Por Lucía había preguntado la paciente de la seguridad social española más cotilla de España y Lucía pues...
No había sido fácil para ella asumir que la primera inseminación a la que se había sometido no había funcionado y fue mucho más difícil asumir que la segunda tampoco. Para ésta última, sus ganas de ser madre por segunda vez superaban cualquier desánimo. Pero eso era ella, Susana pasó a negarse a seguir probando. Ya era bastante para ella, saber todos los inconvenientes de ser madre a la edad de Lucía, como para encima estar sometidas al estrés del tiempo. Bajo su punto de vista, había más opciones para ser madres que estrellarse en la imposibilidad una y otra vez. Por eso la cita para la tercera inseminación había quedado en el aire. Aunque sólo estuvo en el aire, lo que Lucía quiso.
Mensaje de Lu a Marina: Cielo, Fran me hizo un hueco hoy.
Mensaje de Marina a Lu: Relaja. Respiramos, pensamos y...dios, ¿a que hora?
Mensaje de Lu a Marina: Jajaja, recogeme en diez minutos.
Siendo mensajes intercambiados únicamente entre ellas, propiciaba que nadie supiese nada. Algo que estaba muy bien para Marina, salvando el grandisimo detalle de que así, tampoco lo sabía Susana. Por eso nada más llegar a por su madre, la menor de las Sánchez se hizo escuchar.
- Entiendo el venazo Sánchez que te ha dado, de lo quiero hacer y lo hago. Créeme que a diario sufro venazos de ese tipo. Venazos que freno, porque no vivo sola, vivo con alguien a quien quiero y por la que debo muchas veces pararme y pensar. Detesto la lámpara que Inés compró para el garaje. Es fea hasta decir basta y cada vez que voy a coger el coche, me doy con ella. Cada día lucho por no cogerla, descolgarla y tirarla en el contenedor más lejano de casa. Peroooo, a mi chica le encanta aunque yo no lo entienda. Así que la dejo ahí colgadita y me doy un nuevo porrazo con ella- ligero le soltó a su madre incluyendo gestos, claramente adquiridos en las conversaciones con el pequeño Ito y obvio, ganó que su madre la mirase con una ceja alzada- ¿Has entendido la metáfora?
- Aja....lo que no entiendo, ¿es que hace esa lámpara tan horrorosa en mi garaje desde ayer?- le respondió Lucía entrecerrando los ojos. Por algo era la madre que la parió.
- Ehm...quizás debí usar otro ejemplo. Comprendeme, no podía tirarsela. Tiene dibujados helicópteros y esas cosas- se defendió Marina y sería que las dos eran Sanchez, que siguiendo hablando, salieron de la casa con una clara dirección. Ésta vez no hubo paseo por Pedraza by Lucía, prefiriendo que su hija la llevase en su coche. Y Marina que a pesar de acompañarla, quiso insistir con metáforas- También está esto de...a ver, pues cuando estamos, ay pues cuando estamos Inés es muy de risas. Algo que al principio me dejaba descuadrada. Yo voy con todo, en medio me dice algo, se pone a reír y...jajaja, ahora me encanta. Forma parte de nuestras cositas- le contó ahora creyendo ser muy clara. Pero su madre volvía a mirarla con una ceja alzada- ¿Me estás entendiendo?
- Que se ríe cuando estáis haciendo el amor, cariño no están difícil y tampoco sorprendente siendo Inés cómo es- fingió no haberla entendido Lucía y aprovecho para relajarse metiéndose un poquito con su hija- Otra cosa es, que yo tenga que saber cómo lo hacéis.
- Pero que no es eso- le dijo Marina y le bastó mirarla para saber que era coña- Ahora no me pidas contártelo- le dijo dando por hecho que su madre algo diría al respecto.
- Tú tampoco si Susana se ríe o no- le dijo Lucía con ambas muy serias.
- Mamá- al momento se quejó Marina. Secretos entre ellas: cero. Ese era el pacto desde ni se sabía.
