María de los Ángeles 12

Como pavos reales. Así caminaron May y Keko por el centro comercial en busca de Angie y Luka. Los dos pavoneándose y alardeando de un flow currado al máximo. Los dos con vestimenta prácticamente calcada, que solo registraba un cambio en la edad del moco, y su escote masculino. Eso, sumado a los tatuajes reales de May y los dibujos hechos en Keko, les hacía llamar la atención, sin que a ellos les molestase. Al revés, May experimentó un orgullo desconocido hasta el momento para ella. Un gusto especial, que le hacía sonreír pese a recibir alguna que otra mirada reprobatoria. 

- Colega..se me hará larguísimo hasta que cumplas 16 y te pueda tatuar-le dijo al crio. ¿Qué no podía tatuarlo hasta entonces? Para Keko, los dibujos en su brazo ya eran tatuajes y bien que los lucia con su brazo estirado todo el tiempo.

- Hostias- balbuceo el enano, esperando que May riese. Lo había hecho varias veces en la mañana, y en todas ellas hacia surtido el mismo efecto, May riendo. Pero ahora, no fue así.

- Jajja..eh no. Ahora no tío. Ahora ya no se dice hostias- quiso corregirlo May, denotando su falta de experiencia.

- Hostias- ahí estaba  Keko repitiéndolo más. May optó por cogerlo en brazos y apartarlo una mijita. Todo sería hablarlo con él tranquilamente.

- Que no..a ver cómo te explico yo. Tú madre esas cosas, pues como que no-lo intentó por ahí. 

- Mami-fue la contestación de Keko. Madre era mami, hasta ahí llegaba el chaval.

- Si, pero que no. Ella..tu Mami, cree en el Señor, ya sabes..JesuCristo y esas movidas-siguió intentándolo May. Ya podía haberla parado alguien y explicado que era un crío de apenas tres años. Para el que, si madre era mami, Jesucristo era...

- Jesusito de mi vida eres niño como yo, por eso te quiero tanto y te doy mi corazón- besándola fuerte y risueño, lo recitó de corrido Keko, dejando a May con la boca desencajada. 

- Ay que niño más guapo. Eso es mi vida, así se reza- una mujer aparecida de la nada, se acercó a ambos y se comió al niño sin permiso ninguno. Puede que sí May hubiese cerrado la boca, algo podría haber dicho, pero ahí seguía, con Keko en brazos mirándola feliz y una mujer pegada a ambos esperando más gracias del nene- Para que luego digan de la juventud..ayns- prosiguió la mujer antes de por fin marcharse y dejar a May respirar. 

- Tío..llamas demasiado la atención. ¿Qué co..cosa has cantado?- rectifico a tiempo o Keko, lo hubiese repetido. Y ella era quien se quejaba de que Keko llamase la atención, lo hacía ella con sus tatuajes, sus escotes y sus miradas a las dependientas de la tienda donde supuestamente estarían Angie y Luka- Un día tú y yo hablaremos, de cómo utilizar cierta imagen para ligar, porque no falla-continuó para Keko, enfocando como posible objetivo a una de las cajeras. La chica ya los había visto y les sonreía a una distancia todavía prudencial- ¿A tu forma o la mía?-preguntó a Keko fingiendo interesarse por un foular. Con astucia espero que la chica dejase la caja y se acercase a ellos. No fallaba, la tenía a solo pasos, podía adivinar las primeras palabras de la chica cuando llegase y solo faltaba que Keko eligiese. La forma de May era aprovecharse de su imagen y la de Keko debería ser volver a rezar cualquier cosilla, pero los niños, niños son y de ellos no esperes poder anticiparte a sus reacciones.

- Mami- el grito pelado de Keko señalando hacia los probadores dejó fuera de juego a May. Ese Mami señalado, no era ni por asomo una técnica de ligue. Vamos, es que la chavala conforme se había acercado, freno y se marchó de vuelta a su caja. Estaba bien jodida, es que cada vez estaba más jodida. Esa Mami a la que Keko señalaba le había hecho dejar tirada a una tía en su sofá y ahora, nuevamente le reventaba un ligue que estaba hecho o al menos, así era para su ego.

