jueves, 25 de febrero de 2016

Tres 3

 2.
La pequeña reunión con sus amistades de siempre, calmo algo a Cayetana. Pero bastaba que se quedase parada, para que la imagen de la chica, su próxima cita, y lo que en sí significaba, acaparase todos sus pensamientos, realzando su inquietud.
Solo la imagen de su mujer, tocando la guitarra, para esas mismas amistades, lograba abstraerla. Contemplándola, su especial regalo, tomaba sentido. Adoraba contemplarla así, sumergida en su música. Mirando a sus amigos, entre ellos Jaume, podía sentir que ellos la disfrutaban por igual. Guitarra en mano, era capaz de evadirse de todo, para navegar entre acordes y melodías inventando letras a golpe de cuerdas desgarradas.
Siempre le había parecido de lo más sexy, cuando inclinaba la cabeza aproximándola a su guitarra. Su largo flequillo se precipitaba sobre su rostro y ella era capaz de distinguir entre sus castañas tonalidades, su nariz pronunciada, sus gruesos labios, su pómulo marcado y sus larguísimas pestañas. Hubo un tiempo, donde esa imagen excitaba todo su ser, no solo la parte de su alma que tanto admiraba su natural belleza y su atrayente carisma, lo hacía también su sexo, el que ahora yacía en un penoso y doloroso óbito.
El recuerdo de lo que esa imagen tiempo atrás causaba en ella, terminó por estremecerla. Puede que al final, Jaume tuviese razón y ambas, sobre todo ella, se había precipitado dejando la terapia o no, simplemente sería "algo" que las acompañaría por siempre- Lo estas volviendo a hacer- se regañó rascándose nerviosa la frente. Por suerte su mujer seguía tocando la guitarra y sus amistades la miraban atentos, todos salvo Vega.
Natural en una pareja longeva, Jaume era y sería su compañero del alma, el amigo inseparable y siempre presto, Vega lo era por igual de su mujer. Pero con el tiempo compartido entre todos, a Vega no podía considerarla como una amiga mas o como la más cómplice amiga de su pareja. Era otra loca soñadora, creadora de sueños incansable, de aspecto rudo que en vano, camuflada un ser encantadoramente protector. Nunca le había engañado su aspecto de rebelde rockera, su larga melena ensortijada, sus pitillos rotos de buena pasta y sus innumerables chupas. Un conjunto salvaje, que se caía nada más sonreía, como ahora lo estaba haciendo.
Una sonrisa adorable, que invitaba al juego travieso ,y unos ojos profundamente negros, que sonrientes como su dueña, le señalaban el balcón. Entendiendo su señal, aprovechó que su mujer la miraba un segundo para guiñarle un ojo y salir tras Vega. Nada más salir, la vio sacar una cajetilla arrugada del bolsillo trasero de su jean y apoyarse en la barandilla, prendiéndose un cigarro.
Sin retirar la vista de ella, cerró la cristalera del balcón y a brazos cruzados, se apoyó en ella, mirando ahora al negruzco cielo. Suspiró, como sintió que lo hizo Vega tras dar una fuerte primera calada a su cigarro y sonrió, sintiendo su mirada sobre ella. Para ser quien era, Vega estaba aguantando sin preguntarle demasiado tiempo. Hasta que dejo de hacerlo.
- Pi..pi...pi, mi indicador de que mi cubo de basura esta lleno, me está alertando hace rato...- le dijo Vega, rompiendo el silencio e hizo, que los ojos de ambas se encontrasen- necesito alejarme de Madrid y toda su mierda. Hasta el aire está viciado.
- Fumas, conduces un todo-terreno, al que hay que sumar una Harley pasada de vueltas con la que vas a todos sitios, incluyendo comprar el pan en la esquina de tu casa, reciclas porque te lo hacen en casa y abusas de los aerosoles, poco ayudas tú a que el aire de Madrid sea respirable, cariño- bromeó con doble sentido permitiéndose un sano coqueteo. Con Vega era tan fácil poder usarlo sin ningún temor, que hacerlo, le reportaba viveza.
- Jajaja, joder....me mata tu dialéctica, me vuelve mas loca de lo que ya estoy por ti...Oh, acabo de confesarte mis sentimientos y no ha sido nada de película. Tenemos un balcón, una morena de infarto y una rubia espectacular, dame entrada- pidió tirando el cigarrillo a la calle y entrecerró los ojos al ver a Cayetana evidenciando sus palabras anteriores sobre el necesario cuidado del medio ambiente- A lo que vamos- dio un salto sentándose en la barandilla sin ningún miedo a caer. Lo que fuese, por volver a ver sonreír a la bella dama que sabía, esperaba justo eso, un poquito de distracción- Joder nena, ahora es que caigo, que soy una analfabeta...me gustaría pedirte entrada de una gran película, de esas que te molan a ti en blanco y negro y me sale solo, la puta pretty woman.
- Jajaja- rió con necesitadas ganas Cayetana. Una loca soñadora, mal hablada y con el punto justo y necesario de pasota- Ya sabes que soy de adaptarme, cambiamos al guapo Richard Gere por una rubia con una noche muy tonta y la rubia viéndote ahí sentada, te dice;
