Ay, Trini 11 (Recordemos)

- Trini...te necesito ven conmigo- dijo la empresaria cogiendo la mano de Trini y tirando de ella. Con su natural elegancia, no molestó al tipo que se quedó esperando algo. Un algo que no llegó por parte de Trini y menos, de parte de la dueña del local. Sin soltar la mano de Trini, caminó por el local sin decirle nada a ésta y con Trini ya se sabe...

- Hey...hey, hey...escenitas de celos no, que me enamoro- soltó delatando su fanatismo por las cuentas lesbianas de twiter, ganando el stop rígido y frío de Alba. Pues si, por fin había llamado su atención y ahora, tocaba apechugar- Jijij naah...frasesillas que pillo por ahí- o al menos intentarlo sin que las bragas se le cayesen por la empresaria.

Trini lo estaba viendo. Apenas unos metros andados y la empresaria la introduciría en su despacho muerta de celos. Nada más entrar, se apoyaría en la puerta. Puede que Alba se atusase su larga melena queriendo no matar a alguien. Como se habían atrevido esos tipos a fijarse en ella? Ella era Trini, tipos solo había sido uno y los celos de Alba estaban por ver, pero qué más daba. Era su imaginación, caliente de más, pero suya. Al despacho entraron y ciertamente Alba se atusó la melena ofuscada y de espaldas a Trini. Trini llegó a apoyarse en la puerta anhelosamente cerrada, cerrando ella misma los ojos. Alba murmuria algo contra la raza patriarcal y ella podría decirle algo como; Calla y ven.

- Agh- solo con imaginarse en esas, Trini gemia gustosa. Alba entonces se daría la vuelta y la encararía. No haría falta más para que al verla apoyada en la puerta pidiendo guerra, se acercara a ella. Ahí, Trini le agarraría los tirantes que estaba loca por enganchar y acercándola a su boca, querria morder en ella esa loca posesion que Alba destilaba- No, no- cabreada negaría un beso y depende de la película le arrearía un guantazo o no. Como fuera, los alientos deseosos de ambas fluirían ansiando una mirada viciada, y aún no. Aún no la dejaría besarla, no hasta que toda ella pidiera clemencia por un beso que desataría toda la lujuria contenida entre ambas. Pero eso ocurría en su imaginación y no en la realidad, aunque ella sí que estuviera apoyada en la puerta. De no estar tan caliente, culpa de su voraz apetito sexual en cuanto a Alba o...de su enorme apetito sexual, Trini habría prestado atención a la llamada misteriosa y ciertamente preocupante que atendía Alba, pero no lo hizo y cuando ésta colgó y se giró hacia ella, solo pudo sonreír inocente y pensar- Madre mia como le quedan los tirantitos. 

- Trini- prácticamente en un suspiro, brotó su nombre en los labios de la empresaria y ésta tuvo que corregir. Le quedaban bien los tirantes sobre una sobria camisa negra, como los pantalones y seguramente la brazer que colgaba en el respaldar de la gran butaca del despacho. Todo aderezado con su gran melena suelta cual leona y un gesto preocupado que Trini amó.

- En mi primera entrevista no te hable de mí impulsividad- hablo Trini llenándose de ella, comenzando sin saber porqué  a crecerse. A pesar del gesto preocupado que presidía el rostro de Alba, a alguien como era ella no le pasó desapercibido como los ojos de Alba le habían recorrido la figura, siempre con su clase y saber estar. Nada obsceno y simplemente apoteósico para quien recibía ese escáner. Ante su soltura, Alba sonrío relajándose, tomando apoyo en su mesa. Ahi estaban, una en la mesa a manos cruzadas a la altura de la pelvis y la otra en la puerta, por primera vez examinándose mutuamente.

- Media hora contigo y no hace falta ese detalle- contestó a sus palabras Alba, sin que la preocupación que tuviese desapareciese. Pero había algo distinto, puede que fuese la imaginación de Trini la que se quiso adjudicar la comodidad que reflejaba Alba. Como fuese, la empresaria hasta parecía agradecer que Trini estuviese ahí y sus siguientes palabras dieron fe de ello- No es una buena noche- dijo sin más y no hizo falta. Trini sumó rápido el extraño intercambio que había presenciado entre la empresaria y la camarera, después la llamada telefónica de la que poco había escuchado y joder. Necesitaba tiempo y tratar de recordar algo de esa conversación. 

- ¿Para descubrir auna excelente relaciones públicas? Me basta una paseo en la acera de tu local y te lo lleno- afirmó Trini asustándose de su propia seguridad. Transpirándola dejó la puerta y jugo con los guantes paseando por el despacho despreocupada. Alba habría abierto los ojos sorprendida, ¿y? Problema que una bata de chacha no le dejase ver a la verdadera hembra que había bajo ella- Piensa, piensa- sin olvidar su objetivo, Trini se exigió no caer en la provocación de acercarse a Alba y demostrarle cual femme podía ser y si, tratar de recordar lo que su calenturienta mente no le había dejado escuchar. Alba había contestado seca a la llamada, eso podía recordarlo.

- El optimismo tardé más en vértelo- dijo en tanto Alba. 

Después de contestar seca, Alba había afirmado varias veces seguidas y...debía seguirle la conversación o la empresaria sospecharía. ¿De que? A saber no estaba Trini para mucho más.

- Entonces, tengo el aprobado sin que me pruebes- malvada de impresión, vicio sin palabras sin olvidarse de continuar rebuscando en sus archivos cerebrales. "No pienso ceder a ningún chantaje, no se juega con mis locales" Eso era joder. Eso había dicho Alba antes de colgar de malas formas y volver a atusarse la melena. Joder qué ganas de enterrar sus dedos en esa melena y tirar de ella hasta..stop. Alba estaba siendo chantajeada y Trini pensaba llegar hasta el infinito y más allá, que eso aquí no pegaba nada pero ella era Trini, la nueva chica Bond.

- Jajaja, ¿lo confirmamos mejor otra noche?- propuso Alba, siendo imposible que la imaginación de Trini fuese tan gratificante como para en verdad, no notar lo cómoda que Alba se estaba sintiendo en ese momento con ella.

- Así será-cucandole un ojo, Trini lo dio por bueno. Ahora primaba salvar a Alba del chantaje que fuese. Debía llamar a Paz, cuatro ojos debían ver más que dos y comenzar a organizarse. La adrenalina por lo que pudiera estar pasando y por donde se iba a meter, la recorrió por entero. Con lo que consiguió crecerse aún más ante Alba- Y no te arrepentirás- concluyó dejando a la empresaria flipada ante sus nuevas formas. Después camino con toda la elegancia femenina hasta la puerta y antes de salir por ella, se giró a regalarle una sonrisa. Una vez atravesó la puerta y la cerró, la cosa cambió para Trini. Ser una chica Bond no era fácil o no debía serlo, porque ella no había visto ni una sola película de ese tipo- Ay Trini, ay- se dijo moviendo los ojos inquieta. Ahí se estaba cometiendo un chantaje y ella....acabaría rescatando a Alba.