Mel no hizo bailar a la gitana, pero si bailaron sus ganas por alargar el día cuánto quisieron. Daba igual que ninguna se sincerase o simplemente hablasen de lo ocurrido entre ellas, tres semanas atrás. Para Arel el chocolate era mágico y para Mel, lo eran ellas mismas y su increíble conexión. Por mucho que rebuscase en su vida, no recordaba sentirse así de unida a alguien como si se sentía con la Chef.
Difícil así, exigirse aclararse en cuanto a sus reales sentimientos por Tam o por Arel. Lo único que quería en esos momentos, es hacer partícipe a la chef de sus rincones preferidos de Madrid. Por eso sus pasos la llevaron al Palacio de Cristal, sentándose en uno de sus jardines, loca porque el atardecer llegase y Arel, pudiera ver la hermosa composición natural de colores, que se verían reflejadas en el lago.
- Cuando me como mucho la cabeza, suelo venir aquí. No se...me relaja- le dijo encogiendo las primeras, por primera vez tímida ante la mirada serena de la Chef. Por mucho que quisiera pasar de puntillas por lo que les había ocurrido, era imposible que en algún momento no saliese. Como no, si eran dos peronas distintas, con dos formas de vida completamente diferentes. Arel continuó mirándola por demasiado rato para su gusto y cuando dejó de hacerlo para mirar el lago, la rubia también se encogió por dentro, temiendo algún reproche de Arel.
- No supe hacerte ver, que no tienes que prescindir de nada- le dijo Arel, sin ningún ánimo de reprocharle nada y Mel hubiese preferido un reproche, a esa libertad añeja que la Chef le ofrecía. Para ésta había llegado el momento de hablarle de Vera. Debía aprovechar que estuviesen solas, sentadas en un césped ante todo un espectáculo de colores. Por eso no pudo apreciar, lo mal que sus palabras habían caído en Mel- En estas tres semanas yo...bueno, eh. Paso algo con alguien.
- No, no lo quiero saber- con rapidez la calló Mel. Incluso se aseguró de callarle la boca con dos dedos. No, ni de coña se iba a prestar a tener esas confesiones con la Chef. Poco le había dicho Arel pero había sido lo suficiente, para sentir como se le revolvían las tripas.
- Mel- trató de insistir Arel. De mente más abierta que Mel sin duda, prefería poner la verdad encima de la mesa o mejor encima del césped. Pero la forma en que Mel le apretaba los dedos en sus labios, le hizo retirarlos de ahí y besarlos, tranquilizandola.
- Yo no soy como tú, no...no quiero saber si te ves con alguien, no..me niego a saber que te acuestas con alguien- como si lo intuyese continuó Mel, por más que Arel dejó sus dedos para atraerla hacia ella- Genial...me muestro como una consentida, yo no se como no me mandas a la mierda- abrazada por la chef le faltaba llorar y ganas no le faltaban. En la vida se habría imaginado verse así de confusa, celando a una mientras avanzaba con la otra. Y peor, dándole coraje que Arel fuese tan abierta y liberal. Puede que por eso le dijese- ¿Te daría igual saberme con Tam?
- Por supuesto que no- le habría contestado Arel de buena gana. Pero, ¿para que? ¿Iba a cambiar algo? Más bien no, o eso creía ella. Con una no queriendo saber y la otra evitando responder, lo que consiguieron es acabar el día con un sabor extraño. Amargo en su fondo, con ecos de salado. Lo que viene a ser, el sabor de una lágrima. Con ese sabor, Arel no quiso a su estilo perderse por las calles de Madrid, consiguiendo una nueva noche de insomnio. Si estuviese en París sería la noche perfecta para quedar con Pau. Con él podría desmenuzar los sentimientos que Mel despertaba en ella y amasar las actuaciones de ésta para con ella. Sin estar en París y sin querer llamarlo angustiandolo, prefirió recurrir a la de siempre; su madre. Con la intención de llamarla y de cobijarse en su voz, regresó a su ático.
Ella regresando a su casa y Mel, en un taxi camino a una cita a ciegas, si es que se podía considerar así. No tenía bastante con el revoltijo de sentimientos revividos con Arel que a última hora, Candela le había avisado de una cena sorpresa en su casa, a la que debía asistir. Candela de sorpresitas era igual a encerrona. Y encerrona, era igual a Tam. La confirmación a sus sospechas, vino en cuanto el taxi llegó a la calle de Tam. Justo a la altura del portal, el coche de ésta estaba aparcado. Lo cual le hizo querer darse de caramonazos contra el asiento de delante.
- Genial...genial, genial- musitó en cadena ganando la atención de la taxista que la miraba esperando que saldase su cuenta- ¿Crees que se puede amar a dos personas a la vez?- le preguntó siendo mucho más fácil preguntarselo a una taxista que de nada conocía, que así misma.
