M50C Happy birthday 4

- Jajaja, claro que sí... Pero esto de escucharte y que estés lejos, se me hace raro. Creo que es comprensible, señora me enfado enseguida- le explicó recobrando por completo el humor y pudo apreciar como Julia en la distancia le sonreía. 

- Pues entonces ahora si, comienza mi fiesta de cumpleaños. Fíjate en toda ésta gente que nos rodea, aparta a los rostros amigos y quédate con los ajenos....quien más quien menos, envidia tu posición. La señora Klein por ejemplo- le dijo Julia inexplicablemente lejos para escucharla tan próxima y Min, buscó a la mujer a través del reflejo de la enorme cristalera. La encontró riendo a carcajadas de lo más falsas, obvio que riendo la gracia al millonario de turno- Es de lo más heterosexual que pueda haber y en cambio, se dejaría quitar las bragas por mi o mejor dicho, por mi dinero- prosiguió Julia y a ella se le cogió un pellizquito en el estómago. Esa mujer era indudablemente atractiva y se notaba de lejos que además cuidaba con tesón su imagen. Imaginarla tratando de engatusar a Julia, le hizo contestarle más seca de lo normal.

- Es comprensible, cariño...tiendes a alardear en exceso- le dijo aburriendose de verse en la cristalera y se giró buscando los ojos de Julia, que seguía estando demasiado lejos de ella.

- Es mío... Yo lo conseguí- afirmó Julia con una sonrisa de suficiencia marcando su rostro. Min sabía que a poco que la picase, la magnate entraría al trapo.

- Ujum....como a mi y por eso te estás empeñando en exhibirme y cariño, un poquito objeto me estás haciendo sentir- sincera se lo dijo y tuvo que reír al escuchar nitida la risa más que golosa de la magnate. Su objeto, uhm...sonaba tan jodidamente sexy.

- Cuidado, no estamos acercando peligrosamente a la señora Minerva más caprichosa y a la Julia más perversa- escuchó a Julia y tuvo que rodar los ojos sobrada 

- ¿Cuidado? No finjas, es lo que estás buscando desde que amaneció- la corrigió e incluso a metros, pudo apreciar la contrariedad en Julia. Una disconformidad más o una queja, y daba por hecho que Julia terminaría con su juego no queriendo molestarla. Pero eso estaba lejos de ocurrir, porque en ese momento, con el inmenso salón lleno de snobs y aburridos millonarios, lo que más podía apetecerle era justamente eso, ser su objeto más valorado, sin olvidar el punto de presión constante que sentía en su sexo. Por eso varió hasta el punto exacto en el que el objego, exigía más juego- Lo único es que el objeto te salió un poco rebelde, quiero más cariño, algo más ¿ah?- crecida dejó a Julia con la boca abierta y a la cristalera que le impedía disfrutar del jardín. Le resultó excitante pasearse por el salón fingiendo buscar conversación, mientras que en verdad, contaba mentalmente el tiempo que Julia tardaría en reaccionar. En esas estuvo hasta que con la mirada volvió a buscar a la señora Klein. Más allá del dinero, ¿quien no querría follarse a Julia? Bastaba mirarla como ella hizo dejando a la señora "se me caen las bragas" Destacaba entre todos, su altura, sus modales, su seguridad, el dichoso smoking que se ajustaba a sus largas piernas, su melena cayendo frondosa y brillante por su hombros y su magnetismo anegando todo un salón como ese. 

Necesitaba una copa. Su predisposición a someterse a los caprichos de Julia esa noche, comenzaron a hacer mella en ella en forma de fantasías que le hacían estar calurosa. A Julia le había pedido algo más, pero en verdad, solo necesitaba sentir su aliento acariciar su cuello, para sucumbir a sus mandatos. Sin poder salir al jardín, optó por acudir a la barra a por una copa. No le apetecía nada el champán que los camareros repartían y si algo mucho más fuerte. Como era lógico, ella no era la única que prescindia del champán y la barra para nada estaba vacía. Sólo un taburete libre encontró y en el se sentó esperando que el camarero se acercase. A ambos lados tenía rostros conocidos que la saludaron nada más llegar sin darle ningún tipo de conservación. Eso fue extraño y llamó su atención. Los que había en la barra se miraban en parejas y parecían hablarse, pero por más que quiso concentrarse y escuchar lo que fuera que dijesen no lo consiguió.

- Se que necesitas- la voz de Julia tras ella la sobresaltó. Pero fueron solo segundos, los que tardo Julia en rodearle la cintura con sus brazos.

- Necesitaba esto- ronroneó feliz de sentirla como había querido, pegada en su espalda con su aliento rodando por su cuello camino de su oreja, estremeciéndola.

- Mm....- gimió la magnate tras ella, perdiendo la nariz entre su cuello y nuca. Golosa, se empapó del dulce olor que Min emitía- Hueles a

- Sexo alocado- la interrumpió Min sonriendo de lo más traviesa. Sin ver la cara de la magnate podía sentirla pegarse más a ella, seguramente complacida. Lo que Min no esperaba, es que las manos de la magnate dejaran su cincura y bajasen por sus muslos.

- Añadiría atrevido- dijo Julia y Min se tensó excitada. Las manos de Julia llevaban una clara intención y su voz había sonado increíblemente sensual. Pero seguían estando en la celebración de su cumpleaños rodeadas de gente.

- Ya...pero te equivocaste eligiendome el vestido- le detuvo las manos y hasta rió imaginando la frustración de la magnate por haberle elegido un vestido tipo sirena, que resultaría muy difícil de esquivar. Pero las manos de Julia se soltaron y rápido llegaron a la cola del vestido- Julia- adivinando sus intenciones de romperlo se irguió en el taburete y mentiría, si no dijese que el sonido de la tela cediendo, la excitó sobremanera.