Emergencias 163

- Jajaja, te está dando demasiado el sol, tira a la ducha- para la médico todo era risas, satisfacción, felicidad y mucha rabia cuando de nuevo escuchó ajetreo lujurioso en la habitación de al lado- Oye...ya está bien- con genio Sánchez golpeó la pared, sacando pecho y el silencio se hizo- Joder, hay que ponerse de mala leche, vamos que- musitó satisfecha de haber callado a quieb fuese pero nones. Al momento volvió a escucharlos y ya no se aguantó más- Se van a enterar- toda una Sánchez buscando camorra y toda una Sánchez que Inés debía parar como fuese.

- Noooooooooo- el grito de Inés retumbó en la habitación y medio mojada tuvo que salir corriendo en busca de Marina. 

Pues bien, ella corriendo tras Marina y Mamen tropezando con las dos.

- Me vais a perdonar, pero esto ya...se sale de madre- escandalizada como no recordaba, Mamen se plantó ante Marina y la rubia chistosa de tendencias exhibicionistas.

- Ja- ironizó con genio Marina. No se le había olvidado porque había salido a las prisas de su suite- Lo que se sale de madre es el escándalo de esta habitación- señalándosela a Mamen, pudo advertir como ésta comenzaba a sonreír, mostrándole que había cotilleo del bueno.

- Tss..cuidadito que se quien ha dormido aquí- ajena a la complicidad de Marina y Mamen, Inés atajó tratando de chantajear a la dueña del Refugio. Sobrada elevó las cejas, indicando que tenía información privilegiada. Algo que provocó las risas del otro par- Oye que si. ¿Te suena la Presi?

- Ujum...y su poli- con paciencia Mamen comenzó a enumarlarle- Como Maca la fumetas y su editora. Como la Esther académica y su arquitecta, como 

- Oye oye...- la interrumpió Inés, mijita cotilla como todas- ¿Pero cuántas Macas y Esther,s hay?

- Jajaja pues según yo conozco muchísimas- entre risas prosiguió Mamen- Deben ser dos nombres que se atraen mucho.

- Jjjj jolines. Pero no tanto como Marina e Inés- dijo Inés atenta a ponerle ojitos a Marina. Ouh yeah, eso debería garantizarle otro polvazo.

- O Mamen y Anabel, si es que... En fin, ese tema mejor lo dejamos- apenada Mamen prefirió volver al cotilleo- Ven- tirando de Marina se centró en ESA habitación tan escándalosa- ¿Sabes que hacen? Sexo tántrico- cotilleando al máximo y disfrutándolo, informó a Marina que en nada cayó en las redes del cotilleo.

- No me jodas. Normal entonces, si llevan todo el día. Inés ve a ducharte- sin olvidarse de deshacerse de Inés. 

- A mi ella me ha estado explicando las cuatro posturas que quería poner en práctica- a lo suyo siguió Mamen.

- Jajaja, ¿que vamos todas a ti?- le preguntó Marina, denotando que ella también le había comentado algo a Mamen.

- Como si yo fuera la experta y fijate que hasta telerañas debo tener- le contestó Mamen con humor y oye, ya estaba bien de que ignorasen a Inés.

- ¿Por Anabel?- queriendo meterse en la conversación, tiró por ahí la piloto.

- Ay..ve y duchate- insistió Marina. Cotillear con una amiga totalmente a gusto, requiere que tu pareja no esté presente. Por mucha sonrisita follable que tenga.

- Que por cierto, la de la 101 se te parece muchísimo- intervino Mamen divertida- y... Jajaja esa también se lo está pasando de miedo.

- Jajaja que se te parece dice, que cosas tiene esta Mamen- tuvo que intervenir Inés. Por supuesto que se le parecía, es que eran clavadas, tanto como madre e hija clones. Buggy, cuánto estaba luchando por su Buggy. Claro que, despistar no despistó y a punto estaba de ser nuevamente mandada a la ducha, cuando desde dentro de esa habitación pedían auxilio.

- Un médico, por favor un médico- las tres escucharon la llamada de auxilio y a Marina se le quitaron todas las ganas de cachondeo. A ojos de Inés, parecía superman versión femenina en bata blanca. De pronto se deshizo de su imagen de mujer mega sexi vestida para cenar con su mujer haciéndola mojar braguitas, para ser todo una doc del 112 emergencias.

- Soy doctora. Abra la puerta- con vehemencia aporreo la puerta, con Mamen dudando en ir a por la llave maestra o tirar abajo la puerta, mientras que Inés, comenzaba a sudar tinta china de nuevo. Como se confirmara que era Karla quien estaba en esa habitación, primero mataba a Nacho y después huía con Marina e Ito en busca de Buggy. 

Y la puerta se abrió, Marina entró corriendo secundada por Mamen, tras ellas Inés temblando, y a las tres se les cayeron los palos del sombrajo, al encontrar a Fernando con toda la tienda de campaña montada desvanecido en el suelo. 

- Marina menos mal que eres tú, se me ha quedado seco- la siempre poco histrionica Fátima se enganchaba a Marina sin dejarla avanzar. Algo de lo que la doctora y Mamen se encargarían, porque Inés salió por patas de esa habitación. Lo peor que podía pasar para estropear los planes de su Tía. Ya no era Marina, Mirta, ahora también Fátima. Debía advertir a su Tía de su presencia e insitirle en que permaneciera en su habitación encerrada. Corriendo llego a su suite, de su suite al balcón, del balcón al otro balcón y tras las cristaleras, Lucía de espaldas ajustándose el liguero. Agüita. Ese cuerpazo era demasiado como para aguantarlo sin santiguarse y esos gestos tan de mujer arreglandose la media era para quedarse cuajada hasta que recibía una buena colleja.