- ¿Y no estar loca?- le respondió la mujer y ambas tuvieron que reír. Si, era para estar muy loca. Y Tam saliendo justo enconces del portal.
- Tendré que ir al mar y bañarme con luna llena- se dijo asegurándose de sonreír saliendo del taxi. Después de todo, ¿que culpa tenía Tam? Ninguna, como ella tampoco de salir del taxi más patosa de lo normal y acabar dando un traspiés que la llevó directa a los brazos de Tam- Ups, aún no bebí nada, lo prometo- le dijo recomponiendo la postura y Tam se limitó a sonreír manteniéndole la mirada. Después del día que llevaba verla ahí parada, con su larguísima melena negra, con las gafas de visión que adoraba por el rollo "intelectual" que le daban y con su estilo medio androgino, mirándola como siempre, le hizo querer romper esa unión visual- Ehm...¿Hola?
- Jajaja, hola- la morena respondió a su saludo y sorprendentemente para Mel, volvió a acortar la distancia entre ellas para abrazarla- Uhm, ¿que tal estás?
- Pérdida- se contestó Mel sin que no saliera de su pensamiento. No, no era esa la forma de acabar su noche que había previsto.
Como tampoco lo era para la Chef. Llegaba con el ánimo justo de llamar a su madre y que ésta le hablase sin parar. De su día, de la última noticia conocida de su padre, de su obsesión por ese egocéntrico mal llamado padre bueno solo para ganar fama y dinero, de su gatos y de lo que fuese, que le hiciese obviar el pellizco irreconocible que le revolvía el estómago al pensar en Mel y..no, debía dejar atrás esa angustia. Mel era vida, alegría, cariño y también macaró.
Así no iba bien, así su madre podía hablarle del cabron que estrelló un avión y ella no sentiría más que el anhelo de ese macaró no compartido. O detenía todo pensamiento, o se pasaría la noche en el baño vomitando su angustia. Pero no iba a ser su madre y sus gatos o malas noticias quien le libraría del baño, lo haría Vera. La misma que parecía esperarla en la puerta de su ático, con los zapatos en una mano y en la otra una botella de vino. Le bastó verla ahí parada y que ésta la mirara, para reconocer en su forma de mirarla, el fuego de todo laverno.
Sin saber como reaccionar a su presencia caminó hasta ella y pudo contemplar como Vera subía la pierna esperándola. El suave movimiento de Vera, aireando su muslo y su descarada feminidad, fue el narcótico que Arel necesitaba. Enredada a sus ojos, hipnotizada por ellos, llegó hasta ella. Los labios de Vera dibujaron un intento efímero de sonrisa, nublandola por entero.
- Vera- su nombre brotó instantáneo de boca de la Chef y la nombrada, entornó los ojos complacida. No era un saco de frustración le había advertido Vera tiempo atrás y no lo era. Imposible que la frustración cogiese la mano de la Chef y la llevase sin pestañear hasta la entrada de Laverno, gobernado por una mujer. La mujer que guardaba entre sus bragas, todo el fuego posible. Imposible no quemarse con él gimiendo su nombre y borrando con él, a otro.
No era más que el fuego arrasandolo todo, pero Vera no era ninguna ingenua. Venida de todo, el pesado caminar de Arel hasta ella no había pasado desapercibido para su instinto. Arel seguía besandola jodidamente bueno y erótico, pero entre sus besos había un sabor distinto. Queriéndose, en exceso o no, detuvo los dedos de Arel empapándose en ella. Sin acritud, con suavidad y gobernando, como buena Lucifer. Los sacó suave y no dejó ni un momento, de seguir guiándolos hasta la boca de Arel, con toda la feminidad posible.
- Sabrá todavía mejor con vino- afirmó mojando los labios rojos de la Chef con su esencia más íntima sin dejar de cerciorarse que ésta comenzará a arder como debía, por y con ella- Invitame a un baño contigo, ¿ah?
Me he quedado estupefacta ante el poderio de Vera..
ResponderEliminarFemenina..poderosa..sexy..y sobre todo sus dialogos....ufffffff
Una autentenca femme fatale pero..''buena''..entre comillas..jajaja
Una mujer que sabe lo que quiere y lo que quiere la otra..que se lo toma con calma..si sale sale y si no..a otra cosa mariposa..
No como Mel..que quiere pero no puede..indecisa hasta ahora y sin agallas para elegir..de momento claro...un autentico cocktel explosivo
Me encanto el trocito..sobre todo lo de Vera y Arel...
Que..(dejame que ponga un puntito de humor Gemo.)...
