Emergencias 120

Inés y Nacho, no eran los únicos que sufrían la posible marcha de Lucía. Por igual lo hacía Laura....Habiendo sido una adolescente de padres divirciados en un trámite que se les fue de las manos y en el tiempo, en su edad más crucial, Lucía tuvo que ser quien echase un capote a Fátima respecto a su educación. En aquel tiempo para Fatima se mezclaron las etapas de querer arreglar su matrimonio con las desastrosas que resultaban de un arreglo poco fructífero. Ese desorden en su casa, siendo Laura una chica de lo más consentida, la llevaba a tener comportamientos extremistas, que siendo Lucía madre de Marina, no tardaban nada en llegarle a sus oídos o a su misma puerta.

Los tres amigos ya contaban con su fama en el Instituto. Nacho era el antiguo nenaza que por aquellas comenzaba a ser el guaperas-pijo que toda niña de barrio soñaba tener como novio,  Marina era la creída hija de la doctora y a Laura se la acusaba de "ligerita". Una fiesta a la que los tres pensaban ir, le sirvió a Laura para querer demostrarles a todos lo poco que sus palabras sobre ella le importaban. Cosas de la edad, llegó a recoger a Marina  bien chulita pensando en comerse la noche, no siendo muy consciente de las pintas que llevaba. Obvio, Lucía fue abrirle la puerta y verla con una minifalda de pocos centímetros y extremadamente maquillada y dar por hecho, que esa noche llegaría tarde a su cita con un colega.

- Cielo, ¿pretendes asfixiarte con tus tetas?

Cuanto adoraba esa forma tan directa de Lucía que siempre había tenido para con ella. Puede que influenciada por los chantajes emocionales a los que a veces sometía a sus padres, pero lo cierto es, que Lucía era la única adulta de su entorno que le hablaba de tu a tu, para bien o para mal. 

- Ya quisieran muchas de esas pavas tener dos como estas- le había debatido y hoy día se avergonzaría horrores al verse sujetarse las tetas como entonces lo hizo. No iba a consentir que nadie la ningunease, ni se metiese con ella sólo por estar buena y vestir más provocativa que muchas. Pero ahí estuvo Lucía como tantas otras veces.

- Creo que es el momento que tu y yo..hablemos de como se comporta una mujer... mujer.

Como y cuánto disfrutó aquella noche con Lucía. Escucharla hablar sobre sus armas de mujer, más que probadas, mientras le rectificaba el maquillaje y corregía su ropa, fue un sueño cumplido. Algo así como ser su hija por un día. Pero Lucía ya tenía una hija que al entrar a su habitación y ver a Laura con uno de los vestidos preferidos de su madre y de ella misma, sufrió un ataque de niña consentida.

- O sea...llevo dos meses pidiéndote ese vestido y mira lo que me encuentro- fue una de sus tantas quejas mascando exageradamente chicle que hizo Marina. Siendo adolescente daba mucha chulería o eso creía ella. Marina de pataleta y Laura al instante ofendida. Drama, uno de tantos entre ellas.

- Ya estamos... se la come la envidia porque yo tengo más cuerpo- la acusó Laura.

- Quisieras tú, guapa- se defendió Marina.

Dos adolescentes en pleno drama y una mujer que miraba a ambas con la máscara de ojos en la mano a punto de clavarsela a alguna si no se callaban.

- ¿No sabéis hablar sin gritar?

Otro topizaco de adolescentes que en ellas se cumplió, hablar en un tono exageradamente alto que a Lucía le desesperaba. Tres mujeres eran y así, el drama continuó.

- Es que llevas todo el rato metiéndome prisa para irte con tu cita y mira como te encuentro ahora, jugando a las barbies- protestó Marina en esa fase de mi madre es mía y no la presto.

- Habló la que dijo...nunca fui princesa y como guerrera, yo misma escribiré mi cuento- enseguida Laura le tiró de lleno y Lucía optaba por intervenir o se volvían a ensarzar.

