jueves, 8 de enero de 2015

Bajo tu muérdago 10


Para Mamen, los minutos siguientes a que Mirta las interrumpiese para avisarles del apagón sufrido en la casona, se le pasaron entre murmuraciones hechas en todos los idiomas contra su hermano por torpe en primer lugar y contra las compañías de energía en segundo lugar. Ambos eran los culpables de haberle robado su primer deseo del 2015; Anabel y su pasión arrolladora. Bueno, también a Anabel y su sonrisa burlona.

La misma que puso cuando ella la soltó con toda la pereza del mundo. Vale, tampoco daba para mucha seriedad estar mirándola con un pecho fuera del vestido y que éste estuviese arrugandose en su cintura. 

- No veo la diversión por ningún lado- le había dicho malentendiendo esa sonrisa burlona y hasta la empujó queriendo sacársela de encima. Pero Anabel, si bien no varió su sonrisa, sí que pasó de su empeño de sacársela de encima para volver a pegarse a ella. Como se había maldecido al sentirse vibrar de esa forma por cada una de sus cosas, como lo hizo cuando Anabel prácticamente apoyada en ella, buscó su oreja.

- No me es nada divertido que me quiten algo que tanto me gusta, pero si lo es.... verte con las mejillas sonrojadas en rabia- le había susurrado jugando con su oreja, sus sentidos y hasta su aliento- La hacía más comedida en sus impulsos, ama y señora de este refugio- terminó por decirle Anabel antes de huir de las ganas locas que sintió de abofetearla, pellizcarla o lo que fuese que le hiciese daño. 
- Ja...yo le hacía huidiza de rollos, ama y señora de la hostilidad- le dijo con toda la intención. Si no podía hacerle daño físico buscaría otra forma, como esa mismamente. Sin ser consciente, de que podía adquirir efecto bumerán cómo acabó sucediéndole. Anabel volvió a apoyarse en ella y con total descaro, le atrapó el seno libre de prenda que aún seguía desafiando a la locura descorchada entre ambas. Que se lo atrapase le cortó la respiración y la dejó sin reacción. 
- Después de haberlo tenido en mi boca, sería una osadía considerarlo un rollo- le dijo Anabel y entonces sí que la empujó con fuerza. Era eso o quitarle la sonrisa burlona que no había perdido haciendo que se lo comiese. 
Como fuese, la cuestión es que su deseo de éste nuevo año, se adentró en la casona tras su empujón y Mamen tuvo que guardar sus encantos y acomodarse el vestido entre murmuraciones contra el mundo, antes de entrar en busca del torpe de su hermano. Le había dicho mil veces donde estaba la llave del transformador y ningún misterio tenía, ya que estaban junto al resto en el cajetín principal. Pero ni caso, cuando entró los huéspedes se habían colocado alrededor de la chimenea entre alegres conversaciones, haciendo bueno eso de; al mal tiempo buena cara, mientras que de su hermano no había ni rastro. De Anabel, a la que también buscó, tampoco encontró rastro e iba a salir nuevamente del salón cuando su cuñada llegó sigilosa hasta ella, asustándola.
- Joder Mirta- exclamó llevándose la mano al corazón. Menuda nochecita de los...a la que sólo le faltaba como guinda su cuñada riéndose cosa mala.
- Jajaja- reía su cuñada en toda su cara para su desesperación. ¿Pero como no hacerlo después decómoo la había visto en el porche?- Jajaja, no la vayas a pagar conmigo y te advierto, si vas a comértela hazlo deprisa porque se va mañana mismo.
Pues si, una caquita de noche con todas las letras, es lo que quedó confirmado para Mamen tras lo dicho por su cuñada. No había caído en ese detalle, Anabel era otra huésped y no había sido ella quien le hiciera la ficha al llegar y por lo tanto, ni idea podía tener de cuando se marchaba. Para su suerte, Mirta siguió atenta a ella y se la llevó al grupo que en la chimenea se lo pasaba en grande. No faltaba alguna guitarra y el ambiente era de lo más festivo. Así fue fácil para Mamen involucrarse enseguida con ellos participando en sus bromas y conversaciones. A los pocos minutos la luz regresó y aunque todos lo festejaron, decidieron mantener las luces del salón apagadas, prefiriendo el ambiente creado por la luz que emitía la chimenea y las velas encendidas. 
Así, envuelta entre risas y ganas de cachondeo, Mamen no se dio cuenta del regreso de su hermano y sobre todo de Anabel, hasta que tiempo después la buscó y bien encontró, de pie junto a varios cargando con el pequeñajo medio dormido de Tomás.
- Genial- pensó nada más verla. Otra cara que mostraba Anabel desarmandola y siendo así, estando con Mirta a su lado mirando hacia donde ella misma lo hacía, le dijo- Este es el momento en que querría volver al punto cero.
- Normal cariño, ese donde sólo querías tirartela..., pero es que así se ve tan mona.
No hacía falta que Mirta lo jurase, Anabel se veía ciertamente adorable cargando con el pequeño Tomás dormido. Suficiente para Mamen, era tiempo de romper esa imagen, primero para salvarse a ella misma y después, por el pobre pequeñajo.  