- Definitivamente tú y yo, tenemos que hablar seriamente-volvió a decirle a Keko, pero este a esas alturas y tras haber divisado a su madre, aguanto poco en sus brazos- Eah..ya estás corriendo tras ellas, pues te espera toda la vida así- musitó, con la intención de ir a cierta caja donde había una cierta cajera, pero nuevamente se olvidaba, que los niños, niños son.

- May vamoooos- le apremio Keko y vale joder, fue tras él. 

Pero una cosa era ir tras él y otra correr como él lo hacía desesperado por llegar a brazos de su mami. Venga ya, ni mami ni mamo. ¿Qué era guapa? Pues si. ¿Qué tenía un rollazo dulce? También. ¿Qué de dulce pasaba a cañera en segundos? Mejor ni recordarlo. Pues ahí estaba May. Una tía que impresionaba por su seguridad y que era capaz de derretir con la mirada a cualquier cajera amante de emociones, caminando hacia unos probadores persiguiendo a un crío, como si fuese cualquier Manolo un sábado en el Corte Inglés. Ojo, se acercaba al probador por la gracia del niño pero que en ningún momento, pensasen que ella iba a sujetar prendas en la cola de los tíos. 

- Hay que joderse- masculló llegando hasta el probador por donde Keko se había metido y maldición, este salió del mismo.

- Esta aquí- descorriendo la cortina, Keko salió  tirando de ingenuidad. Si su madre le preguntaba con quien había venido, él le explicaba y mostraba a su acompañante, claro que para ello descorría la cortina y dejaba de frente, a las otras dos. La mami en ropa interior y la colega con la mirada fija en el pecho de la primera imantada. Segundos, minutos..a saber. Las dos se quedaron calladas, hasta que May medio espabilo. O sea no. A dos pasos estaba la cola de tíos sujeta prendas, ni de coña iban a verla como ella estaba haciéndolo. Así que, si Keko había tirado de ingenuidad, May lo hizo de posesión. Cabreada dejo las tetas de Angie y se metió en el probador, corriendo la cortina con fuerza. Están bien, Angie lo había querido. Le daría una charla sobre la ciudad y los mirones babosos que puede haber, más los teléfonos móviles que estos pueden tener y usar. Pero fue dar el cerrojazo, y volverse a encontrar con las..con Angie. Algo debía decir.

- Eh..pues nada- fue lo que dijo buscando un punto fijo donde mantener la mirada (ajena a esas tetas que parecían imantarsela)

- Ya- fue la breve continuación de Angie. Menos mal que estaba su hijo ahí con ellas, para cogerlo en brazos y tratar con él de suplir la falta de aire repentina que estaba sufriendo. No por su desnudez, en la cual al principio ni cayó. Pero juraría que era la primera vez que se quedaba sola con Angie, cara a cara. Como el pasará a la otra, ella también se vio obligada a decir algo o morir de asfixia- ¿Mucho calor?- por ahí salió, prometiéndose golpearse ese pavo repentino que le había entrado. 

- Mm- fue la breve contestación de May. Jamás se había fijado en que los probadores fuesen tan pequeños y tan poco entretenidos. En ese metro cuadrado no había como esquivar la mirada de Angie, su cuerpo y no joder, ya estaba mirándola subidita. Porque si, pasado el primer trago, Angie advirtió en ella esa incomodidad que sin saber aún porqué, le hacía crecerse ante ella. Manteniéndole la mirada, la pelirroja se pellizco el labio antes de querer picarla. Pero en esos momentos, Luka apareció a las voces.

- Lo tengo...este te va a flipar- se escuchó al barbas antes de que este descorriera las cortinas y viese la reunión allí dentro montada- Eh- dudo antes de meterse con ellos y cerrar la cortina- ¿Nos escondemos de algo?- quiso saber y para ello primero miro a su colega, encontrándola mirando algo fijamente lo que le llevó a mirarlo a él y que el tiempo para ambos colegas se detuviese. Fue como si volvieran al salón ochentero de la madre de May y si..sus tetas.