- Jajaja, no os soporto. En serio- les dijo consultando su reloj y nooo, así no hacía más que provocar a su hija.

- Me desespera que estés conmigo y mires el reloj- rabiosa le dijo Marina.

- Dios mío...llevamos todo el día juntas- le rebatió Lucía y claro...

- Que la dejes salir...además el tal Joan está que te mueres- la defendió Laura y siendo adolescentes, pues rápido cambiaron de tema, relajándose. Pasado el drama llegaba el momento de exaltación.

- Ay si, tia...tiene unos brazos de agh- la secundó Marina pestañeando por los brazos fuertes y anchos del tal Joan.

- Yo me lo fo- calló Laura ante la seria mirada de Lucía y tuvo que rectificar como lo haría una mujer...mujer- Quisiera ese, tenernos.

- Jajajaja- río Lucía entonces como ahora lo hacía Xavier, escuchando a Laura quejándose por la posible partida de Lucía. 

- Honey...perdemos todos con su marcha y sabes que me encanta Su, pero no puedo quedarme quieta- lo advirtió antes de escribir un mensaje en el grupo de wa que tenían.

Mensaje de Laura a grupo: Yo solo digo una cosa...Boicot.

Mensaje que se fue repitiendo durante todo el día. Pero Inés había dicho tener dos noticias y ninguna buena. La primera era la posible marcha de Lucía y para esa ya tenían solución: Boicotear la cena Lu&Su.  Para la segunda, la solución no era tan sencilla. La Junta de Castilla y León les exigía inscribir al pequeño Roberto en el Registro Civil. Dos meses nacido y el registro no se había hecho por expreso deseo de Marina, quien se negaba en redondo a que Roberto figurase con sólo dos padres; ella misma y Xavier. Tan rotunda era su decisión que incluso prescindía de estar recibiendo el sueldo por baja maternal. Pero en estos momentos se metía la administración y lo que no había admitido debate, ahora lo hacía. 

Normal entonces que Susana recién llegada de Torrejon junto a Lucía acudieran a casa de las chicas para tratar el tema. La carta pasaba de una a otra, como lo hacía el pequeño Roberto y Marina, fue quedándose sola en su decisión de continuar presionando a la administración, incluso la misma Presidenta de Madrid, vía teléfono le pedía claudicar.

- Una sociedad moderna que mira hacía el futuro en todo, una sociedad que crece en Libertad, donde las familias no llegan  de la mano de convencionalismos si no que llega y se forma dentro del amor sin barreras, avanzando por igual en la realidad como en el respeto a los sentimientos, incidiendo en hacer crecer en libertad a los niños que son los futuros ciudadanos de un país que sabe de la importancia de dar para recibir y que se empeña en enseñar valores, debe salir de un nucleo donde la familia se constituye en libertad de sexos y sexo. Sólo así, crearemos una sociedad mejor, más sana y sincera, sin prejuicios de ningún tipo. Una sociedad al fin y al cabo, que deja y favorece, el que las personas se amen en libertad y desde la igualdad. . Me tendréis siempre defendiendo lo que nunca  debió necesitar ser defendido y de lo que soy el propio ejemplo, si queréis utilizarlo... Eso lo dice Esther García Presidenta de Madrid, la Esther que se considera amiga de la hermosa familia que habéis formado, os aconseja presionar hasta que la bandera que hoy sosteneis con orgullo, pese demasiado en vuestras vidas. Me he encargado personalmente de que si a sí lo quieres Marina, mañana mismo seáis noticia. Pero sólo será, si eres plenamente consciente de donde os estáis metiendo.

- Casi ná- dijo Inés siendo la única capaz de hablar tras lo dicho por Esther García y obvio, se ganó las risas de ésta.

- Jajaja, Inés- le dijo Esther, claramente divertida con la piloto.

- La misma...¿a que ya me echaba de menos?- no necesitó Inés más para coquetear sanamente con la Presidenta.

