Otro
trago de whisky que bajaba por su garganta con el amargor y frío
que ella misma sentía. No habían servido ninguna de sus excusas ni
intentos para no acudir a la cena que la tenía bebiendo whisky con
la mirada perdida por su salón.
El
pequeño carruaje del oeste, un juguete de su hijo, a los pies del
sofá, la terminaba de hundir en la miseria. Normal, si ese juguete
parecía estar ahí destacándole que no tenia motivos reales para
estar mal humorada y deseando meterse en la cama cubriéndose la
cabeza con la almohada. Ahí se ahorraría la vergüenza de mirar a
su mujer a la cara. La vergüenza, el pudor, el arrepentimiento, el
miedo, y de vuelta, el deseo escondido, el mayor de sus secretos, el
silencio, la tentación, el morbo, y de nuevo, el miedo en otra
forma.
El
ruido de pasos escuchado tras de sí, la hizo erguirse dejando el
vaso sin whisky alguno. Debía esperarla sonriendo, no había motivos
para no hacerlo.
-
¿Bebiendo a estas horas?
En
la encrucijada de un viejo querer, estoy amarrada muriendo de sed.
En
la encrucijada de otro nuevo amor, estoy deseada y digo que no.
Quien
tiene derecho, no me importa nada y la que está al acecho, me tiene
ganada.
Sonreír
por inercia al girarse y sonreír con los ojos no queriendo ocultar,
lo que el mirarla implicaba.
-
Eh...no sé, me apeteció.
Contestó
con la garganta anudada. Lo de menos era sonreír, lo peor era
aparentar normalidad cuando por dentro sentía que se rompía de a
poco y sin que esos ojos, en los que había deseado y querido mirarse
por siempre, la ayudasen.
-
Ya...se que no te apetece salir a cenar, pero insistieron y es cierto
que últimamente apenas quedamos con ellos.
Para
cualquiera serían simples palabras lo que salía por la boca de su
mujer mientras le retocaba el cabello cariñosa. Para ella eran
nuevos puñales clavados en todos sus centros. Atinando de lleno en
ellos, al mostrar su preocupación y disculpa, por no poder rechazar
una cena que a ella le apetecía cero. Como no crujir por dentro, si
su mujer volvía a ponerla por delante de lo que fuese.
Ahora
la sonrisa con la que respondía a sus caricias, era tan sincera como
las muestras cariñosas continúas de su mujer para con ella.
-
Además, sabes que unas copitas de vino me sientan genial.
La
contestación a su sonrisa, fue el coqueteo tan especial y único de
su mujer. La mezcla perfecta de la coquetería femenina, con gestos
chistosos de quien sabe, es sensual con vino o sin él. La misma
mezcla que hasta hace muy poco, la enredaba a ella y revolvía
sábanas en lujuria. Esa mezcla hoy le provocaba abrazarla y querer
retenerla a toda costa con ella. Salvarla incluso de sí misma.
Abrazándola el roneo gustoso de su mujer, le hacía apretar dientes
y buscar hambrienta su olor. En su cuello, su nido perfecto. Ahí
donde siempre guardaba sus miedos, llenó sus fosas nasales de ella.
De ella y su olor. Que prodigioso y que sanador, sería poder retener
el tiempo justo en ese instante, en que era su olor y no otro el que
la colmaba.
Detenido
el tiempo, ese otro olor no se colaría en sus sueños, no mojaría
sus bragas, no amenazaría su presente y no haría tambalear su
futuro.
-
Va cariño..despídete del chiquitín y vamonos. Así antes volvemos,
tonta.
Por
más que le pidiese aligerar, irse significaba meterse de lleno, en
la boca de su particular lobo. Atemorizada, no la soltó y entonces.
-
Cariño...¿de verdad estás bien? Mira que lo anulo.
De
noche en silencio me entrego a morir, pensando en la otro deseo
vivir.
Que
te pasa dice, que te vuelves loca y por no decirle que pienso en la
otra, me muerdo la boca.
No
había razón para anular la cita que pudiera salir por su boca. Le
tocó volver a sonreír y contentarla entre besos y piropos sinceros.
Grabado a fuego, llevaba bien escrito que ella no pagaría la
deslealtad que amargaba su humor. Ni un momento dejó de atenderla
camino a la casa donde esa noche cenarían entre amigos. Porque una
amiga era, quien le producía que amarrase el volante a manos
temblorosas y transpiradas. Una amiga a la que saludar como a otra
cualquiera.
