Take a Chef 35

- Dime una cosa, ¿por qué me elegiste a mi?- quiso saber Vera y Candela abrió los ojos, no esperándose la pregunta. Vera adivino su sorpresa y precisó- Me refiero, tú primera invitación no me la hiciste a mí...fue a Mel. 

Ahora Candela se quedó alucinada. Ni idea podía tener de porqué Vera venía con eso y de haber podido contestar sincera, puede que hubiese compartido lo que en el estudio de May, Arel pensaba, compartía y sentía.

Ver como la rubia se llevaba de calle a la creativa, a esas horas de la noche, para la Chef dejó de ser una sorpresa. No era sólo a la creativa, era al colega de ésta Luka y cuánto hubiese entrado en esa pequeña guarida. De nuevo la agilidad de conversación de Mel, su don de gentes y su simpatía arrolladora, la dejó callada simplemente escuchándolos. Pero eso sí, la Chef no pudo evitar sentarse justo enfrente de la frase elegida por la rubia, tatuada no en su piel y si en sus ojos. Pérdida en ellos y su brillo, no adivinó que lo que esos tres departían podía hacerle pupa, ante esos ojos que miraba. 

- Nos han inculcado que si te enamoras de alguien ya debes ser fiel hasta la muerte- decía May sin dejar de tatuar- Ojo, el afán patriarcal posesivo sobre su hembra, no se preocupó de la fidelidad de corazón, ni de la lealtad de vida y responsabilidad hacia la persona con la que decidías compartirla. De eso pasaron, porque era mucho más de hombres, tener a la hembra pura y virgen en casa o rezando, mientras ellos podían follar con quien quisieran, que para eso ellos si son animales. Pues perdona, pero no. Amar a alguien no debe prohibir ni limitar que se siga disfrutando de la conexión con otras personas.

- Entiende follar por conexión- intervino Luka para diversión de Mel.

- Jajajaja lo cogí. Pero, no se....si quieres a alguien, por lo menos yo, no..no puedes llegar al final con esa otra persona- dijo Mel atragantandose al pensarse no hacía tanto con Tam en su cama. No había excusas de alcohol, ni de haberla querido y si había mucho asco. No por haberlo hecho amando a Arel, sino por hacerle eso a alguien como Tam.

- Tienes aquí una francesa, que en estos temas nos llevan años por delante- la siguió May provocando el respingo lleno de remordientos de Arel- No me jodas. Yo entiendo que alguien que no tenga facilidad para conectar, que sea poco social, que

- Que sea un cardo borriquero en todos los sentidos- la interrumpió Luka, dispuesto a aclarar cada cosa que dijera su colega.

- Eso es, esa persona va a tener difícil que le ocurra verse enamorada y a la vez conectando con otra persona. Tiene que ser alguien social por naturaleza- sentenció May, ajena a lo que estaba provocando en la Chef. Quien por sí misma, ya no podía disfrutar de la vida a través de dos increíbles ojos miel.

- Ouh yeah, ya es difícil que engañe a una, como para dos- bromeó Luka, tan despreocupado como la creativa.

- Jajaja Luka, no te pases- le pidió Mel, comenzando a empaparse de la tensión que mostraba Arel. Ésta había dejado de mimarla con caricias, guiños y alguna palabra. Ahora se mantenía sentada rígida y con la mirada pérdida.

- May debe extender su palabra por toda la feminidad mundial- prosiguió Luka, deseando que todas las feminas heteros pensaran como su colega. La vida sería más fácil y sobre todo más divertida.

- Sexo del bueno, tío...no pido más- dejando el tatuaje May buscó reafirmarse con su colega.

- Yayyy, es el puto mejor chute- ambos se palmearon animándose. Ese era su rollo, su forma de vida, su chute como decían. Distinto era para las dos, que ahora se espiaban dolorosamente. En tanto los otros seguían a lo suyo- Jajaja, como me gustaría que llegase una tipa de lo más clásica y que te encoñases de ella, pagaría por verte May- deseándolo de veras, Luka continuó a las risas hasta que May le hizo una sigilosa señal. Esas dos estaban demasiado calladas y por la calidez que ahora quemaba de la rubia, la creativa intuyó que habían entrado en una especie de tema tabú. Por eso le sorprendió que Arel tomase la palabra.

