jueves, 18 de agosto de 2016

María de los Ángeles 2

La leche con cacao para Keko era indiscutible, por eso se dejó llevar por el tipo de barba escasa y tatuajes, hacia dentro de ese piso. Nada más entró, detuvo sus pasos. En la aldea jamás se había encontrado con una escena como la que acontecía en ese piso. Es que ni había podido imaginar que algo así pudiera darse.
Cuatro o cinco muchachos con algo entre las manos sin cables, se gritaban frente a la televisión. Eso debía ser algún tipo de consola nueva. Lo que no llegaba a entender, era por qué se gritaban. Punto aparte, fue verlos sentados en el suelo rodeados de bolsas de snack,s, botellines de cerveza y ceniceros llenos de colillas. Debían ser otros alcohólicos como el "barbudo" que le había abierto la puerta y que delante suya, parecía esperarla, encendiéndose un cigarro justamente. 
- Asesinas tu cuerpo con esa cosa tan asquerosa- le dijo no pudiendo callarselo. Puede que fuese alcohólico y que por alguna extraña razón que ella desconocía estigmatizara su cuerpo con tatuajes y pendientes, pero era una criatura más de Dios a la que dar la mano.
- Eh- el tipo volvió a flipar con ella y de hecho, el cigarrillo se le fue cayendo de entre los labios- de eso podría debartite mucho con unas cañitas. 
- Beber tampoco es sano para ti. Pero tranquilo, creo que podré ayudarte si tú me dejas que lo haga- tímida y tratando de proteger a Keko de la humareda reinante en ese piso, comenzó a dar pasos hacía atrás. Ya no eran solo los muchachos de la consola, tras ellos había otros que hablaban demasiado alto. Quizás si bajarán la música podían conversar a gusto. Pero lo hacían empeñados en castigar sus cuerdas vocales y oídos. 
- Niña, mejor nos centramos en el colacao para éste nano tan guapo- el tipo tardó lo suyo en volver a reaccionar y prefirió centrarse en el nano que ésta llevaba. Lo mismo era más fácil entenderse con él. Pero para entonces, la Mami de Keko estaba lo suficientemente asustada por lo visto, como para continuar en ese piso un minuto más.
- No puedo estar aquí con él. Hay humo y es cancerígeno. Keko está acostumbrado a vivir en Naturaleza- le explicó ella, marchándose hasta la puerta con su hijo.
- Keko jjjjjj- el nano la imitaba bien agarrado a ella, por mucho que el tipo le llamase  la atención.
- Joder...espérate ahí fuera con él- le pidió el tipo y ella obedeció casi en postura firme. 
Veinticinco años recién cumplidos y un hijo de poco más de  dos añitos. María de los Ángeles, nacida en una pequeñísima aldea de los Pirineos Aragoneses, había sido criada por un sacerdote y los pobres ancianos vecinos del lugar. Educada en la religión cristiana, sin apenas haber salido de la aldea, se encontraba ahí, en un frío pasillo de un bloque vecinal, sola con su pequeñajo. Para Luka, el tipo de descuidada barba, tatuajes y piercing, no le había pasado desapercibido lo perdida que estaba Maria Angeles. Más allá de las regañinas que ésta le había echado por su forma de hablar, por beber, por fumar y casi hasta por respirar, lo cierto es, que no le molaba nada dejarla sola en el pasillo con el renacuajo. May, la dueña del piso y su colega desde que ambos measen pañales, fijo tendría en la nevera algo decente que darles. Tendría que ser fácil encontrarlo e incluso prepararlo. Pero esa noche el piso estaba hasta los topes de colegas celebrando a saber qué. Mucha excusa no necesitaban para ocupar el piso de May y vaciarle la nevera.
 Y fácil no fue. La cocina estaba ocupada por un par de tías que no habían tenido mejor sitio para comerse que justo la nevera. Tratándose de una urgencia, Luka paso de hacerles el típico chascarrillo y quiso irse a lo directo, pero fue decirles "hey hola" y que una de ellas le sacase el dedo. 
- Joder niñas...una miita de educación- les dijo un pelin ofendido y puede que influenciado por la chica que le esperaba en el pasillo.
- Anda y que te den- le contestó la misma del dedo y conociéndose, prefirió pasar de ella o la liaba. Había que joderse por un puto colacao. Pasando de las dos pringadas, decidió que era mejor buscar a May. Ella con dos palabras las sacaría de la nevera y por fin, tendría el colacao para Keko- Tie cojones- pensar en el nano le hizo sonreír para su sorpresa. El pobre nano con esa niña tan rara como madre. Aunque, madraza se la veía a todas luces. Vamos, es que era lo único que se le veía. Pensando en la forma de vestir de la chica, hasta podría jurar que su abuela vestía más sexy que ella- Mi abuela, lo puto mejor joder- emocionandose al recordarla, es que halló a May. Como siempre con una piva cañón entre sus manos. Todo un misterio el como su colega podía triunfar de esa manera. Buena pista era, que estuviese explicándole un tatuaje a hacerle a la chica con la camiseta quitada- Que arte  tiene- se dijo y con May no temió interrumpir- May coño. Necesito tu ayuda- atajó esperando gustoso que la chica en sujetador se sobresaltara primero y se avergonzase después. Como también, que May lo fulminase con la mirada por la interrupción- Te jodes, ya lo cantaron Los Manolos .... Amigos para siempre  Means you´ll always be my friend amis per sempre- canturreo cogiendo a su colega por la mano y echándole un buen vistazo a la chica que apurada se ponía la camiseta.