- Espera, espera- la interrumpió aleteando con los brazos Vega- ¿Esa escena no es cuando la pava se pone hacer mariconadas de este tipo?- gesticulo aún más con los brazos y como le pasara a Richard Gere, asustó a Cayetana que se acercó rápida hasta ella temiendo su caída- Jajaja....oye pues funciona- continuo eufórica atrapándola entre sus piernas.
- Jajaja, eres toda una payasa- se dejó atrapar no solo por sus piernas sino también por sus brazos. Pronto su aroma, esa mezcla de tabaco y perfume duro, se coló por su nariz, reconfortándola- No me gustan esas descalificaciones y siendo una tía liberal y claramente lesbiana, no deberías hacerlas.
- También soy española, y como tal...me río de todo...¿te he dicho que estoy hasta la madre de Madrid? ¿Y que estás guapísima esta noche? Ah y...¿que estoy esperando haciendo la tonta a que me cuentes qué te pasa?
- Uff...- resopló Cayetana sonriendo contra su hombro. Ni su mismo antiguo terapeuta sería capaz de entenderla en esos momentos- Un día tonto, sin más- termino por decirle, evitando volver a caer en una melancolía que puede, le acompañaría por muchos días.
- Uhm...te encanta abrazarme joder, le tienes un vicio de mirartelo- continuó animándola Vega, no había que ser muy lista, solo bastaba conocer un poco a Cayetana, para darse cuenta que no brillaba como siempre- ¿Es la nueva película?- prosiguió interesándose tirando de humor- ¿Será que quieres fugarte conmigo y no sabes como? ¿Será que...- la mano de Cayetana tapándole la boca, detuvo su ataque preguntón y sobre esa mano sonrió.
- Me parece a mi, que ya tienes bastante con tus dos chicas- le dijo dejando su boca libre de nuevo, para que Vega la abriese fingiendo sorpresa.
- Uff...eso suena tela guarro- volvió a abrazarla contra ella, mirando a través del cristal, a esas, sus dos chicas. Con la vista perdida en ellas, aferró el cuerpo de Cayetana contra si, sintiendo como esta reía.
- Jajaja para nada- se alejó de su hombro Cayetana y besándole la mejilla, se quedó mirándola de frente- Suena más bien a un lío de narices, pero yo me abstengo de decir nada, ni de aconsejarte más.
- Vale Mami.....- correspondió a su beso, olvidando al resto tras el cristal- Volvamos al principio, ¿me sacas de Madrid?- insistió arrugando los labios, cual nena caprichosa y Cayetana no dudó, en besárselos, en un confiado pico.
- Uhm...puede- contesto no muy convencida, para ello debía acudir una cita, contratar una puta y entonces si, irse de vacaciones. El solo pensamiento, le hizo proseguir rápido- Estoy pensando en unos cuantos días en Niza- le contestó Cayetana girándose hacia la cristalera del balcón tras escuchar cómo estaba siendo abierta. Abrazada por Vega, sonrió a su mujer, quien salió para unirse a ellas, seguro en busca de un cigarro.
- Agh..una expectación de la hostia- las sorprendió Vega volviendo a las bromas- el Palau se hundió en aplausos y la Boss, se come a su público. La puta ama del corral, lo vende todo y...vale, ha sido un breve momento de exaltación hacia una amiga.
- Bien....ahora, ¿sueltas a mi mujer?
Mimada y consentida, que su mujer saliese y prosiguiesen las bromas como las tres amigas que a pesar de ser pareja eran y que Jaume le sonriese tras la cristalera, consiguió lo que esa pandilla siempre conseguía, recordarle que pese a todo, la vida había sido muy generosa con ella. Una vida muy bonita, así podría calificarla en general, aunque en particular, no ser quien fue, le restaba belleza.
Al poco el cuerpo que la abrazaba por la espalda era el de su mujer y era ésta quien a susurros, le hacía estremecerse. Susurros a los que seguirían besos, que a su vez, se humedecerían en intensidad, erizándola. Su mujer estaba excitada, y ella no lograba estremecerse por deseo.
La conocía tanto, que mientras despedían a sus amistades, pudo ver su esfuerzo por controlar el deseo lógico y pasional, entre una pareja. Intuía sus ganas mediante las miradas golosas que se le escapaban en tanto trataba de entretenerse despidiendo a Vega y sus temores, repetidos en los últimos encuentros íntimos entre ambas, parecieron esfumarse. La mujer que la miraba queriendo disimular su deseo, merecía olvidarse de ellos, acercarse hasta ella y darle, aquello que deseaba. No podían ganar sus miedos y no podía hacerlo su obsesión por volver a sentir. Su mujer, si estaba completamente viva, y esa noche, así la haría sentir.
Fingió llegar hasta ellas despreocupada y busco la mano de su mujer, para pasarla por su cintura. Puede que su cuerpo no sintiese las fases propias de una experiencia sexual, puede que físicamente no sintiese el deseo enrojeciendo su piel y mojando sus bragas, pero su corazón continuaba latiendo a ritmo de la mujer, que acariciaba su cintura, mientras escuchaba a la calavera de su amiga.