- Lo ha dicho muy bien. No es solo sexo, es conectar. Sexo del bueno que te haga repetir con la misma persona, no lleva solo la carga erótica necesaria. En el fondo te encanta esa tía aunque no sea a quien amas y en ese momento, te entrega caricias en todas sus formas, eso también es cariño y nadie debería creerse rector del mundo para saber cuanto calor humano necesita alguien- les dijo Arel callandolos al momento. No fue lo que había dicho, sino el tono tan amargo con que lo había hecho. Obvio, Luka y May corrieron a lanzarle alguna broma que endulzara algo esa amargura. Pero Arel los ignoró, mirando directa a Mel. Ésta apenas pudo sostenerle la mirada, con el corazón latiendole celos a mil. Seguro Arel hablaba de ese alguien con el que se veía y no, no iba a montar ningún numerito al que por supuesto no tenía derecho ni mucho menos, a rebajar a la Chef. Pero le jodia y mucho, que Arel no se conformarse con haberla jodido enamorándose de ella con un simple dulce y que luego ignorandolo, jugase al si pero no, no pero si, de esa forma tan ambigua. Porque en verdad, parecía dolida e incluso, parecía defenderse. Algo que no pensaba permitir.

- Tu ahora mismo, en este instante- le dijo retirandole la mirada. No había forma de disfrutar con ella ni unos segundos de paz y de eso, se culpaba así misma. Pero una cosa es querer y otra poder. La Chef se sintió atacada, más por ella misma y su situación con Vera que por las palabras de Mel. Palabras que al momento contestó.

- Así no hay mañanas, ni promesas- en el mismo tono amargo, se dirigió a ella ignorando al par de creativos. Para Mel que la chef la retase de esa manera, también representó un ataque.

- Tampoco sueños- queriendo dañarla o puede que necesitando dañar a ambas, le soltó esperando que Arel reaccionase.

- Cierto, así no sufro si no se cumplen- le rebatió Arel y su reacción fue largarse de esa guarida y de los ojos de Mel pidiéndole algo que no entendía- Voy a tomar aire mientras acabáis- incorporada de pronto ninguno pudo retenerla y libres de su presencia, la primera reacción de los creativos fue mirar a la rubia, encontrándola a punto de llorar.

- Siempre nos pasa igual, no podemos llegar nunca a una verdad- acongojada Mel y sin que la voz le saliese del cuerpo, hubiera dado todo porque Arel volviese a entrar. Sueños, tontos sueños.

- En dos disparos te ha dado unas cuantas verdades- le dijo la creativa, ante la diversión de Luka, encantado de ver a su colega en una situación así.

- Ya- dolida no es que Mel estuviese para caer y digerir esas verdades de las que hablaba May y si, para regodearse en el daño que Arel le había hecho- Para no querer sueños se ha colado en todos los míos. Pero ok, es mi problema, no el suyo- llorando se limpió las lágrimas con rabia. Ahí estaba, lloriqueando, jodida y encima dolorida por el puto tatuaje, que no significaba más que otro sueño; la joie de vivre. Vale, para May poco acostumbrada a ser paño de lágrimas de nadie, ya era chunga la situación como para que Luka la animase queriendo que diera más de si por esa chica. 

- Esto confirma mi praxis; te la tiras y que desayune en su casa. No dramas, no fuck me- dijo y no es que como consejo fuese muy acertado. De hecho cuando miró a su colega esperando su aprobación, éste la negó ¿emocionado?

- Mi rubia, mírate...eres un pedazo de pibón y arrasas con tu boquita, no me sufras tú- tuvo que ser Luka quien cogiese el timón. Aunque, a ojos de su colega que lo conocía de sobra, el cabron no perdía la oportunidad de meter baza a su favor- Dale un beso a Luka.

Queriendo aprovecharse o no, lo cierto es que para Mel fue un alivio que los dos no la hicieran sentir ridícula por haberse roto ante ellos. Para que el tatuase estuviese acabado aún les llevó un tiempo, el mismo que Candela hubiese querido detener para entender a Vera. 

Desde que le hiciese esa pregunta; ¿porqué me elegiste a mi?, la empresaria había buscado un acercamiento con Vera. Pero ésta se mantenía estática en su cheslong. Aunque, estática del todo no, porque de la botella de vino estaba dando buena cuenta.

- No fue a mi, fue a Mel. Estaba allí, ¿lo recuerdas? Yo si recuerdo perfectamente como fue, tendré más memoria que tú.

El tono con el que Vera continuó, la volvió a sobresaltar e incluso asustó. Lo que ella no recordaba, era ver a Vera de esa forma. Algo que quiso aliviar enseguida.

- Fue a Mel si. ¿Y qué?

Y qué, fue lo que Vera repitió sarcásticamente, yéndose a unos años atrás.