¡Ay, Trini! 8

A paso seguro y no enérgico, caminaba Trini por el Madrid más bullicio. La noche caía sobre sus habitantes y estos aprovechaban degustando los últimos ratos antes de irse a dormir, de vasitos en sus terrazas, terminando compras o simplemente paseando camino de sus casas.

Lógico y normal, que el look de Trini imponente y elegante, llamase la atención de más de uno y una. Bolso a la altura del codo, brazo encogido, guantes imitación de piel perfecta y sonrisa bordada en sus labios. Debía estar poniéndolos a todos cachondisimos. Que baile en su caminar, que glamour en sus movimientos, que sensualidad en sus pasos y que aura de misterio la envolvía. "¿Quién es?" Preguntaría deteniendo sus pasos el caballero de traje. "Soy yo" respondería la mujer de..no. Ya estaban las canciones de Pimpinela taladrandole la cabeza. Ahora Trini no podría parar de tararearlas para sus adentros. 

"A esa que te aparta de mi, que me roba tu tiempo, tu alma y tu cuerpo.. ve y dile"

Y lo hacía hasta cambiando la voz para cada personaje. Viviendolo con el alma. Así de sensible e intensa era, que buena lesbiana había parido su madre, por favor.

"Que quieres"

¿Que qué quería? La canción pasaba a protagonizarla ella misma, Alba y la marrana de turno con la que ésta alternara.

" Que venga, que tenga valor, que muestre la cara y me hable de frente, 

si quiere tu amor"

Eso es...que se parasen delante suya que se iban a enterar. Ujum, hasta ahora Alba había estado sola, pero ya no. Esas marranas de tetas acolchadas se iban a enterar en cuantito Trini pisara uno de sus locales. Ocurre que en esos momentos, Trini recibió un silbido-piropo. Silbido que le hizo dejar de cantar, parar de caminar, mirar a su alrededor y sonreír de lado, al chico que se quedaba inmóvil ante la pillada de Trini. Lo peor para el muchacho fue verla caminar hacía él. Madre mía cómo fuese una feminazi, menuda chapa se iba a tener que tragar. Pero no fue así, Trini caminó hacía él cual divaza de renombre y al llegar a su altura, aleteo sus pestañas arrebatadoramente, para pasar a continuación a dejarlo muerto.

- ¿Me has silbado cariño?- preguntó Trini al muchacho. No podía culparlo y bien que lo había hablado con Paz. El primer paso para ser un femme fatal...era creérselo.

- Eh..pues..a ver..si- terminó por confesar el chico tragando saliba. La tía por muy buena que estuviese le podía salir con cualquier cosa, desde chapa feminista, pasando por algún insulto y terminando con una buena tarascada. Pero no, con Trini no.

- Ya veo, cielo- compasiva, Trini le peinó una ceja díscola- Cariño tienes que afinar más en estas cosas. Soy lesbiana ¿y sabes que significa eso?- como la más sensual Lolita, se lo llevó a su terreno Trini derritiéndolo. Tanto que hasta el chico dudó si sabia que era ser lesbiana.

- Supongo que si- contestó pérdido en el baile de ojos de Trini. Dios que divaza estaba hecha, pena que no la estuviese viendo Paz.

- Done mi alma y cuerpo a las lesbianas en general y a una en particular. Se que es una gran pérdida, pero ellas seguro lo saben disfrutar- remató la faena Trini lanzándose un beso. Por favor, si así dejaba a un chico macarrilla, ¿que no haría con una mujer? 

Iba por buen camino en su conquista de Alba, estaba clarisimo y en esos momentos en que caminaba hacia uno de los locales de ésta, debía pararse un momento y agradecer a quién fuese, tener una amiga como Paz. Como no hacerlo si en su tarde de compras con ella, intentado tomar un tentempié, Paz la aconsejaba.

Delante un muestrario enorme de apetecibles, enormes y grasientas hamburguesas acompañadas por crujientes y más grasientas patatas, Paz no le falló.

