María de los Ángeles 18

La noche cambió para los recientes amigos, en cuanto May aceptó la invitación de Jess a cenar. Aunque de entre los cuatro, la que en principio no vio alterada su noche fue Angie. Tras bañar a Keko y dejarlo entretenido sobre la alfombra del salón, se sentó tomando una Biblia entre sus manos. Angie se mentiría de no reconocer que la había cogido buscando unos versículos en concreto. Normal por otra parte, tras la pulla recibida de Jess sobre los pecados. Tampoco es que fuese trabajoso para ella, conociéndose al dedillo el sagrado libro que sostenían sus manos. Al encontrar justo el que quería, lo releyó sonriendo. Creyente, madre soltera y novata en Madrid, pero sin un pelo de tonta. 

Mensaje de Angie a Jess: Pero como insistían en preguntarle, {Jesus} se enderezó y les dijo: El que de vosotros esté sin pecado, sea el primero en tirarle una piedra.

Mensaje de Angie a Jess: Disfruta de la cena 😉

Una vez le escribió a Jess, dejo el móvil dispuesta a sumergirse en la lectura. Entendible o no, en esas letras encontraba la calma robada en su día, como  las fuerzas para un futuro incierto y la calma de un presente nuevo y arriesgado. 

Perdida en su lectura, Angie no podía saber que en esos mismos instantes, May se duchaba con la mente en su trabajo. Como cualquier artista, su mente inventaba trazos que después borraba para una nueva creación encargada por un chaval cualquiera. Tan absorbida estaba, que no recordó la cena hasta que rato más tarde Luka se presentó con unas pizzas en su casa. 

- Teta vamos teniendo una edad, en la que empiezo a desear verte acompañada, pero olvidando una cita con una tía cañón, inteligente y con profesión, ya me puedo sentar a esperar que ocurra el milagro- le dijo Luka, molestándola. Ya no por demostrar conocerla poco si la esperaba ver acompañada como el decía si no más bien, por la tendencia de su colega de los últimos tiempos de meter en sus frases algún termino capillita. Con lo que Luka consiguió que primero le sacase el dedo y que después, no pudiera callarse.

- Milagro...¿sabes para lo que no vamos teniendo edad? Para cambiar de personalidad según la tía que nos mole- le soltó consiguiendo abrir un pack de cervezas que se le estaban resistiendo. Cervezas que quería llevar a que Jess.

- No las abras si las vas a llevar..es igual-quiso evitarlo Luka, sonriendo por dentro- Busco la gracia nada más..pero estás de un agrio que asusta. En fin, me llevo las pizzas a misa..digo a que Angie- concluyó su alegato robandole una cerveza.

 Del pack de seis ya quedaban cuatro y estuvieron a punto de no quedar ninguna. A May escuchar los nuevos planes de Luka con la sonrisa que se lo había dicho, le provocó que el pack quisiera precipitarse al suelo, pero cuidado todavía sus pajas mentales no eran tan extremas como para perder cuatro cervezas. Cargando con ellas siguió los pasos de Luka hasta la puerta, con distinto destino. Claro que, seguirlo estuvo a punto de marearla.

- ¿Pero cuanto perfume te has echado?-adelantándolo de repente le entraron las prisas. Pasaba muy mucho de verlo entrar a que Angie y Keko. Una cosa era su amistad infinita y otra ser gilipollas.

- Sabes que me encanta oler bien, pero bueno..en citas especiales más-le contestó Luka, tratando de adelantarla.

- En citas...si ni siquiera te sabes el..-quiso rebatirle, pasa que no tenía ni puta idea de lo que hablaba y así costaba más meterse con él. Y además, Luka le acaba de adelantar directo al piso de Angie.

- Ja..lo mismo tu si sabes- apretando los pasos ahora iban mano a mano.

- Hombre..los mandamientos y eso-rebatio May.

- Ya claro..¿y de la Biblia?- insistió Luka.

- Pues de la Biblia..es como El Quijote tío..el libro más traducido, ¿como te quedas?-prosiguió May.

- Nunca conseguí leerme El Quijote entero..has ido a dar, cabrona-dolido, tanto él como May se quedaron parados ante la puerta de Angie. Al darse cuenta, la aviso- Que tú no cenas aquí-y lo hizo guardándose otra sonrisa.

- Ya lo sé-afirmó May, escuchando unos pasos por la escalera y una puerta abriéndose. Quien bajaba por las escaleras era Jess y quien abría la puerta Angie. Los cuatros se quedaron mirándose en silencio, aunque el ruido de una cerveza abriéndose llevo todas las miradas al mismo punto..May. Que siendo como era, optó por hacerse la señal de la cruz con el botellín recién abierto, consiguiendo las risas de todos. Pero no estaban ahí para cenar como cuatro nuevos amigos que inventan lo que sea para pasar más tiempo juntos, sino para cenar por parejitas. Quien primero movió ficha fue Jess, que acabo de bajar la escalera y se colgó a May, robandole el botellín antes.

- Uhm..he preparado un wok de champiñones de chuparse los dedos-les dijo con la vista clavada en Luka.

- A mi las pizzas de escándalo-le salto Luka, queriendo ocultar las cajas de las pizzas y demostrando ser el más picoso de los cuatro. Como fuera, May fue a lo suyo. Tomada de la cintura por Jess, posó la mano en la de Angie.

- ¿Keko?- preguntó por el crío, derritiendo una mijita a la mami. Quien agradecida, le beso la mejilla.

- Jugando-le contestó sonriendo y ahí siguieron, mirándose ajenas a los otros dos. Como si las pizzas no se estuviesen enfriando y la cerveza calentando. Mientras que el otro par, iba a lo suyo.

- ¿Tu gato?- preguntó Luka a Jess. A falta de hijos bien valía interesarse por el gato de Jess y ganarse un beso de está. Pero...

- No tengo gato- agria le contesto Jess, soltando a May para irse a su casa.

- ¿Perro?- insistió Luka siguiéndola.

- No- negó Jess subiendo los primeros escalones.

- ¿Pajarillo?- siguió Luka subiendo tras ella.

- No- volvió a negar Jess.

- ¿Mala follá?- se detuvo Luka.

- Toda la del mundo para ti- le contestó Jess parándose también. En ese punto, ambos pasaron de mirarse para mirar a las chicas que continuaban ahí..imantadas. Al verlas, Luka se pellizco el labio. Lo ideal sería cenar tal cual estaban dispuestos o al menos los cuatro juntos..pero a Luka también le encantaba jugar.

- May coño..que se enfrían los champiñones.