Tres 4

3.

No tardó Vega en beberse el botellín de cerveza guardado en una de sus altas botas. Tardó lo justo en cerrar la puerta de la pareja, para sacarla y bebérsela, esperando pillar pronto un buen puntazo.

El puntazo necesario que le hiciera ahuecar la sana envidia que la envolvía, cada vez que dejaba a la amante pareja en su casa a solas. Sería jodidamente bueno, tener un hogar donde ir ahora mismo, sin cerveza de por medio. Joder, tendría un puto sofá comodísimo, donde acurrucarse a ver una película o simplemente a dar mimos. Conseguir amar el silencio compartido con alguien, comentar las putas chorradas de una película como Ocho apellidos vascos, lo que fuera pero de a dos.

- Puta mierda- se quejó al dejarse llevar por una helada melancolía y huyendo de ella, miró su moto. Ahora mismo en ese instante, sería capaz de conducirla bien lejos de Madrid. Atravesando kilómetros quizás podría recuperar algo de calor. Su móvil sonando cuando se sentaba en su Harley, la dejo parada. Contestar a quien fuese o pasar de todo y acelerar, acelerar como si no pudiera volver a hacerlo. La persistencia ganó a su pobre valentía y terminó aceptando la llamada- Hey- contestó escueta. Sus planes habían cambiado, no aceleraría durante kilómetros y kilómetros, lo haría hasta donde le aseguraran meterse toda la mierda que pudiera y más.

- Vega, tengo algo para ti esta noche- la voz de su manager le hizo desear con mayor fuerza un buen pedo- Te oigo respirar así que sigo que llevo prisa. Me acaban de avisar que Tyra Fox visita esta noche el Gabanna. La lleva el presidente en España de la cadena MTV. Está grabando no se que movida para ellos. Lo que quiero, es que vayas. Quieren ir al local de las Mane y ni Rocío ni tú, estáis allí.

- Rocío está en su casa, no la molestes por una tía que por puto capricho nos quiere ver- corto rápido las intenciones de su manager, protegiendo la poca vida en familia que Rocío podía tener.

- Es Tyra Fox- dijo su manager con total obviedad. La famosisíma top model, podía tener los caprichos que quisiera, entre ellos, ver a las Mane.

- ¿Y?- le preguntó Vega sin sonarle lo más mínimo, el nombre de esa mujer. Espera.. ¿Me la he tirado?

- Jajaja, demasiado alto hasta para ti. Ve ahora mismo al local y haz lo que se espera que hagas. Se una calavera.

Una puta calavera, serlo se estaba convirtiendo en un estigma para Vega. De buena gana otro día hubiese discutido con el lameculos que era Tony, su manager. Incluso se habría negado a ser la mona del circo. Pero la melancolía seguía arañando sus entrañas. A diferencia de Rocío, ella no tenía una mujer esperando que se desocupara, de grabaciones, giras, actuaciones, publicidad y Gabanna. En su casa, ni un triste gato, esperaba su llegada, así lo mejor, era arrancar su moto, y acelerar hacia su propio circo.

- He salido a la Calle, abrazado a la tristeza, vi lo que no mira nadie y me dio vergüenza y pena- cantó perdiendo la mirada. Necesitaba su música y necesitaba el subidon, que le permitiera ser, una puta calavera- Soledad que te pegas a mi alma, en la dulce soledad de este campo de otoño, no hay momentos de sosiego, rebeldía pura de amores, sin amores ilusiones puras y puros conformismos, intentando levantar el espíritu nostálgico, de querer estar contigo y nunca estarlo. (1)

No llego al Gabanna directa. Esa noche sin saber porque necesitaba dosis extras. Para cuando llegó a su local, su mirada se mostraba ausente y su cuerpo vibraba pidiéndole más sacudidas. Electricidad en vena, que la sangre le circulase libre, como un fórmula uno en circuito cerrado. Aparco la moto en la misma entrada y estaba quitándose el casco, cuando escuchó las voces de sus fans haciendo cola.

