Lucía no dormía, no podía hacerlo si tenía sus alas entre los dedos. Lo que hacía era coger el móvil para escribirle: Yo también, te quiero. Son solo dos palabras y no sabes como llena sentirlas.
Letras que en su día las unieron y que en el caso de Laura, no obtenían los
mismos resultados. Puede que porque entre ella y Xavier, las letras no habían jugado ningún papel. No se habían conocido por ellas, apenas se habían comunicado mediante ellas y tampoco, es que a viva palabra, les hubiese ido mejor con ellas. En ese punto, Laura se achacaba para ella toda la culpa. Había caído sobre Xavier, con demasiada exaltación. Fenomenales polvos, cenas de puro exhibicionismo y nada más. No porque no quisiera, sino más bien, porque solía vivir la vida tan deprisa y rápido, que en el camino dejaba momentos por los que ahora mataría. Si, lo haría por detenerse en muchos de los instantes donde Xavier, buscaba su cuerpo para acurrucarse musitando palabras en francés. También lo haría en los pocos abrazos compartidos con él en una bañera o siendo alzada por sus fuertisimos brazos. Los había tenido, si...pero a todas luces los había desaprovechado.
Por
eso ahora, imitando a Lucía en su lucha por la mujer que amaba,
estaba en un descampado de las afueras de Pedraza, vestida con una
exuberante y un tanto llamativa equipación de motocross y por
supuesto, una moto a juego. Bien, no había sido difícil guiar la
moto hasta ese descampado. Su padre era un amante de las motos, como
lo era Sergi. Una de sus primeras relaciones.
Mensaje
de Laura a Xavier número 25 sin leer: Sergi no me dejaría aquí
tirada, también te lo digo. Que quien es Sergi te preguntarás, pues
yo te lo digo. Secretos no quiero tener contigo. Fue un ¿novio? Que
se yo, Honey...tendría como 20 años y el me sacaba diez. Fornido y
macarra él, puton y jovencisima yo. Hizo lo que quiso conmigo, y
entre esas cosas, me enseñó a montar en moto. ¿A que lo hago bien?
Ja...¿como me vas a responder si no miras el móvil?
Razón
llevaba Laura en cierta parte. Xavier no miraba el móvil, aunque no
podía ignorarlo como querría. Porque a pesar de querer mantenerse
firme y divertirse con su moto, no podía dejar de estar pendiente de
Laura, varios cientos de metros más abajo de la loma donde él
saltaba, con una moto tan rosa como su equipación.
-
Joder- tuvo que exclamar Xavier, deteniendo la moto en mitad de una
pendiente. Con Laura ahí abajo fundiéndole la batería del móvil a
mensajes no podía concentrarse y al final lo único que iba a
conseguir era pegarse una buena hostia. Con experiencia dejó caer la
moto marcha atrás y para entusiasmo de Laura, sacó el móvil de su
bolsillo una vez la detuvo, dispuesto a mandarla a casa.
Sin
leer sus 50 mensajes, le escribió: Lau...va a comenzar a llover de
un momento a otro. Vete a casa, ya hablaremos.
Dieciséis
palabras que por lo que tardaron en llegar a ella, a Laura se le
antojaron todo un Quijote. Con alegría desatada, las leyó
esperanzada en encontrar una increíble declaración de amor en
ellas, pero una caquita para ella. Xavier se mantenía en sus quince
y eso le reventó el genio. Se había comprado una moto y una
equipación, se había presentado en ese descampado y en los 49
mensajes primeros que le había mandado, se había echado todas las
culpas habidas y por haber. Y así, mandándola a casa, era como
reaccionaba Xavier. Pues él se lo había buscado, ni idea de como
subir la loma que los separaba, pero lo iba a hacer costase lo que
costase. Aunque antes, lo intentaría por mensaje una vez más.
Mensaje
de Laura: Honey...vengo dispuesta a todo por ti y lo vas a ver.
Escribiéndolo
tuvo que morderse los labios super nerviosa. Era una locura intentar
subir esa pendiente y era mucho mas loco que Xavier no se hubiese
derretido al verla llegar. Aunque, pensando en lo hablado con
Karla...
