Emergencias 170

Que los más jóvenes de la familia estuviesen deseosos de conocer el sexo del bebé de Lu&Su, pasando por alto que estaban en sus primeras revisiones, no era nada molestoso, más bien al contrario. El sexo del bebé, no preocupaba a Lucía en absoluto. Primero porque estaba segurísima y así lo sentía, que en su vientre llevaba una niña y segundo, porque si su instinto le fallaba, pues tendría su punto que los tres pequeños de la familia, fuesen todos en principio nenes. Por eso con toda la tranquilidad del mundo, aquella mañana esperaba junto a Su, que Fran las llamase a su estilo, cruzada de piernas y con el móvil dale que dale.

Susana, también fiel a su estilo, lo hacía leyendo. Pero no, no leía. No podía hacerlo si pensar en el sexo del bebé que esperaban, por ansias de los chicos, la llevaba en esos momentos de regreso al tejado de la casa de su hermano, sentada en él con éste e Inés y sus cositas existenciales con nombre de mujer, en medio de ambos. 

- Bien...eh- las dudas de su hermano, fueron más que evidentes. Por muy moderno que quisiera ser, había temas que prefería los tratara Carmen con las niñas, pero la especial y única conexión que sentía con su hija, le llevó a subirla ahí junto a Su y ser él quien lo hablase- A ver...estamos aquí

- Reunidos- le siguió Su rodando los ojos. Vaya manera tenía Roberto de entrarle a su hija. Claro que, ésta en aquel tiempo ya apuntaba maneras.

- Para unir en santo matrimonio jijiji- los siguió Inés ganándose un achuchon de su padre y la clásica sonrisa mueca de su Tía.

- Vamos a lo práctico. Queríamos decirte, que a mi también me gustan las mujeres- militar hasta la muerte, ella no esperó a que el par de dos dejarán de achucharse para soltarlo e ir al grano. Ramas innecesarias, ¿para qué?

- Bua...eso lo sabe todo el pueblo, Tía- fue la contestación de Inés, con toda la naturalidad del mundo. Obvio, a ella esa naturalidad de Inés la derritió total, distinto fue Roberto, que conociendo a su hija, pues...

- ¿Que te dije de espiar a las parejas?- el lado padre de Robero, en esa ocasión le pudo.

- No son pareja. Cuando la Tía viene se ven, pero no hay compromiso- fue la explicación de Inés.

- Pero- alucinó Roberto, mientras que ella, se lo tomó a risa. Inés podía ser un trasto y un grano en el culo, pero a sincera no le ganaba nadie.

- ¿No me digas que eso también lo saben en el pueblo?- fingió el escándalo que no sentía y ok. Esa Inés tan bonita, peque y ruborizada, no se le iría de la cabeza en la vida

- Jijiji. Eres ídolo de muchos- le contestó Inés. 

Recordarse así, estando a las puertas de una consulta donde esperaba con inmensa ilusión, no conocer el sexo de su bebé, y si verlo aunque fuese tan diminuto como una habichuela, la llevó a querer estar sentada de nuevo con Roberto en un tejado. Es que, hasta podía vivir la conversación que hubiesen tenido. Una mezcla de lo más emocionante, entre los recuerdos y la imaginación.

- No te gustan nada los tíos, acuérdate. Según tú, somos sucios, desordenados, básicos, carentes de sensibilidad, poco proyectados y....joder, si hasta te daba cosa entrar en mi habitación- le habría dicho o quizás le dijo Roberto.

- Madre mía. ¿No recuerdas como olía tu habitación?- seguro ella habría salido por ahí o lo mismo salió. Puede que si, lo sentía demasiado real.

- Jajaja, no...por ahí no vayas. No era ningún pajillero- se defendía Roberto, siempre risueño.

- Joder que no. Las sábanas eran una prueba y ni quiero pensar en tus calcetines- prosiguió ella.

- Jajaja, ¡pero si tú no sabes de eso!- resumiendo en "eso" Roberto ya le había hecho un favor, aunque él no lo supiera.

