Ocho
días habían pasado e Inés, no era la única obligada a descansar.
A la misma hora que ella se iba a la cama, tras una dulce orden de
sus dos amores, su suegra despertaba después de poder dormir ocho
horas seguidas. Todo un récord, después de ocho días de lo más
intensos sin tiempo de largos descansos. Despertaba Lucía y lo hacía
sonriendo. Como no hacerlo, si sus últimos despertares le traían un
abanico de rostros culpables de su estado risueño. Desde el rostro
más pequeño y tierno, el de su nieto, pasando por su hija, Susana y
sus dos nuevas niñas. Sentirse plena era recordarlos individual o
por conjunto. Cada uno a su forma, contribuía a que estuviese en esa
cama desperezándose sin perder la sonrisa y por cada uno de ellos,
es que lo primero que hacía después de estirarse era coger el
móvil.
-
Benditas tecnologías- musitó inquietándose un tanto, al ver la
cantidad de mensajes que la aguardaban. Obvio, según las
circunstancias en las que se encontraban, primero leyó los de
Marina. El bebé había pasado buena noche y su organismo aceptaba
genial su leche materna vía sonda- Uhm genial- suspiró no pudiendo
dejar de sonreír viendo las nuevas fotos del mocosito como ella lo
llamaba, sólo o junto a su hija. Daba para suspirar después de días
sin saber si llorar de felicidad o de miedo por si mocosito no era
tan fuerte como finalmente estaba demostrando ser- Roberto- pensar en
la fuerza de su pequeñajo, le llevó a recordar a Marina en los
primeros días en el Hospital.
Tanta
escolta, siempre tan bien acompañada y aquella mañana la encontró
sola en su habitación. O eso creyó ella al entrar. Lo peor fue
cerrar la puerta, preguntándose donde estaban todos y que la voz
temblorosa de su hija, le hiciera tirarlo todo al suelo, bolsas,
bolso y lo que fuese que llevase en las manos, con tal de acudir
rápido a su lado.
-
No lo tenía, conozco este muñeco al dedillo- mostrándole a
Zapatones su hija le devolvió la vida. Por un momento había temido
lo peor- Me acompañó siempre y no tenía estas alas y no solo es
Zapatones, son los gorriones en la ventana. Se ha convertido en el
Angel de mi hijo, lo se. Como también se que es infantil, cursi y
ñoño, pero así lo siento y lo peor, es que me encanta sentirlo
aquí con nosotros- la forma en que terminó Marina, entre pucheros
llorosos, rodando los ojos ante lo que acababa de decir, la
enterneció al punto de acunarla como si volviesen a ser la joven
madre y su niña- Y yo que creía que pariendo iba a serenarme de una
vez.
-
Jajaja- recordándolo tuvo que reír, aún tumbada en su cama con el
móvil entre las manos. A Dios gracias que su hija no pudiera
serenarse si eso le permitía gozar de momentos así con ella- Uff-
debía espabilar por muy cómoda que estuviese en su cama. Tenía
planeado aprovechar la mañana al máximo antes de volver al
Hospital, pero- Uhm- antes se recrearía en su segundo fetiche, que
al paso que iba, adelantaría al primero que no era otro que la
lencería. Si, podría hacerlo si para este nuevo fetiche era un
auténtico narcótico para ella. Parecidos efectos sentía, al verse
presidiendo el perfil de Susana. Que tontería si lo pensaba y que
posesivo era, pero que placentero le resultaba. Aunque, en esta
ocasión se quedó extrañada. Al irse a dormir Susana la tenía
puesta con el pequeño Roberto en brazos y ahora, estaba sola y ni
siquiera recordaba que ella le hubiese mandado esa foto. Bueno, no le
iba a dar vueltas y lo que si iba a hacer, era llamar a la dueña de
ese perfil. Esperando que atendiese su llamada, tuvo que morderse los
labios. Esa espera, más que narcótico la consideraría estimulante
y hoy, conseguido el descanso volvía a apetecerle jugar con Susana y
su sequedad.
-
Deberías estar durmiendo- la sequedad de Susana fue con quien se
encontró nada más descolgar.
-
Uhm...- no muy disgustada con ese carácter agrio de la piloto, Lucía
pasó a ronronear en la cama- ¿No hay más opciones para mi?-
encantada de pillarla a pie cambiado, supo modular su voz para que
llegase como ascuas de fuego a la piloto. Normal que siendo así,
ésta se quedase con la palabra amontonada en su garganta sin llegar
a salir- Cariño... Mira que te tenía por rápida.
-
Está claro que descansaste- le dijo Susana recuperando la voz. Lo
que estaba claro, era que los días volvían a amanecer mejor para
todos.
-
Ujum...y que me hubiese encantado encontrarte aquí conmigo- ronroneo
Lucía a pesar de su promesa de no hacer de cada separación obligada
un drama.
-
Con un buen vaso de zumo natural- soño Susana y no necesitó de
mucho para imaginarse lo espectacular que luciría Lucía en esa cama
desde donde le hablaba.
-
Aja...pero para después ¿uhm?- precisó Lucía pensando por un
momento igual que Susana. Por fin, los días clareaban y sus ánimos
mejoraban al mismo paso que lo hacía su mocosito. Tanto, que
dejándose llevar se arrancó a cantar en un tono demasiado matador-
Tus besos se han quedado en mi cara mujer, son como sellitos de amor
en mi piel- de solo escucharse, a Lucía le dió la risa
compadeciendo a Susana- Jajaja, ¿como dejas que te martirice así?
-
Me quedo en tu voz y al final ni se que me estás diciendo- la pura
verdad le contestó la piloto.
