jueves, 28 de enero de 2016

Take a Chef Epílogo


El bullicio de las calles que atravesaba y el cuidado por no acabar atropellada con la locura de tráfico sin control ni reglas que había, mantenían a Mel sin poder atender a Mirta por teléfono. Seguro estaría buscando mil excusas para no dejarse llevar con Tam. La excusa de hoy era; que pudiera ser que las dos simplemente se estuviesen usando para olvidar sus fracasos anteriores. Algo para lo que Mel, de no ir embriagándose de cada cosa nueva que encontraba en su paseo, le hubiese desmoronado fácil. Quizás ahí estaba el problema; Mirta quería problemas. Podía ser lógico desde el punto de vista de Mel; Mirta estaba literalmente acojonada. 



Cargada con una mochila, libreta en mano y en la otra el teléfono, Mel tuvo que detenerse ante un nuevo aroma. Según lo que había podido estudiar sobre el país donde se encontraba era preferible no abandonar el centro, lo cual le supuso arrugar los labios disgustada. Si quería completar un ruta rica en cultura y gastronomía,  para ser original, debía pasar ese línea de seguridad.
- Te perdono que me ignores porque se que estarás encantada perdida por cualquier calle de vete a saber dónde- dijo Mirta sin ningún escándalo demostrando conocerla y dándole el tiempo necesario para que Mel olisquease cual sabueso.
- Jajaja no sabes cuánto. Estoy en Yangon, sudando cosa mala y ahora mismo me ruge el estómago de hambre. Lo que no me imposibilita para repetirte una vez más....VIVE cariño, vive sin comerte la cabeza- fue la contestación de Mel, identificando de donde le venía un aroma absolutamente delicioso.
- Buag...para saciar el hambre cuántas hormigas hacen falta?- bromeó Mirta denotando gustos muy diferentes a los asiaticos, si es que Mel estaba en Asia- Porque el Yangon este..
- Rangún en español- la interrumpió ayudándola a ubicarse Mel, llegando al puesto callejero culpable del delicioso aroma- está en Birmania.
- Ahm- se las dio de entendida Mirta rodando los ojos. Con el jaleo mental que tenía en esos momentos y por el que había llamado a la rubia, no le ayudaba a ubicar Birmania, Yangon o Rangún- Comen hormigas?
- Jajaja y otras cositas- le contestó risueña Mel. Desde luego hormigas no se había pedido aunque a simple vista tampoco es que supiera definir lo que acababa de pedir. Su broma enseguida fue captada por Mirta, una vez esta y por primera vez, se sentía una lesbiana liberada.
- Ehm...ya me interesa más el Rangún este- prosiguió la broma Mirta y ambas se permitieron bromear un rato más. Mientras Mel se quedó prendada del sabor de una especie de aperitivo realizado en base a pescado y verduras. Sin poder definir correctamente de que estaba hecho, pidió dos o tres más y espero a tenerlos preparados para continuar su paseo. Siendo paseo muy poca palabra para el palizon de caminar que llevaba y que aún le quedaba hasta llegar a la pequeña chabola donde estaba alojada. Para Mirta esa faceta aventurera de su amiga era motivo de un gran orgullo y como en cada llamada que entre ambas se hacían, prometió viajar y conocer de la mano de Mel ese sitio. Con la mochila cargada y los deberes hechos, Mel continuó su camino riéndose de todo lo pasado hasta llegar ahí. Ante Mirta siempre primaria la felicidad de esta, pero dentro de sí le era de lo más paradójico la relación de su amiga con Tam. De seguir, algún día podrían compartir mesa y para entonces, esperaba que Tam optara como ella; por la felicidad de Mirta, dejando atrás su historia.