- Ayyyyy- se quejaba de dolor y ni tiempo tenía de seguir quejándose porque alguien le tapaba la boca y la arrastaba un metro de distancia.

- Tranquila prima, que soy yo.

El primo Agustín al que  le devolvió la colleja y otra más y otra más.

- Ayyy prima que siempre has sido más fuerte- el primo pedía compasión, después vinieron los que haces aquí, tu debías cenar en el comedor, ay no que era yo, aclararse y que al final, al primo le diera por mirar por donde antes miraba su prima y claro...- Agua salada para mi. Que mujerazaaaaa, pero que mujeraza tienes de suegra. 

- Callaaaaaa- la piloto le pedía callar pero bien que miraba.

- Con cincuenta años, madre mía.... Y está para ufff- soñaba despierto Agustín.

- Yo no se si estaba mejor a los treinta que a los cincuenta- lo seguía Inés.

- ¿Tu la viste?- la envidia le llegaba a Agustín.

- Jijiji, tengo fotos aquí- le decía Inés y buscaba su móvil pero seguía desnuda y sin móvil. Pero eso si, no se olvidaba de ponerle los dientes largos a su primo- La tengo en bañador en el capot de un coche, con tacones y el pelo recogido. Sea...te mueres con la foto- babeando a muerte siguieron pero no. Esta vez la piloto no iba a dejar que Mamen los sorprendiese de nuevo- Oye, deja de mirar a mi suegra o se lo digo a mi Tia.

- Hostia no prima, ella todavía es más fuerte que tú.

Suerte tuvieron, porque no era Mamen quien iba a salir al balcón sino Susana. Nada sabía Su del desvanecimiento de Fernando y de los auxilios que Marina le había tenido que dar. Lo que sabía era que Lu, el animal social por excelencia de la familia, le había dicho.

- Entiendeme, esta la chica aquí sola, esto lleno de parejas cómo nosotras, me da cosita. Me tomo una copa de vino con ella mientras te duchas, ¿ah?

No pasaba nada. En teoría, Mirta estaría cenando en su habitación y Marina en su balcón, y Lu podía ir donde Mamen, sin cruzarse con ninguna. Pero Ay amiga, esos no eran los planes de Mamen. Todavía en la habitación de Fernando y Fátima, el primero dormitaba tratado por Marina, y Mamen pues....

- Venga, que he quedado para una copita de vino con la huésped de la 101. Os va a encantar. 

Mamen se llevaba a Fátima y Marina junto a Lu, sin  que ninguna de ellas supieran que se iban a encontrar. Lógico, el encuentro a ninguna molestó, más bien al contrario y de una copa, pasaron a varias entre anécdotas divertidas.

Y Su pues, no es que se extrañase de que una vez duchada Lu no hubiese vuelto. Ni extrañarse, ni mucho menos molestarse. Podía haber acudido al Refugio queriendo sostener la espera por la inseminación entre sus brazos y calladitas, pero eso no quitaba que amase y se enorgulleciera del carácter sumanente abierto de Lu. Ahora era Mamen, pero cualquier día en cualquier lugar, era cualquier persona. El camarero en el bar, el gasolinero, la panadera, quien fuese que a Lu le despertase simpatía. Tenía sus ventajas compartir la vida con alguien como Lu. Si se perdían alguien les indicaría el camino, les diría el mejor restaurante y el más cómodo lugar para dormir. Como por igual, era una pasada descubrir a cuanta gente conocía y cuánto gustaba. Consciente de todo ello, decidió salir por los jardines paseando tranquila y obvio, el corazón de Tía protectora que había en ella, le llevó hasta la suite de Inés, donde supuestamente ésta cenaría en el balcón. Allí no la encontró y si lo hizo, tirada en la cama con el primo entre risas. A saber de que se reían el par de locos, sonriendo ya no tuvo que revisar la habitación de Agustín y caminando, caminando, llegó a las cristaleras del comedor y allí, entre Marina, Mirta, Fátima (su espía) y Mamen, Lucía riendo con los ojos super brillantes. Lo dicho, esa imagen tan feliz de Lu bien valía un pequeño abandono. Sin querer interrumpirla o presionarla con salir, tranquilamente se sentó en el porche y al poco, ya no tenía caso para ella. En verdad le gustaba tenerlos a todos ahí, por eso cogió su móvil y llamó a quien le faltaba.

- Osita gruñona, ¿no me digas que ya me echas de menos? Al final no puedes estar sin nosotros y lo sabes- la voz de Karla en puro grito le hizo sonreír. Había tanta verdad en sus palabras.

- La dueña del Refugio sabe hacer gachamigas, ¿te apetecen mañana?- sabiendo que a Karla le encantaban, fue fácil atraerla al Refugio.

Pues si, apetecía y mucho, gachamigas en familia. Lo que Su desconocía, era que esa familia tan peculiar suya, no podía aguantarse mas sin saber si Lu esperaba la niñita que todos querían o no. Y cada uno a su forma, aprovecharía esa comida para averiguarlo.