-
Oh...eh, ¿estás insinuando que solo me oyes pero que en verdad no
me escuchas?- fingió molestarse Lucía pero nada que ver. Pareciera
que ese día tal cual había empezado, no se lo podría nublar nadie.
-
Si lo haces en ese tono de voz, desde luego- sincera continuó Susana
y pese a las pocas ganas de cortarla, se tuvo que prestar a hacerlo-
Tengo cita con el abogado y ya voy tarde...¿me martirizas un poco
más mandándome una foto tal cual estés ahora mismo?
-
Ehm- dispuesta a seguir jugando aunque supiera que tenían que
cortar, se hizo la tonta lo que pudo.
-
Tal cuál estés, no es por mi...es por mi ulcera que te extraña
mucho- dispuesta a convencerla Susana tiró de un clásico entre
ellas.
-
Jajaja, si es para ella pues...- ni tan fácil como una úlcera, ni
tan difícil por no tener el tiempo que querría para dejarse
convencer.
-
No te arregles el pelo, dije como estés- le pidió Susana saludando
con la mano al abogado que ya la esperaba.
-
Eh vale...este momento me ha dado miedo- le dijo Lucía. Un poquito
daba, ser tan predecible para la piloto.
-
Ya lo dijo alguien...quien mucho calla, mucho observa- apuntilló la
piloto, reconociéndose ansiosa por detener el tiempo justo ahí
donde las dos jugaban con las ansias de ambas en ese único baile de
palabras que ambas manejaban a la perfección.
-
Uhm...y su contrario, por la boca muere el pez- observó Lucía
arrugando los labios y en un momento, hasta pensó si eso también lo
adivinaría la piloto. Pero no, ésta se dedicaba a hilar
conversaciones.
-
Lo que nos devuelve a Juan Luis Guerra y su- a punto de cantar cómo
Lucía se detuvo in exgremis- Naah, no pienso cantar.
-
Jajajja, huy...insisto un poco más y te tengo- se divirtió Lucía
para pasar a empezar a cantar de nuevo - Quisiera ser un pez...
-
Hay un chiste de esa canción- la interrumpió Susana, demostrando
que ella también sabía jugar, claro que a su modo.
-
No...o sea no, no me mates una canción que por otro lado, bailo
genial- aprovechó para dejarle caer Lucia y joder, que ganas de
verla tenía. Podía engañarse o querer conformarse, que al final
nada cambiaba.
-
Ya...ya voy yo notando mi úlcera. Como la eché de menos-
prácticamente gimió Susana, a pesar de darle cosilla que el abogado
siguiese ahí esperando que ella terminase de hablar.
-
Uhm bueno...seguro que no tanto como a mi- sentenció Lucía y se
encantó. De poder se besaría así misma.
-
Touchdown para la doctora más sexy- le faltó saltar a Susana y ok,
debía colgar pero no sin antes mandarle deberes a Lucía- Por
cierto, ¿que rollo traen los chicos en wasap?
Si,
algún rollo se traían entre manos y a Lucía le bastó entrar en
wasap una vez consiguieron despedirse y cortar la llamada. En todos
los perfiles de los chicos, como ellas les llamaban, había la misma
foto puesta. Una militar uniformada junto a otra mujer y una pequeña
en sus brazos.
-
Ayyy- viendo la repetida foto tuvo que suspirar, adjudicándose que
los chicos la habrían puesto por ellas dos. Pero, pasó a no
entender nada cuando fue leyendo los estados que acompañaban a esa
foto.
Estado
de Marina: Sería genial.
Estado
de Inés: Sería la hostia....snif
Estado
de Laura: Ayyy moriría de amor
Estado
de Nacho: Jjjj que envidia me da la niña. Pero siii, seria la leche.
Estado
de Karla: Jajaja mataría por verla así.
Estado
de Xavier: Parfait grave.
Ni
idea, de a que se referían con esos estados y la foto. Bueno,
pudiera ser que se hubiese anticipado otorgándose la foto para si.
Sin tiempo, de darle más vuelta cumplió con lo pedido por Susana,
enviándole una foto de lo más natural, que no por ello dejaba de
llevar su sello y entonces si, abandonó la cama pensando en como
vestirse tras la ducha. Pero ay amiga, debería pensar. Tener más de
una niña, puede dejarte el armario pelao y sin vestido a estrenar.
Vale, de las niñas una la podía descartar bien rápido. Inés era
más de cogerle los jerseys que por supuesto los vestidos. Quitando a
Ines y con Marina en el Hospital, le quedaban dos sospechosas y una
de ellas, fue quien la llamó tras la ducha que se dio.
-
O sea...necesito reunión urgente del clan- demasiado
atropelladamente hablaba Laura, hasta para ella- He quedado en la
cafetería del Hospital con mi madre, Marina se nos unirá en cuanto
Xavier llegue. No te lo vas a creer.
-
Adela- concluyó sin congratularse mucho por su adivinanza.
-
Aja...la suegra más toca ovarios que pueda existir- le contestó
Laura y...
Pues
si, definitivamente el día comenzaba animado y entre recuerdos.
Porque la queja manifiesta de Laura sobre su suegra, le recordó como
ella misma había contribuido a su ¿tensa? relación.
Me encanta la pareja Lucía -Susana, no lo puedo evitar. Y todos los demás están viviendo momentos muy emotivos e inolvidables.
ResponderEliminarYa solo queda esperar que le den el alta a Marina y pajarito.
Muchas gracias por el trozo!
Felices fiestas Gemo
L.a.c.e.r