Al circuito en el balneario y los relanjantes masajes, le siguieron una especial hidratacion para su piel. De sólo oler los aceites empleados, Minerva cerró los ojos extasiada. Pero ese olor, también significaba que los mimos que había recibido su cuerpo, para esa especial noche, habían terminado. Sin duda, las chicas que estaban acicalandola la habrían dejado sola para ir en busca del vestido elegido por Julia. Vestido, zapatos y seguro, carisisimos complementos.
Si, desde luego si lo pensaba era muy de Julia, animarla para después tener que sonreír y departir con sus invitados como si nada. Debía reconocer que le encantaban esos juegos de Julia, le daban un brillo tan único en sus por igual únicos ojos grises. El poder, no sólo ejercido en sus negocios, sino también en su misma casa y con su mujer.
- Los invitados comienzan a llegar- la voz de Julia volvió a sonar, llenando el vestidor con su magnetismo- Debería pensar en algunas palabras para agradecerles su presencia-era un deleite para sus sentidos escucharla hablar tan tranquila y ésta vez, ni siquiera buscó las cámaras, escuchándola se limitó a cruzarse de piernas y cerrar los ojos, dejando que su voz la embriagase- Siempre que llegan estas fechas, me obligó a hacer un repaso de lo más importante que me ha ocurrido. Tú y mi pequeña Minerva sobresalis en todo lo bueno que pueda haberme pasado- la declaración de Julia, cual su costumbre a bocajarro y cogiéndola desprevenida, le hizo abrir los ojos conmovida. Insconciente miró el espejo queriendo decirle que compartía sus mismos pensamientos, pero Julia no esperó para seguir hablándole- Momentos que por supremos son imbo...rrables- la extraña pausa realizada por Julia, le hizo enfocar su mirada. La bata se le había abierto lo justo para intuir, el pecho desnudo que mal cubría. Un tanto osado, achacar a esa desnudez el atolondramiento de Julia, la misma de la que escuchaba una mínima respiración- Ábretela más- su orden, tras exquisitos segundos de silencio compartido, le confirmó sus presentimientos y que magnífico era, sentir que aún podía bloquear a la todopoderosa Julia Arango.
- Dijiste que los invitados están llegando, habrá que bajar a saludarlos- queriendo jugar con ella, Minerva le recordó los invitados y la fiesta, sin obedecerla. A cambio, descruzó las piernas con la máxima lentitud posible con el propósito de inmediatamente después, volver a cruzarlas en sentido contrario. La respiración de Julia, se alteró al momento y así Minerva dio por hecho, de que una de las cámaras usadas para espiarla estaba tras el espejo.
- Minerva- el suspiro con nombre de la magnate, fue el premio que Minerva quería. Si cerraba los ojos, ahora podía adivinarla sentada en su cómoda butada del despacho de la suite. Seguro su imagen sería la que estaría viendo en la gran pantalla que ocupaba media pared. La magnate estaría apoyada en una de sus manos a piernas cruzadas. Que excitante le parecía estar siendo observada por ella y que placentero podría ser provocarla.
- Creo que nunca te he dicho, cual es uno de los momentos que jamás se me olvidará contigo- comenzó a decirle, al tiempo que la consentía. Julia le había pedido que se abriese la bata y ella lo haría, pero a su forma. Hablando con ella, fue subiendo la mano desde su muslo desnudo hacia arriba. Lento, insufriblemente lento, sin olvidar encandilarla con su momento- Nuestro primer viaje a Mallorca.
- La cena benéfica- la secundó Julia, pérdida en las lujuriosas caricias que Minerva trazaba por su cuerpo. Del muslo hasta su cuello, allí se detuvo para colocar su larga melena y de nuevo bajada, hasta su escote.
- Ujum- llevada por el placer de sentirla imantada a su piel, Minerva siguió a ojos cerrados, colando la mano entre la división de su bata- Nunca antes me había mojado tanto. Fue increíble la mezcla de pudor y excitación que sentí cuando me giraste y encerraste frente a ese frío cristal. Me estabas follando delante de todos esos desconocidos y mi mayor pudor estaba en como de mojada me ibas a encontrar- ahora la pérdida era ella, entre el recuerdo de aquella noche y saber a Julia, presa de la caricia que ella misma dejaba en uno de sus senos.