Si paradójico era pensar en esa nueva historia de amor, vertiginoso le resultaba su último año vivido. Aunque quisiera detenerse y analizarlo, sería imposible analizar cada cosa vivida en tan corto tiempo y siempre destacaría la llegada de Arel a su vida y el huracán que avivó a su alrededor. Pensar en ello, la puso nostálgica. Vivir le había pedido a Mirta y vivir en mayúsculas es lo que ella podía gritar había hecho. Así de la nostalgia pasó a sentir un pellizco al que pareciera no se iba a acostumbrar. Podían pasar los países visitados, su cultura, su gente, lo aprendido en ellos, lo vivido....que cada día al llegar esas horas en que habría como ahora hacía, la habitación de un hotel o la puerta a medio derrumbar de una chabola, que con solo saberla ahí tras esa puerta, el estómago se le encogía eufórico y anhelante. Como había hecho en el puesto callejero, antes de acabar de abrir la puerta, se detuvo olfateando el interior. Después una dulce melodía con acentazo, le hizo sonreír y pegar la frente a esa puerta. La suerte....de tener sensaciones, debía tener esas mismas que ella sentía en ese momento. Suerte de vivir, suerte de comerse cada tramo de ese vivir y suerte de hacerlo con la dueña de ese aroma y melodía.
- Ufff- reconociéndose emociona abrió la puerta y fue directa a la minúscula cocina. En ella encontró a la Chef increíblemente sensual cocinando con apenas una camiseta larga puesta. La humedad del país cubría con imperceptibles gotas de transpiración sus brazos mientras removía dos sartenes. Sus uñas rojas resaltaban la sensualidad de la francesa y sus ojos clavados en esas sartenes, le aseguraron que estaba involucrada de lleno en una nueva creación- Tengo que encontrar una frase apropiada que emule al...silencio se rueda de un director- dijo anunciando su presencia. Sin quitarse la mochila y sin acercarse, sintiéndose la fotógrafa que espera romper la foto para hacerla perfecta. Arel levantó la vista de sus sartenes al escucharla y como le pasara a Mel en la puerta, sonrío dejando que los segundos retratasen su felicidad. Cada una con su foto tomada, sonrieron para sí y para la otra y entonces si, las palabras acudieron a ellas.
- Que tesoro me traes hoy- quiso saber Arel limpiándose las manos. Tras Mel había una mesa, que junto a la rubia parecía llamarla. Mel se mordió los labios leyendo la mirada viciada de Arel. Como acostumbrarse a esa forma de mirar de la Chef cuando le hacia sentir su ingrediente más preciado? Imposible le resultaba a Mel y de hecho, ni siquiera pudo contestarle iniciando un atractivo tiki-taka entre ambas. Y ni falta les hizo, porque Arel dejó sus sartenes y ollas, para acercarse hasta ella y lanzarse a por su boca.
- Uhm- gimió Mel al recibirla dejándose llevar por su pasión hasta la mesa. En apenas dos besos se vio subida en ella y en otro más se vio despojada de su mochila. Para entonces las ganas en ambas se habían descorchado con verdadera pasión. Tanta que Mel enrojecida de golpe y deseosa de sentir a la Chef por cada trocito de si, se permitió bromear por aquello de conseguir seguir respirando- Y eso que se me olvido pedir mi Take a Chef hoy- dijo buscando respirar en tanto la Chef ya le absorbía un pecho.
- Empiezo a estar obsesionada con tu sabor- musitó la Chef antes de que Mel la hiciese mirarla y fue hacerlo y que Mel corriese a su boca, como aquella tarde en Madrid.

