Take a Chef 36

Desde que Vera le hiciese esa pregunta; ¿porqué me elegiste a mi?, la empresaria había buscado un acercamiento con Vera. Pero ésta se mantenía estática en su cheslong. Aunque, estática del todo no, porque de la botella de vino estaba dando buena cuenta.

- No fue a mi, fue a Mel. Estaba allí, ¿lo recuerdas? Yo si recuerdo perfectamente como fue, tendré más memoria que tú.

El tono con el que Vera continuó, la volvió a sobresaltar e incluso asustó. Lo que ella no recordaba, era ver a Vera de esa forma. Algo que quiso aliviar enseguida.

- Fue a Mel si. ¿Y qué?

Y qué, fue lo que Vera repitió sarcásticamente, yéndose a unos años atrás.

Por aquél entonces y con Mel en plena fase amatoria con Tam, el pequeño grupo de amigas se solía reunir poco. Pero una noche x, con Tam de viaje vete a saber donde, la rubia se empeñó en que saliesen al nuevo local de moda de la alta clase madrileña. Alta clase era igual a caramelito para Vera. No tenía ningún problema en reconocer, que ese era el mundo donde ella quería moverse, no sólo profesionalmente, y aquella misma noche, fue tema de debate entre las amigas. 

- No quiero que me creáis una snob, pero me encanta el sitio y me encanta la gente que hay- dijo Vera, realmente gustosa con la elección de Mel.

- Sabía que te gustaría- satisfecha le había secundado Mel. En el presente debía reconocer, que Mel siempre le había dado la cara como amiga. No la había cuestionado, ni se extrañaba por sus gustos, ni ciertas aspiraciones. Cosa distinta era Nuria.

- A mi me tanta perfección, dientes blancos, bronceados perfectos, marcas y snobismos varios, sinceramente me aburren- fue lo que dijo Nuria y las tres continuaron conversando animadas, llevadas por el especial sabor de un sábado noche pasado entre amigas. Así estuvieron, hasta que los ojos de Vera detectaron a Candela en el local. La clase de cuna se le notaba de lejos, que le gustase además, era un hecho. Examinándola, Vera estuvo un buen rato y obvio, para Mel no pasó desapercibido.

- No...¿en serio?- a Mel no parecía llamarle la atención Candela, más bien al contrario. Algo que desde entonces, repateo a Vera. No todas las tías a las que llevarse a la cama, debían de ser según su estereotipo y Candela fuera estereotipos, marcaba todo lo ideal para ella. Clase, dinero y un físico trabajado en gimnasio. En ese momento, era el combo perfecto que no necesitaba de espectacular belleza. Que entonces, a pesar de su reprobación, Mel se levantase y fuese directa a por Candela, ciertamente la dejó sorprendida para bien.

- Jajaja, dale una copa y veras- la siempre pelota de Nuria, trató de animarla. Vale, era correcto como amiga que Mel fuese tan...tan amiga. Pero ella hubiese preferido otras formas, por ejemplo ser ella misma quien llamase la atención de Candela. Si bien eso no había ocurrido y tuvo que conformarse con ver a Mel llegar a Candela y saludarla como si se conociesen. Lo que ella entonces vio pero no escuchó, fue como Candela sonreía a la rubia, complacida por haberse encontrado en ese local. Conocidas de apenas unos días por el nuevo gimnasio al que iba la rubia, a ésta le costó cero llevársela a la barra. Allí tomaron asiento bajo la supervisión de Vera en la distancia.

- Chica conoce a chica en gimnasio, chica tropieza con esa chica en un Pub, sino me falla el guión, ahora debería invitarte a una copa- fue lo dicho por Candela con evidente coqueteo.

- Aja...sería así pero somos lesbianas- la prosiguió Mel reconociendo su simpatía- y nuestros guiones siempre los escriben cabrones que meten dramas, traiciones, muertes...tengo pareja- terminó chistosa. No estaba ahí para ligarse a Candela, sino para presentarle a Vera.

- Auch..malditos guionistas- se quejó dramatizando Candela.

- Jajajaja, si. Me quedo sin copa, eah- divertida continuó Mel. 

- A ver, tener pareja...tener pareja- dejó en el aire Candela, buscando alargar el momento con Mel. Total, no había nada que perder.

- Espera, tengo una solución- le pidió Mel, segurisima de su plan- Mira el local y dime que no ves un pibón sentada junto a una amiga, que merece más que yo tu copa- terminó esperando que Candela hiciese lo que le acababa de pedir, pero ésta continuó mirándola a ella.

- Ya te digo si la veo- le dijo Candela y fue suficiente. Debía reconocer que Candela tenía agilidad y mucha simpatía, pero NO era a ella a quien debía ligarse.

- Jajaja, que mires- obligándola, no se perdió detalle del barrido que dio Candela, más cuando llegó a la mesa de Vera. Venga ya, tenía que fijarse en ella si o si.

- Eh...parece seria- dando de lleno donde ambas miraban, Candela se dejó llevar por Mel.

- Lo es- le afirmó la rubia.

- Muy guapa- prosiguió Candela en su examen sobre Vera.

- Mucho- continuó Mel- sumale tenaz, persistente, inteligente, 

- Vale, vale- tuvo que cortarla Candela entre bromas- Ahora es cuando me entra miedo. ¿Por qué quieres vendermela?

- Jajaja, porque una tía así sólo la tienes enfrente una vez- directa atajó Mel- Tú decides si la dejas pasar o no.

Obvio, Candela no la había dejado pasar y pese a su orgullo, Vera debió admitir que Mel, había sido toda una amigaza, aunque le jodiese y en el presente más, que siempre fuera por delante de ella.

Tumbada esa noche con Candela trepando erótica por sus caderas, los recuerdos tenidos y la consciencia de saber a Arel junto a Mel, comenzaron a trastocarla. Ahuyentado los celos, cerró los ojos queriendo volcarse en las caricias recibidas de Candela. Sensuales y calientes, la empresaria sabía buscar sus puntos, regalarle las caricias perfectas para mecerla en pasión. Pero incosnciente y cuando se dejaba hacer, buscó en su cabeza un cabello largo donde agarrarse, como buscó que las uñas, cortas en Candela, se clavasen por su cuerpo arañandola como al abrir los ojos, buscó unos ojos azules donde encontrarse. Sin hallar nada de lo que buscaba y con Candela abriendo la boca para atraparle un seno, sin pensarlo la apretó contra ella, deseando ser el bocado perfecto de toda una Chef. 

Y a la Chef en cuestión, es a quien encontró Mel al salir del estudio de May, con su tatuaje acabado.