- Una puta calavera- repitió las palabras de su manager, ralentizando sus movimientos. La modulación de las voces eran sus guías. Tocaba atusarse la larga melena y soltarla ante la apoteosis de sus chicas. Después sacar su lipgloos, para pintarse los labios, antes de bajar de la moto y sonreírles en una pose muy ensayada. Las voces extasiadas subieron de decibelios- Uhm...necesito algo más- volvió a murmurar avanzando hacia la puerta. Como supuso el portero de turno, no las abrió, seguro obedeciendo órdenes de Tony. Tocaba ser expuesta, llegaba la mona y debía ser vista. A paso lento continuó hacia el mismo portero y éste bajó la cabeza un mínimo. Ahora que las locas fans tenían que ser retenidas por la seguridad privada del local, la mona podía entrar. Pero no lo hizo. Tenía dos opciones, amargarse o disfrutarlo, con alguna mierda circulando libre por su sangre, eligió la segunda. Por eso dio los pasos justos para entrar y los deshizo, causando la exaltación de sus fans- Eso está mejor- se animó dejando que por sus venas circulará también una buena dosis de ego. Los gritos volvieron a romper decibelios, al acercarse a ellas y entre ellas, fijó la atención en una chica que la contemplaba como si fuese una verdadera divinidad. Chica por no decir una niña. Muy joven y de rostro angelical. La dulzura de sus formas y su juventud, la hicieron elegirla y colándose entre los fornidos seguratas, llegó hasta ella- Haz lo que se espera que hagas- insistió en las palabras de su manager, acariciando el jovial y sonrojado rostro de la chica. Centrada en ella, dejo de escuchar los gritos y voces, y realmente agradecida, se dispuso a besarla. Rozando sus labios estaba, cuando se vio reflejada en los sorprendidos ojos de la chica, haciéndola variar el destino de su beso a la mejilla de la joven- Hazte un favor, lárgate de aquí- le susurró sorprendiéndola- No es sitio de princesas- concluyó alejándose de ella y su aparente ingenuidad. El resto de chicas aclamaron para sí una muestra afectiva de Vega y ahora sí, el fervor despertado en ellas fue el mejor chute de adrenalina para una puta calavera.

Cuando entró al local, llevaba encima el puntazo que tanto había necesitado. A la mierda los hogares con olor a chocolate caliente y mantita en el sofá. A tomar por culo las mañanas de domingo bajo un estampado edredón. Al final, podían ser tan efímeros como el mismo sexo. Era absurdo buscar algo así en ese local. Todos monos de circo. Reconocidos o no. Almas en pena que llenaban su vida en alcohol, conversaciones mundanas y patéticos polvos. En ese local, solo podía buscar una cosa, desfallecer entre placeres.

Saludó aquí y allí, guiada por la mirada que al fondo del local, esperaba su llegada. No se entretuvo en dar excusas o postergar saludos, fue presta hacia la barra, la salto sin cuidado alguno y agarró la mano de la dueña de la mirada para tirar de ella, hasta el reservado más próximo.

- Jajaja...me flipa cuando llegas arrasando con todo- la escucho reír y hablarle siguiéndola prácticamente a la carrera. En verdad le daba igual que le encantase o no, lo que quería de ella, era lo que en su pecho guardaba. A solas en el reservado, la acorralo entre la pared, no sin besarla profundamente- Uhm...empezamos fuerte- la sintió claramente excitada y sin ningún atisbo de molestia. De hecho ya tomaba su nuca y proseguía el beso, pese a que ella, se mostraba más interesada en buscar la papelina entre su sujetador. Con ella entre sus dedos, se soltó de su boca y abrió su camisa sin decir palabra. Quería la raya directa de su seno. Sin reparos sacó su seno derecho y con experimentados movimientos consiguió la dureza de su pezón. Erecto, sobre él volcó el blanquecino polvo y lo esnifo directo. La sacudida del polvo atravesando sus fosas nasales le hizo apoyar la frente en su hombro, mientras la camarera continuaba acariciándole la nuca- Suave que la noche solo empezó- insistía en hablarle cómo encantada. La estaba usando como una puta mesa, como un puto objeto y ella se mostraba encantada con ello. Pues bien, podía darle más, mucho más. Con marcada lujuria, dejó su apoyo para bajar al pezón manchado en polvo y lo lamió sin pudor, esperando el nuevo gemido que llegó- Agh...joder, Vega.

Tan fácil, adentrarse en sus bragas sabiendo la humedad que encontraría en ellas y tan fácil, hacerla correrse mientras ella esnifaba otra raya, esta vez en su hombro. Con los dedos, aún hundidos en ella, volvió a bajar a su pecho y volvió a lamerlo muy sucio. El subidon estaba conseguido y que la camarera quisiera tocarla, venía sobrando.