Desde que alentada por la decisión con la que Lucía se había presentado en Torrejon, saliese de casa de Inés y Marina, no había dejado de darle vueltas a la cabeza. Mil películas se había llegado a montar pensando en su reconquista. Ni la reina Isabel de Castilla habría hecho tantas cábalas por reconquistar Granada, como ella. Bueno, seguro algo con ésta mujer había compartido. La reina seguro había acabado todos sus sueños sobre Granada, celebrando la victoria y así los terminaba ella. Pero entre tanto, ella más humana y menos leyenda, había buscado consuelo y ánimos en su peque. Cosa que a Karla no disgustó de ninguna de las maneras. Que Laura llegase a por ella, estando almorzando con Nacho y sus padres, le sirvió para tomarse un respiro.
-
Ufff joder...necesitaba salir y fumar- fue lo dicho por Karla nada
más salir al jardín de la casa. El suspiro que salió dando, a
Laura le hizo gracia.
-
Como si la hubiera parido- pensó sonriendole. Conocía desde pequeña
a la familia de Nacho y podía apostar lo que fuese, a que ahí
dentro, a Karla la habrían envuelto en cariño al por mayor- Te han
mimado mucho...¿ah?- le preguntó y tuvo que reír en cuánto Karla
rodó los ojos dándole la razón- Pues acostúmbrate, porque de
falsos no tienen nada, y Estela es un corazón con patas.
-
Ya imagino pero- sin saber cómo llevar ese cariño a borbotones con
el que había sido tratada, Karla dudó en como continuar- Yo soy más
rancia y se me hace raro- confesó enterneciendo a Laura.
-
Con Lucía no se te hace raro- le dijo Laura, inmensamente feliz por
saberla tan bien rodeada.
-
Es distinta- vuelta a suspirar y también a sonreír. Las breves
palabras recibidas por parte de su Tía, la tenían contenta y porqué
negarlo; Lucía se había ganado por derecho una buena parcela de su
corazón.
-
Es más....¿Mamá?- insistió Laura, queriendo ayudarla a
acostumbrarse a algo tan bonito como es, recibir cariño
desinteresado.
-
Si- tuvo que darle la razón Karla y mierda, todo el cariño recibido
dentro de esa casa, saber a su Tía bien, a Inés en su particular
nube y tener a Nacho, le acabaron emocionando, a su forma- Es un asco
todo, porque por un lado me da cosa sentirme tan bien no teniendo a
mi madre aquí conmigo y por otra, es como si ella desde donde quiera
que esté, me estuviese ayudando y premiando con cosas que no se de
donde salen.
-
Jajaja, ven aquí- absolutamente conmovida la achuchó contra ella
queriendo comérsela a besos- Sale de como sois, de como os dais y de
lo que ofrecéis. Sino de que, ¿me ibas a gustar a mi tanto?-
comiéndosela, las dos se miraron entre risas. Totalmente cómodas,
dejando atrás sus escarceos juntas y disfrutando de una amistad que
echaba raíces fortísimas a pasos de gigante. Después, Karla fue
quien recordó porque estaban en ese jardín.
-
Hablando de ti- le dió pie la más peque del curioso grupo y ahí
si, Laura recordó el porque de su visita.
-
Ay si...hablemos de mi- rápido cogió el hilo Laura, desahogándose
atropelladamente- He estado pensando en mi hombre. Debe estar
confuso. Porque claro, si evaluamos la situación, no he hecho más
que tirármelo, debe sentirse un objeto sexual y cuidado, que se de
con un canto porque para calvo va.
-
Jajajaja- la pobre Karla, no pudo más que reír enamorada de esa
locaza de rostro super atractivo, con carácter de niña consentida.
-
Ayyy, no a ver...es que estoy nerviosa, y veras que al final la lió
más gorda. Y no, nada de pensar en lo gorda que tiene su- no pudo
seguir porque entre risas, Karla estuvo al loro de callarle la boca.
No era plan estando en el jardín de su amorosa suegra ponerse a
hablar en esas formas. Aunque, sorpresas te da la vida. Estela se les
unió, dejando a Karla con la boca abierta, cuando con toda la
soltura del mundo le cogió un cigarro y se sentó junto a ellas en
una postura un tanto pasota.
-
Cuando se va a rajar de hombres, yo no puedo faltar- les dijo Estela,
sin extrañar lo más mínimo a Laura, que corrió a explicarle su
situación.
-
Ayyy Estela, que mi hombre se cree que es un juguete para mí- le
dijo provocando la risa de la mujer, sin soltar a Karla. Algo en la
unión de las chicas, sería su evidente conexión o naturalidad,
llamó la atención de Estela, quien se lo calló centrándose en
Laura.