- Tonterías hemos hecho todos- cabizbaja y nada orgullosa, ganó que Roberto se molestase.

- Es que no hay que hacerlas, si sabes no te gustan. ¿Para que demonios lo hiciste? ¿Te trató bien? ¿Con quién fue? ¿Lo conozco? Joder Su..ahora no hagas lo de siempre, no te calles y cuéntame.

Hasta ahí podía ser un recuerdo al que se le unía la imaginación- Jajaja, tú limpiando una pichita, ordenando su habitación, enseñándole las precauciones, yo pagaría por verte- seguro se habría cachondeado Roberto.

- Y yo porque lo vieses- no le hubiese dicho es que lo dijo directamente llamando la atención de Lu.

- ¿Uhm?- musitó Lucía. Vale, estando con el móvil solo la habría escuchado hablando sola como los locos.

- Nada, era del libro- quiso escabullirse la piloto. Era eso o contarle que su gilipollez emocional estaba llegando al punto de mantener conversaciones con su hermano fallecido. 

- Aja...el día que las Merino creáis que os conozco como si os hubiese parido me dará un síncope- la sorprendió Lucía, vaya novedad- Cariño puedo veros hasta alas en las pupilas cuando lo recordáis.

- Ja. Chupate esa- tuvo que pensar Su alucinando con Lu. No sólo es que lo hubiese clavado, es que después le había dado un muerdo, que le había acariciado el alma entera.

- Y oye...al final voy a parir una Merino- volviendo a por su boca, Lucía se calló la caricia que para ella también significaba el descuadre de Susana. Y así entre besos y caricias, las encontró la enfermera de confianza de Fran. Obvio, sin que ésta fuese a desaprovechar el haber pillado a la piloto en una situación tan "moña"

- Vaya..si se puede besar y todo- dijo ganándose la carcajada inmediata de Lucía, el ruedo de ojos de Su y obvio de nuevo, la guasa marca propia de Lu.

- Uy si...nadie se imagina lo besable que es- le dijo a la enfermera y qué cosas, Susana ya se iba acostumbrando a esas guasas.

- Ya vale...creo que estáis por superar mi límite- les dijo cerrando el libro. Lo mejor de todo, tocaba consulta y ver a la cosita que Lu llevaba en su interior.

- Jajaja, ...los límites los ponemos las Sánchez, pregúntale sino a Inés- le contestó Lucía y si, sería una buena oportunidad para preguntarle a Inés.

Vale que los chicos habían quedado para presentarse todos en la nueva revisión de Lu, como también de vez en cuando lo hacían con Laura. Pero a cada uno de ellos les habían ido surgiendo "pegas" para poder llegar. Y al final hasta lo conseguieron, menos Marina e Inés. Porque ya lo había dicho Lucía, los límites los ponían ellas. 

Mensaje de Inés a Marina: Jiji a ver, que voy en la moto a la clínica.

Mensaje de Marina a Inés: Ujum. Yo también iba a salir. Pero cariño, fue pensarte y...

Mensaje de Inés a Marina: Ayyyy...¿y?

Mensaje de Marina a Inés: Pues, pues, pues que me he tenido que sentar en nuestro sofá. Sabes que si te pienso...

Mensaje de Inés a Marina: Jolines. ¿Mucho me pensaste?

Mensaje de Marina a Inés: Ujum, mucho y claro, así estoy....QUEMO.

Mensaje de Inés a Marina: Joder. Estoy en la calle.

Mensaje de Marina a Inés: Aparca donde sea. Cariño no te imaginas como estoy.

Mensaje de Inés a Marina: Ufff, ¿mojadita?

Mensaje de Marina a Inés: Chorreandito para ti.

Mensaje de Inés a Marina: La poliiiiii

Mensaje de Marina a Inés: Que les den, para y llámame.

Vaya, pues si...éste par llegaría más tarde a la que no sería una rutinaria revisión más.