- A veces no se como te sigo aguantando- se quejó su colega, esperando que Luka le soltase lo que fuese rápido. 
- Necesito un colacao- le dijo Luka y bueno, su colega flipo al momento. 
Finalmente y tras una enredada explicación, Luka consiguió que May se prestase a preparar un colacao, mientras él salía a por la chica y su hijo. La idea era, esperar al colacao de May revisando el automático del piso de la chica. No es que tuviese idea de electricidad y esas movidas, pero algo podría hacer para que ese par, volviera a tener luz. Lo mismo no había bañado aún al nano, quizás ni habían cenado y tenía cojones otra vez. Él preocupándose por esas mierdas, ver para creer. La chica lo siguió por el pasillo hasta la casa de ésta y a pesar de sus evidentes miedos, lo dejó pasar con la previsión de dejar la puerta abierta. Si algo intentaba el tipo, gritaría con todas sus fuerzas. 
- Si intentas hacernos algo malo, se como reaccionar- le advirtió al tipo que pasó a mirarla con la boca abierta.
- Vale...¿de donde has salido tú?- tuvo que preguntarle Luka. El comportamiento de la niña ya no era ni medio normal. Él estaba ahí para ayudarla y ella seguía igual de temerosa que al principio- Pues ahora voy a ser yo quien te diga algo...no se debe juzgar por las apariencias- le dijo y fue enternecedor como la muchacha enseguida se ruborizó. No lo fue tanto, que se santiguara.
- Lo siento. Es que yo no he tratado con gente como tú- le explicó acongojada. En verdad, el tipo aunque fuese bien extraño, no le había hecho nada malo.
- Jem jem...tranki, colega. Haces bien cuidando al nano. Soy Luka- se presentó el tipo, firmando la paz. Aunque la puerta continuo abierta, mientras él pasaba a pelearse con el automático de la casa. Ni puta idea de que le pasaba al cacharro ese. María de los Ángeles, lo miró presta a ayudarle en lo que fuese, como solía hacer con el Padre Antonio. Pero Luka no era igual de manitas que el Padre y de buena gana, le habría pedido un martillo para aporrear el cacharro ese como única chapuza a realizar. Para suerte de Luka y sorpresa mayúscula de María de los Ángeles, por la puerta apareció May y su cuerpo horrorosamente estigmatizado.
- Por la Virgen Santísima. Alabado sea el Señor- exclamó María de los Angeles y no le faltó santiagurse.
Había visto mujeres así en revistas y televisión, incluso había escuchado hablar de ellas. Pero nada era comparable a la realidad. El cabello de la mujer que había entrado en su casa, era tan negro como el picón que usaban para calentarse en el pueblo. Su piel en cambio, era extremadamente blanca. Tanto como lo son, las segundas nieves que encierra el invierno. Como Luka, la mujer tenía los brazos totalmente tatuados, y el negro de luto con el que vestía, sólo era roto por un extraño colgante. Si esa mujer no fuese maquillada, bien podría haberla confundido con una difunta de vida lúdica y trasnochada. Temiendola en sus formas y seriedad, María de los Angeles guardó a su hijo tras ella, dejando que fuese Luka quien se ocupará de esa tenebrosa mujer de pómulos marcados y recta nariz. 
- Hey May, menuda mierda de automático- le dijo Luka a la extraña mujer que no dejaba de mirarla a ella- No tengo cojones a
- Luka, está mi nano- tuvo que interceder rápido ella. Luka no debía tener buena memoria o peor, estaría acostumbrado a hablar de esa manera tan soez. Luka enseguida lo miró arrepentido, ganándose su sonrisa. Otra cosa, era la recién llegada a su casa. Esa que había pasado de mantenerle la mirada a directamente, ignorarla.
- Okey, ¿y el puto colacao?- quiso saber la mujer, dejándola de piedra. ¿Como una mujer podía hablar de esa manera y con esas formas?
- Habla bien- le pidió Luka, ganándose otra sonrisa de María de los Angeles, y porqué no, más complicidad con él. Mientras que la otra mujer, no es que estuviese por dar pasos "a favor"
- Jajaja, ¿que?- se rió la mujer de cara a Luka y fue horror para María, verla sacarse de los estrechisimos pantalones que llevaba un botellín de cerveza.
- Hay un nene aquí, joder May- quiso hacerle entender Luka a la mujer.
- ¿Yo qué hostias se?- le preguntó la mujer y más horror para María. Después de beber a morro cerveza, la mujer le pasaba la botella a Luka, quien también bebió a morro de ella. Ni en el día grande de la Purísima y su verbena de después, había visto ella semejante "cochinada" Mientras tanto, los otros dos seguían a lo suyo para su estupefacción.
