Normalidad había sido lo solicitado por Marina al resto y lo mismito sin saberlo, les pedía Inés a su Tía y hermana. En la puerta de su casa, con las inmensas ganas de entrar, tuvo el ramalazo de humildad propio de una heroína.
- Jiji..a ver, reunión- les pidió dando dos palmadas bien fuertes. Estaba subida, eso era un hecho.
- Ahí dentro, están nuestras mujeres- comenzó a decir con solemnidad de capitana de equipo en una final champions. Obvio, Karla enseguida se ofendió.
- Oye...que el mío es hombre. No te pases- defendió a su chico y...
- Jajaja ejem...perdón- a Susana le dio la risa y para una vez que la seca mujer se reía, Karla lo dejó pasar. Que su hermana terminara ya de hacer el tonto, era lo único que quería.
- Bien...nuestras mujeres y jjjjj- a Inés también le daba la risa y así Karla se levantaba de malos modos y coconazo con su Tía que se daba.
- Joder- exclamó Susana tocándose la frente y nooo, ya se iban a ensarzar.
- Tu nunca llevas vestido, ¿te gustaría que te dijeran camionera o machorro?- a dar tiró Karla y así pues normal que la otra no se callase.
- Yo no soy de eso, retiralo ahora mismo- al trapo entraba Inés.
- Perdón, está mejor dicho... poco femenina- insistió Karla.
- Titaaaaa, mira que cosas me dice la enana ésta- se mal defendió Inés tirando de nena consentida por su Tita y ésta no aguantó ni mijita más. Cogiendo a cada una por el cuello unió las cabezas de las tres.
- Di ya lo que sea- apremió a Inés y menos mal, que las dos miraban al suelo, también porque era el único sitio al que Susana les permitía mirar o hubiesen seguido, como buenas hermanas. Con la orden de su Tía a Inés le volvió el ramalazo humilde.
- Vamos a entrar ahí, como si no hubiesemos hecho la heoricidad que hicimos. Porque ell...- aposta se entretuvo demasiado y ganó un buen pisotón de Karla- auch...tontaca- que natural le dolió pero su Tía tirando de ella le hizo seguir a lo suyo- Porque ellos han sufrido en nuestra ausencia. Poco, muy poco se habla de esas mujeres y hombres- ahora no tuvo huevos de omitir a Nachete, el pisotón había surtido efecto y Karla bien que sonreía chulita- que esperan a sus heroínas en casa.
- ¿Y lo vas a hacer tú? - inquirió Karla y ahora la colleja se la llevó ella. En éste punto, Susana soltó a ambas y se quedó mirándolas sin ganas de más tonterías o eso creían sus sobrinas, porque pasó a descojonarse en la cara de ambas.
- Jajaja, ni de coña. Que no, vaya que no- se fue dejándolas con cara haba literalmente y ahora sí. Las heroínas iban a entrar en casa queriendo normalidad para la asustada familia que las esperaba dentro. Pero ¡ay amiga! Toda heroína lleva consigo un buen saco cargado de ego, e Inés no iba a ser distinta. Tras pasar por la puerta de su casa, espero a brazos abiertos que Marina llegase a ellos para abrazarla y consolar su llanto, como buena heroína, pero Marina no fue a sus brazos, ni Marina ni nadie, vaya.
- Eh....jjjjjj que ya estamos aquí- anunció y volvió a abrir los brazos. Ahora si que si Marina debería dejar el sofá y venir, pero oye que nada. Lo único que varió es que Laura si se giró en el sofá.
- Ayyy por fin llegáis, estabamos discutiendo. Que levante la mano la que quiera ir a ver 50 sombras de Grey- les pidió metida de lleno en su papel de disimular el día de angustia que llevaban y obvio; la primera en escupir un no bien clarito fue Susana. Ni de coña iba ella a pagar por ver semejante bazofia y si fuera alguien tendente a hablar por los codos, hasta podría dar un mitín sobre el nefasto mensaje que dejaba para ella esa película. Karla en verdad, estaba como siempre en lo que dijera la mayoría. Total, ella ya sabría sacarle provecho o buscar las risas e Inés..Inés era la heroína que llegaba a casa queriendo las lagrimillas de su amada, sufridora de sus heroicidades. No muchas, a ella con dos lagrimillas le bastaban, pero Marina seguía callada y sin mirarla sentadita en el sofá.
- Jijiji, ya te estás viendo ataita con la corbata- respondió a Laura y se aseguró de suspirar bien largo. Cansaita llegaba después de haber sacado de un pico de la hostia a dos famosos de la tele y oye que nada. Su mujer ni un beso ni un nada y mira por donde, menos mal que se escuchó a Ito llorar desde su habitación- Itoooo- llamándolo al escucharlo fue que se olvidó de heroicidades y malas mujeres que no la besaban. Como no hacerlo, si de pronto le vino encima todo lo que había echado de menos a su nano.
