Take a Chef 14

Tres semanas, ese era el tiempo que para su jodienda, Mel llevaba sin haber visto a la Chef. Aunque, la verdadera jodienda era estar contando los días que llevaba sin verla. "Oh si", un tiempo super provocheso donde había avanzado poco en la reconquista de Tam, donde había maltratado su cuerpo a base de dulces comprados al peso, ganado con ellos algún kilo y grano de más y "ah...eso" se había aficionado a pasar sus ratos libres viendo todos los programas televisivos Masterchef en cualquier formato e idioma, incluyendo a los juniors.

Al menos ellos le sacaban una sonrisa, cosa que el resto de sus allegados no era capaz de hacer. "Hija mía, que mustia estás". En esas tres semanas se había hecho costumbre que su madre le tirase algún dardito sobre su repentina pasividad. "Es que no follo nada, Mami..quieras que no, influye" Podía haberle contestado, ganándose una buena colleja, que puede que le hubiera hecho espabilar y dejar el chocolate. "Ah no, eso si que no" Se exigió observando donde estaba sentada. Un after, última tendencia en Madrid, en su espectacular terraza de amplias butacas en negro y blanco, con sus velitas y snobismos varios. Elección de Vera a todas luces, influenciada a su vez por su amante pareja. " Dime con quien duermes y te diré quien eres" 

Si no quería que la mirasen como un bicho raro, era conveniente no pedir una gran taza de rico chocolate mientras esperaba a sus amigas y si algo más propio, como el Snow Cosmo que acabó pidiendo. "Al menos chuparé algo" Su propio chiste al pensar en los arándanos que vendrían con su cóctel, le hizo reír para después pasar a mirar alrededor un tanto apurada. Estaba sola en esa terraza, con ganas más de chocolate que de un cóctel y se estaba riendo sola. Normal que la tipa solitaria del fondo la mirase con media sonrisa. De frondosa melena y mirada intensa, la observó mientras que sin cortarse, alzaba el cóctel recién servido a modo de saludo. Estaba buena, fue su conclusión tras observarla devolverle el saludo, pero no le decía nada. El color con el que se había maquillado los labios era de lo más aburrido, y su mirada por muy directa e intensa que fuera, le decía cero, nada. "No empieces otra vez" se regañó al ser consciente del color de labios que había buscado en esa mujer y para su suerte, Vera y Nuria  llegaron justo a tiempo de no perder la cabeza y marcharse a ver a niños cocinar como planazo de viernes noche.

- Por fin llegáis- les dijo hambrienta de distracción. Nuria no es que llegase a la mesa con un haz de ser el alma de la fiesta esa noche y Vera...Vera llegaba con la misma sonrisa insultante de sus últimas citas. Las cosas le irían bien, además de que estaba sumergida en todo ese rollo de su compromiso con Candela, próxima boda y demás paridas de enamoradas de sí mismas y de la vida en general. Como amiga debía encantarle que su amiga luciera así de feliz, pero era humano envidiarla, aunque fuese sólo un poquito.

- Joder Mel...¿ya estás otra vez?- la inquirió Nuria sacándola de sus pensamientos y la rubia hasta saltó de su silla pillada fuera de juego. Ella sólo estaba ahí asqueándose de su vida, ¿que demonios había hecho para que Sor Nuria ya estuviese corrigiéndola?

- Deja de agobiarla, ¿quieres?- salió en su defensa Vera y obvio, Mel se prestó a agradecerselo sonriendole y "mierda"

No era solo que Vera luciera una sonrisa de lo más sobrada en los últimos tiempos, es que incluso parecía más alta, más guapa y jodidamente sexi. ¿Que hacía para conseguir verse asi y porqué ella no lo conseguía? Lo que fuese, las chicas se sentaron, sin que Sor Nuria olvidase sus votos.

- Tú me dirás, desde que he entrado he visto que la mujer de la esquina no le quita ojo- dijo para Vera, como si Mel no estuviese presente. Y estar, estaba. Jodida y mirada por una tía, que no le decía nada, pero estaba.