- Jajaja. Pues...no subestimes a tu madre. Si quiero que ría, ríe- dijo Lu y...
- Sánchez- terminaron las dos al unísono entre risas.
No vino mal que ambas riesen llegando a la Clínica de Fran. Después se les pasó el tiempo entre saludar y acomodarse en la sala de espera. Ahí fue donde Lucía sacó de su bolso un panfleto que a su vez había cogido del coche de su hija.
- Aranjuez- musitó leyéndolo. Se trataba de un folleto de publicidad de un Hotel de lo más coqueto y romántico en una ciudad ya de por sí muy coqueta y romántica. Algo que, siendo el folleto de su hija, significaba solo una cosa que a ella le apeteció al momento- Podríamos ir éste fin de semana- dijo fotogranfiando el folleto. Nada más salir reservaría al menos una noche.
- Ni de coña- le arrebató el folleto Marina- Inés paso unos días muy malos con una tontería que le entró. Quiero que vayamos solas.
- Solas dormireis- retomó el folleto Lu- El Palacio Real, el Real Cortijo de San Isidro, todos sus jardínes- fue enumerando Lucía dando a entender que en Aranjuez había mucho por ver y por hacer, pero llegada a ese punto miró a su hija y pudo ver en sus ojos las mismas intenciones que ella tenía para Aranjuez- Vale si..se folla de miedo- afirmó con toda la confianza haciendo reír a su hija por su descaro.
- Mamá jajaja- nada escandalizada rió Marina.
- Y tampoco es que lo piense hacer en vuestra habitación- prosiguió Lu.
- Pues...pues...pues, hacemos por no coincidir, por favor- le exigió Marina.
- O sea...que vas a follar. ¿Y me haces quedar mal a mi por decirlo primero?- ahora la que fingía escándalo era Lucía y que bueno, era poder estar así con su hijo sin los nervios por su nueva inseminación le causaban. Entre ambas siguieron charlando, quedando en organizarse para ir a Aranjuez por separado. Todo muy normal y muy de las Sánchez, tanto que cuando Fran salió a buscarlas para comenzar, a Lucía le quedaban ganas de cachondeo- Fran cielo...¿a ti Aranjuez que te dice?- le preguntó al médico con toda la intención y Marina se partió por dentro viendo la sonrojez inmediata de Fran- Sexo romántico, ésta hija mía que me cree tonta- relajó Lucía. Tampoco era cuestión aprovecharse del embobamiento que de siempre había provocado en Fran y antes de entrar a la consulta todavía le dio para girarse hacía su hija y murmurarle- Sigo en forma- cucandole un ojo.
Y en forma desde luego que continuaba, lo que había cambiado es que había alguien para la que las Sánchez y sus venazos, no eran ajenos. Callada y sin hacer ruido, esa alguien llegó un poco más tarde a la Clínica y dando por hecho lo que allí estaba pasando, se sentó a esperar/las.
A Susana le había bastado cruzarse con ellas por Pedraza, sin que madre e hija, la viesen a ella, para sospechar de sus intenciones. Por eso había llegado a la Clínica y por eso, la enfermera mano derecha de Fran, la pillaba ahí sentada al salir de la consulta. Acostumbrada a crear vida, la mujer sonrió a Susana y con confianza se sentó un segundo junto a ella.
- Ya lo hicimos, en diez o quince minutos sale- le dijo a Su, quien sólo sonreía mirando la puerta. Vale, estaba claro que la piloto, poco habladora de siempre, ahora todavía lo era menos. Si bien es cierto, que a ella le resultaba enternecedor ver a alguien tan rudo como parecía la piloto, esperando ahí como niña buena- Suerte- dejándola sola se despidió de ella moviéndole su corto pelo. Una muestra de confianza total que provocó la queja en murmuró de la piloto- No deberías hacer eso, dan ganas de tocarte más- ahora si se marchó la enfermera dejándola sola ante una puerta cerrada.
