Emergencias 154

- Pero...¡Inés! ¿Que te ocurre?- quiso el abogado saber pero Inés acongojada, lo tranquilizó y se marchó. Ya ni sabía que pensar y sin hacerlo, es que llegó a la consulta de Laura y le soltó delante de la paciente Marilogia eso de:

- Marina tiene un amante.

Y por lo que MariLogia murmuró:

- Se veía venir, tanto tiempo en la sede esa. 

Mientras que Laura....

Laura tardaba unos segundos en procesar lo que había escuchado de boca de Inés y cuando lo hizo, lo hizo a su forma.

- Wat the fuck!- exclamó dando un fuerte golpe en la mesa que asustó a su paciente y a la propia Inés, paralizandolas. De pronto la Doc parecía poseída. Los ojos a punto de salirsele de las cuencas, la vena del cuello inflada y la mirada pérdida por su despacho, muy Escarlata- ¿Como va a ser eso posible, Inés? - preguntó comenzando a caminar sin sentido por la consulta. Cualquiera que la viese, podría imaginarla donde la misma Escarlata, el vestido largo lleno de barro, la cara transtornada y sabría que llegaba monologo by Laura- ¿Como esa mujer que se hace llamar mi amiga, va a ser infiel y no contármelo? ¿Como esa mujer a la que yo le cuento todo hasta mis sueños más tontos, no me va a contar a mi algo así y como es posible, que sea infiel sin que yo lo haya sido primero?

- Eso digo yo, si has roto todas las apuestas que hicimos en el centro cívico- musitó MariLogia aprovechando la pausa para respirar de Laura. Pero así, Laura la escuchó.

- Porque estoy en love. Y en love yo amo y es que ni puedo imaginarme que otra me toque- salía su lesbiana interior y malo. Cuando eso ocurría, ya era imposible controlarla- No te asombres, MariLogia. No se quede en la ridiculez de los géneros, porque no hay géneros en el amor. Soy lesbiana y de las buenas, y aún así míreme, enamorada de un hombre. ¿Y tengo que estar gritándolo? ¿Que mal le hago al mundo por amar a un hombre?- se crecía y se quedaba con el problema para ella. Inés desdichada, asistía a su discurso sin saber sí la sangre seguía recorriendo sus venas. Mientras que Laura, seguía con su llamamiento- Ahora mismo y en este acto, soy capaz de abrir la puerta y exponerle al mundo que soy lesbiana y amo a un hombre, porque libre nací para amar.

- Capaz eres, vaya que si- asentía MariLogia, dándole alas para que Laura fuese hasta la puerta e incluso llegase a abrirla, pero justo entonces, la médica miraba a su amiga y la veía tan hundida, que hasta se olvidó de su egocentrismo por unos momentos.

- Baby...escúchame bien. Nos vamos a la sede de su Partido y empiezas a luchar. No va a venir ningún o ninguna- dudaba Laura en el género y claro, lo aprovechaba MariLogia.

- No hay géneros, ha dicho antes- con recochineo saltaba la paciente y faltandole la caja de palomitas, era la única que estaba disfrutando en esa consulta.

- Encima es bisexual, Lau. Tiene más mercado para elegir- lloriqueaba Inés pero ahí estaba su amiga

- Nos da igual, vas a dejar de lloriquear y vas a ir a recuperar lo tuyo- le decía con vehemencia, a la vez que se deshacía de su bata, cogía su bolso, a Inés y salía de la consulta topando con la sala de espera llena a rebosar de pacientes esperando para su consulta. Algo que la diablesa disfrutaba.

- Jajaja, no recordaba pasármelo tan jodidamente bien- reía la diablesa, contemplando el estropicio que la supuesta infidelidad  de Marina estaba causando. Y disfrutar ella, era enojar a la angelita. 

- Es todo una maldita confusión. Se solucionará- quiso convencerse la pobre angelita, aunque estando en manos de Laura esa posible solución, necesitaba de mucha fe.

- Con un buen polvo- se arrimaba la diablesa, siempre diabla. Pero la frenaba la angelita.

- Ja..ni creas que voy a volver a caer- la retaba la angelita.

- Mm...miente y di que de sólo recordarlo no estás bien mojada- arremetía la diablesa y una buena hostia que se llevaba- Jajaja, bingo.

- Que te den, imbécil- se enojaba la angélita y de nuevo se marchaba, plantando a la diablesa. Lo más heavy para Inés ya no era ver a esas dos únicas angelitas con piernas, era ver a Laura queriendo desahacerse de toda una sala de espera.

- Funcionaria pública. Eso es lo que soy. Atiendo al ciudadano, me doy a él y hoy ciudadanos, debo atender a una de vosotros que además es amiga. Entenderéis, que si por un mal Gobierno debéis soportar eternas listas de espera, por una paisana de vuestro pueblo, también lo podréis hacer- les decía Laura a sus pacientes, a lo Eva Peron en su balcón y ella alucinaba más que con los corazones. Venida arriba, la médica se apropiaba de las palabras de la difunta Eva- Todo lo que se opone al pueblo me indigna hasta los límites extremos de mi rebeldía y de mis odios, pero Dios sabe también que nunca he odiado a nadie por sí mismo, ni he combatido a nadie con maldad, sino por defender a mi pueblo, a mis obreros, a mis mujeres, a mis pobres...- se atrancaba y menos mal. Eso le daba pie a Inés a poner calma y conseguir así que no expedientaran a Laura o peor, la ingresaran en un ala muy especial.