- Y eso implica...¿que?- quiso saber Vera, para evidenciarle a Nuria lo estúpido de sus conjeturas y ahí estaba de nuevo. O sea, para Mel estaba más que claro, que Vera estaba en un momento pletórico. Si hasta parecía ponerse cachonda sólo con su propio cruce de piernas. " Jesús que perraca"

- Pues implica que...pues- dudando Nuria quiso responder a Vera sin que lograra desenredarse- ese no es el tema. No follo, por eso os he reunido- concluyó retirándose su colegial abrigo de niña buena y a Mel le dio por reír,  inexplicablemente para sus amigas, que la miraban esperando que dejase de descojonarse ante ellas. Poco le importó la verdad, y siguió hasta que Vera le dio un taconazo, recordándole aquello de que eran amigas y Nuria, parecía ciertamente jodida. Dos de tres, era para dejar de reír, aunque le costase lo suyo. 

- Bueno cariño, yo llevo así desde que Tam me dejó por tu culpa- le soltó y hasta a ella misma le sorprendió el haber tirado a matar de esa forma. Pero es que aún le jodia bastante, sin olvidar que era una verdad verdadera. El silencio se hizo en la mesa y Mel apostaría a que la única que no estaba relamiendose en penas, era Vera.

- Se lo que ambas necesitáis- rompió el silencio justamente Vera y la seguridad con que lo dijo, a Nuria le hizo fruncir el ceño, siempre velando por el buen y ético comportamiento de sus amigas, mientras que Mel pasó a beberse de un trago su cóctel. Lo que menos necesitaba era a Vera, presumiendo de una vida sexual plena. Más que nada, porque eso la llevaba a Candela y para ella Candela, precisamente hot, no le resultaba.

- Sexo...si te lo estamos diciendo- se quejó Nuria y daba para amarla. Solo alguien como ella, bajaba a Vera de su pedestal de mujer todopoderosa. Aunque en ésta ocasión Vera no se lo tomó nada mal y río, provocando en Mel una curiosidad infinita sobre el comportamiento de Vera en los últimos tiempos.

- Me refería, ¿que soñábamos de adolescentes?- interrogó Vera pretendiendo que las dos penosas de esa noche se pusiesen a recordar. Algo que no ocurrió y desganadas, ambas se limitaron a encojerse de hombros. Poco les importaba en esos momentos lo que soñasen entonces, como tan poco le importaba a Vera para seguir- A ver.. Soñábamos con tener alguien en casa, que cuando llegasemos tarde del trabajo nos esperase con la cena preparada y las braguitas mojadas- les dijo antes de dar un sorbo a su bebida recién traída y para Mel volvió a no pasar desapercibido el especial brillo que cruzó  su mirada.

" Ay zorrón, tu escondes algo" pensó ipso facto sin molestarse en debatirla, para eso ya estaba Nuria.

- A decir verdad, por aquellas yo no sabía si quería unas braguitas mojadas o una churrita firme- las sorprendió Sor Nuria y tanto Mel como Vera, estuvieron a punto de escupir el trago que acababan de dar a sus bebidas. Lo siguiente para Mel fue comprobar como Vera continuaba en su modo, de me la sopla lo que pase ahí fuera, mientras que a ella la idea de hablar sobre churras le daba repelús. Tanto como las cucarachas, unas negras y con patas, las otras..basta.

- Por favor...lo último que necesito es hablar de ese miembro tan asqueroso- les suplicó y ahora si pudieron ponerse al día en cuánto a problemas. Que para eso justamente habían quedado en una especie de gabinete de crisis. 

El problema de la Sor Nuria, sin hábitos tomados, y con pareja estable desde los 18 años era una queja manifiesta de la escasa vida sexual que estaba teniendo desde hacía unos meses. Verla afligida y pérdida, sabiendo cuánto amaba a Chusa, a Mel realmente le conmovía más allá de sus claras diferencias desde pequeña. Pero jodia que como siempre no se dejará ayudar amparada por auto consejos manidos tipo: Son etapas, no siempre se está en la cresta de la ola. Va cargada de trabajo, el tema niños. 