No estaba enfadada, tampoco molesta. Era muy de Sánchez lo que Lucía había hecho. Si el resultado era positivo, sería alegría desmesurada para ambas, si era negativo, el marrón se lo comía ella sola. Daba para no molestarse con ella y si quererla aún más, aunque eso significase perdonarle haber venido sin ella. De diez a quince minutos le había dicho la enfermera, pero para Susana fueron como horas. De estar quietecita a comenzar a recorrerse la sala y con ella cada folleto y cada fotografia o cartel. Hasta el manido de "Prohibido fumar" se lo leyó impacientandose. Normal si estaba rodeada de Mamis fotografiadas con su recién nacido en brazos. ¿Como se vería Lu con barriguita? ¿Y después de dar a luz? Pudo llegar en ese tiempo a imaginársela en cada tramo de embarazo, en cada fase y hasta con su niña en brazos. Vale, ya se había colado el sexo de la niña, claramente influenciada por Lu.
Y ni diez no quince, a los doce minutos exactos la puerta de la consulta se abrió y en primera fila, por ella pudo ver salir a Marina. Obvio, ésta fue verla y pasar a sonreír y de ahí a reír, viniendo a por ella.
- Jajaja, que se chupe esta. A veces es muy chulita, te lo digo yo que soy su hija- le dijo Marina besándola y horror, otra que le removía el pelo haciéndola protestar- Te aguantas..dame un beso y..¿la llevas tu?
- Jum- fue su contestación para tanto arrumaco de Marina. Debía molarles a todas las cosquillas que provocaba su corte de pelo en la palma de sus manos. Eso o eran unas sobonas de cuidado. Marina se fue lanzando un beso a la que ahora salía por la puerta de la consulta; Lucía y su sonrisa "me has pillado bacalao" Aunque esa sonrisa dio paso a otra más ilusionante "lo hice", sin que ninguna dijese nada. Así de calladitas Lucía llegó hasta ella y se sentó en sus piernas. Vale, le habían tocado el pelo la pescadera en la mañana, la enfermera en la clínica, hacía nada Marina, por fin le tocaba que fuese Lucía y oh, cosas del amor a ella no le protestó.
- Mi cuerpo nunca me miente, apuesto a lo que quieras a que ya, somos más de dos- dijo Lucía sin ninguna gana de levantarse de las piernas de Su. No había prisa por salir de ahí y así estuvieron largo rato.
Para comprobar que a Lucía su cuerpo le mentía o no, quedaban días por delante, para su reserva en teoría a solas, no quedaba tanto.
Muy Sanchez todo, pero ha sido preciso el trozo, Lu erre que erre aunque conlleve tristeza.
ResponderEliminarY Su, que las conoce como nadie.
Ya sé que la edad es mala, pero dales una alegría, jajaja Una pequeña Su, con la labia de Lu, alucinante.
Gracias.
A.
Dicen, que quien la sigue la consigue y si a eso le sumamos un poco de "lo Sanchez" y un mucho de "lo Gemolar", en nada Marina deja de ser hija única y, suerte tienes tú Inés, que siempre lo podrás ver como primo y no como cuñao...en tus manos está Gemo.
ResponderEliminarAyyyyyyy leer emergencias es llegar a familia,casa, hogar..
ResponderEliminarGraciassss ARTISTAZAAA
..... amor...ilusión...sueños y más sueños....el camino de estas mujeres...siempre salpicado por esa sal de la vida...por esas sonrisas que apagan fuegos de la vida....y encienden las de la PASIÓN ...las de los deseos siempre.....
ResponderEliminar....... escritora....llegar aquí....a tu espacio....es vivirlos a través de todas tus mujeres gemolares....
....... gracias......por ¡¡tanto¡¡¡¡
Que ilusión! Una Lu o Su en pequeñito. Ojalá ambas puedan hacer su sueño realidad de ser madres.
ResponderEliminarEn cuanto a Marina y su madre, qué decir. Pues que la complicidad entre ambas es innegable. Me encanta.
Muchas gracias por el trozo!
L.a.c.e.r