- Jijiji- tirando de su risita, frenó a Lau que la miraba al borde del ahogamiento pasional- Te quiero un montón, porque a pesar de todo lo loquita que puedes ser, se que siempre estás ahí. Y ahora, atiendeles a ellos, yo ya se lo que tengo que hacer...ir a por Marina y que me diga lo que sea, que le esté pasando- concluyó Inés y Lau corrió a su brazos. La primera en aplaudir emocionada fue MariLogia, después le siguieron los pacientes que esperanzados se veían pasando consulta al fin.

Caminando hacia la sede del partido de Pedraza, Inés fue cayendo en el lío que ella sola se había montado en su cabeza. Las primeras calles que fue atravesando, le sirvieron para recapacitar. No tenía ninguna prueba sobre la supuesta infidelidad de Marina y peor, ésta tenía todas las excusas del mundo. Ni idea de que como había podido dudar de Marina así. Pero eso fueron las primeras calles, conforme fue llegando a la sede, de nuevo sus corazones se colocaron en sus respectivos hombros. 

- Buena hostia sería entrar al despachito que usa y pillarla en plena faena.

- No la escuches. ¿Sabes lo que hace tu 

mujer en ese despachito?

- Ya se lo he dicho yo, fo...

- Ni caso, Inés. Se deja la piel, luchando por las ideas en las que cree. Por todo lo que sabes desea para Pedraza, para el futuro de su hijo, incluso de vuestros nietos, Inés. 

Los celos y dudas regresaron a ella, cuando justo llegaba a la sede. A la piloto no le fue difícil adentrarse en ella y entrando es que le dijeron, que Marina estaba reunida, alentando a los suyos. Más allá de improvechosos consejos, de dudas y de celos, fue meterse en la pequeña sala y verla de pie en una gran mesa, y tener que sentarse ella, prendada de la imagen más política de Marina. La que le hablaba de la mujer más racial que había en Marina, la más luchadora, la más vehemente, la progresista incansable, la generosa y muchas más que ella conocía y que seguro, también lo hacía la Presidenta de Madrid. Normal que la quisiera en su equipo, como ella la quería en su vida. Escuchándola sin hacerlo, pudo resumir los días pasados en una sola cosa; miedo a perderla. Lógico en alguien que ama. Pero en vez de haberlo redirigido a aprovechar más el tiempo juntas e incluso en exigir que la política tuviera un cerco en sus vidas, había invertido el tiempo en dar penilla y liarla por ahí.

- Jijiju, ¿estás tonta o k ases?- lo que siempre usaba para otros, lo usó para ella y así pues...

- No me jodas, ya la tiene otra vez- se quejó la diablesa.

- Jajaja, no siempre gana la maldad- le contestó la angelita bajándose del hombro derecho de Inés- Te queda tanto para verme babear cómo ella por ti- con chulería habiendo ganado, se marchó dando caderazos que harían envidiarla a cualquier diva de renombre.

- Hey hey hey- la siguió la diablesa- Recuerda que tú eres la parte buena. No puedes hacerme sufrir- le decía a la angelita pero antes de salir se giraba hacia Ines y le cucaba un ojo. Una vez salió la angelita y tras ella la diablesa, Inés pudo ver a todos sus corazones entrar a galope en la sala y obvio, verlos correr a por Marina.

- Jjiju, ya estáis aquí... Jolines- les dijo flipando a su estilo y obvio también, Marina se calló y ella y todos los asistentes, se giraron a mirarla- Jijiji, naah..que que emotivo decía. Me han dado ganas de salir y pegar carteles a lo loco.

A lo loco o no, se tuvo que callar y hacerse la loca. Sin saber el impacto que en Marina había causado tenerla ahí. Llevaba un día de pena, para un lado y para otro, con el teléfono ardiendole de llamadas y estaba viendo muy negro, poder llegar a casa a tiempo de que los tres pudieran cenar juntos. Y ahí estaba Inés, haciendo fácil lo difícil. Natural que diera un receso para sus compañeros y que mientras estos salían a coger aire, a fumar o a la que fuese, ella fuese directa a por Inés y su boca. Ni tiempo le dio a que ésta se levantase.

- Dios que ganas tenía de verte. ¿Como lo has sabido? Por estas cosas es que te quiero yo- la bombardeo entre besos sin soltarle la cara y la otra que lo disfrutó a morir. Nada puñeteramente mejor, que volver a su nido. Eso eran los besos y palabras de Marina para Inés- No me dejes trabajar tanto, ¿si? Media hora más y salimos, cogemos a Ito y por favor juntas.

No necesitaron más, ni Inés ni sus corazoncitos, para esperar esa media hora de lo más felices. Pero, ni diez minutos habían pasado de esa espera, cuando alguien abrió la puerta y la reunión volvía a detenerse para que todos mirasen para ver quien entraba. Y quien entraba era Laura, con ojos llorosos. 

Seguramente Laura no estaba viendo a nadie más que a su amiga, aquella a la que hacía trencitas de peque, con la que jugaba a maquillarse de adolescente, a la que cubría haciendo pis entre coches de jóvenes y que ahora la miraba por igual contagiandose de su emoción. Intuyendola.

- ¿No?- quiso asegurarse Marina aunque Laura fuese un libro abierto que le asentía sin decir ni media y que sacudía la mano, toda nerviosa- Jajaja, Lauuuu- emocionada pasó de sus compañeros de partido y loca, se fue a por ella. 

- Estoy embarazadaaaaaaaaaaa- ahora si gritó fuerte Laura y si, la reunión se dio por terminada.

- Ay dios mio que emoción de tarde- se escuchó a MariLogia, que a saber como, pero la tía ahi estaba pillandolo todo- ¿Y Lucía?