La
misma agilidad en la conversación que le había enamorado de su
mujer muchos años atrás, era la que la mantenía entretenida,
alejando de su cabeza lo que en breve ocurriría. Las dos en la misma
casa, la misma mesa y las mismas paredes.
Demasiado
para aguantar como si nada. En un impulso, en la búsqueda constante
de los últimos tiempos para salvarguardarse de su propio repudio,
detuvo el coche antes de llegar a su destino.
-
Pero...cariño no es aquí. No seas exagerada que seguro hay
aparcamiento más adelante.
-
Sólo quiero un beso, antes de que te conviertas en el alma de la
fiesta y pases de mi.
-
Jajaja, yo nunca paso de ti.
-
Uy que no. Acuérdate del domingo.
-
Era un cumpleaños infantil y esos enanos querían mi tarta.
-
Ay dios...yo también quiero tu tarta.
-
¿Sólo mi tarta?
-
Si...tooooda tu tarta.
Que
te pasa dice, que te vuelves loca y por no decirle que pienso en la
otra, me muerdo la boca.
La
pobre se alegra de verme feliz y la otra se piensa que porque me
acosa me hace sufrir.
La
felicidad venía de la mano de unos besos entre sonrisas dados en el
coche, el acoso vino al separarse de su mujer y topar de lleno con
otros ojos, que la miraban acusadores, desde otro coche detenido en
paralelo.
-
Hey...podría llamar a la Poli, eso que hacías debe entenderse como
exhibicionismo grave- les dijo en broma el compañero de esos ojos
que continuaban sobre ella, ahora más amables. Su mujer continuó la
gracia y es así como al final, aparcaron el coche en la debida
calle.
Ahora
tendría que bajarse como si corazón le latiese normal a saludarse
con una pareja de amigos. Pero no era a una amiga a quien le
ofrecería las mejillas, ni de quien trataría de retener su olor
como yonki sin dosis que meterse. Fue difícil no ponerse nerviosa.
Su mujer se bajó feliz de poder compartir una noche entre amigos.
Unas risas y charlas amistosas a disfrutar, mientras que para ella
significaban la tortura de compartir una noche con/entre ambas.
Al
bajarse del coche y mientras su mujer ya se saludaba cariñosa con
ellos, sus temores se hicieron presentes. Esa otra mujer, se besaba
con la suya sin quitarle la vista de encima. Escalofriante fue ver
como esperaba su saludo con media sonrisa dibujada en sus labios.
-
De milagro encontramos aparcamiento. Ésta zona cada vez está peor.
Las
palabras del marido de esa mujer, en teoría su amigo, le permitieron
dejar de mirarlas para aceptar el abrazo con el que él la saludaba.
-
Alejala de mi- le hubiese encantado prevenirlo. Pedirle que alguna
cita urgente les obligase a dejar esa cena o mejor, prevenirle de
ella misma- ¿Es que no lo ves? No merezco tu abrazo.
Pero
no lo hizo y su cobardía la llevó a soltarlo y enfrentarse con la
media sonrisa que moría por besar.
Y
en la encrucijada de este doble amor. Las dos se equivocan ,
porque la engañada sigo siendo yo.
Era
ella quien tenía a su frente, la sonrisa de siempre y la presente
cargada de tentación.
-
Ay Dios...siempre tan gato mojado- le dijo su tentación rompiendo la
cercanía con su mujer para acercarse hasta ella robandole la vida.
Parados sus pulsos y detenido su aliento, lo único que en ella
parecía tener vida esperando su saludo, eran las palmas de sus manos
y su incesante y nervioso cosquilleo. Cuando su nariz captó su
perfume, le fue imposible no cerrar los ojos y dejarse besar. Las
manos corrieron a posicionarse en su cintura y la suavidad de los
labios de ella acariciándole la mejilla, fueron tan apoteósicos
para ella, que el aliento volvió a salirle aunque tembloroso y el
corazón le saltó loco. Sería increíble poder detener el tiempo
justo ahí, donde la proximidad entre ambas era tan íntima cómo
todo su ser anhelaba. Ahí podría susurrarle lo que en sueños su
boca de ella hablaba.
Pero
su tentación no ayudó a detenerlo, lo que hizo fue acelerarlo.
-
Sonríe cielo. Sonríe.