Cierta pereza daba escucharla, sin dejarse ayudar. Así se mantuvieron escuchándola desahogarse como en catarsis para después despedirse de ella. Luego cuando se quedó a solas con Vera, la conversación varió de un tema a otro, mientras tomaban una nueva copa. Vera también advirtió no poder quedarse mucho rato más y tampoco es que Mel insistiese. Después de escuchar a una amiga con pareja quejarse, daba para volver a su plan inicial; sofá y cocina. Mucha cocina.

- ¿Me dejas darte un consejo? - se ofreció Vera cuando ya estaba de pie dispuesta a marcharse y Mel asintió sin nada que perder. Lo mismo le iba a dar el consejo de su vida o por lo menos, uno que le sirviese para lucir cómo ella lucía- Nuria tenía razón, la tipa del fondo te está comiendo con los ojos. Yo diría que incluso está fantaseando con empotrarte contra la pared del baño. Te aseguro que es lo que necesitas, que te follen hasta dejarte calva- concluyó su magnífico y novedoso consejo con un beso en la mejilla. Y seguro, según pensaba Mel se marchó riendo a plena carcajada.

Pues no, no era lo que necesitaba. Por lo menos, no con esa mujer. Lo que necesitaba era otra copa, a poder ser doble y animada la pidió, mientras Vera salía del after, móvil en mano. 

- Cógelo- musitaba aletargando el paso, temiendo que el carrazo de Candela apareciese por la puerta y en dos tonos más, pudo sonreír victoriosa.

- Arel Dubois- escuchó la voz de la chef al otro lado y fue incosciente, pasar a humedecerse enseguida los labios, encantada de oírla.

- Me encanta escucharte, aunque es mucho más caliente, cuando te escucho pronunciar mi nombre- a su estilo ronroneó gustosa esperando que Arel la mimase lo justo.

- ¿Vendrás ésta noche? 

Arel prefirió atajar al motivo de su llamada y mucho más no pudieron decirse, el majestuoso mercedes de Candela llegaba a la puerta y Vera colgaba como si fuese cualquier llamada más. 

Y varias plantas más arriba, sola se había quedado Mel en la exclusiva terraza de aquel after, pendiente de consumir una nueva copa que le diera el puntazo suficiente para sonreír por inercia. ¿En verdad esa mujer estaba fantaseando con ella en esos momentos? Observándola más detenidamente y según su criterio, tenía buena pinta de folladora. " Si",  sería la típica generosa que no cede hasta que te has corrido dos os tres veces. "Joder" las copas se le debían estar subiendo porque a pesar de no resultarle llamativa comenzaba a ser capaz de ponerle ojitos. Pero de nuevo la suerte estuvo de su lado y su iphone emitiendo señal de haber recibido mail, la distrajo lo justo para no caer en nuevo error. Cogiendo su móvil, se dispuso a leer lo que fuese que le habia entrado. Y fue verlo y..."mierda" quejarse por su propia mala pata. El mail era la confirmación de una nueva reserva en el Take a Chef de Arel creado por ella misma y del que aún, no había desvinculado su cuenta de mail. Genial, había conseguido una mísera copa sin pensar en Arel y ahí estaba su estúpido móvil trayendola de vuelta. Podía haberlo dejado en la mesa y contestar al nuevo coqueteo visual de la mujer de la esquina y sucumbir a ser follada alocadamente en el aseo de ese local, pero su curiosidad innata, le hizo cerrar el mail e ir directa a la aplicación de reservas online. " Eres tonta, Mel...muy tonta " se dijo al verse curioseando como gato muerto de hambre en un contenedor de basura y subió el nivel de insultos hacía sí misma, en cuánto llegó al "eureka"

Arel, en esos momentos, estaba a solo cinco minutos andando de ella.