lunes, 8 de diciembre de 2014

12- Emergencias 105



Lucía no dormía, no podía hacerlo si tenía sus alas entre los dedos. Lo que hacía era coger el móvil para escribirle: Yo también, te quiero. Son solo dos palabras y no sabes como llena sentirlas.
Letras que en su día las unieron y que en el caso de Laura, no obtenían los
mismos resultados. Puede que porque entre ella y Xavier, las letras no habían jugado ningún papel. No se habían conocido por ellas, apenas se habían comunicado mediante ellas y tampoco, es que a viva palabra, les hubiese ido mejor con ellas. En ese punto, Laura se achacaba para ella toda la culpa. Había caído sobre Xavier, con demasiada exaltación. Fenomenales polvos, cenas de puro exhibicionismo y nada más. No porque no quisiera, sino más bien, porque solía vivir la vida tan deprisa y rápido, que en el camino dejaba momentos por los que ahora mataría.
Si, lo haría por detenerse en muchos de los instantes donde Xavier, buscaba su cuerpo para acurrucarse musitando palabras en francés. También lo haría en los pocos abrazos compartidos con él en una bañera o siendo alzada por sus fuertisimos brazos. Los había tenido, si...pero a todas luces los había desaprovechado.

Por eso ahora, imitando a Lucía en su lucha por la mujer que amaba, estaba en un descampado de las afueras de Pedraza, vestida con una exuberante y un tanto llamativa equipación de motocross y por supuesto, una moto a juego. Bien, no había sido difícil guiar la moto hasta ese descampado. Su padre era un amante de las motos, como lo era Sergi. Una de sus primeras relaciones.

Mensaje de Laura a Xavier número 25 sin leer: Sergi no me dejaría aquí tirada, también te lo digo. Que quien es Sergi te preguntarás, pues yo te lo digo. Secretos no quiero tener contigo. Fue un ¿novio? Que se yo, Honey...tendría como 20 años y el me sacaba diez. Fornido y macarra él, puton y jovencisima yo. Hizo lo que quiso conmigo, y entre esas cosas, me enseñó a montar en moto. ¿A que lo hago bien? Ja...¿como me vas a responder si no miras el móvil?

Razón llevaba Laura en cierta parte. Xavier no miraba el móvil, aunque no podía ignorarlo como querría. Porque a pesar de querer mantenerse firme y divertirse con su moto, no podía dejar de estar pendiente de Laura, varios cientos de metros más abajo de la loma donde él saltaba, con una moto tan rosa como su equipación.

- Joder- tuvo que exclamar Xavier, deteniendo la moto en mitad de una pendiente. Con Laura ahí abajo fundiéndole la batería del móvil a mensajes no podía concentrarse y al final lo único que iba a conseguir era pegarse una buena hostia. Con experiencia dejó caer la moto marcha atrás y para entusiasmo de Laura, sacó el móvil de su bolsillo una vez la detuvo, dispuesto a mandarla a casa.

Sin leer sus 50 mensajes, le escribió: Lau...va a comenzar a llover de un momento a otro. Vete a casa, ya hablaremos.

Dieciséis palabras que por lo que tardaron en llegar a ella, a Laura se le antojaron todo un Quijote. Con alegría desatada, las leyó esperanzada en encontrar una increíble declaración de amor en ellas, pero una caquita para ella. Xavier se mantenía en sus quince y eso le reventó el genio. Se había comprado una moto y una equipación, se había presentado en ese descampado y en los 49 mensajes primeros que le había mandado, se había echado todas las culpas habidas y por haber. Y así, mandándola a casa, era como reaccionaba Xavier. Pues él se lo había buscado, ni idea de como subir la loma que los separaba, pero lo iba a hacer costase lo que costase. Aunque antes, lo intentaría por mensaje una vez más.

Mensaje de Laura: Honey...vengo dispuesta a todo por ti y lo vas a ver.

Escribiéndolo tuvo que morderse los labios super nerviosa. Era una locura intentar subir esa pendiente y era mucho mas loco que Xavier no se hubiese derretido al verla llegar. Aunque, pensando en lo hablado con Karla...


