miércoles, 9 de septiembre de 2015

M50C Happy birthday 8


En esas estaba Julia,  cuando su magnífico ordenador personal, tomaba la palabra.
- Señora Arango, la pequeña Minerva despertó. Piense seriamente en las cualidades de escalada que tiene su hija. Está a medio metro de conseguir su cumbre- informó el ordenador, tan profesional como siempre, pero con algunos cambios que Julia disfrutó.
- Me encanta la mejora de tú humor que hice- dijo Julia, incorporándose de la cama.
- Como siempre acierta, señora- la halago su ordenador y la magnate se giró, queriendo comprobar que Min seguía dormida.
- Y que me hagas la pelota.... pero delante de Min, no- ser creída y vanidosa, no era ningún secreto, pero que su ordenador estuviera programado para realzarla, no necesitaba publicidad gratuita.
- Es nuestro secreto. Guarde cuidado y vaya a la habitación, su hija acaba de coronar la cumbre- prosiguió con sus informaciones el ordenador.
Feliz como cada despertar que le permitía abrazar a Minerva y después buscar a su hija, la magnate cubrió su desnudez con una de sus clásicas y elegantes batas. Yendo a por su hija, pensó en la noche compartida con Minerva y una sonrisa de lo más traviesa brotó de sus labios. Si su madre supiera, podrían lloverle collejas de su parte. Pero, en su caso querer era poder, y aunque debiera mantener en línea sus extravagancias, ésta última bien había merecido saltar cualquier barrera. Como le había dicho su ordenador, la pequeña Minerva estaba a punto de salvar la barandilla que la salvaba de una caída al suelo e intuyendola, cuando fue a entrar a la habitación, la niña sonrió consciente de su travesura. 
- Mm..habrá que pensar en acolchados para el suelo- dijo la magnate antes de regalarle una sonrisa a su hija, como el mejor beso de buenos días- ¿Que haces ahí subida?- cosa de los adultos, creyó que su hija de apenas un año y poco iba a contestarle. Y bueno, riéndose lo hizo y cayendo de culo de vuelta a la cama, también- Ven aquí- cogiéndola en brazos, la cría balbuceaba feliz. Por fin alguna de sus mamis acudía y guay, Melisa les ponía música a su gusto- Esta te encanta- siendo hija de Julia Arango como era, la cría en brazos y a los grititos felices dio su aprobación por el hilo musical escogido- Apestas a pis. ¿Te duchas conmigo?- la propuesta de su madre también la aprobó con un beso bien baboso- Melisa, ducha para nosotras dos. Primero ducha, después despertamos a Mami- con sólo escuchar mami, la niña se revolvió queriendo verla ya. Pero como le había avisado Julia, primero compartirían juntas una ducha- Mami no lo sabe, fue una pequeña mentira. En verdad es hoy mi cumpleaños y no hay mejor manera de empezarlo que duchandome contigo- daba igual lo que le dijese. La cria respondía igual de entusiasmada, a más le hablará Mamá, más inquieta se ponía- Jajaja, si. Tú también estás contenta y hay que enviarle un beso tuyo a Carolina, me encanta el gel que te hizo. Hueles increíblemente bien- a los mimos, la niña respondía con si o no, según le daba entremezclado al gusto, con Mama, Mami, agua, caca...y las palabras que poco a poco iba aprendiendo. Pues si, la ducha aunque rutinaria, dio para empezar la mañana de la mejor de las maneras. Duchadas y con solo toallas, es que se presentaron de vuelta en la habitación donde Minerva dormía plácidamente- Melisa- entrando en ella, Julia llamó a su ordenador, apretando los labios.
- Se ven absolutamente hermosas, ambas- enseguida piropeo Melisa, provicando la risita de Julia y el aplauso de Minerva peque.
- Jajaja. Ehm...ejem, por hoy ya está bien Melisa- pidió Julia. Como Minerva despertara y escuchará los halagos empalagosos de Melisa, tendría que dar explicaciones.
- Déjeme felicitarla por su cumpleaños. Deseo de microchip-corazón, que sea feliz- la felicitó el ordenador y ahora si, llegó el momento de despertar a la bella durmiente de la casa. Fácil teniendo a la peque en brazos. Con dejarla sobre la cama, bastaba para que la cría trepara por ella hasta la cara de Mami.
- Mm- aplastada por su hija, Min se resistía a abandonar el mundo de lo sueños- Ufff...Cariño- si bien, su peque saltando sobre ella, se lo ponía difícil- Ven aquí, monita- de un giro atrapó a su hija y ahora era ella, quien prácticamente cubría a la cría. A medio despertar y comiéndose a su hija, Minerva fue consciente de las agujetas que plagaban su cuerpo y sentirlas era igual a recordar su especial noche de cumpleaños, Julia, Venecia y...- Tú no me vayas a dar un beso, se ve que anoche los gastastes todos- besada por su hija, no se olvidó de Julia. Y ésta alguna defensa de su babeo ante la imgen que estaba viendo iba a darle, pero Melisa se adelantó.
