- Muero, pero que muero ya- murmuró Mel en cuánto el repartidor le ofreció elegir entre tres cafés que acompañarían perfecto a unos recién hechos; macaró.
- Jajaja, ¡es un amor!- exclamó y fue hacerlo y sentir la mirada curiosa de Ani sobre ella- Es el Barrio Le Marais en París, se le considera uno de los barrios más cosmopolitas del viejo continente- le explicó a Ani, siendo incapaz de romper el envoltorio para llegar a los macaró que la esperaban. De buena gana, lo hubiese guardado bajo siete llaves, como la joya más preciada. Pero Ani seguía a su lado, con la misma curiosidad instalada en su mirada- Le Marais desde los 80 comenzó cuenta con una alta concurrencia para el turismo homosexual, ya sabes; cafeterías, discotecas, cabarets y tiendas para gais. Jajaja, ¿lo entiendes?- terminó queriendo ver en Ani la misma ilusión que toda ella derrochaba pero
difícil era que una hetero lo entendiese sin más- Ay...me lo manda a mí y eligió ese barrio. Ella no es de Le Marais, ¿ahora?- insistió pretendiendo que Ani la pillase, pero ésta seguía igual de ojoplatica con su alegría desmesurada- Déjalo, a mi me encanta y ella lo sabe.
- Pues con el café de Kenya, ya te corres, visto lo visto- le dijo Ani claramente en guasa y después de unas risas, la secretaria la animó a por fin, abrir el paquetito que tan loca la tenía. Aunque, antes quiso saciar la infinita curiosidad que le despertaba la tarjeta- Quizás si la lees, logre entenderte- le dejó caer y para eso Mel, no tuvo reticencias. De hecho le bastaba con sólo leer un hola de la francesa para que sus ojos acabarán de inundarsele en lágrimas de lo más ilusionadas.
- A ver...- nerviosa cogió la tarjeta y a demasiada lentitud para Ani, la extrajo del sobrecito y leyó- Son macaró recién cocinados por ésta Chef. Tomalos y después, échales la culpa de tu indisposición para seguir trabajando hoy. A las once de la mañana pasaré a recogerte, si quieres decirme a qué huele París. Macaró- leyó y le faltó sólo leer los puntos. Ani se quedó procesando lo que había escuchado de boca de Mel y ésta dejó caer la tarjeta en su escritorio- ¿Que hora es? Dime que falta para las once- inquieta se movió por el pequeño despacho. Si cogía el bolso, le faltaba un espejo. Si dejaba el bolso, continuaba necesitando un espejo y en ambos casos, que el reloj se parase y así poder disfrutar de las miles de sensaciones que Arel y sus macaró habían despertado en ella.
Tras haber leído la tarjeta, Mel se olvidó de su despetar en brazos de Tam y por supuesto, de los correos intercambiados con Vera. Lo detuvo todo, que no fuera la alegría de saberse volando hacia París con Arel. Pero que ella lo detuviese todo, no significaba que la Chef y la misma Vera, estuviesen detenidas por igual.
Para la Chef aceptar la extravagante reserva para esa noche, de un magnate de los negocios que pretendía hacerla cocinar el mejor bistec que se pudiese obtener en Europa y prácticamente el mundo, no fue de su agrado. Aceptar ese tipo de reservas, podía implicar convertirse en quien más aborrecía. Y lo curioso, es que la aceptó por la antónima de esa persona; su madre. Llevaban meses sin verse y era una oportunidad única de ir a París totalmente gratis. Pensar en París y su madre, la llevó directa a Mel. En la conversación mantenida con ella en esa misma mañana, se habían citado para tomar un café. Compartir ese café con Mel en París, sería como tomar un Illy recién elaborado. Una de las marcas más populares dentro de los café de alta gama. La mezcla de nueve cafés arábica ciento por ciento, con tintes de chocolate, miel, caramelo y un cierto amargor en la boca. La exquisitez contenida en una grano de café.
Ella no era su padre y su cocina no estaba en venta, aceptar esa reserva no le implicaba más que aprovecharse de su oferta. Pero eso es lo que ella creía. Después, ya subida al coche con chofer puesto a su disposición por el dueño de su reserva, la llamada de Vera, iba a hacerle replantearselo.
Había sido ella quien le consiguiese esa reserva y al teléfono, no es que se congratulara por ello.
- Cuento con que no te gusta el dinero sobresaliendo a un nombre, pero ellos son quienes manejan el mundo. Realzan aquello que quieran realzar, y cielo...te puedo asegurar que esa misma gente ha lanzado la carrera de muchos Chef que no te llegan a la suela del zapato. Tú sólo cocina y olvídate del resto. ¿Ah?- le decía Vera y no es que ella pudiera atenderla como debía. Escucharla darle consejos sabiendo que usaba la reserva propiciada por ella para ir junto a Mel a París, le retorcía el estómago. Se había anticipado sin duda. Mel conseguía bloquear sus principios de una forma que acababa así; sintiéndose una mierda a punto de caramelo.
- Espera..eh- tuvo que pedirle una pausa, si bien estaría mejor hacerlo por igual con el chófer. Como siempre somatizaba sus emociones y el revuelto de su estómago amenazaba con hacerla vomitar.
- No puedo acompañarte. Me es imposible, pero me encantaría. Ya habrá otra- volvió a decirle Vera y entonces las ganas de vomitar fueron horribles. Tanto como para apenas tener tiempo de avisar y salir del coche apurada. Después, con sus miserias esparcidas por el césped de un parque x, no pudo más que volcarse en Vera.
- Ven esta noche- le pidió y ya no había caso. Se estaba comportando como jamás pensó hacerlo. Al menos, el ronroneo placentero escuchado de Vera, sirvió para relajarse lo justo para seguir respirando normal.
