María de los Ángeles 4

Por suerte o por desgracia, con intervención divina o sin ella, por el destino o por casualidad, la cosa era, que María de los Ángeles y May ahora eran vecinas. Para la primera podría definirse como; los caminos del Señor son inescrutables, en cambio para May sería algo así como; coñazo de beata, joder. 

Pues si, porque eran vecinas y peor, vecinas de planta. Lo que les hacía coincidir no sólo en el rellano sino también en el ascensor. Una con sus faldas rectas, camisas antiquísimas y zapatos de tacón ortopédico, pero siempre con una sonrisa y la otra, con pantalones pegados como una segunda piel, camisetas apocalípticas, tatuajes demoniacos y cara vinagre según el momento. La cara y la cruz, obligadas a compartir breves momentos en minimos espacios.

-Buenos días nos de el Señor- solía saludar Maria.

-Hey-solía responderle May. 

Vale, en un día y otro y otro, alguna podía haber variado su registro, pero María sentía cierto gusto en molestar a la pobre descarriada y la otra directamente lo hacía por joder a Heidi sonrisitas. Excesivo, era demasiado bestia llamarla así. No la dejaban hacerlo los pedazos ojos verdes que tenía María, como su pelazo rojizo y ensorijado, como su ..en cuero y con un látigo, la beata sería todo lo contrario. Ok, mejor dejar a un lado sus locas fantasías y centrarse en lo importante. María no usaba ropa de cuero y estaba muy lejos de comprarse un látigo para castigarla a ella, así que lo importante era..fastidiarla. Las habilidades del nano más guapo que pisaba el bloque y la vecindad con los rotuladores, tuvieron su aquel. Como traficantes, era encontrarlos en el ascensor y que May le pasase a escondidas uno. El crío reía feliz, como si estuviese haciendo algo prohibido, una trastada de las guapas y lo mejor, como si la mujer de negro fuese ya una colegaza suya. Mientras que María, se pispaba de poco de lo que ocurría allí, pero con ver a su hijo reir feliz, le bastaba. Puede que, las canciones de Iglesia a toda voz, no estuvieran dando sus frutos con May. Quizás y viendo como con su hijo si conectaba con ella, debía tirar por ahí para encaminarla hacia la luz divina. Allí donde las almas pecaminosas encuentran su paz y su luz. Por eso, comenzó a relajarse cuando se encontraban con ella en el ascensor y hasta se permitió ser graciosa.

-Hey- saludo de ese modo. Obvio, May se quedó con la boca abierta y ambas se miraron por segundos. Vale, podía relajarse un poco.

-Buenos días nos de el..nos den si-sin llegar a tanto, ¿o si?- Hoy tengo un gozo en el alma, gozo en el alma-canturreando esa canción en cuestión, dejó el ascensor y en el a María negando con la cabeza. Pues oye, al final de algo si habían servido sus canciones o no.

-Es el juego del gato y el ratón, tus mejores años clandestinidad, no es muy difícil claudicar, esto empieza a ser un laberinto ¿Donde está la salida?- a media lengua cantó Keko. Pero, ¿qué canción era esa?

Puede que si hubiese escuchado las risas de May al escucharlo cantar, habría atado cabos. Si ella hacía sonar canciones de la Iglesia, May contraatacaba con canciones de Barricada. Al final el pobre vecino, era el que vivía entre ambas y el que debía sorportar esa lucha musical.

En lo que al principio ninguna presto atención, era en la curiosidad que ambas se despertaban. Buena cuenta de ello, daba María de los Ángeles en sus charlas telefónicas con Doña Angustias.

- ¿Y entonces me dices que bien con los vecinos?-quería saber Doña Anfustias, que por saber hasta el precio del pan.

- Si..nos vamos adaptando poco a poco. Solo que..hay una en particular que- contestó María sin saber cómo seguir.

- ¿Qué? Cuidado con las mujeres de ciudad, ya sabes que las hay de vida alegre, hoy un hombre, mañana otro. Vicio nada más..de esas aléjate-le advertía Doña Angustias siempre en guardia.

- Pues...no va con hombres. Bueno si, en verdad juega con ellos, siempre le llenan la casa...más Luka-le decía María guardándose un suspiro-  Pero en realidad es más de amigas, se ve que es generosa y las deja dormir en su casa.