- Quiero verla, ábrela- la urgencia en la voz de Julia, le hizo apretar los muslos en una respuesta automática de su cuerpo ante la excitación cada vez mayor que estaba sientiendo. Esta vez, obedeció a Julia y se prestó a gozar del gemido que debía llegar del lado de la magnate. Nada más abrirsela, alzó el cuello hacia atrás, deseando que las adoradas manos de Julia pudieran atravesar el cristal y llegar a su cuerpo para recorrerlo de a poco.
- Deliciosamente perfecta- a ojos cerrados, escuchar el beneplácito de Julia, le hizo gemir esperando a ser guiada por ella. Llevaría las manos donde ella le dijese completamente a su merced. Pero esos no parecían ser los planes de la magnate, no por ahora- Bien, es la hora de vestirse, estoy segura que nuestros invitados se mueren de impaciencia por verte bajar las escaleras.
- Oh no, Julia por favor - sacada de golpe de su especial estado, Minerva protestó cerrándose la bata de puro coraje.
- Te estaré esperando para bajar juntas, no olvides sonreír- la voz de Julia no sonó enfadada por haberse cerrado la bata. Más bien sonaba a estar divirtiéndose por su rabieta.
- Es tu cumpleaños, si- rodando los ojos, evidentemente molesta, Minerva le dio la razón y la risa de Julia al otro lado, le hizo querer asesianar el espejo- Se cuánto disfrutas de esto- le dijo refiriéndose a dejarla con las ganas y pudo sentir la sonrisa de Julia, incorporándose de su butaca.
- Nunca podrás saber cuanto lo hago- en la voz de la magnate, pudo apreciar que ella no se refería a lo mismo y asi, para Minerva fue más fácil volver a sonreír.
- Espero que el vestido me guste, señora meteprisas- le dijo Minerva, pero del otro lado ya no escuchó contestación. Al poco, las chicas regresaron al vestidor con un exclusivo vestido- Yayyy...me encanta, es perfecto.
Ambas manejan el arte de la seducción a la perfección. Se retan y complacen con la libertad que da el conocerse tanto.
ResponderEliminarAhora también vamos conociendo cosas nuevas, por ejemplo, que para Minerva la noche en Mallorca fue especial; que Julia es capaz de mostrar y expresar sus sentimientos sin pudor, y que ambas siguen locas la una por la otra.
Me encanta.
Gracias,
L.a.c.e.r
Me encanta que vuelvas a escribir sobre esta historia. Parece que estas dos siguen igual de "incendiarias" que al principio! Jajaja
ResponderEliminarGracias!
W
Ayyyyy artissstazaaaaa graciassss,¡¡,¡
ResponderEliminarFelicidad máxima
Amo este par
Bueno por fin vuelvo a tener red, me encanta leer algo de esta pareja de nuevo, mil gracias por la sorpresa.
ResponderEliminarA.
......''''sentir las ganas'''''...... '''quedarse al limite de esas mismas ganas''''....DESEO....PASIÓN....LUJURIA...LOCURA....y seguir con esas mismas ganas...una y otra vez...caricias que encienden....que nunca se apagan...Las dos saben a la perfección poner las dosis necesarias en sus vidas....para '''seguir buscándose'''....para Julia ....Minerva es...'''''ese regalo....ese que la VIDA le dio..'''' ese que ahora quiere para su cumpleaños....seguro que para SIEMPRE....
ResponderEliminarTentadora....Sexy.....consigue lo que quiere....pero es que....ella puede...y puede ¡¡tanto¡¡.
gracias......escritora....por ¡¡tanto¡¡¡
celeste-negro.
p.d...a todas...un placer volver y encontraros....Dama seguimos paseando...
alguém tem noticias da Divina_Wilson porque sem ela aqui é muito triste e aqui nessa história estaríamos do mesmo lado, saudade didi
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