Desde que alentada por la decisión con la que Lucía se había presentado en Torrejon, saliese de casa de Inés y Marina, no había dejado de darle vueltas a la cabeza. Mil películas se había llegado a montar pensando en su reconquista. Ni la reina Isabel de Castilla habría hecho tantas cábalas por reconquistar Granada, como ella. Bueno, seguro algo con ésta mujer había compartido. La reina seguro había acabado todos sus sueños sobre Granada, celebrando la victoria y así los terminaba ella. Pero entre tanto, ella más humana y menos leyenda, había buscado consuelo y ánimos en su peque. Cosa que a Karla no disgustó de ninguna de las maneras. Que Laura llegase a por ella, estando almorzando con Nacho y sus padres, le sirvió para tomarse un respiro.

- Ufff joder...necesitaba salir y fumar- fue lo dicho por Karla nada más salir al jardín de la casa. El suspiro que salió dando, a Laura le hizo gracia.

- Como si la hubiera parido- pensó sonriendole. Conocía desde pequeña a la familia de Nacho y podía apostar lo que fuese, a que ahí dentro, a Karla la habrían envuelto en cariño al por mayor- Te han mimado mucho...¿ah?- le preguntó y tuvo que reír en cuánto Karla rodó los ojos dándole la razón- Pues acostúmbrate, porque de falsos no tienen nada, y Estela es un corazón con patas.

- Ya imagino pero- sin saber cómo llevar ese cariño a borbotones con el que había sido tratada, Karla dudó en como continuar- Yo soy más rancia y se me hace raro- confesó enterneciendo a Laura.

- Con Lucía no se te hace raro- le dijo Laura, inmensamente feliz por saberla tan bien rodeada.

- Es distinta- vuelta a suspirar y también a sonreír. Las breves palabras recibidas por parte de su Tía, la tenían contenta y porqué negarlo; Lucía se había ganado por derecho una buena parcela de su corazón.

- Es más....¿Mamá?- insistió Laura, queriendo ayudarla a acostumbrarse a algo tan bonito como es, recibir cariño desinteresado.

- Si- tuvo que darle la razón Karla y mierda, todo el cariño recibido dentro de esa casa, saber a su Tía bien, a Inés en su particular nube y tener a Nacho, le acabaron emocionando, a su forma- Es un asco todo, porque por un lado me da cosa sentirme tan bien no teniendo a mi madre aquí conmigo y por otra, es como si ella desde donde quiera que esté, me estuviese ayudando y premiando con cosas que no se de donde salen.

- Jajaja, ven aquí- absolutamente conmovida la achuchó contra ella queriendo comérsela a besos- Sale de como sois, de como os dais y de lo que ofrecéis. Sino de que, ¿me ibas a gustar a mi tanto?- comiéndosela, las dos se miraron entre risas. Totalmente cómodas, dejando atrás sus escarceos juntas y disfrutando de una amistad que echaba raíces fortísimas a pasos de gigante. Después, Karla fue quien recordó porque estaban en ese jardín.

- Hablando de ti- le dió pie la más peque del curioso grupo y ahí si, Laura recordó el porque de su visita.

- Ay si...hablemos de mi- rápido cogió el hilo Laura, desahogándose atropelladamente- He estado pensando en mi hombre. Debe estar confuso. Porque claro, si evaluamos la situación, no he hecho más que tirármelo, debe sentirse un objeto sexual y cuidado, que se de con un canto porque para calvo va.

- Jajajaja- la pobre Karla, no pudo más que reír enamorada de esa locaza de rostro super atractivo, con carácter de niña consentida.

- Ayyy, no a ver...es que estoy nerviosa, y veras que al final la lió más gorda. Y no, nada de pensar en lo gorda que tiene su- no pudo seguir porque entre risas, Karla estuvo al loro de callarle la boca. No era plan estando en el jardín de su amorosa suegra ponerse a hablar en esas formas. Aunque, sorpresas te da la vida. Estela se les unió, dejando a Karla con la boca abierta, cuando con toda la soltura del mundo le cogió un cigarro y se sentó junto a ellas en una postura un tanto pasota.

- Cuando se va a rajar de hombres, yo no puedo faltar- les dijo Estela, sin extrañar lo más mínimo a Laura, que corrió a explicarle su situación.

- Ayyy Estela, que mi hombre se cree que es un juguete para mí- le dijo provocando la risa de la mujer, sin soltar a Karla. Algo en la unión de las chicas, sería su evidente conexión o naturalidad, llamó la atención de Estela, quien se lo calló centrándose en Laura.