- Tengo que trabajar, viene no se que pava esta noche- trató de amortiguar así su rechazo y como imaginaba, Sol, la camarera, no insistió, no por ahora.

- Lo sé...- contestó Sol, buscando en sus ojos, y sonrió con cierta tristeza- Estuvo Cris por aquí antes- prosiguió tratando de que su voz y toda ella, no mostrasen lo que en verdad sentía y continuó por igual, acariciando su nuca. Lo sabía, sabía que sería nombrarla y el cuerpo de Vega se tensaría como así sucedió- Escúchame, Vega- tiró de su nuca. Podía disimular la desilusión de un nuevo encuentro vacío entre ambas, pero no se dejaría amedrentar- Buscame cuando acabes la noche, ¿si?

O no, Vega dejó de escucharla y si no fuera, porque no se tenía  por una vulgar hija de puta, le habría quitado la mano de su nuca, sin contemplaciones. Cris en el Gabanna, y Sol lo había dicho en pasado.

- Puta mierda- pensó maldiciéndose. Todo el subidon conseguido amenazaba con precipitarse en su propio vacío. Debía recomponerse, pero la música que ahora si escuchaba, alteró sus nervios- ¿Qué música suena? ¿Quién está pinchando esa mierda?- enfadada quiso saber quién había realizado el cambio de música en su local. Otra vez, detuvo el intento de su cuerpo, de ser una verdadera hija de puta, dejando a Sol, ahí tirada. Como hiciera con su tierna fan, volvió a por Sol y apoyándose en ella, busco su oreja, para susurrarle- Hazme caso por una vez, busca una mejor opción, yo no lo soy- le pidió todo lo sincera que en esos momentos, podía ser. Un cariñoso beso, fue su despedida. Sol quedó tan tirada, como si no hubiese regresado a darle su fantástico consejo.

- Yo en cambio, si soy tu mejor opción- murmuró Sol, viéndola saltar esta vez a la cabina del disc-jockey. Para Sol, llegaba el momento de volver a la barra.

Subida a la cabina, paso de los vítores de los cuatro payasos encantados con sus locuras. El subidon adquirido mostraba sus efectos, entre otros rallarse de mala manera, por una simple tontería, como era el cambio de estilo musical. El chico encargado de pinchar, trato de explicarle que la música había sido pedida por los invitados vip de la noche y ante la insistencia de Vega, se los señalo.

- Joder tia...es Tyra Fox- le explicó entusiasmado con la presencia de la modelo. Modelo que resaltaba en altura del resto de pavos que la rodeaban. El chaval advirtió la extrañeza con la que Vega miraba al grupo, y quiso facilitarte ubicar a la afamada modelo- Es la mulata que está en todos los putos carteles de las paradas de bus....joder Vega, la has tenido que ver, es imposible no fijarse en esa mujer.

- ¿Cuando cojones cojo yo el bus?- le pregunto sin retirar la vista del curioso grupo. Babosos, fue su primera catalogación realizada.

- Jajaja, los hay también en los túneles de la M45 no me jodas, Vega...

Y sin joder, no tenia la mas remota idea de quien sería la super star rodeada de pringados aburridos, esa fue su segunda catalogación. Ya estuviese todo lo buena que estaba, ya se supiera mover en la pista como una puta ninfa, había cambiado el estilo de música de su local, por toda la cara, que conforme avanzaba hacia ella, debía reconocer que era de perder la cabeza.

Llegaba otro efecto secundario, de toda la mierda que recorría sin límites su cuerpo, pasar de todo. Le importaba una mierda lo pedido tiempo antes por su manager, y si lo pensaba, qué cojones, ser una puta calavera, implicaba liarla a como diera lugar.

