Habitación 303

Habitación 303, ese TRES que eligió un día porque ese mismo TRES las eligió a las dos para unir sus vidas.

TRES, que bien suena en su boca como lo hace en su corazón. 

El solo pensamiento de que llegue, ese solo pensamiento de que toque a la puerta; su puerta, hace que la taza tiemble en sus manos y que el café caiga sobre la toalla blanca que envuelve su cuerpo, la que seca las ultimas gotas de agua sobre su piel.

Piel canela, recuerda y la taza  cae del todo sobre la alfombra de ese Hotel. La misma piel que quiso apagar el fuego que sentia en la espera, en esa ducha que solo consiguió encenderla más en esa divina espera.

Con pasos suaves, emulando la suavidad de las manos que desea sentir en su cuerpo, de nuevo se va a la ducha, quiere sentirse nueva para cuando llegue y toque a la puerta, porque tocará.

Bajo el agua caliente, su cuerpo arde.

Caliente, así se siente así está. Caliente mientras cierra los ojos y sus manos recorren su cuerpo. Caliente cuando los gemidos se ahuecan con el sonido que deja el agua. Caliente al abrir los muslos pensando en otras manos que no son las suyas y caliente, cuando sabe que son otros dedos los que llegan para llenar su sexo. 

Chorreando las ansias que siente, pide que esos dedos no se paren. Impaciente, busca esa boca que sabe llegará, para enredarse en ella, para darle todo ese sabor que guarda desde la ultima vez que la tuvo en la suya. Desesperada cierra los ojos queriendo atrapar ese DESEO que siente. Quiere que se detenga, como quiere detener el tiempo cuando la tiene. Cerrados con tanta fuerza que duelen. Sueños, realidades, sueños otra vez...

No le importa, la tiene. Poco importa donde acaba el sueño y comienza la realidad, muy poco si toda la vida ella puede ser un sueño, porque la siente ahí, llenándola por completo.

El agua continúa precipitándose sobre sobre su cuerpo y sabe, siente que se correrá mordiéndole la boca. Como siente, sus dedos frenéticos y la siente....llegó. 

Lo sabe su alma, lo sabe su corazón que galopa queriendo salir de su pecho y lo saben sus ganas que llegan al límite  que solo esa boca sabe darle. Rompiéndose en sus dedos, en su boca, sintiéndola en cada poro de su piel, llamándola...la escucha. Es su voz, lo es y ha tocado en su puerta.

A punto de romperse y con ese quebrao que sale de su boca, termina por romperse entre sus dedos, vaciándose entera en locura. 

Ahora sí, temblando siente ser sacada  de esa ducha envuelta en sus brazos. Así es llevada a la cama que las llama, esa que sabrá de ellas, de sabores y aromas, de pasión y ganas contenidas.

Ansiosa de nuevo, desgarra sus ropas, como el alma se le desgarró  horas antes por su ausencia. Las desgarra, las rompe en ese intento desesperado de llegar a su piel, de arañarla y de marcarla con su boca.

Atrás deja toda cordura, como la deja siempre que aparece. Desnuda bajo su cuerpo, sonríe conociendo que encierran esos ojos bailones que la miran, sabe que le diran sin hablar y vuelve a sonreír...sonríe antes de que otro quebrao, puede que más desgarrado, salga de su boca:

- Te quiero..... y mientras te espero, te miro. Lo hago porque no fuiste un sueño y se que te tengo, aún no estando aquí conmigo.