- Todos lo son de alguna manera. No es nada nuevo- le quiso hacer entender Estela, dando por hecho que hablaba con Laura, la inconformista.

- Me puso un ultimátum,  pasé de él y entonces va y me deja- con evidente fastidió le replicó Laura. Todo el mundo debía comprenderla. Simplemente se había resistido a caer bajo el yugo de la monogomia y su aburrida compañera de viaje, la fidelidad. Bastante bien lo llevaba para los pocos premios que estaba recibiendo- ¿Te lo puedes creer?

- Hombres- parodiándola ante los ojos de Karla, Estela buscó darle el mejor de los consejos sin dejar el humor- Si les tomas en cuenta, buscan excusas para escaquearse y si los dejas de lado se ofenden. Todas sabemos donde tienen su epicentro, hazle sentir que es único para ti y no tendrás problemas.

- Ayyy siiii, mi pichica. Que sepa que es mi pichica, mi hombre, mi todo- con renovadas energías no se cortó un pelo en demostrar su alegría besando en los labios a Karla, quien poco pudo hacer. Después se marchó feliz hacia su reconquista, sin saber que Estela una vez se fue, la relevó en el abrazo a Karla.

- Vosotras...eh, como te digo yo- a solas, Estela no se quiso quedar sin saber. Que demonios, su hijo estaba de lo mas encandilado con la rubia de cara angelical, que en su rebeldía silenciosa a ella también estaba conquistándola. Pasaba de ser la típica suegra rígida y prefería llevarse con ella como son su propio hijo.

- Si- tardó en contestar Karla, pillada desprevenida y por como la miró Estela, supo que había hecho bien- y..y..y fue la hostia. Pero como amantes no valemos un duro, en cambio como amiga es un auténtico tesoro. ¿Como lo has sabido? ¿Por el beso?- curiosa, Karla quiso saber y Estela estaba por contestarle, pero una voz muy conocida al otro de lado de la verja las hizo callar.

- Venimos desde casa oliendo a chocolate, ¿es aquí donde lo ponen con ricas pastas? Jjjjj ains.

Ines no iba a dejar a su hermana sola en su primera comida familiar y bastante rato la había aguantado Marina en casa. La excusa fue el chocolate y el plan, compartir una tarde uniendo familias.

Distinto a como estaba Laura, a ella todavía le quedaba lejos una comida familiar con su estirada suegra y el cachondo de su suegro. Primero debía convencer de sus sentimientos reales y sinceros, al hombre que viéndola dispuesta a subir la loma sin tener ni puta idea de hacerlo, dejaba caer su moto y se quitaba el casco, temiéndola.

- Laura bajate de la moto, joder- a puro grito prácticamente bajando a saltos la loma para hacerla bajar de la moto se lo pidió, sin que Laura pareciera querer hacerle caso.

- Voy a subir y te voy a demostrar así lo que me importas, pedazo melón- la contestación de Laura apretando el puño del acelerador a Xavier le desbocó el corazón. La pendiente de la loma tenía un desnivel importante y la hostia podía ser considerable.

- Como subas no te hablaré en la vida- insistió sin bromas, empezando a acojonarse. Laura era capaz de subirla por narices- Estoy hasta los cojones de que siempre haya que hacer las cosas a tu modo- desesperado tiró el casco dispuesto a deslizarse por esa loma como fuese.

- Que no bajes, que subo yo- envalentonada, Laura no midió el tamaño de su locura y soltó el embrague para comenzar a subir la bendita loma al tiempo que Xavier se dejaba caer por ella. La primera en hostiarse fue Laura, a los pocos metros subidos, cayéndole la moto encima, mientras Xavier al verla perdía el equilibrio comenzando a rodar cuesta abajo- Ayyy Honey, que nos matamos a lo Romeo y Julieta, sin veneno ni nada.

- Joder ...¿estas bien?- sin escucharla y totalmente asustado, cuando consiguió recuperar el equilibro, Xavier le retiró la moto y se volcó en ella. No necesitó Laura más, para sentirse no Julieta y si Cleopatra, salvada por su amado y bello Marco Antonio- Laura...Laura- a Xavier le costó unos meneos, comprobar que Laura no se había hecho nada, sin comprender porqué lo miraba parpadeando y sin hablar- Dime si te duele algo- con cuidado la palpó sin encontrar nada, miedoso de retirarle el caso y así, le dio pie a Laura, poniéndoselo bien fácilito.

