Take a Chef 61 (F)

Un mes después, la cafetería punto de encuentro de tres amigas, recibía a sólo dos de ellas. La primera en llegar fue Mirta pegada a su móvil como venía siendo habitual en sus últimos días. Como una quinceañera enganchada a las redes sociales, nada más tomar asiento en la mesa de siempre, se hizo un selfie que repitió varias veces hasta que obtuvo el resultado que quería. Quinceañera para estar enganchada al móvil y por igual, para sonrojarse al reconocer ciertos nervios en su estómago. Esos mismo nervios, le hicieron replantearse si enviar la foto que acababa de hacerse o no.

Sería la foto y la sonrisa que en ella mostraba o sería la destinataria de esa foto, que continuó dudando si enviarla o no, ajena a todo;  al camarero esperando que dejara el móvil o a Mel parada esperando lo mismo que el camarero.

- Ya creía estarías harta de esperarme- dijo Mel adelantándose  al camarero. El sobresalto de Mirta cogio a los otros dos de improviso y ambos, tanto Mel como el camarero, la vieron dar un pequeño grito y acabar haciendo volar su móvil. Mel se rió, achacabdo al continuo despiste de Mirta su sobresalto. La realidad era otra y mientras Mel reía, Mirta reñía con el camarero por recuperar su móvil. El camarero fue más rápido y fue el quien recogió el móvil del suelo, provocando que a Mirta se le fuese la vida queriendo quitárselo. Tanta lucha por el móvil mosqueó a Mel- Es nuevo?- se interesó la rubia, queriendo darle una explicación a tanto sofoco de Mirta por el móvil, pero ésta como podía se iba recuperando.

- Naah... Que esperaba un mensaje. A lo que vamos, como estás? Como te sientes? Lo tienes todo preparado?- ansiosa por saber, Mira se dejó alguna pregunta más. Era una auténtica locura el cambio de vida al que Mel se iba a enfrentar, pero a esas alturas de la película, les sabía a gloria. Mel fue respondiéndole  entre risas, las que habían regresado para las dos, prácticamente de la mano. Las ganas de Mirta por ser madre habían ayudado un mucho, como ciertos dulces. Hablando de los nuevos planes de ambas, las dos se fueron entusiasmando sin que ninguna, dejase de prestarle atención a la silla vacía de su mesa. Demasiados años compartiendo de a tres para que esa silla vacía pasara desapercibida. Pero no, ya no había caso para esa tercera silla y Mirta por su adicción al móvil, no se había dado cuenta al principio del detalle de las tres sillas. Fue en una de las ocasiones en que Mel miró ese hueco, que Mirta decidida a que nada nublase la felicidad de su amiga, le pegó una patada alejándola  de la mesa- A tomar por saco- exclamó convencida. Antes que Mel pudiera decir nada al respecto, el móvil de Mirta sonó llevandose su atención. Igual que antes la presencia de Mel le había sobresaltado por lo que estaba haciendo con su móvil, ahora que había sonado le costó no cogerlo y no por ser una falta de respeto sino por quién podía haberle enviado algo tras su algo inicial. Pero claro, Mel no se iba a quedar callada, conociéndola como la conocía.

- Ay tonta...cógelo sabes que no hay problema- la animó Mel. Mirta era transparente y Mel podía palpar las inmensas ganas de ésta por cogerlo. A Mirta se le acabó la excusa y le regresaron los nervios. Lo consultaría rápido y se guardaría muy mucho de sonreír ante lo que viese en su móvil. Pero nada que ver, porque fue consultar su móvil y sonreír enamorada, aunque después la rectificó fingiendo desinterés. Dejando el móvil, las dos continuaron a lo suyo, si bien a Mel el gestito de Mirta mirando el móvil le había llamado la atención- Qué tienes ahí?- terminó por querer saber Mel y Mirta no, no se sintió preparada para responder a eso.

- Siento lo de la silla, pero era necesario- tiro por ahí Mirta desviando la atención  y ahora a Mel se le borró la sonrisa- A ver....tampoco éramos las amigas ideales- corrió a continuar-  Si repasas no todo era limpio. Primero vuestra cosa, luego

- Enganche- la interrumpió Mel necesitando desahogarse- ahora se que éramos solo un enganche y que yo contribuí bastante a que lo fuéramos. Le cogi vicio a nuestro juego sin medir las consecuencias y ahora mismo ni le reprocho que no haya aparecido porque... Que más decirnos? Nuestra relación fue tóxica desde aquella noche en la playa. Siempre jugando a rondarnos cuando en nuestras vidas ya había alguien. Con quién se me cae la cara de vergüenza total es con Tam, ella siempre nos vio insanas y se lo negué hasta la saciedad cuando era verdad- tomó aire, sintiendo de veras que necesitaba vaciarse. Pero había mentado a Tam y hacerlo le costó a Mirta erguirse en la silla, algo que volvió a mosquearla- Como fuera...creo que por fin pasaré página y Vera se quedará en un verano de mi vida, de donde no debió salir- concluyó tomando aire cogiendo la mano de Mirta. Esta la apretó con la suya; nadie dijo que fuese fácil amar y que a la vida no le gustara putear poniendo varios amores en el camino. Mel se emocionó sin remedio. El adiós a Vera no había sido frente a su negocio cerrado, estaba siendo ahí junto a su otra amiga.