Como
hacerlo si podía sentir como le costaba tanto como a ella separarse
y continuar sonriendo tan normal. Como no llorar suplicando que la
disimulada caricia dejada en su mano, se alargase por caminos
prohibidos. Yonky, de su olor, de su tacto, de su voz, de sus pasos y
del beso, que en otros labios dejaba ahora.
-
Cariño...espabila- su mujer tirando de ella la sacó de esa calle
donde el tiempo no se pudo detener.
Y
se dejó arrastrar a un portal y del portal a un ascensor que a ella
se le antojó minúsculo. Pequeño y cruel, como si a cualquier
desgraciado yonky lo encerrasen en un espacio igual al lado de un
gramo de coca. Lo mismo se sintió teniéndola tan cerca y a la vez
tan lejos.
La
distancia la ponía su marido, gozando de lo que ella tenía
prohibido. Oler su cabello, perder las manos por su vientre, besarla
sin importar donde. Debía envidiarlo a muerte, pero no podía
entendiendo que de poder ella haría lo mismo.
-
Jajaja, pobre...siempre llamando la atención.
En
un momento x del que ella no tuvo consciencia, su tentación reía
por algo dicho por su mujer y en cámara lenta, la vió alargar el
brazo hasta llegar a su cara, donde dejó una breve carantoña.
Un
puto yonky que transpira con sólo ver la blancucina coca y que
hiperventila, cuando ésta la roza.
No
había podido el tiempo y de tener un par de ovarios, debería
retener su mano y parar el ascensor. Más humano sin duda y de más
mujer. Con los 4 ahí metidos, podría haberles dicho que sin culpa
no hay culpables. Que nadie manda ni entiende de las razones del
corazón. Que no hay afrentas cuando se sigue queriendo y que la vida
es una, y a ella hay que darse.
Pero,
le faltaron los ovarios y como el tiempo, tampoco detuvo el ascensor.
A
la que está mirando, debo de decirle, que le estoy amando. Pero,
pero es imposible.
Y
a la que ya no amo, le confesare que aunque esté en sus manos, no
vivo para ella.
Para
su suerte, el ascensor abrió sus puertas y otra pareja más, amenizó
la cena. Su tentación parecía relajada como el resto, entre vivas
conversaciones y anécdotas, le dio la calma necesaria para no morir
ante cada roce casual y ante cada mirada buscada. Fueron minutos
esos, de sosiego. Tanto como para poder departir entre amigos con
normalidad. Pero el vino tomado como calmante, nubló su sosiego. Los
pies de ambas buscándose bajo la mesa se hicieron con descaro,
bastaba la gracia de una para que la otra riese encantada. En ese
punto, la mano de su mujer posada en su muslo era un calvario. El hoy
y el ayer, presentes en una mesa que amenazaba con hacerla perder la
cabeza.
No
podía detener el tiempo y tampoco lo había hecho con un ascensor.
De la mesa si podía irse cómo terminó haciendo, buscando volver al
sosiego mediante un cigarro mal fumado en la terraza. O eso creía,
porque al poco de salir a la terraza, su tentación salió con ella.
-
Por fin te pillo a solas. Voy rápido antes de que alguno salga.
Tengo que tomar una decisión y debo hacerla ésta noche. No tengo
más tiempo- le dijo su tentación y había algo en su mirada, que la
turbo tanto que ni supo que contestarle.
¿Que
decisión debía tomar? ¿Y porqué justo tenía que ser esa noche?
Las preguntas se amontonaban y su tentación no parecía dispuesta a
darle mascaditas las respuestas.
-
Vale...lo haré yo sola- volvió a decirle provocando en ella un
torrente descontrolado de sensaciones. Primero miedo al ver su
decisión, pasión después por lo que podía suponer y vuelta al
maremoto, cuando con rapidez le dejó un beso en los labios antes
devolver a dejarla sola en la terraza.
Después,
cuando sus labios temblaban guardando la prodigiosa sensación de sus
labios en los suyos, la adrenalina comenzó a recorrerle el cuerpo de
arriba a abajo.
Que
me pasa dice, que te vuelves loca.
Y
por no decirle que pienso en la otra, me muerdo la boca.
La
pobre se alegra, de verme feliz y la otro se piensa que porque
me acosa me hace sufrir.
Y
en la encrucijada de este doble amor
Las
dos se equivocan, porque la engañada sigo siendo yo.
Que
distinta fue la noche a partir de ese beso. Ahora si rió y bromeó
con ganas. La vida había vuelto, dura y difícil, pero de vuelta.