Arel entre dudas entre las dos se esta poniendolas botas niña..y me da la sensacion que se queda mas satisfecha con mi Vera que con Mel..
Igual es una sensacion de admiracion..
Grande tu Gemo_Divina_Wilson
- Sabrá todavía mejor con vino- afirmó mojando los labios rojos de la Chef con su esencia más íntima sin dejar de cerciorarse que ésta comenzará a arder como debía, por y con ella- Invitame a un baño contigo, ¿ah?
Sexy y sensual..ya quisieran las Sombras esas de Grey Gemo....
Buff… no sé ni cómo explicarme, la sensación que obtengo, es de derrota por parte de ambas, Arel y Mel, esta última tiene tal confusión de sentimientos encontrados que no sabe ni por donde tirar, creo que le viene bien estar con Tam, necesita poner en orden los sentimientos por una y por la otra, y decidirse a luchar por una de las dos, porque de esta forma no es sano, sobre la relación que tiene con Tam, me espero a leer más para entenderla, porque hasta la fecha no tengo datos para opinar como pareja, y si como una obligación de Mel, por miedo a fracasar en “algo más”, esto último es muy “desgarrador” porque querer a una persona no tiene que ser una obligación por miedo o frustración. Difícil papeleta la de Mel.
ResponderEliminarArel, que puedo decir, sus sentimientos son auténticos y claros hacia Mel, más clara no pudo ser en su momento, y mientras su sueño no se realiza, la persona que la “distrae y disfruta” es Vera, que no es nada tonta y sabe que es simplemente un escarceo, por ahora sin sentimientos de por medio. Muy valiente me ha parecido la decisión de intentar decírselo a Mel, aunque esta no se lo permitiera, para mi es ser una persona noble. Creo que Vera, en estos momentos es la distracción perfecta para Arel, “sin compromisos”.
La conclusión que saco, la pelota está en el tejado de MEL, a la espera de una decisión…
Mientras Arel es libre de hacer y deshacer lo que quiera.
Y me pregunto: ¿Tiene Vera algún tipo de acuerdo con su pareja? Me falta más información por esta parte. jajaja
A la espera de más, Gracias.
A.
Es evidente que lo tiene A....no es normal que la pareja de esta mujer no
ResponderEliminarsepa los ''asuntos de su mujer..Una mujer semejante y tan sexual no me cabe duda que tiene un pacto con su ella...Igual despues no..esperaremos..
Divina_Wilson
Con su mujer quise decir A.....
ResponderEliminarDivina-Wilson
.... el DESEO y quien lo domina...quien lo controla ....a su antojo...a quien sabe brindarlo...ese ...ese....deseo ....tiene nombre de MUJER y sin duda...sin duda es Vera...tiene ese magnetismo que deslumbra....'''da y pide''' al limite siempre...VIVE a ese mismo limite...''' le de o no todo igual''' bajo esa bella piel....bajo esos labios que siempre quieren pecar....lo esconde....y no...no lo dirá....no ahora cuando su arma....su mayor arma es parecer la fuerte...la que pisa fuerte .....aquella que que pone todo el fuego ...cuando intuye...cuando piensa que aquello que quiere puede peligrar....cuando intuye también que cuando hace gemir a una mujer....no es su nombre quizás el que quiere gritar....es lista....mucho¡¡¡ y eso la hace aún más peligrosa para querer seguir buscándola ...Lo sabe¡¡¡ y disfruta con eso...y lo hace ¡¡¡tanto¡¡¡ que conseguirla a ella...es el premio que cualquier mujer quiere ganar...¡¡segura¡¡¡ absolutamente segura de saberse EL DESEO con nombre de mujer.
ResponderEliminar.....''' al borde de la LOCURA....en ese '''con vino sabe mejor''''...uffff bajada al infierno directo...si es para quemarse con una mujer como Vera....esa es la PASIÓN...LA LOCURA....
..... y lo que puede empezar siendo algo más suave....pero no menos importante....o más para el corazón...eso lleva también nombre de mujer y es Mel...aún perdida en el ''''si quiero y no puedo'''' o puedo pero...pero...pero''''....
la chef viajando entre la tempestad y la calma...entre el dulce y el rabiosamente salado....
.....gracias....por ¡¡tanto¡¡¡¡ Escritora......
Como siempre Celeste una descripcion perfecta de Vera..
ResponderEliminarElla es..LA MUJER...con mayusculas..y el Laverno..si..puro fuego..
Esa mujer a la que nadie puede resistirse si la tienes delante o en el pensamiento....
Con respecto a Arel..tambien tiene su debilidad..no todas las mujeres reaccionan a un rechazo o contratiempo echandose en brazos de una mujer..y si esa mujer es Vera uff...
Arel cuidado...estas en peligro y al borde del abismo mismo..
Divina_Wilson