112-Emergencias 116

- Oh...no lo hables con Inés , que para todo tiene solución- le advirtió Karla y puede que se equivocase. 

Porque encerrada en el baño del cuarto sucio, Inés no tenía solución para las preguntas de Marina sobre esa "monisima" celadora.

Como pocas veces le pasase, se quedó bloqueada, sin palabras que decirle. No fue por el temor a un enfado de Marina, ni por sus celos. Quizás tuviese más que ver con que la había extrañado tanto que le apetecía cero, una tonta discusión por celos. Estando ambas abrazadas, con los torsos desnudos y sintiéndose piel a piel, como llevaban días sin estar, Marina lo tuvo claro.

- Es obvio que me he convertido en una intensa, pero es que contigo no me valen las cosas a medias- comenzó a decirle premiandola con las caricias y mimos que la piloto tanto había extrañado- No quiero dobleces, lo nuestro esta hecho a base de risas, de sonrisas, de despertares queriéndote a mi lado, de pasión de la que quema, de la que enciende solo con pensarte o con saberte mía. No quiero silencios, ni quiero que tú los tengas, quiero decir lo que pienso y quiero sacarte lo que piensas tú. Lo nuestro es auténtico porque así somos las dos. Ahora estoy celosa, claro que lo estoy ¿Y que? Es lo que siento y es lo que saco. En lo nuestro cabe todo y puedo sentir que contigo si estoy mal bajo a los mismos infiernos, como al contrario me elevo por encima de todo, en esa nube que hemos creado, donde me resguardo del mundo y recojo tus besos- terminó sin creerse haber podido hablar tanto y tuvo que ponerse a reír al ver a Inés pestañear enamorada.

- Ehm si, también extrañaba tus leñazos políticos- le dijo la piloto todavía recopilando todo lo dicho por Marina de una "taja". Aunque no mintió en lo dicho, esa manera de hablar sin parar de Marina era única y como guinda solo le faltaban sus pues...pues...pues, infinitos. Así normal que no pudiera dejar de pestañear a lo Betty Boo, provocando la risa de Marina colgada de su cuello.

- Jajaja, que eso no quita, que quiera echarme a la cara a la tal Lorena, ama de llaves- entre risas lo dijo, pero en verdad se la tenía jurada a la celadora simpática y generosa. Volvían así las risas, entre caricias que subían de tono, obviando que se encontraban en ese baño de ese cuartito sucio, porque Laura había hecho una llamada urgente a sus amigas-espadachines. Llamada por la que Marina había ido a cafetería y que al final, del nuevo encontronazo de Laura con su suegra no habían hablado. Ni lo había hecho Marina, ni Fatima, ni Lucía, ni menos Inés. Normal entonces que la rubia más explosiva les abriera la puerta del baño de lo más enfadada en una bordada interpretación de cualquier actriz galardonada con Oscar de los años 50.

- Te quiero- le dijo a Marina no consiguiendo echar la lágrima que la encumbraría al éxito dramático, parecido a lo que hoy en día intenta Jennifer Aniston. Daba igual, tiraría de genio como acabó haciendo a lo Escarlata O,Hara- Pero esto que me has hecho hoy, no puedo perdonartelo- soltó dejándolas desnuditas pero bien abrazaditas y con el mismo ímpetu que había abierto la puerta, la cerró. De sus pasos enfadados de "adiós mundo cruel", supieron las pobres personas con las que se fue cruzando, mientras en el cuarto Inés se vestía apremiada por Marina.

- Por favor cielo, corre tú tras ella que la última vez que la vi así de enfadada colgó en el periódico una nota de desamor para mi- le metía prisa Marina, que al fin y al cabo ella seguía siendo una madre casi recién parida y a Inés le tocó correr tras Laura. Abrigo de piel, pañuelo enorme al cuello y un kuki bolso colgando primorosamente de su antebrazo así la encontró andando por mitad del Hospital a lo que había que sumar unas gafas de sol gitantes.

- Laura...espera que soy yo- ágil Inés no tardó en darle alcance y se enamoró muy fuerte, cuando Laura se detuvo y se giró muy lento hacia ella dándole emoción y tragedia.

- Baby....la mitad de mi corazón se queda aquí contigo- se creyó su propia película Laura. Dramática le dio hasta para sacar un pañuelo y simular que limpiaba las lágrimas muy divinamente por dejabo de las gafas, que para eso ella era fanática de Yo Donna, y Marina, a pasos menos ágiles tras ellas, fue escucharla y sonreír, sin dejar de temerla, mientras que Inés no sabía si tomársela en serio o no, así que prefirió improvisar.