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Toda la felicidad de su inminente partida con Arel parecía haber sido rota por un mensaje y una llamada. Maletas hechas y sueños por realizar que Vera paralizó por un momento. Escucharla hablar de un futuro entre ambas, abrió el suelo bajo sus pies, pero no fue suficiente para correr a por ella. Arel en su calle sufrió su espera mientras ella, luchó en segundos por la verdad que escondía dentro de sí. Una verdad que escupió a Vera, en cuanto pudo sobreponerse a su llamada.
- Tarde hablas de un nosotras, tan tarde que para mí ya no existe. Me he culpado de retenerte en mi vida y ahora se porque lo hice. Quise que hicieras algo así por mí desde el principio, pero tú te limitaste a huir y regresar sin más sentido que el de la propiedad. Te tragaste a Tam y no moviste un pelo por mi, porque ahí estaba la tonta de Mel siguiendo a tu lado alimentando algo sin sentido. Te hubiese bastado mostrarte capaz de entenderme, de valorarme y no lo hiciste o si... Cuando quisiste hacerlo tu opción fue tirarte a quien viste si me movía y tu mayor esfuerzo por mi...fue arrástrarme por el suelo delante de ella. No puedo creer en tu palabra y ahora....ni caso tiene- dijo entre lágrimas sin que Vera alegase más nada. Después colgó y sin pararse a borrar el número de Vera, corrió asustada al desconocer cuánto tiempo llevaría Arel esperando. Cuando asfixiada por la carrera y cargando con las maletas llego a la calle, se encontró de frente con ésta desolada. Arel rompió a llorar delante suya y Mel hizo suyas ese dolor con el que lloraba.
- No vuelvas a dejarme arriesgarte....estaba muerta de miedo- fue algo de lo dicho por Arel aquel día, con ESA forma única de mirarla, que Mel adoro desde ese instante.
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A kilómetros de Yangon, en una isla concreta de España, una delicada sabana cubría la desnudez de Vera antes de que una llamada telefónica la despertase. Junto a ella un cuerpo cálido que se negaba a salir del confortable sueño tras una noche apasionada. El mismo cuerpo de mujer, que en los primeros días de Vera en esa isla, se había dedicado a martirizarla. El destino y sus jugarretas, podría decirse. 
Con la de mujeres que hay en el mundo con las que tropezarse, y Vera tuvo que hacerlo con la odiosa y respondona camarera de su última noche en Madrid. Apenas llevaba unos días en la isla sin tener nada decidido. A ojos de cualquiera sería la típica turista que apuraba los días tomando sol relajada. Pero nada que ver. Vera tomaba el sol observando las posibilidades de negocio en ese sitio, las posibilidades así mismo de establecerse en esa isla y extrañando tener a su lado a quien la apoyaría como siempre en todo. Días que debían haberle hecho replantearse el pasado que le había llevado a la soledad que transpiraba tomando un cóctel frente al mar.
- Caprichoso es el mundo. Ya veo que tras inmolarte, no dejaste a nadie contigo- fue lo dicho por la camarera que debía retirarle la copa. Vera dentro de su cuidada clase, subió la mirada fingiendo despreocupación por lo escuchado y al hacerlo topo con el rostro divertido de la entrometida camarera- Wau...mírame de a poco nena, que soy muy susceptible ante los ojos negros. 
- Ya- se limitó a decir Vera con todo el desprecio del mundo. Una salida más de la camarera y le quitaría su estúpida forma de sonreír.
- Uhm uhm- negó sonoramente la camarera sin aparentar ningún complejo ni medio- Recuerda el propósito de enmienda, después disfruta de este lujazo de sitio y por último...no me amenaces, como estás pensando, en dejarme sin trabajo- le dijo sorprendiéndola al haber adivinado su intención.
 El tonto intercambio con la camarera la relajo lo suficiente para sonreír contra su copa tal cual era su estilo; odiosamente atractiva.
- No me interesan tus consejos y tampoco tu conversación- planto las cartas a jugar en la mesa Vera y la camarera, astuta de más, las aprovechó. Agachándose lo justo, se lo hizo ver a Vera.
- Ahora sí...nos entendemos- dijo.
Tiempo después y tras la funesta llamada a Mel, la camarera era quien retozaba en su cama mientras ella cubriéndose con una bata atendía la llamada que la había despertado saliendo a la terraza. Lujazo le había dicho en su día la camarera y vaya que el sitio lo era. Frente a ella el mediterráneo abierto y confiado parecía coronado por un solazo que invitaba a llenarse de vida. 
- Jefa siento despertarla, pero acabo de recibir un velero de la hostia- escucho la voz de uno de sus varios atrapa millonarios dispersos por la isla.
- No me llames Jefa- exigió sin olvidarse de entrar a la habitación a por sus anteojos. Con ellos podría ver el velero del que le hablaba el subalterno.
- A mandar Jefa. Es de una tipa de lo más rara, llego sola y va sobrada de pasta. Pasta de la buena, en fajos de cuatro cifras- resumió el chaval sin muchas luces para la interacción pero que con demostrado buenísimo olfato para el dinero.
- Ahm....¿le diste mi tarjeta?- dándolo por hecho, Vera fijo la vista en el soberbio velero. Necesitado de arreglos estaba, pero su valor a simple vista superaba los seis ceros. Su pregunta no necesitaba respuesta y mucho más no hablo con el chaval. Ni falta que hacía; el trabajito que había entrado en el puerto ya podía ser considerado suyo- Bueno....al fin algo de diversión- murmuro al divisar a una mujer regresando a la caseta del subalterno, sin olvidarse de escanearla como la excelente comunity manager que era- ¿Dije algo solo?
Ese "algo"..... estaría por ver.