- Hostias no digas, cojones- decía Luka y basta. Para ella fue suficiente. Ahí estaba su hijo, escuchándolo todo, no podía ni debía dejar que ese par siguiera en la puerta de su casa.
- ¿Podéis callaros y romper la cadena de improperios y malas palabras, por favor?- les pidió sacando genio del norte. Ya habría tiempo de ocuparse de la confesión de ambos. Lo que ella no podía saber, es que Luka iba a pasar a mirarla sorprendido y que la mujer, también lo iba a hacer. De moderado a intenso, así fue la mirada sobre ella de esa mujer. Nada malo había dicho, además de que había sido educada pidiéndolo por favor. Por eso aguantó como jabata, la mirada de esa mujer. Aunque, respeto y mucho le diera.
- Me pedís la mierda ésta- dijo la mujer tras unos segundos y a Dios gracias, la dejó de mirar con esos ojos tan penetrantes- la hago, vengo a traerla ¿y me viene la puebl- en ese punto Luka calló a la mujer y si bien María medio entendió como seguía la frase, fue todo un alivio que Luka la callara. Más que nada, porque así podía hablar ella. 
- No me ofendes llamándome pueblerina. Lo soy y a mucha honra. Se que tú eres de esas- le dijo arreglándose su falda. Ya estaba bien. Era su casa y si bien había pedido un favor, no merecía tales palabras de la mujer. Pero claro, con tanto genio y miradas incendiarias, ella también cometió un error.
- No le digas esa, tú- intercedió Luka. Conocedor de las malas pulgas de su colega, quiso un poco de paz entre los tres. Al final se trataba de que el nene tomara su colacao, le dieran luz y seguir a sus cosas. Por mucho que May, no lo viera como él.
- Yo paso de éste rollo. Tomad el colacao, ya me lo agradecerá Dios- con toda la intención les dijo May. Luka advirtió en la mirada de su colega un brillo muy especial, que no significaba otra cosa que muchas ganas de gresca. Lo que no podía imaginar Luka, es que María no se iba a quedar callada.
- No se debe hablar de Dios en vano, ahora mismo le devuelvo el vaso limpio- con genio de nuevo, María se agrandó ante esa mujer y no dudo en cogerle el vaso de leche con cacao y marcharse a la cocina perseguida por su hijo. Viéndolos marchar, May seguía con la mano como si sujetase el vaso.
- Jem jem..me los como yo a los dos- babeó Luka, bajándole la mano a su colega- ¿Has visto que pelirrojillos son? Y los dos tienen unos mofletes rojitos de morder. Lo que no sé, es de donde cojones han salido- prosiguió emparanoiado por sus ganas de saber más de ellos. Joder, estaban solitos, su primera noche ahí, según había entendido él, y lo que más ganas daban ambos, era de achucharlos y despreocuparlos de todo. Pero nuevamente, eso era cosa de él no de May, que seguía mirando al pasillo por donde la "pueblerina" se había marchado. Vale, Luka babeando era igual a una única cosa.
- ¿Toda ésta mierda es porque te quieres tirar a la beata ésta?- lo increpó asqueada. Luka era capaz de eso y de más, por meterse en unas braguitas.
- No me jodas. ¿Las beatas tienen hijos?- ahora  se ralló fue Luka. María de los Angeles había dado muestras de ser de lo más religiosa, pero beata le casaba más con monja que con un nene de chillarle de guapo.
- Qué cojones sé yo- le contestó May empezando a bufar como los gatos. Tenía guasa la cosa. Por una vez que había sido amable y que incluso había dejado tirada a una tía, le venían con esas.
- May por favor. No cuesta una puta mierda hablar bien- creyendo en sus palabras aseveró Luka y discutiendo entre ambos, cervecita va y viene, los encontró María de los Ángeles al volver de la cocina, perseguida en los primeros pasos por su pequeño hijo. Después éste desvió sus pasos hasta el sofá, al que se subió con esfuerzo. Arriba de él y tumbandose, el pequeñajo sonrió a los dos extraños que había en su casa, mostrándoles su gran conquista; un super colacao en biberón.
- Me lo como entero, madre- musitó al verlo Luka. Estaba claro que ese enano sabía darle en sus puntos más sensibles. Esos que sus tatuajes y "pintas" camuflaban al punto de que María de los Ángeles los espiara a hurtadillas reteniendose las ganas de santiguarse que esos dos le provocaban. Algo que Luka adivinó. Si May se coscaba de esas miraditas de María, se podía liar parda- Bueno pues- dijo queriendo dar por acabada la extraña reunión montada en ese piso, pero May lo cortó.
- Dile que mañana llame a un técnico y le cambien ésta mierda- se adelantó May marchándose sin más. A Luka le salió defender las formas de su amiga y más de un esfuerzo, marcharse de esa casa dejándolos solos. Al buen loco también le costó más una vuelta en su cama, guardando preguntas sin respuesta. ¿De dónde vendrían? ¿Qué hacían solos en Madrid? ¿Dónde estaría el padre de la criatura? Y unas cuantas más, que con el tiempo tendrían una respuesta o no.