- Jijiji, si os lo aviso siempre, cuidado conmigo que enamoro- le dijo la gracieta de turno y vió la luz, porque Laura sonrió aunque la supo cortar rápido- Desde luego, ¿que te ha hecho Marina? Que seguro algo ha sido- improvisando acertó de pleno echándole la culpa de todo lo que ella desconocía a Marina y así se ganó a Laura, que tampoco es que para contárselo necesitase de mucho.

- Oh Baby...como se nota la conoces- vuelta al pañuelo, a simular secarse y a dejarlo colgando en una postura que daba para silbarle- Las reuní aquí, porque no te lo vas a creer- comenzó a relatarle con un hilo de misterio conseguidisimo- Fui de compras con mi suegra, que será una estirada pero tiene estilo para aburrir y ja..¿sabes que me dijo?- atrapó a Inés, que ya ves tú que logró y se gustó encantada con ella misma- Me dijo que con este embrollo que hemos liado, no hemos caído en el pequeño detalle de que si el día de mañana yo tengo hijos con Xavier...que eso está por ver...pues que mis hijos serán hermanos de los tuyos, o sea de los de Marina- le dijo como si su suegra le hubiese dicho una locura y a Inés se le abrieron los ojos de la impresión. Nadie había caído en ese detalle, desde luego que la piloto no, como tampoco parecía que Laura lo hubiese pensado, porque continuó contra su suegra-.¿Como te quedas? ¿Es una víbora o a caso exagero?

- Hermanos- musitó Inés sin todavía poder darle crédito. Todo había pasado tan rápido que ni caer, en ese pedazo de detalle. Quien si había caído era Marina, la misma que terminaba de acercarseles emocionada. Por supuesto que ella si lo había pensado, nada más darse cuenta de los sentimientos que poco a poco, habían nacido en Laura por Xavier. Su amiga del alma, compañera a las buenas y a las malas, la mano que apretar cuando se necesita sostento o la dueña del empujón cuando también es necesario recibirlo. Eso era Laura para ella y por eso, la miraba con un nudo en la garganta. La sangre, su único elemento no compartido, algún día podría unirlas.

- Ayyyyy- conforme fue dándose cuenta de la pasada que era enlazarse con Marina vía sangre, Laura empezó a dar grititos entusiasmados que fueron aumentando de decibelios y gestos, conforme se vió reflejada en la emoción que mostraba Marina- Ayyyyyy- a los grititos se le sumó dejar caer el pañuelo, quitarse las gafas y en tres, dos, uno...saltar cogiendo a Marina- Me muero toda ahora mismo, solo nos falta Nacho- entre saltitos de ambas siguió, mientras Inés echaba cuentas.

Espermatozoides efectivos era igual a Xavier, con lo que los genes a compartir entre las dos que saltaban como si les hubiese tocado la lotería, eran de Xavier. Entonces, ¿Nacho debería quedarse embarazado de éste? Bueno, ahora mismo Nacho estaba depilando a Xavier, lo mismo entre que te pongo la cera, te la quito y te soplo, surgía la chispa. Pero, ¿y Karla? Ay no, su hermana estaba super centrada con Nacho, volvía a ser la niña dulce que su padre alzaba bailando con ella. Ok, ok...algo no le cuadraba y era que a día de hoy, un hombre no puede engendrar, con lo cual no puede parir, pero jolines...¿entonces para que le ponía los cuernos con Xavier?

- ¿Donde están?- preguntó enfurecida, dispuesta a ir a salvar el honor de su hermana, pero ay mi madre. Sus corazones con patas y piernas, la miraban regañandola a la par que descojonandose por sus pajas mentales- Ok...¿entonces como sería, listos?- estaba perdiendo el norte hablando en voz alta con ellos. De psiquiatríco, pero por suerte las saltarinas seguían felices a lo suyo- ¿Karla con Xavier?- insistió queriendo encontrar la solución pero sus corazones le negaron tapándose la cara incrédulos- Pues yo no...¿eh? Que ni siquiera me gustan los vestidos, no ves- sin lógica ninguna siguió a lo suyo enredada en un labertinto.

- Cariño joder- intervino Marina habiéndole escuchado sólo la última parte y claro, se indignó con ella y su negación constante a ponerse lo que ella le dijera- Más que un vestido es un jersey largo que te quedaría genial con unos leggins o con unas medias gruesas.

- Ayyy, yo es que tampoco la veo con vestido- dijo Laura posicionándose al lado de Inés, a su modo claro- Me pone su rollo androgino, uff Baby...eres tan Hot.

- Bueno pues...vestido si, preñarme no- les contestó Inés antes de marcharse a discutir con sus corazoncitos y así, entre  depilaciones, ecuaciones, encuentros en el cuarto sucio, algún secreto y demás locuras del peculiar grupo de amigos que eran, fueron pasando los días y llegó el más esperado por todos, el alta del pájarito más mimado del mundo, siempre acompañado por su payaso, el señor Zapatones.