- Me dueles tu- le declaró sorprendiendo a Xavier al hacerlo en un perfecto francés y pasó a retirarse el casco ella misma. Ahora si que si, se acabaron las tonterías.

- Palabras- con tristeza en sus ojos, Xavier se dejó caer en la polvorienta tierra, sin importarle la brecha que sentía sangrar en su frente- La realidad es ésta- dolorido señaló a ambos, cubiertos de barro y tirados en una loma de un descampado- Juntos no hacemos otra cosa que destrozarnos- dijo hundiendo los hombros, sin desanimar a Laura. Ella no tenía nada, ningún daño se había hecho y en cambio, la brecha de Xavier necesitaría de varios puntos de sotura. Sin negarle sus palabras, se acercó a él queriendo atender su brecha y dejó atrás su yo como epicentro de todo.

- Juntos...destrozarnos...juntos, a mi no me suena mal, Honey- atendiéndolo, ni siquiera se dio cuenta de como busco acomodarse en él y de como Xavier la aceptó sobre sus piernas- Vas a necesitar puntos, ahora nos acercamos al ambulatorio y te los pongo yo misma....se me da genial y no dejo cicatriz- totalmente a gusto, sintiendo como Xavier la cogía contra si, la loma sucia de cualquier descampado se le antojó el lugar mas bello.

- Seguro que tan bien como el francés- igual que ella, Xavier le habló bajito, temiendo romper el encanto que sin querer, habían creado.

- Me apunté en la escuela de idiomas... soñando hablas francés y también cuando me haces el amor o estas enfermo- le explicó Laura reconfortada en su abrazo. Nada había que ocultar, protegida en esos brazos- Ayyy Honey, si los buitres negros pueden ser fieles toda la vida y no aburrirse, ¿por que yo no?

- También lo son los pingüinos- le contestó Xavier sonriendo antes de besarla. Esa niñez pícara de Laura lo arañaba por dentro en jirones.

- Ayyy mi hombre que me vuelve a besar. Ayyy que me lo como yo a él- exagerada por felicidad, Laura no se cortó en comérselo como anunciaba- Ufff...con la de cositas que he aprendido para decirte, bien calientes y amorosas...amorosas también, no vayamos a confundirnos Honey.

- Jajaja, Lau....- encantado y más allá, Xavier se dejó mimar y entre  los dos se apañaron para bajar las motos y marcharse al Ambulatorio.

Mientras que, Ines satisfecha a base de churros y chocolate, buscaba intimidad junto a su hermana.

- Jijiji, la Tía lleva sin estar en línea desde el mediodía, esas dos no han debido de parar en toda la tarde y ya le hemos dado demasiado tiempo, ¿le canto algo o k asemos?

Dios mío, pensaría mas tarde Susana al recibir el audio de su sobrina. Porque no debía haber algo  mas anti idílico que acabar una increíble tarde con Ines cantando vía wasap.
 
 
 
 

4 comentarios:

  1. aiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii perfeito gemito
    brigoninha

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  2. bem que queria um so de lucia e susana detalhes bem grandessssssssssssssssssssss

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  3. Por fin Laura ha demostrado lo que siente a Xavier. Pelín arriesgado lo de la moto, pero me ha gustado.
    Deseando saber cómo van las maduritas de esta historia.
    Muchas gracias por el trozo
    L.a.c.e.r

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  4. .....TE QUIERO......SOLO DOS PALABRAS Y COMO LLENAN....TODO DICHO YA....PARA QUE MÁS...SI CON ESAS ALAS ENTRE SUS MANOS PUEDE VOLAR YA LO QUE QUIERA Y JUNTO A QUIEN QUIERE....
    LAURA....REPITO HABRÍA QUE INVENTARLA SI YA NO EXISTIESE SI¡¡¡
    ME SIGUE ENCANTANDO ESCRITORA¡¡¡¡

    GRACIAS.....POR ¡¡TANTO¡¡¡

    CELESTE-NEGRO.

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