Emergencias 153

Pedir ayuda entre sus amigos, parecía algo sencillo para la piloto del 112. Pero en verdad, ¿a quien podía hacer partícipe de sus sospechas? No estando con ánimo de pensar mucho, fue haciéndolo por orden de tropiezo, con tan mala suerte, que la primera con la que se cruzó, fue con su Tía. 

A ver quien era la guapa, que le decía a su Tía que estaba así de apenada y alicaída porque sospechaba que Marina podía estar siéndole infiel. Difícil era, pero ella a su forma lo intentó. Un vuelo con escaladores se lo puso fácil, en principio. Se trataba de llevarlos hasta un conocido barranco y hacerlos descender con grúa. Ahí empezó a complicarse el asunto. Según la ley española, el helicóptero debía llevar piloto, copiloto y operario de grúa. Ya podía haber sido el operario su primo Agustín o Karla o Xavier, o mejor aún.. Nacho. Pero no, era Sonia la atractiva sobrina de Concha. La misma que sin saber Inés cómo, se había sacado el carné de operaria de grúa siendo licenciada en psicopedagía. O bueno, quizás si tenía explicación.

- Mm...me encanta poder volar contigo, Su- dijo Sonia demasiado orgasmicamente a oídos de Inés.

Y la explicación a que esa mujer fuese de repente operaria de grúa, no era otra, que el roneo descarado con su Tía.

- Ascazo de infieles- pensó Inés  creyendo que era un pensamiento interior que cruzaba su mente sin saber el destino, pero nones.

- ¿Que dijiste?- enseguida le preguntó su Tía, con extrema seriedad. Pelin hartita de Pedraza y sus cotilleos múltiples.

- ¿Yo?- se señaló Inés en una clara maniobra evasiva que no le iba a servir para nada. Hasta sus corazoncitos, de nuevo la diablesa y ángela, se cubrieron los ojos temerosas.

- Si tú- le contestó su Tía.

- Era un pensamiento íntimo, eso hay que respetarlo- se defendió Inés tirando de evasidad al máximo, pero de nuevo la mirada más allá de seria de su Tía, la amedrantó- No me gusta lo que veo con la "tetitas" Tanto me encanta, mm..dios..agh, venga ya Tía- terminó soltando, ante el asombro de Su y de sus coranzillos.

- Jajaja, ahora viene lo mejor- decía la diablesa.

- Ay...no seas así, ¿eh?- se indiganaba con ella la ángela y Susana pues...

- ¿Pero que...? Estoy hasta los...- la mayor de las piloto acababa por explotar cansada del mismo cotilleo de los últimos meses- mismisimos de la tontería que tenéis todos con ésta niña. Desde que llegó ha querido ser amable y participar e integrarse en el pueblo y vosotros- tuvo que hacer una pausa, primero para respirar, después para fijarse en la sonrisa sobrada de su sobrina- Está muy buena, ¿y? No por eso voy a caer en sus tetas.

- Ja..ja...ja, torres más altas cayeron antes- con toda la intención la atacó Inés. Acorralada y transpirando fue su última maniobra evasiva, pese al acojone que tenía encima. 

- Serían torres dudosas, al día de hoy tengo muy clara mi sexualidad. Soy heterosexual- las sorprendió la misma Sonia e Inés pasó a hacerse caquita, fulminada por su Tía.

- Sonia eh- quiso corregirse Susana, pero nones también para ella.

- Tranquila, debí ser muy expresiva o no se bien que pasó- la cortó Sonia- Me caes de coña y en verdad has hecho que me apasione por todo esto, pero de ahí a caer- remarcó con toda la intención- en mis tetas, hay un paso muy largo. 

Para esas alturas, la diablesa se descojonaba bien a gusto enojando a su angelita. Pero es que la cara de Inés habiendo liado la que había liado era para eso y más. 

Descartada en consecuencia su Tía. Imposible era bajarse del helicoptero tras lo montado a decirle que- Jjjj si todo esto era porque...- naah, mejor ni pensarlo. De hecho antes de bajar, sus actos ya tuvieron consecuencia.

- Olvidate de pilotar a Buggy- le advirtió su Tía.

- No Tíaaaa, eso no porfita- lloriqueo Inés. 

No pasaba nada, ya habría tiempo de chantajearla. Buggy y su motor nuevo, bien merecían la pena. Descartada su Tía y por orden de llegada, la siguiente fue su hermana Karla. Lo típico entre ellas, una quedada, unas birritas bien fresquitas e Inés que iba al grano.

