Que con la puerta abierta como había estado en la improvisada reunión montada en el rellano de Angie, Keko escuchase a May y ésta no entrase a saludarlo, provocó su llanto. Un llanto mimoso y altamente caprichoso, que había visto la luz en los últimos días. Normal, el enano estaba descubriendo lo que era sentirse el centro de atención de cuatro mayores, que cada cual a su forma, lo estaban mimando sin ton ni son. Pero no era sólo eso, May era su colega de pinturas, su maniquí de ensayos, a veces su pañuelo, otras su cubo de basura...¿como no iba a querer pasar la noche con ella? Pero May no había entrado y si Luka, quien viéndolo llorar quiso ir a por él.
miércoles, 30 de noviembre de 2016
martes, 22 de noviembre de 2016
María de los Ángeles 18
La noche cambió para los recientes amigos, en cuanto May aceptó la invitación de Jess a cenar. Aunque de entre los cuatro, la que en principio no vio alterada su noche fue Angie. Tras bañar a Keko y dejarlo entretenido sobre la alfombra del salón, se sentó tomando una Biblia entre sus manos. Angie se mentiría de no reconocer que la había cogido buscando unos versículos en concreto. Normal por otra parte, tras la pulla recibida de Jess sobre los pecados. Tampoco es que fuese trabajoso para ella, conociéndose al dedillo el sagrado libro que sostenían sus manos. Al encontrar justo el que quería, lo releyó sonriendo. Creyente, madre soltera y novata en Madrid, pero sin un pelo de tonta.
lunes, 7 de noviembre de 2016
María de los Ángeles 17
Y Angie en tanto, tomaba su caña prometida con Jess. La verdad es que si antes de la visita al Colegio le había apetecido esa cerveza con Jess, tras la visita sus ganas aumentaron. En lo que conocía a Jess, le había hecho sentir segura, y podía juzgar a la rubia de alocada y un poco extravagante, pero a todas luces era alguien con quien poder conversar de mujer a mujer. O eso creía ella.
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