- El nene- como si la estuviese escuchando, Ito desde su cuna balbuceaba incansable e Inés se dispuso a ir en su busca, pero ¡Ay amiga! Marina por fin dejaba de ser una momia sentada en un sofá y se incorporaba para ir hacia las escaleras como ella misma hacía. Vale, las dos al pie de la escalera y el resto mirándolas callados. Todos, menos Lucía. Conociendo a su hija, daba por hecho que en cuanto Inés le dijese cualquier cosa más, estallaría. Y para eso, lo mejor es que la pareja pudiera estar en su casa como estaban y a poder ser, solas. La médico daba por hecho que le costaría sacarlos de ahí sin cotillear nada, pero le puso empeño y hasta lo consiguió. Para cuando consiguió cerrar la puerta siendo ella la última, su hija y su poder estallar a gusto y sin reservas, no era la mayor prioridad. Lo era Susana y la extraña sonrisa que presidía su boca. Pero eso era otro asunto, en la casa y sin saberlo, se quedaron Marina e Inés, subiendo a ver a Ito.
Marina subía abrazándose mientras que Inés lo hacía a pasos más ligeros. Huyendo del silencio de Marina. Bueno, pasa cuando ya te conoces tantísimo. Inés prefería que Marina soltase los nervios pasados a su estilo y ésta, luchaba consigo misma, reteniendo esos nervios pasados. Pero...¡ay amiga! Este par ya no eran sólo dos, ahora eran tres e Ito, demostró su lugar en esa casa gritando eufórico al ver entrar a Inés. Unos grititos de lo más exaltados por ver a Mami, que a Inés le hicieron reír mientras corría a cogerlo y que a Marina, le pararon los mismos pulsos.
- Jajaja, mi chicoooo- comiéndoselo a besos, la heroína comenzó a tener lo que había querido y sin esfuerzo, ni hostias que desplazan, ni voces que escupen reproches. Con el nene en brazos se giró en busca de Marina y ésta se abrazó a ellos suspirando. Después de todo, los tres estaban en casa, pasa que uno de ellos se había deshecho de su pañal y con su pajarito libre se hacía pis sobre sus mamis.
- El nene...agua jijiju el nene mamma- parecía que se recochinaba Ito, pero no, él se limitaba a balbucear mientras sus mamis se besaban hasta que la humedad en sus ropas lo delató.
Pues normalidad habían querido ambas y no había algo más normal, que Ito haciéndoles pis encima.
Jajaja, pobre Inés. Ella que ya se veía entrando a la casa como si fuera la mismísima Ulises que vuelve de su viaje a Ítaca. Menos mal que ahí está siempre Ito para sacarla de sus apuros.
ResponderEliminarLa escena final me ha encantado.
Deseando un trocito de Lucía y Susana...
Muchas gracias!
L.a.c.e.r
Me encanta la forma que tanto Inés como Marina quieren darle naturalidad al reencuentro, pensando la una en la otra. Ito para comérselo. Y la taza de chocolate se convirtió en besazo.
ResponderEliminarSusana, alucinando me hayo de esas sonrisas, jaja pero me ha gustado esa forma de terminar con la discusión de las dos sobrinas.
Y ahora me quedo con las ganas de saber que esconde la “extraña sonrisa” que le profesa a Lu. Hoy parecía la risitas Su, quitándole el sitio a Inés.
Karla de “diez” en defensa de su chico. Jaja
Gracias,
A.
.....Y LLEGO...LLEGO ESE ''ENCUENTRO''' POR FIN...POR FIN ...CON GANAS CALLADAS...PERO QUERER CALLARLO NO SIRVE DE NADA...CUANDO LAS DOS...INES Y MARINA SABEN HABLARSE...¡¡TANTO¡¡ CON SOLO UNA MIRADA...TODO QUEDA ATRAS...MIEDOS..ENFADOS...TODO¡¡ LO QUE SI SIGUE ADELANTE ES AQUELLO QUE LAS ATRAPO ...AQUELLO QUE SIGUEN VIVIENDO COMO ESA PRIMERA VEZ...NADA MÁS NECESITAN...NADA MÁS...PARA QUE UNA SEPA QUE YA ESTA EN CASA Y LA OTRA SIENTA QUE DE NUEVO LA TIENE...
ResponderEliminarGRACIAS....ESCRITORA..POR ¡¡TANTO¡¡
CELESTE-NEGRO.