- Buenos días a todas. Hoy es 18 de agosto, amaneció bello en Venecia, con una temperatura perfecta en el exterior, para que disfruten de un magnífico desayuno en góndola. La señora Arango siempre atenta, lo ha dispuesto todo para que así sea- dijo Melisa en un tono, que a Minerva le hizo fruncir el ceño, pasando por alto la fecha que había indicado el ordenador. Julia tuvo que carrespear. Melisa se estaba pasando- Con los conjuntos apropiados, hoy serán foco de atención las tres- proseguía Melisa, pasándose al punto, de que las dos Minervas se sentaron en la cama.
- Muy amable, Melisa. Es suficiente- trató de frenarla Julia. Minerva la miraba con la ceja alzada, la pillaba fijo como Melisa continuara en esa línea.
- Amable usted, señora. Hoy amaneció arrebatadoramente hermosa- insistió Melisa. Estaba claro que los ajustes de halago habían sido excesivos.
- ¿Julia?- con tanto piropeo barato, Minerva acabó mosqueandose.
- Y aún no le di los resultados al abrir la bolsa de Tokio. Magistral su jugada. ¿Quiere escuchar sus campanas?- continuó Melisa para sorpresa de Minerva. Julia y sus ajustes en el ordenador, no había más. Lo que le gustaba, era poder darle cañita a la gran Julia Arango y sus vanidades.
- ¿Julia?- insistió Minerva, deseando ver en Julia algo de rubor. Ese que para ella era como una caricia del alma, quizás por saberse de las pocas afortunadas de gozar de él.
- Melisa ya- la magnate volvió a ordenar antes de premiar a Minerva con ese sonrojo único acompañado de una sonrisa coneja traviesa de morder. Esa era Julia, la mezcla perfecta que en la noche podía atarla a sus placeres más prohibidos y en la mañana, despertarla con la mirada más cálida posible.
- Jajaja, eso se lo desinstalas pero ya. Señora vanidosa- tirando de ella terminaron las tres en la cama, con Julia quejosa.
- Desde que me hiciste normal, me hacen menos la pelota- se quejó la magnate. 
- Y lo extrañas, claro- afirmó Minerva rodando los ojos. 
- Un poco si- confirmó Julia dejándose mimar.
- Anoche te...- queriendo demostrarle a Julia que la pelota seguían haciéndosela, Minerva iba a recordarle lo vivido la noche anterior y cayó en que habían abandonado el salón sin despedirse de nadie- Mis padres, no me despedí de ellos- avergonzada por las prisas con que había salido del salón, se incorporó dispuesta a llamarlos. Cualquier excusa serviría. Pero entonces, recordó verse con ellos en el salón y que raro había sido la conversación con ellos. A cualquier cosa que ella les dijo, ellos le respondieron con cariños y...¿halagos?- Julia- la llamó resultandole extraño todo, pero la magnate se las buscó para esconderse entre ella y su hija. Y no por ello, dejó Minerva de recordar. No habían sido solo sus padres, también las chicas de los masajes. No mantenían ninguna conversación y contestaban con monosílabos y..¿halagos? Por igual las personas con las que se había saludado en el salón y... ¿Que día había dicho Melisa y porqué Julia estaba a las risistas?- Melisa...que día dijiste era hoy.
- 18 de agosto, un día como hoy nació Doña Julia Arango. Mujer hecha así misma, inquebrantable en los negocios, dueña absoluta de..bla bla bla- el ordenador continuó incansable. Ya ni Julia lo podía detener como tampoco Minerva, que alucinando se subía a la magnate secundada por su hija.
- ¿Que has hecho? Ya ni se en que día estamos, si es tu cumpleaños o no- encima de ella, no daba para cabrearse ver a Julia tan risitas.
- Jajaja. Nada...sólo pues..me regalaron un jueguecito muy chulo- se intentó explixar Julia, pero imposible. Se lo había pasado de miedo y encima, celebraba su cumpleaños dos veces.
- Ya..chulo. ¿Estamos en Venecia?- dudando de todo, Minerva ya no sabía nada 
- Aja...y en media hora aterrizan tus padres- le informó Julia, disfrutando a lo loco.
- ¿Todo fue irreal?- incrédula quiso saber Minerva.
-  Todo...todo, no- pícara le contestó Julia y si, era 18 de agosto y estaban por recibir a los invitados reales, no sus dobles informatizados por un programa la hostia de provechoso. Entre risas y bromas, Julia terminó por explicarle el programa, siempre con la picaresca de lo real y así se olvidaron de Melisa. Aunque, sería mentir. No es que a Julia se le olvidase modificarla, es que llegaba su suegro y tenía su aquel, usar a Melisa. De hecho, nada más llegaron al hotel los padres de Minerva y subieron a su habitación, Melisa cumplió su misión; agobiar al padre de Minerva.
- Bienvenidos, la señora Arango siempre dispuesta a atenderlos de la mejor de las maneras, ha dispuesto todo para que disfruten de estos días en Venecia- les decía Melisa.
- Ya estamos...Ya está restregandome y lo sabes- se quejaba el padre de Minerva a su mujer.
- Señor de Urrutias, ¿que le ocurrió? Se ve cansado, menos fuerte quizás- proseguía Melisa hundiendolo.
- Vamos...si estoy igual. Porque lo estoy, ¿no?- se aseguraba el hombre frente a su mujer y ésta que lo flipaba.
- Ay cariño no empieces con tus celos a Julia y disfruta, yo me voy a por mi nieta- la madre de Min pasaba de las riñas naturales entre su marido y nuera. No así él.
- Melisa...¿te lo ha ordenado ella? Tú dímelo en confianza, ¿lo hizo ella?


