Primera noche en esa ciudad, en ese bloque, en ese piso y sin luz. Puede que a su pequeño trasto le hiciera gracia estar sin luz, pero a ella le daba pavor. En el pueblo sabría que hacer, pero ahí y tras comprobar que el automático no funcionaba, ni idea tenía de qué.
- Quero mi aao. Aaooo, Mamiiii
Vale, de estar divirtiéndose sin luz a querer su ColaCao a toda costa. Normal en un renacuajo que apenas levantaba medio metro del suelo.
Él trastillo pidiendo su colacao y ella acojonándose por momentos. Los ruidos fuera eran demasiados para alguien acostumbrado al silencio de una aldea situada en plena montaña. Ni siquiera para su tranquilidad, se escuchaban las lechuzas. ¿Cómo podían vivir así? Bueno, no había tiempo de preguntas. No tenía fogones, ni chimenea, ni siquiera una barbacoa, con todo eléctrico, no se le ocurría cómo sobrevivir a su primera noche en la gran ciudad.
Vecinos serían igual en un pueblo que en una ciudad. Sólo tenía que tocar a alguna puerta y pedir ayuda. Al menos así, podría comprobar si el apagón era general, aunque en la calle las farolas feas y tétricas, seguían alumbrando.
- Keko...Mami tiene que salir- le dijo al pequeño trasto, mientras cogía las llaves del piso. Ahí había estado atenta. En la aldea no había cerraduras de las que preocuparse, en la ciudad si. Una vez saliese tendría que cerrar y si cerraba, debía llevar las llaves para volver a entrar. Ufff, por cosas así es que la gente de la ciudad sufría de estrés.
- Keko siiii- el trasto enseguida se animaba, cargando con un pequeño cojín, del que nunca se separaba.
- Vamos a conocer a los vecinos. Tienes que estar guapo- le decía peinandole un remolino rebelde.
- Jijiji, ¿me pono feo?- el nene lo entendía al revés y rápido quería hacer reír poniendo caritas bien feas. Pero era imposible con los mofletes de Heidi que tenía, que pudiera lograrlo. Así, normal que ella se arrodillara y quisiera comérselo.
- Dicen que si no te como ahora, después me arrepentiré de no haberlo hecho- comiéndoselo, dudaba de sus palabras. Ni idea de que querían decirle con eso y Keko no es que pudiera ayudarla.
- Feo Keko...- el nene insistía en caritas que eran justo para eso, para comérselo. Pero no había tiempo.
- Tu no lo eres. Vamos de paseo- cogiéndolo, se reforzaba. No debía mostrarse nerviosa delante de él.
- Paseo..Keko- el nene ahora se erguía, dejándose guiar.
Paseo era salir con todas las precauciones y temerosa.
Sola con el nene no debía salir a altas horas de la noche. En verdad eran solo las nueve de la noche, pero esas mismas horas en la aldea, ya eran altas. El largo pasillo, los ruidos, Keko agarrado a su dedo y ella que no se atrevió a andar mucho. Tocaría en la siguiente puerta, tomando la precaución de escuchar por la puerta. Costumbres de Doña Angustias, nada dada a importunar a vecinos y puede que muy dada al cotilleo. Pero qué podía saber ella. Con apuro pegó la oreja y el fuerte vozarrón de un hombre, la hizo alejarse.
- Mejor en la siguiente- se dijo y avanzó con Keko hasta la siguiente puerta. En esa apenas tuvo que arrimarse a la puerta, para saber que tras ella, se escuchaba a mucha gente- Genial, alguna reunión familiar- pensó. Decidida a prepararle el colacao a su campeón y a no pasar la noche asustada por la oscuridad, toco el timbre y esperó. Nada en la primera timbrada, nada en la segunda y en la tercera, todo un asesino en serie le abrió la puerta asustandola.
De barba extrañamente cortada, con pendientes en la nariz y tatuajes hasta en la cara. El tipo le daba auténtico pavor y el pavor, la dejó callada parapetando a Keko tras sus piernas.
- Coño...creí que era Stay. ¿Quién cojones eres tú?- le preguntó el tipo y ahora que se fijaba más, el hombre había salido con dos botellines de cerveza. Ok, los malos siempre tienen una adicción. Sería alcohólico. Lo que fuese, el tipo la miraba esperando que algo dijese.
- Yo...yo- aterrorizada, sólo pudo decir eso.
- Jajaja se sale. ¿Yoyo? ¿Así te llamas?- el tipo parecía feliz, pero erraba de lleno.
- No..eso no es un nombre- se vió obligada a corregirlo.
- ¿Y yo qué hostias se?- se ofendió el barbudo.
- No digas palabrotas. Está Keko aquí- volvió a corregirlo ella, en tanto Keko se aburría de estar tras sus piernas.
- ¿Keko?- se perdió ahora el barbudo
. - Si...mi hijo. Se llama Keko y tiene casi 3 años. No quiero que lo conozcas, es que me das un poco de miedo- sincera a matar se mostró la joven, dejándolo kao.
- Pero...que no joder- nada más decirlo, se vió obligado a rectificar- Quiero decir, yo soy tela de sano, niña.