-
Todos lo son de alguna manera. No es nada nuevo- le quiso hacer
entender Estela, dando por hecho que hablaba con Laura, la
inconformista.
-
Me puso un ultimátum, pasé de él y entonces va y me deja-
con evidente fastidió le replicó Laura. Todo el mundo debía
comprenderla. Simplemente se había resistido a caer bajo el yugo de
la monogomia y su aburrida compañera de viaje, la fidelidad.
Bastante bien lo llevaba para los pocos premios que estaba
recibiendo- ¿Te lo puedes creer?
-
Hombres- parodiándola ante los ojos de Karla, Estela buscó darle el
mejor de los consejos sin dejar el humor- Si les tomas en cuenta,
buscan excusas para escaquearse y si los dejas de lado se ofenden.
Todas sabemos donde tienen su epicentro, hazle sentir que es único
para ti y no tendrás problemas.
-
Ayyy siiii, mi pichica. Que sepa que es mi pichica, mi hombre, mi
todo- con renovadas energías no se cortó un pelo en demostrar su
alegría besando en los labios a Karla, quien poco pudo hacer.
Después se marchó feliz hacia su reconquista, sin saber que Estela
una vez se fue, la relevó en el abrazo a Karla.
-
Vosotras...eh, como te digo yo- a solas, Estela no se quiso quedar
sin saber. Que demonios, su hijo estaba de lo mas encandilado con la
rubia de cara angelical, que en su rebeldía silenciosa a ella
también estaba conquistándola. Pasaba de ser la típica suegra
rígida y prefería llevarse con ella como son su propio hijo.
-
Si- tardó en contestar Karla, pillada desprevenida y por como la
miró Estela, supo que había hecho bien- y..y..y fue la hostia. Pero
como amantes no valemos un duro, en cambio como amiga es un auténtico
tesoro. ¿Como lo has sabido? ¿Por el beso?- curiosa, Karla quiso
saber y Estela estaba por contestarle, pero una voz muy conocida al
otro de lado de la verja las hizo callar.
-
Venimos desde casa oliendo a chocolate, ¿es aquí donde lo ponen con
ricas pastas? Jjjjj ains.
Ines
no iba a dejar a su hermana sola en su primera comida familiar y
bastante rato la había aguantado Marina en casa. La excusa fue el
chocolate y el plan, compartir una tarde uniendo familias.
Distinto
a como estaba Laura, a ella todavía le quedaba lejos una comida
familiar con su estirada suegra y el cachondo de su suegro. Primero
debía convencer de sus sentimientos reales y sinceros, al hombre que
viéndola dispuesta a subir la loma sin tener ni puta idea de
hacerlo, dejaba caer su moto y se quitaba el casco, temiéndola.
-
Laura bajate de la moto, joder- a puro grito prácticamente bajando a
saltos la loma para hacerla bajar de la moto se lo pidió, sin que
Laura pareciera querer hacerle caso.
-
Voy a subir y te voy a demostrar así lo que me importas, pedazo
melón- la contestación de Laura apretando el puño del acelerador a
Xavier le desbocó el corazón. La pendiente de la loma tenía un
desnivel importante y la hostia podía ser considerable.
-
Como subas no te hablaré en la vida- insistió sin bromas, empezando
a acojonarse. Laura era capaz de subirla por narices- Estoy hasta los
cojones de que siempre haya que hacer las cosas a tu modo-
desesperado tiró el casco dispuesto a deslizarse por esa loma como
fuese.
-
Que no bajes, que subo yo- envalentonada, Laura no midió el tamaño
de su locura y soltó el embrague para comenzar a subir la bendita
loma al tiempo que Xavier se dejaba caer por ella. La primera en
hostiarse fue Laura, a los pocos metros subidos, cayéndole la moto
encima, mientras Xavier al verla perdía el equilibrio comenzando a
rodar cuesta abajo- Ayyy Honey, que nos matamos a lo Romeo y Julieta,
sin veneno ni nada.