8 comentarios:

  1. Bueno..bueno..bueno..Ya sabemos por quien se inclino Mel..de momento..pero me quedo tranquila al ver a mi Vera bastante entera e incisa..y con su maravillosa ''borderia'' en forma y su clase a flor de piel..

    Aunque a pesar de todo no pierdo la esperanza..
    Con Gemo nunca se sabe..jaaja..yo misma me animo..jaajaja

    Divina_Wilson

    Esperando escritora

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  2. ¿Ahora sí es el fin?..hummm, deberías seguir un poco más para darle tiempo a Mel para borrar el número de teléfono de sus contactos,...jajaja, o déjalo y empieza una segunda parte con una llamada..jajjaja, no ne hagas caso Gemo, que esta historia me ha dejao un poco p'alla.
    Gracias.

    X

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  3. Al fin le veo algo de sangre a Mel, con esa contestación, clara a Vera. Y qué decir de Arel, al final ha sido la más sensible de las tres con esa frase, “no vuelvas a dejarme arriesgarte” chapo.

    Mirta, me gusta su cambio lastima no haber alargado un poquito más la historia, termina teniendo el hijo con Tam. Jajaja

    Y qué decir de nuestra indiscutible protagonista Vera, creo que con la camarera ha dado con la “horna de su zapato”, lástima que da la impresión que no ha aprendido nada.

    Una historia donde nos demuestras lo complicados que somos los seres humanos.

    Mil gracias por tú tiempo y esfuerzo en dedicarnos este espacio para leer y exponer nuestras tan diversas opiniones. Verdaderamente no era fácil darle un final a esta historia y a mí personalmente me ha gustado.

    Saludos,

    A.

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  4. ¿Un final?..Esto no acabo A..

    Estamos hablando de Gemo y no se yo.. hasta el final ya veremos....jajaajja

    Dicho esto(y no es por consolarme)a mi desde que aparecio fugazmente en el relato me gusto la ''camarera''quiza si olvida a Mel sea mas feliz con esta que con Mel que no sabe lo que quiere muchas veces...

    Divina_Wilson

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  5. Final del primer round, no? jajaja

    Sinceramente así tampoco me desagrada que terminara.

    Y si Divina, la camarera le vendría muy bien a Vera, para bajarle el "orgullo", jajaja

    Pobre Gemo, la exprimimos al máximo en sus historias. Y le solicitamos más “bises” que a cualquier cantante. Jajaja

    A.

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  6. .... Y llego....llego ese final....que...que....hace que la VIDA...sea como esa noria...que nos hace dar y dar vueltas...que nos sorprende...que nos gusta...que nos de vueltas y vueltas....pero que quizás...no siempre se pare justo donde queremos recrearnos las vistas...donde poder tener la sensación que aún subida a ella...hemos llegado...y seguir en la misma compañía que elegimos para nuestro viaje....Peroooo no siempre tenemos lo que deseamos...lo que queremos tener....Y es ahí donde Vera se queda....NO vencida por la vida...pero si por ese Amor...que al final...al final se quedo en ese viaje...Y ahora toca seguir caminando....beberse ese día a día...que seguro ella sabrá hacerlo....ser ese junco...ese que '''siempre sigue en pie''''...Y lograrlo...será su batalla....con camareras o con ricas Mujeres...lo mismo da...porque ella...es por si sola...LA MUJER....
    ( continuara....jijiji ...ahora me es imposible...)

    Pero no quería dejar de decirte ESCRITORA....que una vez más...una vez más...y nunca me cansare de decirlo....eres ÚNICA....absolutamente soberbia en cada Historia que nos regalas....

    .....gracias....siempre....por ¡¡tanto¡¡¡¡¡

    celeste-negro...

    p.d...si me gusto o no el final...eso jijiji ya lo diré...Pero hay algo que no dejara de gustarme nunca...y es como sorprendes...y como tejes cada una de tus letras...

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  7. Bueno, pues no pudo ser...al final Mel eligió a Arel.

    Yo casi que prefiero que se queden tal cual están. No es que me haya hecho pro-Mel, ni mucho menos (sabéis que soy de Vera a muerte jeje), pero para ser sincera, ni me gustó la actitud de Vera de hacer como si nada, ni tampoco la de Mel de reclamar una lucha que ella tampoco llevó a cabo.

    Muchas gracias por este fic Gemo, lo he disfrutado como pocos.

    L.a.c.e.r

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  8. Bueno ahora si llego el final,je,je
    Es mas que obvio que yo quería que estas tres terminaran cada una por su lado, pero al final del túnel Mel mostró un poco de claridad y se jugo por algo y parece que aprendió amar a quien la ama, no es que Vera no la quisiera a su manera pero estas dos algo hacían bien era quererse mal tal vez por que las dos son egoístas,egocéntricas y a lo mejor Mel junto a Arel encuentra su mejor versión esa que a veces solo sale cuando alguien te quiere bien.
    Gracias Gemo por esta historia, la verdad que me fui enganchando de a poco pero el personaje de Mel como es mas que evidente me caía tan mal que hacia que entrara con la ilusión de que la niña iba a mejor un poco y no fue hasta el final que lo logro,ja,ja, que tendrá tu Mel de mi que hace que me caiga tan mal,je,je,je
    Gracias y mas gracias

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