Fin




5 comentarios:

  1. Solo diré GENIAL. Me dejas con una sonrisita tonta. Ay soy fan de esta familia, no lo puedo evitar.

    Si es que los programas informáticos nos cambian hasta la propia vida.

    Mil gracias Gemo.

    A.

    ResponderEliminar
  2. Me ha encantado, son pura ternura, eso sí, no me esperaba lo de los dobles irreales. Madre mia del amor hermoso lo que esta mujer es capaz de hacer con los ordenadores, que envidia me da, jajaja.

    Genial la forma de la magnate de "picar" al suegro y él que siempre le entra al trapo, jejeje.

    Muchas gracias por compartirla con nosotras,

    L.a.c.e.r

    ResponderEliminar
  3. Como dicen por arriba..genial..dejame que te lo diga Gemo..tu si que tienes una mente maravillosa...eres buena hasta decir basta niña..

    Me encanto la historia escritora..me encanto..

    Gracias Gemo por compartirlo...
    Divina_Wilson

    ResponderEliminar
  4. Fimmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmm nãooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooo gemoooooooooooooooooooooo assim fico deprimida

    ResponderEliminar
  5. ..... solo julia....solo esa mujer que es...que es para soñarla....solo ella....es capaz.....de hacer ''''''un sueño entre esos mismos sueños'''' que cada día vive junto a quien se los provoca....la realidad siempre puede esperar....la magia de los sueños...nos puede mantener en la más grande de las LOCURAS por eso ...no dudo en regalarle a Minerva ese donde todo era irreal y solo ellas y su amor eran reales...MAGNIFICO¡¡¡ SOBERBIO ¡¡¡ UNICO¡¡¡....así como eres Tú....Escritora...
    ... Nunca me gusta leer en tus historias ese FIN pero si me gusta decirte aquello que por ¡¡tanto¡¡ regalo mereces...

    gracias.....siempre....por ¡¡tanto¡¡¡

    celeste-negro

    ResponderEliminar