- Paso de estas dos- proseguía Vega, descargando sobre su mujer y ahora, sobre ella misma- Os lo digo...me tomo un tiempo, necesito un tiempo sin coñitos enloqueciéndome, llevándome para un lado y para otro, sin ningún sentido...¿que me lo he pasado de muerte? Si...pero que estoy llenándome de más mierda y no es lo que necesito, también. Así que...aquí, yo Vega Pastor, renuncio a las mujeres- concluyó con solemnidad. La misma que perdía con la camisa abierta mostrando su sujetador e intentando colocarse un tirabuzón rebelde tras la oreja. A lo que había que sumar, su forma de apoyarse en la puerta, para sacar de un bolsillo de sus jeans un lipgloss con el que se pintó los labios, ante la mirada divertida de Cayetana y su mujer.
No era por no creer en su palabra, es que su palabra en cuanto a mujeres, carecía de toda validez y era más difícil hacerlo, si dejo el apoyo en la puerta y a ellas mismas, para ir a gran mesa del salón, con el objetivo de aprovisionarse con un botellín de cerveza que prácticamente bebió de un largo trago y otro, que guardó en su bota derecha. Cuando regresó a la puerta y junto a ellas, Cayetana reía apoyándose en el hombro de su mujer, dispuesta a expresarle sus dudas.
- Vega cielo, que afirmes dejar a las mujeres, justo cuando te dispones a pegarte una buena juerga, resta credibilidad a tu afirmación- le dijo sin dejar de sentir, la sonrisa de su mujer. La misma que la envolvía entre sus brazos, necesitando quedarse con ella a solas.
- Algún día, cumpliré mi promesa...pasa que hoy justo, tengo unas ganas de liarla muy parda y estando así las cosas, y siendo artista como soy...lo mejor es dejarme fluir y ver a donde llego.
No sabía Vega, cuanta realidad llevaban sus palabras en esos momentos. No podía saber, ni siquiera imaginar, lo que esa noche le depararía. Lo que sí supo, fue despedirse melosa, de las dos de tres, personas mas importantes de su vida en esos momentos.
Cayetana fue quien cerró la puerta tras marcharse Vega y fue ella, quien se giró hacia su mujer y sus limpios ojos miel. No iba a dejar que buscase un escondite, huyendo del deseo de hacer el amor. Decidida tomo su nuca y conquistó su boca, sin dejarle más reacción, que la de suspirar contra su boca y continuar el beso.
Amantes conocidas, no le hacía falta sentir mas que amor por ella, para alzar su deseo envolviéndola en un pasional beso. Mediante él, la empujó encaminándola por el salón y aunque quiso, proseguir así por él , dirigiéndolas a su habitación, el maldito recuerdo de su presente, le hizo detener el beso, cuando su mujer ya jadeaba sobre su boca.
- Me encanta cuando respiras así- le dijo sin todavía soltarla- toda excitada- prosiguió no queriendo que el deseo en ella descendiera lo más mínimo. El brillo visto en sus ojos y la fuerza con la que tomó su culo, fue un flechazo de gloria. Así, no habría huida- Dame un minuto, ¿si?- terminó por pedirle, no queriendo que fuese más que ese tiempo.
Decidida a ser ella, quien escondiese sus temores, sonrió contra sus labios cuando la escucho aceptar ese tiempo y a pasos ligeros, se marchó hacia el cuarto de baño.
- Te haces mas daño, Cayetana- las palabras dichas tiempo atrás, por su terapeuta, se colaban en ella en el peor momento. Atormentada por ellas, cerró la puerta del baño y se apoyó en ella, cerrando los ojos nerviosa- El lubricante es una ilusión....tu sexo no reaccionara ante su calor, lo sabes y así solo te provocas más frustración y cuidado Cayetana, puedes hacer que ella sienta la misma frustración.
El recuerdo de sus palabras, estuvo a punto de hacerla flaquear. Pero como un junco, que se dobla ante el fuerte viento, resoplando se volvió a alzar. Por supuesto que usaría lubricante, así llorase sangre cuando su mujer tocase su mojado sexo, sin hallar más que una ficticia humedad. Lo haría solo por no sentirla hundirse en su penosa realidad. Desoyendo los consejos de su terapeuta, huyó del espejo y su reflejo en él, para sacar con rabia el pequeño bote de lubricante.
Dándoselo, apretó las mandíbulas, una caricia, un ligero acaloramiento entre sus labios y estaba lista. Ahora si, se miró en el espejo encarándose. Viéndose alzó el cuello, y se ajusto su vestido, dispuesta a salir a su habitación y tomar a su mujer.
Como siempre, su mujer no la defraudó en absoluto. Se volcó en caricias y besos, haciéndola totalmente partícipe. Alguna inconsciente caricia llegó a su sexo, haciendo que ambas abrieran los ojos asustadas por la intromisión, pero otra vez su mujer, se erguía como su mayor apoyo y volvía a los besos, caricias y gemidos, haciéndola regresar a ella y su deseo.
Su sexo no palpitaba en deseo y no se mojaba natural en el mismo, pero sus dedos si eran deliciosamente atrapados en el cuerpo de su mujer, como si disfrutaba de su cuerpo complacido, de sus contracciones, de su transpiración y sobre todo, de sus ojos anclados a los propios, en el momento cúspide de su total entrega.
Los temores pueden tratar de esconderse, pero suelen ser desobedientes y atacar en cuanto las defensas instaladas bajan. Los temores, miedos y frustraciones, regresaron en cuanto su mujer se abrazó fuerte a ella, tan fuerte que dolía. El frío llegó directa a ella, pese a su abrazo y nombrándola, busco calmarlo.
- Ro...