-
Joder ...¿estas bien?- sin escucharla y totalmente asustado, cuando
consiguió recuperar el equilibro, Xavier le retiró la moto y se
volcó en ella. No necesitó Laura más, para sentirse no Julieta y
si Cleopatra, salvada por su amado y bello Marco Antonio-
Laura...Laura- a Xavier le costó unos meneos, comprobar que Laura no
se había hecho nada, sin comprender porqué lo miraba parpadeando y
sin hablar- Dime si te duele algo- con cuidado la palpó sin
encontrar nada, miedoso de retirarle el caso y así, le dio pie a
Laura, poniéndoselo bien fácilito.
-
Me dueles tu- le declaró sorprendiendo a Xavier al hacerlo en un
perfecto francés y pasó a retirarse el casco ella misma. Ahora si
que si, se acabaron las tonterías.
-
Palabras- con tristeza en sus ojos, Xavier se dejó caer en la
polvorienta tierra, sin importarle la brecha que sentía sangrar en
su frente- La realidad es ésta- dolorido señaló a ambos, cubiertos
de barro y tirados en una loma de un descampado- Juntos no hacemos
otra cosa que destrozarnos- dijo hundiendo los hombros, sin desanimar
a Laura. Ella no tenía nada, ningún daño se había hecho y en
cambio, la brecha de Xavier necesitaría de varios puntos de sotura.
Sin negarle sus palabras, se acercó a él queriendo atender su
brecha y dejó atrás su yo como epicentro de todo.
-
Juntos...destrozarnos...juntos, a mi no me suena mal, Honey-
atendiéndolo, ni siquiera se dio cuenta de como busco acomodarse en
él y de como Xavier la aceptó sobre sus piernas- Vas a necesitar
puntos, ahora nos acercamos al ambulatorio y te los pongo yo
misma....se me da genial y no dejo cicatriz- totalmente a gusto,
sintiendo como Xavier la cogía contra si, la loma sucia de cualquier
descampado se le antojó el lugar mas bello.
-
Seguro que tan bien como el francés- igual que ella, Xavier le habló
bajito, temiendo romper el encanto que sin querer, habían creado.
-
Me apunté en la escuela de idiomas... soñando hablas francés y
también cuando me haces el amor o estas enfermo- le explicó Laura
reconfortada en su abrazo. Nada había que ocultar, protegida en esos
brazos- Ayyy Honey, si los buitres negros pueden ser fieles toda la
vida y no aburrirse, ¿por que yo no?
-
También lo son los pingüinos- le contestó Xavier sonriendo antes
de besarla. Esa niñez pícara de Laura lo arañaba por dentro en
jirones.
-
Ayyy mi hombre que me vuelve a besar. Ayyy que me lo como yo a él-
exagerada por felicidad, Laura no se cortó en comérselo como
anunciaba- Ufff...con la de cositas que he aprendido para decirte,
bien calientes y amorosas...amorosas también, no vayamos a
confundirnos Honey.
-
Jajaja, Lau....- encantado y más allá, Xavier se dejó mimar y
entre los dos se apañaron para bajar las motos y marcharse al
Ambulatorio.
Mientras
que, Ines satisfecha a base de churros y chocolate, buscaba intimidad
junto a su hermana.
-
Jijiji, la Tía lleva sin estar en línea desde el mediodía, esas
dos no han debido de parar en toda la tarde y ya le hemos dado
demasiado tiempo, ¿le canto algo o k asemos?
Dios
mío, pensaría mas tarde Susana al recibir el audio de su sobrina.
Porque no debía haber algo mas anti idílico que acabar una
increíble tarde con Ines cantando vía wasap.
aiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii perfeito gemito
ResponderEliminarbrigoninha
bem que queria um so de lucia e susana detalhes bem grandessssssssssssssssssssss
ResponderEliminarPor fin Laura ha demostrado lo que siente a Xavier. Pelín arriesgado lo de la moto, pero me ha gustado.
ResponderEliminarDeseando saber cómo van las maduritas de esta historia.
Muchas gracias por el trozo
L.a.c.e.r
.....TE QUIERO......SOLO DOS PALABRAS Y COMO LLENAN....TODO DICHO YA....PARA QUE MÁS...SI CON ESAS ALAS ENTRE SUS MANOS PUEDE VOLAR YA LO QUE QUIERA Y JUNTO A QUIEN QUIERE....
ResponderEliminarLAURA....REPITO HABRÍA QUE INVENTARLA SI YA NO EXISTIESE SI¡¡¡
ME SIGUE ENCANTANDO ESCRITORA¡¡¡¡
GRACIAS.....POR ¡¡TANTO¡¡¡
CELESTE-NEGRO.