Horas más tarde, volvía a su casa con una sonrisa imborrable. En
ese estado se dejó llevar por mujer. Entre ellas también volvieron
las bromas y risas, hasta que recién cerrada la puerta de su casa,
el timbre sonó atendiéndolo su mujer.
-
¿Quién es?- extrañada por las horas le preguntó a su mujer y ésta
tardó en contestarle.
-
Es...es Mar.
Mar,
su tentación llamando a su puerta la noche de su primer beso y de su
decisión. Aquella que había advertido de tomar sola, la traía a su
casa. Ahí donde su niño dormía y donde su mujer, la escudriñaba
como no recordaba.
En
silencio, incómodo y doloroso, como si ella también supiese de su
tentación, esperaron que la puerta volviera a sonar, anunciando a
Mar. Sonó la puerta y las dos se miraron.
-
No abras- le pidió a su mujer, muerta de miedo. A la mierda la vida
si pone en riesgo la sonrisa por la que te has desvivido toda tu
vida. Adiós a las tentaciones convertidas en un querer que borra al
que juraste lealtad eterna. Pero su mujer no obedeció, y abrió la
puerta por la encontró Mar y con ella, su marido.
-
Chicas no hemos podido esperar a mañana para deciros y no queríamos
ser la atención en el cumple de Mario...Nos vamos a Nueva York. Mar
me ha empujado a que acepte el trabajo allí y nos vamos en dos días.
Lo
dicho por el marido de Mar, dejó un silencio ensordecedor dentro y
fuera de ella. Esa era la decisión de esa noche, esa que tomó sola.
El beso no había sido más que una despedida. Hubo abrazos de
alegría y fue incapaz de dárselo a Mar. Como una cobarde se marchó
al aseo aludiendo estar mal y pudo escucharla escondida en él.
-
Dale un beso muy fuerte de mi parte y que no crea que os habéis
librado de nosotros. Ahora ir a Nueva York para vosotras será cosa
de comprar un par de billetes de avión.
Algo
le contestó su mujer y supo que volvieron a despedirse y a
nombrarla. Pero ella continuó encerrada en el baño hasta que se
marcharon. Después, cuando tuvo que enfrentarse a su imagen en el
espejo del mismo, la impotencia le hizo golpearlo con saña. Había
dividido su corazón y al final....
Que
me pasa dice, pero, pero es que estas ciega. No ves que por otra me
muero, me muero
Déjame
en silencio, no preguntes nada.
Ya
no tengo fuerzas pá seguir callada.
Que
me pasa dice, que me vuelvo loca y por no decirte que pienso en la
otra, me muerdo la boca.
Que
me pasa dice
Que
me pasa dice
Que
me pasa dice
-
Tranquila, no toques nada y deja que te cure.
Los
cristales rotos, la sangre en el lavabo, un corazón hecho añicos y
su mujer, tan dulce como siempre.
-
Mañana haré chocolate para los tres y bajaremos al Parque a
tomarlo. Te encanta desayunar en la calle, mañana lo haremos, mi
vida...mañana.
Fin
Gemo, me los acabas de poner pa bufanda, madre mia que arte tienes. Gracias y sigue sigue no pares!!
ResponderEliminarJIJIJI gracias primor jajajajaja zasca.
EliminarBesitos
Gemo
Lo primero que me viene a la mente tras leer este relato es “COBARDE”, lo segundo sin que nada haya pasado es “TRAIDORA”, la tercera “ENGAÑARSE” con eso describiría la sensación que me da el personaje, si has dejado de querer a tú mujer no la traiciones de pensamiento y dile que ya no la quieres, si quieres a otra no seas cobarde y lánzate a buscarla, y no te engañes a ti misma intentando vivir algo que ya no deseas. Ahora es desgarrador y con sensación de amargura deja. Hacer de tú vida una mentira, debe ser un infierno, pero para la persona que está a tú lado la traición debe ser peor si se llega a enterar. Hay que ser valientes en la única vida que tenemos y vivirla.
ResponderEliminarGracias.
A.
Ayyy, siempre disfruto mucho de tus comentarios. Da gusto entretenerse creando cositas y que alguien como tú, se detenga y nos haga saber que opinión le ha sugerido. Pero además en que este, atinas de lleno en lo que sería la sinopsis de ésta canción hecha historia
EliminarGracias de veras, nena. Besis
Gemo
A punto de salir entre en tu pagina y me quede muerta...un mini relato basado en una copla..de la que soy fanatica...y yo si que me muero porque no puede leerlo ahora y tengo que esperar a regresar....