9 comentarios:

  1. Buff, no llego a comprender a Cayetana. La verdad no comprendo su forma de actuar, tan jodidas somos las mujeres?.

    Gracias Gemo.

    A.

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    1. Y un poquito jodidas somos pero es parte del encanto,ja,ja

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  2. Y mas A..y mas..
    Todas en general somos un misterio imposible de descifrar por eso hay actitudes que nadie entiende
    ni entendera nunca..

    Somos asi..punto...

    Un trocito intenso Gemo..ufff

    Divina_Wilson

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    1. .... Mi querida Dama....somos...MUJERES...y es ahí...donde se encuentra todo aquello...que nos hace ser...eso mismo.....maravillosamente Mujeres...¿ o no?..
      se de alguien que seguro no me entendió ...jajajajaja.
      un placer encontrarte....siempre.....

      celeste-negro

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    2. Uhmmmm...Celeste, decias algo?

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    3. ..... jajajajajajaja...Yo?...yo siempre digo mucho...

      celeste-negro

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  3. Uff, algo...algo abarrunto, pero como mi imaginación suele ir por libre, no me voy a hacer mucho caso..de momento. Si es lo que pienso, sería la primer historia que leo sobre ese tema. Gracias Gemo y sigue pronto por favor.
    Ro..? Que viene de....?

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  4. El problemita este sera psicológico, fisiológico o patológico? ehhhhhh?

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  5. .... Y entre ¡¡tanto¡¡ Amor....entre tanta miel con sabores que invitan a LOCURA....esa hiel...esa de '''querer y no poder'''''....duro ..eh?? durisimo¡¡ eso cuando el DESEO cabalga siempre entre bocas que se buscan...durisimo cuando quieres dar...y...y....pues es imposible...Lo es?...Vidas llenas..repletas...pero con algún roto que pesa demasiado....Cayetana nos lo quiere decir....pero quiere a la vez callarselo ella misma...luchar....para que no ''' lo sienta''' quien ama...
    ..... Escritora....dureza servida en platos de oro...en sentimientos que sobre todo y contra todo quieren mantenerse en pie...eso es esta historia que nos regalas..¡¡¡ me gusta¡¡¡ cuando los sentimientos hacen callar....lo que duele....y a la vez buscar salidas...me gusta si...es la misma VIDA...Y Cayetana quizás no esté buscando el camino adecuado...pero estoy segura que lo intentara..una...dos...¡¡¡tres¡¡¡ y las veces que haga falta....porque la mayúscula en MUJER ya se la voy a poner...

    ....es un gustazo....llegar después de días sin poder.....y encontrar este tu espacio....tan concurrido ya de ideas varias..de pensamientos distintos...¡¡ me gusta si¡¡¡
    gracias.....por ¡¡¡ tanto¡¡¡¡ tanto¡¡¡ tanto¡¡¡¡.....

    celeste-negro..

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