- No soy una niña y hasta soy madre- nuevamente lo rectificó ofendida por el apelativo usado. Aunque, según pasaban los segundos, más cómoda se sentía con ese extraño tipo.
- Nada jod...que no hay forma de acertar contigo- volvió a rectificar el barbudo de piercing y tatuajes. Y vale, esa carita de miedo de la joven, daba para no querer desagradarla más- A ver...¿querías?
- Luz...en mi casa no hay- le contestó esperanzandose. Si que era difícil presentarse y pedir ayuda en la ciudad. - Pues aquí ya ves que si- le señaló el hombre el piso, donde podía ver luces, escuchar música y demasiada gente merodeando por ahí dentro- ¿Una birra?- le ofreció el loco, incapaz de entenderse con ella y a su vez, de dejarlos ahí fuera solos.
- No...¿Colacao para Keko?- se fue a lo práctico ella.
- Para Keko pues...va, pasar para adentro, algo tendrá May para él- los invitó el loco de los tatuajes y ni idea de quién sería May. No le sonaba ninguna Virgen con ese nombre. Puede que no fuera cristiana o bueno, no debía juzgar a la gente por su religión, al menos eso le había dicho Doña Angustias, Dios sólo hay uno y a todos nos quiere por igual. Alabado sea el Señor.
- No digas palabrotas. Está Keko aquí- volvió a corregirlo ella, en tanto Keko se aburría de estar tras sus piernas.
- ¿Keko?- se perdió ahora el barbudo
. - Si...mi hijo. Se llama Keko y tiene casi 3 años. No quiero que lo conozcas, es que me das un poco de miedo- sincera a matar se mostró la joven, dejándolo kao.
- Pero...que no joder- nada más decirlo, se vió obligado a rectificar- Quiero decir, yo soy tela de sano, niña.
- No soy una niña y hasta soy madre- nuevamente lo rectificó ofendida por el apelativo usado. Aunque, según pasaban los segundos, más cómoda se sentía con ese extraño tipo.
- Nada jod...que no hay forma de acertar contigo- volvió a rectificar el barbudo de piercing y tatuajes. Y vale, esa carita de miedo de la joven, daba para no querer desagradarla más- A ver...¿querías?
- Luz...en mi casa no hay- le contestó esperanzandose. Si que era difícil presentarse y pedir ayuda en la ciudad. - Pues aquí ya ves que si- le señaló el hombre el piso, donde podía ver luces, escuchar música y demasiada gente merodeando por ahí dentro- ¿Una birra?- le ofreció el loco, incapaz de entenderse con ella y a su vez, de dejarlos ahí fuera solos.
- No...¿Colacao para Keko?- se fue a lo práctico ella.
- Para Keko pues...va, pasar para adentro, algo tendrá May para él- los invitó el loco de los tatuajes y ni idea de quién sería May. No le sonaba ninguna Virgen con ese nombre. Puede que no fuera cristiana o bueno, no debía juzgar a la gente por su religión, al menos eso le había dicho Doña Angustias, Dios sólo hay uno y a todos nos quiere por igual. Alabado sea el Señor.
A la espera de más, pero..ESTO ME SUENA RARO, RARO, RARO..
ResponderEliminarX
Jajajaja, que no parece fresquito, no? Si es que..como me seguís haciendo caso?
EliminarEso siempre...
EliminarPues no esta mal, un casa sin luz, un cola cao, con baticao o sin ella?, una birra, y sobre todo muchas ganas de saber como transcurrirá esa búsqueda de ayuda. jajaja
ResponderEliminarGracias Gemo.
A.
Que gran sorpesa escritora..esto es un acontecimiento
ResponderEliminarPrometo leerla luego ahora no puedo..
Me alegro muchisimo de leerte niña...Bienvenida
Divina_Wilson
.,,,,. Nada más refrescante ....que llegar a buscarte Escritora ....ver si ya volviste ....hacerlo ante una Mar ahora brava ...con grandes olas que refrescan si.,,,y encontrar que de nuevo nos regalas tu arte ....Nada más refrescante ....Por eso ...como no hacerte caso?? Imposible resistirse a saber que habrá tras ese cola cao y esa pueblerina que seguro conquista la ciudad y sin duda más cosas ....
ResponderEliminarTodo un placer leerte y encontrarte de nuevo ..,un gustazo si!!!
Gracias por tanto!!!!
Celeste - Negro
Jjaajajaja..solo falta que..como creo yo..la tal May salga con traje de cuero y guapa de morirse y fleche a nuestra pueblerina y a su hijo..jaajajajja
ResponderEliminarGemo me has echo reir que me hacia falta..
Grande tu..jajaajja
Divina_Wilson
Gracias a las diosas, o a quien sea Gemo, se te echaba de menos a morir!. Sin tus trocitos de historias geniales, los días no tenían sus quince minutos de sonrisas...gracias por volver!
ResponderEliminarQ gusto volver a leerte. Muchas gracias guspa
ResponderEliminar?????????
EliminarQ gusto volver a leerte. Muchas gracias guspa
ResponderEliminarY se aprende.
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