla como una niña..te lo tengo que decir- le dijo a Angie todavía acojonado por el llanto histrionico de Keko y Angie fue a corregirle, pero se lo encontró con una sonrisa tan sumamente encantadora que no pudo. Pues ahí estaban ambos, sacando la pizza de su caja, disponiéndola en platos, sacando cubiertos y callados. El silencio mantenido, armonioso y en cierta medida hogareño no era la especialidad de Luka. Además, contrarrestaba con una de sus habilidades innatas; gustar. Como amigo, como pareja, como hijo...como lo que fuese. Por eso recordó la pulla de May sobre que no conocía nada de la religión que Angie profesaba e improvisó como pudo, mientras partía las porciones de pizza- En un lugar de Jerusalén, de cuyo nombre no quiero acordarme, no ha mucho tiempo que vivía un JesuCristo de los de apóstoles, incienso y mirra- soltó tal cual, provocando que Angie dejase lo que estaba haciendo, para intentar saber que había dicho. Verla mirarlo en completa seriedad, le hizo tener que precisar muy malamente- ¿No me digas que no sabes cómo empieza la Biblia?- inquirió provocando que ahora si, Angie se descojonara.
- Ya..la Biblia-le contestó irónica llevando la cena para el salón, perseguida por Luka. Algo a su favor dijo este mientras llegaban al salón, pero al ver a Keko riendo mirando el móvil..se quedaron a cuadros.
- Jijiji Mayyyy...ven aquí- decía el crío.
- Si estoy aquí..venga colega, ¿a que ya no vas a llorar más?- se escuchaba a May.
Angie fue la primera en espabilar y quien se acercó hasta su hijo, que seguía hablando con el móvil. Al acercarse pudo ver a May en su móvil y no ser consciente de la sonrisa que se le dibujó.
- No me jodas..¿que tienes skype?- quiso saber Luka y no. No era skype. Keko acababa de descubrir la novedad que traía la nueva actualización del whatsapp; la videollamada. Esa maravilla tecnológica que te permite jugar traviesamente con alguien, saludar a algún familiar o esconderte en un aseo para ver a un crío de tres años, que era lo que le había pasado a May.
Venga ya, desde la actualización de whatsapp había tenido tiempo para tener algo calentito por videollamada con alguna que se dejara, pero no..May lo estaba estrenando con Keko y escondida en el aseo de lo que vendría a ser alguna que estaba tremendamente buena, a la que había dejado removiendo champiñones. Lo que es la vida y lo que te la puede cambiar un crío si le dejas. Bueno, la paz y alegría que estaba sintiendo al verlo más calmado y risueño, bien valía no probar el pornowhatsapp.
Hasta que...
- ¿Con quién hablas cariño?
La voz de Angie y su cabello rojizo, sedoso y...la hicieron querer colgar de golpe.
- Keko te veo mañana..muack- colgando quiso golpearse fuerte y duro contra el lavamanos que le pillaba a mano. ¿Que coño estaba haciendo con su vida?
Hiciera lo que estuviese haciendo, no mejoró cuando al rato y sin llegar a golpearse salió y se encontró con Jess, removiendo los champiñones. ¿Cuánto tiempo necesitaba esa cosa ser removida para cocinarse? A saber y cualquiera le preguntaba a Jess, que parecía estar haciéndolo de una forma obsesiva. Vueltas al sentido de las agujas del reloj, flequillo que le bailaba de un lado a otro, vueltas al contrario del sentido de las agujas del reloj, flequillo que se le pegaba en la frente y finalmente dejar la cuchara tras dar dos golpes fuertes y dejar ko a May con su salida:
- Pufff..que le den. ¿Follamos y listo?
La salida de madre de Jess, dejó a May buscando algún soporte lo suficientemente fuerte y grueso como para darse con él y abrirse la cabeza. Ya era bastante ir subida obligada, porque ella no lo había elegido en ningún momeno, en una extraño tiovivo donde cabalgaba un caballo de cerámica llevando a alguien en particular, como para que una pedazo de tia le preposisiera sexo y ella esa parte en concreto de su anatomía..... no la sintiera.
¿Hora del óbito? Una marcada entre la sonrisa de Keko y la aparicion de su madre en pantalla.
¿Posibles causas? Ena....pasando.
La paralisis de May ante Jess, fue salvada por el sonido insistente del timbre del piso. Alguien con urgencia demandaba que le abriesen la puerta, mientras Jess resoplaba con la mirada fija en May.
¿Por que cree le gustan las mujeres? Por masoca.
- Eh...abro y luego ya vemos- la reación de May, la llevó a esquivar la inquisitiva mirada de Jess. A pies ligeros llegó a la puerta y mira que odiaba a publicistas, vendedores de relegión y cualquiera que viene a joderte a casa, pero en esa ocasión May fue a abrir la puerta dispuesta a abrazarse a la venta de cualquier cosa, pero su sorpresa fue, que tras la puerta estaban Luka y un lloroso Keko que saltó a sus brazos en cuanto los recibió. Vale, el crío se dispuso a escalar su cuerpo en tanto May acorralaba a Luka.
- Menudo marrón tengo, tete- le dijo apurando el tiempo hasta que Jess apareciese.
- ¿Y tu cita?- a lo suyo se fue Luka, revisando el interior del piso o intentándolo, porque May lo tenía contra la pared del recibidor como si ahí dentro, hubiese zombies. ¿Cita había dicho Luka?
- ¿Qué? ¿Pero qué dices?- ofendida revisó que Jess no llegase, dejando que Luka escapase de su encierro y avanzara por el pasillo. Bueno, con él ahi Jess no se le tiraría al cuello, aunque lo tuviese ya ocupado. Porque Keko había conseguido escalar por su cuerpo y en esos momentos con su entrepierna le tapaba la boca.
- Colega...creo que esta postura es al revés- musitó justo antes de que Keko se agarrase de su pelo para cambiarla. Las lágrimas por el dolor que sintió ante el primer tironazo de pelo, inundaron sus ojos mientras se miraba con un monillo colgando en un espejo super cuco. Cita había dicho Luka.
Y dígame....¿como definiría su vida sexual en estos momentos? Inexistente.
Y si hubiese quedado ahí la cosa, todavía tendría un pase. Pero no, porque hasta ella y Keko regresó Luka.
- Joder....le ha sentado una mijita mal que le dijese que olía a comida quemada, se ha encerrado en el baño- dijo Luka.