- A tus ocurrencias, siempre ¿uhm?- ronroneo gustosa la presidenta mientras Marina rodaba los ojos y Su y Lu, las ignoraban mas pendientes de Roberto.

- Ay Oma...tenga cuidado que lo siguiente es suspirar por mis huesos- siguió a las bromas Inés y así acabaron despidiéndose en un ambiente menos formal, con la promesa de la presidenta de visitarlas pronto.  

Una vez cortaron la llamada, ninguna quiso presionar a Marina y ésta lo agradeció en el alma. Para ella su hijo tenía tres padres y aunque era plenamente consciente de que el Juzgado no admitiría a trámite la demanda de Inés y que además, según el abogado de Susana como la misma Presidenta les habían dicho, en caso de divorciarse de la piloto, ésta si podría ejercer su derecho a continuar formando parte de la vida de su hijo, no cedería hasta el último día de plazo dado por la administración. 

- Una cosa es saber que vamos a perder y otra, no hacer ruido conformandome con una legislación carca. Ahora por favor, distraigamonos de esto- les dijo queriendo una tregua o era capaz de sentarse a escribir el discurso más visceral que nunca antes hubiese escrito. Normal, la distracción fue Roberto dormido por Susana en tanto Inés no paraba de insistir en lo bien que se veía su Tía cargando con un hijo. Pero, Susana estaba prácticamente recién llegada y Lucía esperaba para poder cenar con ella....a solas. Pasado el rato, con el bebe durmiendo en su moisés  llegó el momento de marcharse a su casa...solas.

- Nos vamos a ir yendo, Susana está cansada- les dijo Lucía sin poder saber del boicot contra esa cena que se había orquestado y a Inés le faltó tiempo para saltar.

- Eh no...necesito que os quedéis un momento con Ito- les dijo pese a la amenaza visual de Marina de que no lo hiciese. De todos era la única que no estaba deacuerdo con ese boicot.

- Naah...ni caso, ya vamos otro día- dijo Marina pellizcando a Inés con disimulo. Pero ni caso, la piloto lo aguantaba casi llorando e iba a insistir.

- Es mejor ir ahora que están ellas aquí- como Marina temía, Inés insistió y no era plan verse más ridículas negándose una a otra, con su madre y Susana mirándolas sin saber si ponerse el abrigo o no.

- Madre mía- murmuró Marina dándose por vencida y al final, sin querer empezó a participar en el boicot pese a no estar deacuerdo. De momento, habían conseguido dejarlas de niñeras alejadas del salón primorosamente preparado por Lucía, aunque a ésta poco le importó, de momento, no estar en su casa.

- Mm....acabo de ver como sabes calmar a las fieras- le dijo a Susana tirando de su jersey, refiriéndose a como ésta había dormido a Roberto y dio por comenzada su velada, en cuánto los ojos de Susana recorrieron toda su figura. Tan de Su admirarla como si fuese algo único que no esperó más para pegarla a ella y su vestido de media pierna entallado con un ancho cinturón y mangas francesas- Sabía que te encantaría este vestido- prosiguió enredando a la piloto a su aliento cercano y más alto de lo habitual. Ver a Susana mirándole los zapatos en busca de una explicación a que esa noche le sacase una cabeza, le hizo gracia- Jajaja, cariño puedes decir algo...que de verdad que no te voy a cobrar por hablar- bromeó con ella y se contradijo porque no esperó mi mijita para besarla- Uhm- gustoso al principio, suave después y enredado en cuánto las manos de la piloto rodearon su cintura- Estoy deseando que vayamos a casa.

- Yo también- concordó con ella Susana, antes de volver a disfrutar de sus besos hasta que Roberto, decidió participar en el boicot llorando como si no hubiese mañana. 

Vale, calmarlo a él fue fácil e Inés pese a querer tardar mucho fuera no pudo y al final, las maduritas creyeron irse a su cena especial de lo más tranquilas, pero lo de Inés y Roberto, solo había sido el principio de un boicot.