- Creo que Marina pues jjjjjj...ayyy, creo que tiene un rollito por ahí- le soltó y dicen que las risas de Karla aún se escuchan por la sierra de Segovia- Oye.. Que va en serio y soy tu hermana- no ayudó a detenerlas que Inés insistiera. Para Karla era del todo imposible, conociendo a Marina como la creía conocer, que algo así sucediese. Que le diera la patada por enamorarse de otro u otra, vale. Mantener doble relación, nones. 

- Es que eres muy tonta de siempre, pero mucho...jajaja sería el golpe- su hermana siguió burlándose y así pues...

- Habló la medio moco.

- Tontalaba

- Subnormonga

Mejor ahorarrse sus habituales cariños. Descartada Su, ahora también su hermana, le tocó a petición de la última recoger una movida en el despacho de Nacho. 

- Ayyy siii. Nacho- enamorada del bombón que era el arquitecto, la ángela hasta mostraba corazoncitos en sus ojos, celando a la diablesa.

- Venga ya..si es un moñas- malmetía la diablesa y daba igual. 

Nacho, ese hombre guapo y apuesto, sensible, intenso, culto, lúdico, buen conversador, mejor escuchante, le ayudaría seguro o eso creía ella.

Pasa que, no es que Inés llegase en su mejor momento, además de que por alguna extraña razón, cuánto mas nerviosa estaba, más basta se mostraba.

- Hey pichica- fue su saludo con super palmada en la espalda de Nacho y por estar éste educado por dos mujeres desde bien pequeño, captó al momento que Inés no estaba ni medio bien. Artista la supo llevar en los primeros momentos aprovechándose de que Inés, después de los dos palos que llevaba no sabía ni como empezar. Tras un rato, el arquitecto dictó sentencia.

- La echas de menos y eso es super bonito. ¿Sabes lo que tienes que hacer? Encargale la cena que más le guste, esperala con la mesa preparada, hazle agradable el baño y disfruta de una noche con ella, sin celos tontos. Procura que Ito ya esté dormido- la ayudó Nacho tan super buena onda como siempre y normal, que la diablesa lo aprovechase. 

- Jajajaja, lo más. Cornuda y arrastrada. A lo que hemos llegado- le dijo a la angélita y ya estaba bien. Una cosa es que follara de arte y que esa chulería de la diablesa la volviera loca y otra consentirle esas acusaciones tan retrógradas y de otra época.

- Eres lo peor, no se te ocurra volver a acercarte a mi- le dijo la angélita y fue para morir por sus huesos al verla marcharse del despacho de Nacho con toda la dignidad, derramando sensualidad femenina a su paso. Pues tras ella que se fue la diablesa y con ella, Inés. Otro amigo que le serviría para nada. Desanimada y sin salidas, estuvo por llamar a su Primo Agustín, al memos con él se distrairía hablando de tetas y otras cochinadas más. Pero entonces, recordó que Xavier recogería a Ito de clases de Inglés. Mención aparte es saber que hacía Ito dando inglés. Y allá que se fue. Todavía lo pillaba a tiempo antes de que llevase a Ito con su abuela. Minutos antes de que acabasen las clases de Ito, se encontró con el abogado y decidieron tomar un café. 

- Tenía que decirte yo una cosa. Ehm..a ver, ¿tu como ves a Marina?- trató de no ser muy directa. 

- Bien...esta hasta arriba de trabajo, ¿no?- perdido le respondió Xavier- Vamos, según veo yo así es. Imagino que será normal en un año con tantas elecciones- concluyó sin saber cómo narices lo miraba Inés o a donde quería llegar. 

- A ti te puso los cuernos. Acuérdate- saltó Inés dejando loco definitivamente a Xavier.

- Podría decir lo mismo de ti. Estaba con los dos- le dijo guardando un poquito de orgullo y nooo, así Inés se hundió del todo.

- ¿Ves? Si es que...snif, me quiero morir- hundida ella y hundida en la silla, a Xavier le faltó tiempo para ir a por ella. Ya era raro en Inés mostrarse así.

- Pero...¡Inés! ¿Que te ocurre?- quiso el abogado saber pero Inés acongojada, lo tranquilizó y se marchó. Ya ni sabía que pensar y sin hacerlo, es que llegó a la consulta de Laura y le soltó delante de la paciente Marilogia eso de:

- Marina tiene un amante.

Y por lo que MariLogia murmuró:

- Se veía venir, tanto tiempo en la sede esa. 

Mientras que Laura....