- Mm...conmigo nunca se sabe. Y ahora ve, compra ese bistec y demuéstrales que no hay mejor mesa a la que sentarse a disfrutar, que la tuya- la animó Vera y al poco la conversación entre ambas terminó, pero no así su malestar. Encima apenas quedaban calles para llegar hasta la sonrisa de Mel, esperándola fuera de su oficina. Lo más hermoso de la vida, con forma de mujer. Eso era ver a Mel, en esa calle. Hasta el brillo sedoso de su cabello, deslumbraba ante sus ojos. Su pose, nunca estática. La inquietud propia de la rubia, destilada a través de sus gestos. En definitiva, la chispa de la vida adornando unos labios, entendido como aquello capaz de captar con rapidez el sentido de algo.
Mel y su sonrisa, bien valían una vomitera.
Lo estoy analizando, y me ha dejado una sensación de tristeza este trozo. Alguien sufrirá.
ResponderEliminarGracias,
A.
Mel no es la unica q huye y comete errores. Arel esta en la misma sintonia. Cuando ambas piensan en la otra, las sensaciones q tienen les cambian la vida.
ResponderEliminarNo se si lo hiciste a proposito, pero la sensacion q me queda es de que, para Arel...el solo pensamiento en Mel la hace ser mejor...pero se cree no correspondida y huye utilizando a Vera. Y Mel ni siquiera se acuerda en Tam cuando recibe un detalle asi de su chef.
Y si, tristeza es la sensacion q me da al leerlas. Tienen muy cerca de su mano la felicidad del amor verdadero y correspondido y no...ambas huyen y se siguen equivocando...haciendose daño y haciendoselo a terceros
..... se van abriendo caminos....unos pueden ir hacia el precipicio...otros a tomar la dirección que las deje ser valientes y decididas....Coger las riendas de sus vidas...depende de ellas....
ResponderEliminarMel puede que ya...se precipite a esa ventana que...que le hace olvidar a Tam en su vida ....lo demuestra como han dicho en el post de arriba a olvidar todo aquello que no sea ese ''''ese maroco'''...que representa todo lo que guarda para poder dar....y aún no se atreve...
Arel perdida entre el amor y el deseo....¿ pero es solo Vera mujer por la que dejarse seducir?...¿ solo?.
Vera....esa mujer segura que coge lo que quiere y va de frente...esa que siempre lo consigue...la misma....que de una manera callada....quizás...solo quizás haga ahora con Arel algo más....hay mil formas de demostrar que alguien nos importa....puede que a Vera las ''formas ''' no le vayan....pero si ''sus formas''' esas que estan empezando a ser las que quiere para Arel...esas donde no todo acaba en una cama...y se quiera o se sienta algo más....''' busca las formas de que Arel demuestre lo que vale al mundo....¿ solo por saber que controla todas las situaciones....o porque ya le importa demasiado?...Mil formas hay si....para demostrar lo que se puede sentir....si es que lo siente...Si no es así....entonces sigue utilizando todas sus armas...quiere y puede...Es su decisión...Ese mismo camino la pone ahora en una tesitura...la amistad...
...sea como sea...estas tres mujeres ....cada una a su modo...deben saber como no quemarse....hacerlo con el fuego de la pasión....es mas fácil aunque resulte tan tentador....hacerlo poniendo el alma...eso...eso deja huellas....
......Escritora....al igual que provocas sonrisas....provocas mil sensaciones.
gracias......por ¡¡tanto¡¡¡¡
celeste-negro
Aquí hay un lío de tres pares, jejeje.
ResponderEliminarDesde mi punto de vista la inmadurez está presente en cada una de nuestras protagonistas, o quizá se amparan en ella para no tener que hacer frente a lo que la vida en realidad les plantea. Entonces serían, no inmaduras, sino cobardes.
Permitirme que analice a cada una de ellas:
- Mel: enamorada de Tam hasta las cejas hasta que se le cruza Arel y todo cambia. Pero necesita llegar a acostarse con su ex para ser consciente realmente de que por quien siente más es por la chef.
Su carácter parecía más frágil y dominado por la pasión, sin embargo y desde mi punto de vista, a medida que avanza el relato, esa fragilidad no es tanta y creo que puede acabar siendo ella quien haga daño a Tam.
Vera: mujer a punto de prometerse que no duda en acostarse con Arel por la que se siente atraída. Y quizá esa simple atracción se convierta para ella en mucho más a medida que avanzamos en la historia. Creo que aunque su carácter parecía el más fuerte y racional en un principio, éste en realidad no lo es tanto, y puede acabar siendo la más dañada y con ello ser la más frágil del fic.
- Arel: no sé como definirla porque en realidad parece enamorada de Mel pero se acuesta y disfruta mucho, a mi parecer cada vez más, con Vera. Y creo que de ella va a depender cómo pueda acabar este trío.
Al final Gemo, has logrado que piense lo inimaginable para mí: lo mejor es que se queden las tres juntas, jajaja. Aquí no me valdría el dicho de tres son multitud. Y es que aunque al principio mi "favorita" era Mel, ahora empiezo a tener predilección por Vera, jejeje. A saber como acabaré....
Deseando leer la continuación.
PD. Perdón por la parrafá!! Me pongo a escribir y no paro, jeje.
Gracias,
L.a.c.e.r
Lacer..bienvenida al club de La Diosa_Vera and Glamour..jajajaja
ResponderEliminarCrero que por ahora somos tres..jaajjaja
Gemo..mira la que has armado por ser tan sensual escribiendo niña..
De esto tu tienes la culpa escritora..porque las mujeres ''malas'' de tus relatos te salen de auntentico lujo..Irresistibles...
Divina_Wilson