- Se va mañana, quiere decir que en horas- se repitió Mamen mientras se acercaba a ella. Daba para repetirselo muchas veces y dejar de soñar en más nada, que no fuese apurar esas nuevas horas que el reloj seguía marcando. Pero una cosa con los propósitos, sobre todo los de año nuevo y otra, cumplirlos. Llegar hasta Anabel, verla sonreír mostrándole a Tomás totalmente dormido agarrada a ella, que le señalase a los papis del dormilón bailando acaramelados y que Mamen, maldiciese al momento los estúpidos calendarios.
- Ven...ponlo junto a Marcos que también cayó rendido- le dijo seca sin saber manejarse ella misma. Sin quererlo o quizás previniendose de sí misma, la guió hasta uno de los sillones donde otro pequeñajo dormía con seguridad. Sus planes de repente habían cambiado, desde luego no estaba en el punto cero "me la como", ni en el mediano; "me la como y luego ya...", más bien estaba en uno bien peligroso y movedizo; "quiero más". Normal que entonces todas las alarmas se le disparasen y no fuese muy amable y simpática ayudando a Anabel a que dejase al niño en el sofá- ¿Y ahora que?- se preguntó con Anabel parada a su lado mirando a los niños dormir, para pasar a exigirse- Suficiente-con las entrañas removiéndosele sin compasión. Fin de año, era su noche preferida, había colgado el cartel de completo en su Refugio, ese por el que tanto había dejado y luchado, y los huéspedes seguían cantando y bailando disfrutando como ella debería estar haciendo. Vale, sólo había que regresar a ese punto y no otro, el de pasarla bien- Venga, ya sabes donde están las bebidas, yo regreso a la chimenea- se escabulló así de Anabel o eso quiso, porque está detuvo sus pasos agarrándola del brazo- ¿Que?- le tuvo que preguntar y dale que dale, sus ojos se ve que pasaban de barreras y preferían torturarla estando atentisimos a los labios de Anabel. Dichosa manía que tenía ésta de humedecerselos antes de hablar.
- No que...me preguntaba si puedo abusar un poco de la casera y pedirle una taza de caldo. Se ve que cogí frío ahí fuera.
¿Frío? ¿Había escuchado en serio lo del frío o era una broma? Imposible que hubiese cogido frío ahí fuera. Calor, sofocos, enrojecimiento y mil sensaciones más que da el calentón padre que ambas habían cogido ahí fuera. Que frío, ni frío. Anodada, se había quedado Mamen que ni atinaba a contestarle. Pero no hizo falta, volvió a ser Anabel la que habló acercándose cariñosa.
- Anda, ¿vienes conmigo a la cocina y me lo pones?- cariñosa y odiosamente cercana, Anabel insistió ronroneandole en la oreja y Mamen quiso llorar o reír o saltar. Vete tú a saber, si teniéndola acariciandole la mejilla con la nariz, no daba para más.
- Dios mío ...está bien, cambiemos el champán por caldo de la abuela- con genio se zafó de su cercanía dirigiendo los pasos hasta la cocina del refugio. Con tanto genio, no es que tardarán en llegar hasta ella y tampoco, fue que le permitiese a Mamen ver la sonrisa divertida de Anabel caminando tras ella. Otra cosa fue, cuando al entrar y dar las luces, se giró dispuesta a preguntarle cuánto caldo quería y Anabel, se le adelantó.
- Cuéntame- le dijo Anabel sentándose de un salto en una de las encimeras y Mamen se giró despacio a mirarla. A saber por donde saldría ahora- ¿Como decidiste dejar un trabajo muy bien remunerado como ejecutiva de éxito para venir a perderte a un sitio como este?
- ¿Qué?- escandalizada era poco. Para Mamen era inconcebible que después del cotillón que se habían regalado ambas en el porche, Anabel le saliera ahora con esas- Vamos... no me fastidies.
- Jajaja, trataba de darte conversación- de nuevo saltó Anabel, esta vez para acorralar contra la nevera a la escandalizada Mamen, que rabiosa todavía se veía más apetitosa.
- No la quiero- le contestó Mamen interponiendo una mano entre ambas a modo barrera. Pero qué tontería, en cuanto tocó el pecho de Anabel perdió fuerza.
- Ya...- ironizó Anabel aprovechándose claramente de lo blandita que era la barrera establecida por Mamen y el calor en la cocina subió como si estuviesen todos los hornos funcionando a mil.
- Pues eso es- quiso mantenerse en las suyas Mamen, pero no había caso. Su propia mano ya subía caminito al cuello de Anabel deseando enredarse en su larga melena.
- Era eso o volver a comerte- musitó Anabel prendida de la boca de Mamen y la alarma anti-incendios no se activó porque aún no echaban humo pero a punto estaban de hacerlo.






4 comentarios:

  1. Feliz Año!

    Este tira y afloja que se traen entre manos es para explotar de tanto calentón y parón, pero mola ver como Anabel la tiene bajo su encanto a Mamen.

    Y esta cuñada es la leche, jajaja

    Gracias.

    A.

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  2. Bien por Anabel!!! que Mamen se entregue de una vez, por favorrrr!!!!!Gracias, Gemo, nos haces vivir el momento.
    Constance

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  3. Me encanta no, lo siguiente.
    Muchas gracias!
    L.a.c.e.r

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  4. Me encanta esta pareja..me recuerda a la pareja de..Un adios improvisado..
    Claro que a otro nivel....La Amanda de aquella es insuperable a ''mala'..jaja
    Me gusta muchisimo Gemo...Grande tu......
    Divina-Wilson....

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