- Ay Trini...¿como vas a besarla apestando a triple burguer con doble de pepinillo, de cebolla y de queso de cabra? Mejor una ensaladita y que no sea de lechuga que da gases. Según recientes estudios, un pedo durante el coito despista- le había dicho Paz en su nueva postura, lesbiana malota. Qué amiga, qué manera de pensar en cada detalle.

- Y tanto- le había contestado Trini, lloriqueando al despedirse de su burguer para cambiarla por un simple yogur. Ser lesbiana desde luego no era tan fácil como parecía en "Anatomía de Grey" En la vida real, según Trini, con un tío se te escapaba un pedete y era lo más de natural. Le estabas lanzando la señal clara e inequívoca, de que eras un tia que se adapta y  que será capaz de reirle las gracias por sus pestosos pedos. En cambio con una tía esa necesidad biológica se convertía en coito interruptus, según Paz y esos estudios recientes claro. Lo que abría un interrogante para Trini;

- ¿Que pedos son más pestosos, los de tios o los de las tias?- quiso saber, porque ella con la duda no podía quedarse.

- Jijijiji- a Paz le dio la risilla. Raro que Trini no lo supiera viviendo con ella. Aunque bueno, en verdad tampoco sabía Paz si había diferencia. Su inquietud propia inducida por la de Trini y sin estudios que ella conociera sobre el tema, prefirió investigarlo- A ver que dice Google- advirtió cuando ambas dejaban sus sanas bandejas en la mesa y ahí..ahí fue que Trini se fijó en el salvapantallas del móvil de Paz. Una tía con impresionantes tetas y braguitas en los tobillos, se agachaba a por algo.

- Paz- escandalizada Trini quiso hacerse con el móvil. No estaba mal tomar ideas para recoger la casa de Alba. Aunque, ir con las braguitas en los tobillos, cómodo lo que es cómodo no podía ser. Pero Paz estuvo más rápida que ella y cogió su móvil sin dejar ver más a Trini. Lo cual provocó el cabreo de ésta- Paz que no eres lesbiana,  no insistas- cabreada no midió que estaban en una sala de un centro comercial, plagada de gente amante de la comida basura. Al primer grito de Trini, más de una patata se quedó a medio camino. Pero aún quedaba por dar un segundo Paz.

- Está bien...no me atrevía a decírtelo pero...anoche te miré Trini, lo hice..te miré las tetis- avergonzada Paz lo soltó y entonces, las patatas a medio camino cayeron a sus bandejas. 

- ¿Mis tetas?- al borde de la histeria Trini necesito asegurarse y tanto fue así que se cogió las tetas como si pudiera protegerlas de miradas sucias. Ahora si que si, no sólo las patatas acabaron de vuelta en las bandejas, también las hamburguesas y hasta los niños dejaron de gritar prestandoles atención. Ahí estaban las dos, de pie y con una mesa de por medio. Una agarrándose las tetas poseída por el espíritu de Belén Esteban y la otra manos a los bolsillos, labios apretados y aseverando con la cabeza.

- Ay Trini...mejor no quieras saber más, pero una cosa te digo, según estudios recientes masturbarse no deja ciega, sólo bizca unos segundos- prosiguió Paz con tono solemne y más de uno se reiría, pero ellas no...había algo más importante por hacer- No nos vayamos del tema. ¿Que sabemos de Alba?

- Ayyyyyy....te voy a perdonar que te toques pensando en mí, pero que no vuelva a pasar. ¿Y por Alba me preguntas? Ayyyyy, es muy inteligente. Pero mucho, ¿eh? Lee a filósofos raros- le explicó Trini, tomando asiento tras saludar a su improvisado público.

- Entonces préstame atención. Tú hombre es Kafka- abriendo los brazos segurisima de su nuevo plan le dijo Paz.

- Jijijj- rió Trini. Ésta Paz que no terminaba de enterarse de su lesbianismo- Pues no te he dicho que....

- Que es lesbiana- continuaron por Trini los de la mesa de al lado, estallando en risas. 

Y guasa tenían ese par, pero la cosa para Trini era, ¿cuando se daría cuenta Alba? ¿También iba a tener que gritarselo?