112- Emergencias 176

Mucho mejor, tan mucho mejor que Inés le pego un besazo y siguió a lo suyo. Conducir hasta casa cantando, llegar a ella feliz, abrir la puerta y encontrarse con la cara vinagre con que Marina la miraba. A simple vista, Marina no había tenido un día tan bueno como el suyo. "Oh, oh"

Alerta, posible aterrizaje forzoso para la piloto en la realidad, la dura realidad. Pues no. Había tenido un día buenísimo, le habían subido el ánimo y llegaba a casa con unas ganas inmensas de besar a su cara vinagre y es a por lo que fue. Soltando la mochila al peso sobre el suelo, en dos zancadas caía sobre la médico bien sentada en su sofá.

- Joder Inés- se quejó Marina.

Toda cara vinagre, reacciona malamente al aplastamiento fortuito y cuidado, porque también puede reaccionar mal a la avalancha de besos.

- Inés... Madre mía- continuó a las quejas la médico.

Sin problemas, toda cara vinagre debería tener en contraposición una risitas... for ever.

- Jijiji eso digo yo. Madre mía que guapisima estás.

Una risitas besucona a muerte, para ser precisos.

- Ineeeeeeeeeeees, muy contenta vienes para como estoy yo.

Y una cara vinagre que de a poquito pese a las protestas, se dejaba mimar. Ya era raro, porque su investigación sobre Inés y el uso que ésta hacía del móvil eran los culpables de haberla recibido de esa forma. Suele ocurrir si te introduces en espacios que no son tuyos. En días de investigación Marina había podido comprobar que su mujer era toda una enviciada al móvil, se podría decir en base a esa investigación que Inés hasta se duchaba con el móvil, pero justo esa tarde había estado en línea poquísimo y en dos horas, ni lo había consultado. Lo cual la llevó a un descubrimiento aún peor que la adicción de la piloto al móvil; Inés sólo prescindía del móvil por un motivo. Sólo uno.

Tal descubrimiento había despertado sus celos más voraces, pero ahí estaba la tía disimulandolos. No, no daría más que hablar sobre sus celos a los amigos de la pareja y si, actuaría como la Sánchez que había parido su madre, pero CUIDADO cómo descubriese que alguna marrana rondaba a su mujer, no habría paz para esa marrana.

Pues ahí estaba ella babeada por Inés y sus; te eche de menos, ¿Ito duerme ?, ¿que tal el curro? A lo que ella entre besos contestaba como podía: Yo también, si, bueno...y Stop. Una Sánchez podía disimular iniciando una guerra fría pero tarde o temprano, iba a la cuestión principal.

- Anda...cuéntame porqué vienes tan contenta- con clase, sexi y creyéndose dueña de la situación. Así llegó Marina a la clave del posible conflicto, fallando claramente porque sino quieres o puedes saber...NO PREGUNTES.

- Calla...¡que he ligado! Pero espera, subo a ver a Ito y nos piramos a cenar algo rápido a la Plaza- le contestó Inés volando hacia la planta de arriba como había anunciado.

A bocajarro y con toda la naturalidad del mundo lo había soltado Inés. Pues ahora a digerirlo le tocaba a Marina. Se preveía una digestión arduo pesada, tanto que las tripas se le contrayeron todas, como  las uñas le crecieron centímetros y no fueron solo las de las manos, también las de los pies. La médico podía jurar que hasta el pelo le había crecido y no sólo el del...la niña del exorcista, en eso se había convertido.  Cambiaba que en vez de en una cama estaba en su sofá. Para su suerte, una cara muy concreta le atravesó la mente, ¿que haría su madre en una situación igual? Seguramente limarse las uñas, ponerse guapísima y si, salir pisando fuerte a cenar con SU mujer a que le contase que...que...a que le contase ESO.

Decidida tardó cero en coger su teléfono. Tener a la familia cerca supone tener "marrones" diarios, pero en ocasiones así tiene algo bueno; disponer de niñeros en cualquier momento.

- Karla cariño- saludó en cuánto su cuñada descolgó el teléfono y oh oh, ¿Karla gemía?

- Mmm...joder cuñada, ¿que ha pasaaaaa...pasado?- gemía y apenas podía hablar  Karla. O estaba en plena sesión de yoga o...