- Me vais a disculpar un momento- advirtió colándose entre el grupo de lameculos infernales, fue su tercera catalogación- Pero necesito a la reina de la noche, un segundo- explicó esperando que la mujer dejase de bailar dándole la cara. Poco o nada le importaron las murmuraciones del grupo, identificándola como Vega de Mane. Quería ver de frente a la dueña del culazo que se movía demasiado bien. Tanto que Vega, se permitió ladear la cabeza siguiendo el ritmo que marcaba el moreno culazo- Nena, sino fuera porque esta música me revienta las entrañas, te la dejaba puesta todita la noche- pasando de todo, estuvo a un tris de acercarse a ese culazo y bailar bien pegadita a él, pero el culazo tenia dueña. Dueña que se giró, clavando sus intensos ojos azules, en Vega- Joder, ¿tienes algo mal hecho? - realmente impactada por la fiera imagen de la mujer, no se cortó un pelo en piropearla a su forma y eso, que la modelo tenso sus mandíbulas, claramente molesta- Ahórrate la hostia, para cuando me de por besarte, ahora....lleguemos a un acuerdo. Yo quito esta mierda de música y tu bailas la que yo te ponga... yo vendo, tu vendes, ¿hay trato?- terminó mordiéndose los labios con todo el descaro. La seriedad del hermoso rostro de la mujer, le comenzaba a causar gracia.

- Vega Pastor- la vio nombrándola y fingió satisfacción plena. La mulata no solo estaba como el mejor queso fundido de buena, sino que además, tenia una pose demasiado chula.

- Madre mía, nena...que también sabes idiomas- busco picarla, para comprobar hasta dónde llegaba la chulería de la racial mujer y se advirtió así misma, de no mirarla en exceso.

- Jajaja, así es e incluso se negociar- para nada se le achicó la modelo. Mantenía su chulería, y le sumaba unos puntitos extras de dominación- Así queda el trato, tu no cambias la música, yo la bailo, mañana dejó caer una buena crítica de este local y de lo increíblemente simpáticas que son las Mane, y tu calladita y molestando en otra parte.

- Alucinando me dejas- contestó así, a la provocación de la modelo- Si no fuera....porque no temo a ninguna mala crítica. Vivimos de nuestra música, no de este local y no me toques lo que no tengo, que voy pasada- advirtió notando como a esas alturas, su cuerpo transpiraba en exceso. La mierda metida, hacia de las suyas y la tremenda mulata, la estaba arrinconando.

- Has estado a punto de convencerme, y realmente, te ves encantadora defendiendo eso que tu llamas música- prosiguió en su línea Tyra. La frustración de Vega, clara y elocuente, tenía un punto muy guapo- Ahora si, ¿me dejas disfrutar de la noche?

A tomar viento. La chulería y el menosprecio mostrado por la modelo, precipitaron un nuevo efecto secundario. Tal y como estaba, podía rayarse y pasar de todo, a la vez que dar rienda suelta a su enfado. Con escasa claridad mental, con un pibon de tía mirándola altiva y chuleandola sin compasión, a Vega solo le quedó una salida. Comerle los labios, para recibir después, una sonora bofetada.

- Atrévete a intentarlo otra vez.

La advertencia de la divina mujer, le supo a gloria. Podía dejarle la última palabra, no el último hecho.

- No se te puede dejar sola.

Enfurecida y debía reconocer, que cachonda por la situación, se dejó sacar del medio de la pista por el disc-jockey. No, no se la podía dejar sola, delante de una tía que la vacilaba como quería, estando puestisima. El chaval se esforzó en tranquilizarla, y quitándole importancia al asunto, la sacó por la puerta de atrás del local. Un cigarrito en un pestoso callejón, era la mejor solución. Sabiendo cómo tratarla, él chaval dejó que se fumara el cigarro, en silencio. Pero el recuerdo de lo pasado en el centro de la pista con nada menos que Tyra Fox, le hizo romper a reír.

- Jajaja, eres mi idola...joder, le has plantado un muerdo a las primeras de cambio y a Tyra Fosx, la puta ama eres- entusiasmado se partía la caja recordando el momento- Tiene los labios to gordos, ¿te fijaste? Joder Vega, Tyra Fox, has besado a Tyra Fox.

Como si era Kate Moss. Por supuesto que se había fijado en sus labios, lo hizo todo el tiempo, de ahí su necesidad visceral de callarla besándola. Pero joder, otra vez liándola como la calavera que era. Paso de volver al local, pasó de estar pendiente de su móvil, al que seguramente ya estaría llamando Tony para cagarse en ella veinte veces. Pasando de todos y todo, entro al local, pero solo para atravesarlo y salir a por su moto.

Estaba vez no hubo circo, para las fans que aún aguardaban poder entrar al local. Se sentó directa en la moto y comenzó a empujarla hacia atrás, hasta que "algo" chocó con su moto, o ésta con "algo".