Emergencias 142

Nacho sería uno de los protagonistas de una noche, que comenzó con él mismo sacando a Inés de su casa. O sea, normal que la piloto se estuviese entreteniendo en exceso en salir de la casa. Marina llevaba más de una hora en el aseo, supuestamente preparándose para su gran noche de fiesta. Y ni caso le hacía a sus peticiones.

- Vamos..deja que te vea  una mijilla al menos. A ver que guapa vas- había sido alguna de sus peticiones intentando empujar la puerta que firmemente aguantaba Marina desde el otro lado.

- Es noche por separado, para que nos aireemos, rompamos rutinas, etc...¿todo eso lo tienes claro?- le había contestado Marina reconociendo que; o echaba el pestillo de la puerta o Inés la ganaría y la abriría.

- Si, si, si...¿pero por que no me dejas que te vea?- insistió Inés que insconciente, comenzaba a dejarse llevar por unos nervios impropios que empezaban a oler a celos.

- Pues..pues..pues, porque quiero divertirme con mis amigas, ¿si?- eludió como pudo Marina contestarle a esa pregunta.

- Jijiji, bien....pero me está oliendo raro que estemos aquí las dos empujando una puerta- siguió insistiendo Inés dejándose la vida empujando la puerta- y no me dejes verte. Llámame loca.

- Jajaja, lo que no quiero es llamarte celosa- se sinceró Marina y error. A los celos no los atices.

- Lo sabía... Enseñame las tetas, nada más que las tetas- soltando la puerta, Inés apretó los dientes. Es que lo sabía, seguro que llevaría un escote de escándalo aprovechando que si antes Marina tenía pechazo de impresión después de haber tenido a Ito, era aún más pechazo. Y ella que soltaba la puerta y Marina que la entreabría lo justo, para que a Inés se le desencajase la mandíbula al verla peinada, maquillada y en lencería de tirar la puñetera puerta y salir otra noche.

- ¿Ves? Esto trataba de evitar. Se acabó, no me vas a ver- enfadada la mykoyan cerró la puerta y frente a ésta, es que Nacho encontró a la piloto. 

- Habla con tu amiga, hazla entrar en razón, Nacho. Planea salir enseñando tetas de más, por ahí no paso- le pidió Inés nada más verlo y error, ahora de ella. Nacho, ese hombre acusado de amanerado por su sensibilidad y gustos, no era el hombre ideal ante el que comportarse como una celosa posesiva.

- Saldrá como le salga del toto, y tu a respetar sus gustos. Ahora, baja por delante de mi- le ordenó Nacho e Inés que lo obedeció pero calladita no se iba a ir.

- Muy bien, pero yo la camisa me la quito en cuánto lleguemos a un sitio con nenas- vociferó Inés tirando a dar y hasta Nacho tragó saliva, temiendo que Marina saliese a su estilo. Pero, pasaron los segundos de miedo técnico, Marina no salió y ellos se fueron a pesar de las reticencias de Inés. Obvio, así no supieron porqué Marina no salió a su estilo y era, porque tras escuchar la amenaza directa de Inés a sus celos, prefirió escribirle a su amigo de toda la vida.

Mensaje de Marina a Nacho: Cariño, acordaros que las noches en Pedraza engañan y acabas enseguida constipado. Cuidame a Inés que es muy de quedarse con poca ropa y luego...fiebre y mocos. No la dejes. 

- Jajaja- riendo se congratulaba por su astucia la médico, sin saber que al igual que Nacho no le consentía celos a Inés, tampoco lo haría con ella. 

Así, Nacho e Inés se fueron a por Xavier y Susana, mientras que Marina recibía a su madre.

- Madre mía - pensó al abrirle la puerta, no a su madre, y si a toda una Sanchez vestida para triunfar. Unos leggins simulando cuero con un jersey que le encajaba perfecto. El cabello marivillosamente suelto y como no, zapatos de rascacielos. Estaba claro, que ella no era la única que quería aprovechar la noche, desfasando sanamente, su madre también y tras ella, sin darle tiempo a saludarse, Laura.

- Hey Babies, esto me está recordando a muchas de nuestras grandes noches- les dijo Laura haciendo corrillo con las tres y entusiasmada con la salida, pasó a su grito de guerra- Si yo hago tiqui tiqui- dijo moviendo sensualmente sus pechos con un tono de lo más golfo y Marina corrió a secundarla.

- Yo hago taca taca- con mismo tono "putón " y con el mismo movimiento, le respondió Marina, con Karla llegando y quedándose muerta, por como iban y se movían.

- Joder niñas... Acordaros que yo tengo un ramalazo lesbico muy heavy. Estáis absolutamente increíbles las tres- les dijo un tanto ruborizada ante tanta belleza resaltada y esperó que tras las risas y besos de saludos entre todas, Lucía algo le dijese. Lo normal entre ellas, un abrazo, alguna palabra cariñosa, que saliese de su brazo, lo que fuese de esos miles de detalles que Lucía siempre tenía con ella. Pero no, Lucía no hizo nada normal, prefiriendo hablar con su hija.

- Me encanta como te queda ese palabra de honor. Déjame que te saque una foto- le pidió Lucía a su hija, ésta posó orgullosa en su mismas ganas de cachondeo y tras esa foto, siguieron unos cuantos selfies de las 4 que seguro después colgarían en alguna red social. Pero, no era el plan inicial de Lucía que trasteando con su móvil siguió- Se la mando a Inés que le va a gustar tanto como a mí.

- Noooo- trató de evitarlo Marina pero ya era tarde y su foto volaba hasta el móvil de Inés.

- Jajaja, cariño no te preocupes. Estás guapísima y vamos a salir entre amigas, que se trague un poquito los celos- le dijo con toda la malicia del mundo y guardó el móvil ante la mirada más que flipada de Karla, que no entendía ni media esas reacciones tan anormales de Lu- Ya está bien, que siempre cedamos nosotras- dijo ahora para todas y Karla sumó rápido. Algo le pasaba a Lu con su Tía, de ahí los darditos que estaba lanzando y puede que de ahí, sus pocas muestras de afecto sobre ella. Aunque, Lu podía y estaba un poquito disgustada con Su, pero al final eso no era bastante, para no acabar acercándose a Karla cariñosa.

- De las tres, yo la que más. ¿Uhm?- coqueteando con ella, Lu la agarró antes de salir de casa de Marina y Karla por fin, pudo babear como siempre por esa mujer.

- Está claro...si además sabes que lo nuestro no se da, porque parecería incesto- le contestó Karla, dejando para más adelante una charla con Lu sobre su Tía y así se marcharon al restaurante donde cenarían.

Y en otro restaurante de Pedraza, era donde Inés se levantaba con la vena de los celos marcada en su cuello y frente, tras recibir la foto de Marina.

-  Tita, echame una foto. Que alguna quiere guerra esta noche.