6 comentarios:

  1. Espero que sí, que haya una respuesta a todas esas preguntas..a esas por lo menos.
    Gracias Gemo.

    X

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  2. Me ha encantado el trozo, Luka parece un oso amoroso.

    ¿May, es la de Take a Chef? o ya mi cabeza necesita un reposo!

    Las guerras dialécticas de estas dos van a ser de seguro un placer leerlas.

    Gracias Gemo.

    A.

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  3. Q alegria leerte de nuevo.
    Sabes estaba preocupada
    En fin estoy felicisima
    Muchas gracias por tu generosidad
    El relato promete.q me he reido con may
    Un abrazo. C

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  4. Deliciosamente inocente ...esa Maria...Dura ..muy dura esa May ...Mujeres que se encuentran o se esconden tras sus puertas ...Mujeres ....y dicen que los polos opuestos ...pues....
    Y Escritora tú vuelves con la misma fuerza que siempre ...metiéndonos ya de lleno en esa escalera ....
    Como me gusta llegar y poder encontrarme con tus Historias ....
    Gracias por !! Tanto!!!
    Celeste-Negro

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  5. La guerra esta en marcha..y que guerra..la pueblerina es de arnas tomar y su punto de mira es May..
    Eso si..con el crucifijo por delante..jajaja

    Me voy al siguente..interesante..jaja

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  6. Soy Divina_Wilson se me olvido..jaja

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