ResponderEliminarDeseandolo estoy escritora...lo espero todo de ti y de tu talento.....
Talento y copla..ahi es ''na''...
Divina_Wilson
Como intuia me encanto..esa copla echa palabra...palabra de Gemo
ResponderEliminarFuego y pasion..y un amour fou que le salio mal en contra de lo que
pensamos...breve pero pasional..
Te confieso que creia que al final se iria con ella ..pero en el fondo me elegre que no fuera asi..hubiera sido una injusticia..y que no me gustan a mi las injusticias en el amor..jaajajjaja
Grande de España tu Gemo....Divina_Wilson
Jajajaja quiero mi título y con él mis tierras. Jajaja grande tu. Besitos
EliminarGemo
Todo adquiere en mi boca
ResponderEliminarun sabor persistente de lágrimas;
el manjar cotidiano, la trova
y hasta la plegaria.
Yo no tengo otro oficio
después del callado de amarte,
que este oficio de lágrimas, duro,
que tú me dejaste.
¡Ojos apretados
de calientes lágrimas!,
¡boca atribulada y convulsa,
en que todo se me hace plegaria!
¡Tengo una vergüenza
de vivir de este modo cobarde!
¡Ni voy en tu busca
ni consigo tampoco olvidarte!
Un remordimiento me sangra
de mirar un cielo
que no ven tus ojos,
¡de palpar las rosas
que sustenta la cal de tus huesos!
¡Carne de miseria,
gajo vergonzante, muerto de fatiga,
que no baja a dormir a tu lado,
que se aprieta, trélmulo,
al impuro pezón de la Vida!
Coplas - Poemas de Gabriela Mistral
RS
Me encantó e hila perfecto con la canción. Adoro las letras de las coplas y entre muchos maestros, me quedo con Rafael de León. PENA Y ALEGRÍA DEL AMOR
EliminarA José González Marín
Mira cómo se me pone
la piel cuando te recuerdo.
Por la garganta me sube
un río de sangre fresco
de la herida que atraviesa
de parte a parte mi cuerpo.
Tengo clavos en las manos
y cuchillos en los dedos
y en mi sien una corona
hecha de alfileres negros.
Mira cómo se me pone
la piel ca vez que me acuerdo
que soy un hombre casao
y sin embargo, te quiero.
Entre tu casa y mi casa
hay un muro de silencio,
de ortigas y de chumberas,
de cal, de arena, de viento,
de madreselvas oscuras
y de vidrios en acecho.
Un muro para que nunca
lo pueda saltar el pueblo
que anda rondando la llave
que guarda nuestro secreto.
¡Y yo sé bien que me quieres!
¡Y tú sabes que te quiero!
Y lo sabemos los dos
y nadie puede saberlo.
¡Ay, pena, penita, pena
de nuestro amor en silencio!
¡Ay, qué alegría, alegría,
quererte como te quiero!
Cuando por la noche a solas
me quedo con tu recuerdo
derribaría la pared
que separa nuestro sueño,
rompería con mis manos
de tu cancela los hierros,
con tal de verme a tu vera,
tormento de mis tormentos,
y te estaría besando
hasta quitarte el aliento.
Y luego, qué se me daba
quedarme en tus brazos muerto.
¡Ay, qué alegría y qué pena
quererte como te quiero!
Nuestro amor es agonía,
luto, angustia, llanto, miedo,
muerte, pena, sangre, vida,
luna, rosa, sol y viento.
Es morirse a cada paso
y seguir viviendo luego
con una espada de punta
siempre pendiente del techo.
Salgo de mi casa al campo
sólo con tu pensamiento,
para acariciar a solas
la tela de aquel pañuelo
que se te cayó un domingo
cuando venías del pueblo
y que no te he dicho nunca,
mi vida, que yo lo tengo.
Y lo estrujo entre mis manos
lo mismo que un limón nuevo,
y miro tus iniciales
y las repito en silencio
para que ni el campo sepa
lo que yo te estoy queriendo.
Ayer, en la Plaza Nueva,
—vida, no vuelvas a hacerlo—
te vi besar a mi niño,
a mi niño el más pequeño,
y cómo lo besarías
—¡ay, Virgen de los Remedios!—
que fue la primera vez
que a mí me distes un beso.
Llegué corriendo a mi casa,
alcé mi niño del suelo
y sin que nadie me viera,
como un ladrón en acecho,
en su cara de amapola
mordió mi boca tu beso.