- Vas a ser feliz- contagiada Mirta la ánimo provocando el recelo de Mel.

- Odio esto... Odio que parezca que se necesita animarme para tomar una decisión o para ser feliz. Ame a esa mujer hasta el punto de querer mantenerla en mi vida en el papel que fuese. Y será una cabrona, pero se que ella hizo lo mismo por mí. Lo cual me hace odiar que se juzgue lo que amo a Arel- dijo entre lágrimas Mel. Definitivamente, Vera debía quedarse en esa silla vacía.

- Nadie te juzga- volvió a los ánimos Mirta, tan anegada en lágrimas como Mel. Cuantisimo la iba a echar de menos.

- Seré yo... Qué creí que sólo había un amor verdadero y la vida...el destino o lo que coño sea, me dio la hostia de verme entre dos y créeme que no es fácil- concluyó Mel, deseando tener cerca los brazos de Arel. Mirta sonrió y entre lágrimas y a manos entrelazadas le sonrió comprensiva.

- Aquí dejas a uno y puede, que a lo largo de tu vida regrese inesperadamente. Pero entonces sólo será un recuerdo... Una parte de tu vida que no tienes que desmerecer para darle lugar a otra- dijo Mirta antes de que ambas se fundieran en un abrazo. 

Mel no llevaba tiempo de sobra y las dos continuaron llorando abrazadas por la inminente separación. No faltó prometerse seguir pendiente la una de la otra y verse en cuánto fuese posible. Conforme llegaba la despedida, Mirta no pudo aguantar más. Ella no se manejaba por la vida como Vera y prefirió no mentir a Mel a pesar de aún ni saber que le estaba ocurriendo.

- Últimamente hablo mucho con Tam y hasta tenemos planes de hacer un viajecito juntas. Cuando llegaste me puse nerviosa porque acababa de mandarle una foto y si... Era una foto puton. Mel no se lo que estoy haciendo pero se siente rico...entenderé que dejes de hablarme, lo haré aunque me duela horrores- confesó tal cual era. Llana y sincera a doler como Mel la conocía y quería. 

Qué sabemos a donde nos lleva el destino y con quién nos alinea? Mel no las juzgó, simplemente se alegró por ambas.

 Horas después, el tiempo apremiaba a la rubia. Arel le había recordado lo imposible que era poder aparcar en su calle. Al llegar a por ella tocaría el claxon de su furgoneta y en cuanto ella bajase, la mayor aventura de su vida daría inicio.

Por eso Mel corría por su piso queriendo que todo quedara medio bien. Si surgía algún problema su padre sabría que hacer. Pensar en su padre, que la despediría en el mismo Aeropuerto, la llevó a su madre. Definitivamente toda la suerte que tenía con su padre no era igual a la que tenía con su madre. El escándalo con ella como una de las protagonistas en la celebración de Vera ya les había supuesto un escollo importante con ella, la ruptura con Tam lo hizo más gordo y la aparición de Arel fue el punto y final. Mel asumía que el enfado de su madre era tan bestia, que con toda posibilidad ni acudiría al aeropuerto. Como fuese, el claxon de Arel sonó en la calle y el tiempo se le echó encima. Vuelta a correr asegurándose de cortar la electricidad, cargar con las maletas después, abrir la puerta, detenerse a tomar aire antes de sacar las maletas y su móvil sonando.

- Joder....ya me lo dejaba- cargada de ilusión dejó caer las maletas y corrió a por su móvil casi abandonado en la cocina. Sería Arel metiéndole prisa con su afrodisíaco acento francés, buena cuenta de de ello había estado dando cuenta en el último mes- Jajaja siempre pensando en lo único- se dijo deslizándose hasta su móvil- Ya va- alzó la voz al cazar su móvil y sin mirar contestó a la llamada- Ya voy ansiosa.

- Vaya...pensé no habías visto mi mensaje- escuchó del otro lado reconociendo la voz al instante. Una voz única que la dejó congelada.

- Vera- consiguió nombrarla apartandose el móvil. No podía ser verdad y puede que ante el temor por lo desconocido le estuviese jugando una mala pasada. El número que vio en pantalla no lo conocía pero daba igual, era la voz de Vera y en su móvil estaba el mensaje llamada de ambas; VEN.

- Llevo desde que me fui en un lugar que te encantaría y por más que....no dejo de pensar en lo mismo. Merecemos una oportunidad, Mel...merecemos intentarlo lejos de todo y solas...tú y yo- dijo Vera al otro lado mientras en la calle el claxon de Arel sonaba más insistente.

 Mel no pudo contestar, volver a escuchar a Vera y hacerlo en esas formas la paralizó. Posiblemente Arel hizo sonar nuevamente su claxon, puede que incluso se bajase de la furgoneta queriendo saber qué retrasaba a Mel y quizás hasta toco el timbre del piso. 

Sin que ella lo supiese y con una a kilómetros de ahí; las tres volvían a conjugar su presente o no.

Fin