En el Parque...13

No hay nada como una madre y es de entender que de ahí viene el dicho ese de: y a ti te encontré en la calle. Carmela no se iba a quedar como si nada. Su hija se había enamorado y la otra parte, la causante de ello, tenía dos opciones a su entender: enarmorarse por igual de su hija o enamorarse por igual de su hija. No cabía ninguna opción más y aquella mañana de finales de abril, con esa idea salió de su casa Carmela.

" Jiji irala...es lo más guapo que pueda pisar una calle, junto a mi ojitos ays"

Ali, en vez de estar preocupada por aquello de que en verdad, estaba ante el primer encuentro de su suegra con su nuera, estaba preocupada por...

"¿La costalera?"

No, si además ya no es Semana Santa y miércoles, ¿para que me la nombras?

" Jijiji venga, si estás deseando contarnos. ¿Que pasó con ella y la niña el alcalde?"

Ay, lo peor que podía pasar. Bajo el palio la costalera consiguió el pañuelo de la niña, besando en él su amor por esa criatura. Pero el tiempo pasó injustamente y la niña se hizo mujer y a la niña casaron. Hoy día, toda una serrana con cortijo y esposa, para desgracia de la costalera. Lo que nadie sabía, es que ese pañuelo fue guardado, que en paseos por sus tierras una vez volvieron a encontrarse y que desde entonces, las cartas, correos y messenguer entre ellas se hicieron frecuentes. Hasta que....

Otra vez las fiebres sacudiendo su hermoso cuerpo y otra vez ella sufriendo en la lejanía. Las noticias sobre la salud de su serrana, no eran buenas y aun sabiendola dura como un roble que aguanta vientos y tempestades, la costalera no pudo quedarse quieta encerrada entre paredes pintadas a cal viva.

- Que no puedes saltar la valla de su cortijo- le dijeron al verla ensillar el caballo. En su cara debía llevar el sufrimiento por su serrana, para adivinar sus intenciones- Como te pille su señora, ya no habrá más sueños pa,ti morena- le insistieron cuando se subió al caballo. Pero, mucho nombre era caballo pa la pena de burrillo sobre el que se había subido. De pena que daba, daban ganas de llamar a una grua y remolcarlos a los dos. 

- Venga ya- les dijo ella. Su burro era el mismo Rucinante del Quijote con ella subida. Hasta parecía sonreír el bicho y mira que era feo el joio, que no había burra que lo aguantase a su lado- Apartarse, que voy a por mi serrrana- como una heroína gritó la morena y su bicho, sea el burro mas feo que pegarle a un padre, gruño pidiendo pista. Al verlos tan altaneros cualquiera diría que iban a salir de de las frondosa dehesa y en verdad de donde salían era de una cuadra de dos por tres. Pero ahí salieron, a un paso por minuto de velocidad, dispuestos a comerse los kilómetros hasta su serrana, con una hogaza pan y una ristra chorizos, que hambre no tenían porque pasar- Donde estará mi serrana...Donde que quiera que  esté, mi serrana es mia..porque ya la encontré aquella mañana.

Cantaba la morenilla y lloraban los pájaros del horror de alaridos que salían de su garganta. Daba igual, mal que bien, llegaría a ese Cortijo en busca su serrana. 

- ¿Buena yegua habrá pa,mi?

" Jajaja, vamooos. ¿Que el burro habla?"

Deja de preocuparte del burro, la costalera y la madre que...Carmela llegaba al parque. Había que verla. Se había echado todo el bote de Cacharem, imitación perfecta comprada en la farmacia. Con un moño bien alto se había recogido el pelo y llevaba puesto su traje de bodas, comuniones y bautizos varios. No hay nada que una madre no sea capaz de hacer por un hijo, aunque ésta sea Ali. Porque si, mientras la mujer caminaba hacia el Parque deseando enganchar a la tal ojitos, Ali y su Papa pues...

- ¿Pues no me he quedado con hambre yo hoy?- le decia el papa a su hija. Se ve que había sido poco para el hombre mojar en café con leche de litro y medio, dos magdalenas tamaño Bernabeu- Me voy hacer un montandito jamón ahora que no está aquí mi Carmela- pasaba a musitar enganchando la barra, 3 x 1 euro de la tienducha la esquina. 

- Igualito me ha pasado a mi Papa, ponte ahí algo para mi- le decia la canija. Con el misterio que para su Papa conllevaba el saber donde echaba su hija todo lo que comía. 

- Jem jem..Ya verás que bocadillo te hace tu Papa.

- Con alegría... Échale jamón con alegría. Como para una boda. 

Tranquilitos, como sino fueran parados de larga duración.

"Cuidaooo, no vayas por ahi. A que si estamos en el bar, a que si con el per, a que si somos andaluces"

" Que lo somos Papa..lo somos"

"Jem jem bailate algo que lo vea la Gemo ésta, que en vez de andaluza parece ya andapilas"

Pasando de ellos, Carmela llegaba al Parque y lo hacía justo el único día que ojitos, barría con esmero....