¡Ay, qué alegría y qué pena
quererte como te quiero!
Mira, pase lo que pase,
aunque se hunda el firmamento,
aunque tu nombre y el mío
lo pisoteen por el suelo,
y aunque la tierra se abra
y aun cuando lo sepa el pueblo
y ponga nuestra bandera
de amor a los cuatro vientos,
sígueme queriendo así,
tormento de mis tormentos.
¡Ay, qué alegría y qué pena
quererte como te quiero!
Besitos
Gemo
Incrusta aquí la carita con la boca abierta del wasap..
Eliminar.....ese poderío ESCRITORA ¡¡ llevado al limite.....Esta canción es un llanto callado al AMOR....imposible y lleno de desgarro¡¡...me encanta¡¡¡...
EliminarGRACIAS....por ¡¡tanto¡¡¡ regalo...
celeste-negro
Ahi va tu titulo y tierras Gemo....
ResponderEliminarGemo_Grande de España y Señora Suprema de las Letras
Condecorada como escritora con el titulo__Buena hasta decir basta
Se le otorgan las tierras que llevaran el nombre de..
Tierras de la fertilidad y de..no se puede escribir mejor....
Divina_Wilson
..... jejejejeje....muy bien DAMA ....absolutamente de acuerdo contigo...no podía ser de otra forma...
EliminarCeleste-Negro
......dejarse arrastras por una PASION ....eso...eso siempre puede tener un precio...o por el contrario...no tener ninguno...sencillamente porque debemos tener la valentía de perseguir un sueño....si no lo hacemos....quizás nuestra vida...esa que construimos pensando que sería lo que queríamos... cuando desearla fue hacerla...hará que nos estalle en nuestra propia cara...
ResponderEliminar.....pero la pasión...camina siempre a un paso del AMOR...y rara vez...muy rara vez...no se junta...si lo hace.....nos atrapa aún más...mucho más....por eso AMOR...PASIÓN...LOCURA...puede ser aquello que nos puede llegar...cuando ni siquiera lo llamamos...como tampoco llamamos y si sentimos ese DESEO prohibido....ese que que nos hace sentir culpables...sin serlo...porque no se es CULPABLE DE '''SENTIR'''' NO SE ES.....pensarlo si es cobardía...eso si lo es....porque nos negamos a nosotros mismos la oportunidad ....de lo único en lo que jamas podremos mandar....en el corazón....en los sentimientos....sean cuales sean....es mejor...mucho mejor dejar esa cobardía disfrazada de cualquier cosa que queramos ponerle ...y mirar con valentía al frente...''''' sin tener nunca que pedir perdón a mundo'''''....por sentir....por desear....por amar...Y es de humanos también....pensar en quien nos importa...lo es¡¡...pero sin sentirnos culpables....no se trata solo de decir....se trata a veces también de poder y querer callar...
......como la misma canción.....esta historia es desgarradora....lo es por muchas cosas...por quien siente....por quien decide y por que lo hace....y por quien calla....sin saber o sabiendo todo....y calla para no perder a quien ama....las tres pierden....las tres lo hacen....perdidas en un AMOR...que esta vez...no les dio su cara buena...no¡¡¡
......Escritora no dejas nunca...nunca de sorprender....absolutamente soberbia una vez has estado...con el mismo ''arte''' con que das SONRISAS....nos puedes traer lagrimas...lo haces¡¡¡¡
¡¡¡ÚNICA¡¡¡¡ lo eres¡¡....
GRACIAS......por ¡¡tanto¡¡¡ tanto¡¡¡ tanto¡¡¡¡
Celeste-Negro
Ole olé y oleeeeee artissstazaaaaaa eres muchiiiisismo
ResponderEliminarGraciassss ARTISTAZAAA
La que merece un monumento es la esposa (- Tranquila, no toques nada y deja que te cure. - Los cristales rotos, la sangre en el lavabo, un corazón hecho añicos y su mujer, tan dulce como siempre.
ResponderEliminar- Mañana haré chocolate para los tres y bajaremos al Parque a tomarlo. Te encanta desayunar en la calle, mañana lo haremos, mi vida...mañana.) Inteligente, comprensiva, habiendo captado el momento de confusión pasional de su mujer y mostrándose segura de si misma ante la vida. Bravo, Gemo, te mereces todos los premios habidos y por haber. Todo lo que escribes atrapa y te hace pensar más allá de las palabras. Gracias.
Constance.