- ¿Eh? ¿Qué no tienen casa o es que están de paso?-quiso saber más Doña Angustias.

- Lo desconozco..pero ahí con ella duermen-no cuadrando lo que ella misma decía, contestaba María.

- Esta gente de las ciudades que son así de raros, tú no le eches muchas cuentas, es la de los tatuajes ¿no?-volvía a advertirle Doña Angustias.

- Artistas del tatuaje, así prefieren llamarse según Luka-sonreía María. 

- Luka..Luka-con tonito le respondía Doña Angustias. 

María a su forma curioseaba sobre May, esta en cambio, se guardaba las ganas de saber, anteponiendo que no podía tener nada en común con esa mujer. Como fuese los días cayeron, sin que Luka olvidase la cena de María prometida al electricista. Punto aparte, era la relación cada vez más estrecha entre Luka y María. Al punto, que ambos ya tenían los números de teléfono y algún que otro mensaje se intercambiaban. 

- Joder..beata y tiene whatsap, ¿os lo podéis creer?-hablaba Luka de María de los Ángeles en el salón de tatuajes con sus colegas-clientes-trabajadores y a saber que vínculo más tenía con los dos que resoplaban cansados del mismo tema.

- Jajaja, no me digas-se partía la chica. Así era Luka, que le daba por el  PokemonGo, pues a él que le importaba cero recorrerse el mundo buscandolos, que le daba por una serie como Friends y se chupaba tooooodas las temporadas en días y sus respectivas noches. Pues bien, estaba claro que estaban ante su nueva obsesión-hobby, solo que esta venía con rosario de la mano y peor, con un crío.

- Pero tío, si hasta mi abuela tiene whasap y va a misa con mantilla-le dijo el chico. Menos dado a dejarlo fliparse. Parecido a May, que fue la que escucho mantilla más misa y detuvo sus pasos sin participar en la conversación, pero ahí bien pegaita poniendo el oído. Eso sí, siendo Luka un parlanchín abrumador, en medio desconcertó, volvió a enganchar después y no pudo aguantarse más callada, cuando se quedo con Luka a solas. Ya estaba bien la tontería con la vecina.

- Vamos a ver...¿te estás pillando por esa niña?-quiso saber a su estilo rancio y directo. Según la teoría, debía hacer caso a lo que Luka le contestase, pero que este lo hiciera dibujando corazoncitos, fue un punto a tener en cuenta.

- ¿Qué dices? Bien sabes el tipo de mujer que a mí me gusta y María de los Ángeles dista mucho de ser una de ellas-fue la contestación de Luka. Los corazones en ese punto le salían con algún cocido de más tomado. Por eso detuvo el hacerlos y no dejo que May insistiera-No estoy preparado para volver a amar y tú lo sabes más que nadie. Parece mentira-drameo cosa mala, haciendo que May recordase a su madre y su extrañeza de que su mejor amigo fuera un tío, ¿para qué una tía si ya lo tenía a él?

- Luka-quiso contenerlo.

- Ni Luka ni Luko. Esa mujer me hizo mucho daño, el día que hayas sido usada sexualmente  como yo..me vienes a decir. Ahora y para que lo sepas, he creado un grupo de whatsap para los tres. Fíjate en el bloque en el que vivís; vives tú qué...en fin, el pajero del medio, los estudiantes del primero, los poliamorosos de arriba y..yo que sé. No voy a dejar que se sienta aislada, porque recuerda que tú y yo..hemos vivido eso-concluyó con todo el dramatismo que le cabía en el cuerpo y vale joder. Tampoco le pasaba a May si tenía en whasap a la vecinita.

 Pero claro, fue ir a curiosear el perfil de María y que se le cayeran los palos del sombrajo. La imagen usada eran unas manos femeninas agarrando un rosario y el estado; la fe mueve montañas, el amor mueve fronteras, la pasión mueve voluntades y la oración mueve las manos de Dios.

Loca se quedo un rato y puede que algún whiskito necesitase para olvidarlo, pero quisiera o no, María de los Ángeles había llegado a sus vidas.

- Keko...el sofá no está para dibujar en el, ¿y me puedes decir de dónde sacas tantos rotuladores?

Aunque...para según qué, su gracia tenía que hubiese llegado.