- Joder...Karla lo siento- entendiendo que no era precisamente yoga, Marina trató de disculparse pero unas cachetadas escuchadas de manera nítida sacaron su genio- Nacho coño que estoy hablando con ella- se quejó molesta. ¿Como podían seguir follando después de que Inés hubiese ligado? ¿Y esos dos que gemian decían ser sus amigos? 

- Espera que...si, tranquila en cinco minutos estamos allí- acepto Karla claramente alterada y/o asfixiada y Marina no escuchó más cachetadas, pero un momento. ¿Como había sabido Karla que debían venir a su casa? Estaba claro la respuesta...Inés. 

No se equivocaba Marina, mientras ella como niña del exorcista hacía gestiones, Inés se iba a lo práctico en cuantito besó a Ito felizmente dormido.

Mensaje 1 de Inés a Karla (Hermana): Vente pa,mi casa pero yaaaaaaa

Mensaje 2 de Inés a Karla (Hermana): Karlaaaaaaaa

Mensaje 3 de Inés a Karla (Hermana): Chumina

Mensaje 4 de Inés a Karla (Hermana): Medio moco.

Mensaje 10 de Inés a Karla (Hermana): Karla que me escuches cuando te hablo que soy tu hermana.

Mensaje de Karla a Inés (Hermana-pesada): Que ya voooooooy, cansina.

Y ni cinco minutos tardaron en llegar a la casa de Marina e Inés, normal si los distintos avisos recibidos habían interrumpido lo que habían interrumpido y era justamente lo que pensaban retomar en cuanto las chicas se fueran, como buenos niñeros. Pero claro, el pobre Nacho llegó con el cuello incendiado de haber estado bombeando a lo loco. Algo que enseguida detectó Inés y que hizo que Marina dejase de ser la niña del exorcista para ser sustituida por Inés.

- Nacho- queriendo matarlo al verle el cuello, la piloto sacó una voz muy reconocible para Marina. Venga ya, ahora celitos de hermana ni de coña.

- Inés- con la misma voz la llamó Marina a ella. Los celos esa noche, eran de su propiedad.

- ¿No teníais prisa?- ajena a todo y urgiendole, Karla quiso poner control. Unas que saliesen y Nachete que volviese a funcionar, pero que va.

- Si...mucha para que tu hermana me explique con quien narices ha ligado- la médico perdió todo disimulo, dejando loca a Inés.

- Lo sabía... Es que sabía me la ibas a liar- protestó enseguida Inés y obvio, el otro par lo flipó. Nachete iba a tener que esperar.

- ¿Yo? No perdona, que yo también ligo- prosiguió Marina queriendo la última palabra para ella y mientras a Inés se le desencajaba la mandíbula, los dos espectadores de lujo, querían saber.

- Joder....¿ahora vais de rollo liberal?- preguntó Nacho alucinando.

- Eso digo yo...¿cuando lo ibais a contar?- lo mismo hizo Karla y o alguien ponía paz o se liaba sin ningún sentido.

- Eso tu hermana- acusó Marina.

- ¿Yo? Perdona.. Tú también ligas, ¿no?- arremetía Inés y menos mal, que ahí estaba Karla.

- Jjajajajjajaaja dios mio. Ya estáis otra vez con los celos, venga ya a cenar hacer el favor- empujandolas se deshizo de ellas y sus celos. Nachete ven a mi, gritaron sus ojos arrastrando a Nacho hasta el sofá, mientras el par acusado de celos, caminaba a las prisas y sin cruzar palabra. 

Así fueron los primeros metros atravesando su jardín, abriendo la cancela y cuando estaban por salir, Inés que rompió el silencio.

- Yo también ligo, yo también ligo- musitó con rentitin claro y molesto, dirigido a la médico y ésta que se volvió como una feria y Dios...a ambas se le olvido el porqué estaban enfadadas. Natural si aceleradas, las dos se miraban enmayaitas la una de la otra. Pues ni media palabra tuvieron que decirse para lanzarse a comerse la vida desesperadas. Otra vez a cerrar la cancela, desandar el jardín, abrir la puerta con esfuerzos y aterrizar sobre el culo desnudo de Nacho.

Lo grave, no fue caer sobre dos cuerpos desnudos en su sofá, ni que ellas también llegasen al sofá prácticamente desnudas, lo grave...grave, fue que Susana los pillase así.