martes, 23 de diciembre de 2014

112- Emergencias 113


Como podría olvidar Lucía, su llegada  a la habitación donde todos esperaban después de que Marina despertase bien y preguntando por los suyos. Al entrar, ni fue consiente de la gente que allí había acompañando o esperando noticias. Amistades, familiares o quien fuese. En ningún cayó y fue directa a por Susana. Aún podía recordar la ansiedad con la que la buscó, necesitando sacudirse en ella las larguísimas horas de angustia pasadas. Fue antes de llegar a ella y sus labios, que prácticamente chocó con Laura y su insistencia en que besara a Susana con todo. Ok, no es que pensara medirse, en absoluto entraba en sus planes  recortar sus ganas de besarla y en cierta forma, que Laura la indujera a ello, lo que único que provocó es que lo hiciese con mayor alegría. Así gimió exageradamente en el primer beso, en el segundo los cuerpos de ambas se mecían y para el tercero, Laura aplaudía con demasiado entusiasmo. Fue entonces, que aun besando a Susana miró a Laura y ésta…

- Visibilidad, tan necesaria para nosotras las lesbianas. Que sepa el mundo que existimos y que a nadie hacemos daños. Nos limitamos a querernos y a tener sexo de primera categoría, que todo hay que decirlo.

Extrañada por lo dicho por Laura, que para nada venia a cuento, y sin soltar a Susana…Dios de solo recordar sus labios se estremecía, varió el rumbo de su mirada de Laura a la madre de Xavier. Stop tuvo que hacer uniendo cabos, sin que el tiempo se detuviese y sin que la madre de Xavier se quedase como si nada.

- Ah…que también eres lesbiana. Completita saliste.

Peligro,  pensó al escucharla y joder, hubiese sido preferible soltar a Susana, pero su boca tenía un algo tan atrayente que no pudo y así, no es que pudiera ayudar mucho a que la situación se normalizase.

- Vaya que si lo soy, y de las mejores…¿verdad Honey?

No, por ahí no Laura, pensó al escucharla. No le parecía apropiado que Laura metiese en sus problemas con Adela a Xavier. A fin de cuentas era su hijo. Pero nada, siguió sin hacer nada porque la sonrisa que presidía el rostro de Susana, daba para seguir besándola y así…

- Creo que yo también soy lesbiana

Ay mi madre, dejando respirar a Susana una mijita, tuvo que reír ante la ocurrencia ahora de Nacho, etiquetándose como lesbiana mientras abrazaba a Karla.

- Va a resultar que todos lo sois, ya veo.

Ahí si que tuvo ganas de contestarle a Adela, por el tonito que acababa de emplear, pero ni modo. La alegría y la evidente inquietud por la evolución de su mocosito, estando besando a Susana, la desinfló convirtiéndose en mantequilla.

- Ufff…que mal lo he pasado, cielo- le dijo olvidando al resto y sus piques, pero entonces fue Susana la que si les prestó atención.

- Vale, todos somos lesbianas y supongo que hasta el bebe lo será a este paso. Pero imagino Adela, que querrás conocerlo.

JA, seguro que ironizó a su forma en cuanto Susana intercedió a favor de la estirada, según Laura y según ella misma había comprobado, de Adela. Primero porque para hacerlo se separó de ella y segundo, porque la estirada mujer le sonrió como con nadie había hecho.

- Me encantaría.

La contestación de esa mujer estuvo a punto de provocarle unos estupidos celos que detuvo para reírse. Daba para hacerlo la situación y sobre todo, por el disimulo con el que Susana le guiñó un ojo. Grrr, como le ponía esa pillería de la piloto magníficamente encubierta en una sequedad tosca.

Ehm si, desde luego que las ganas de todo habían regresado incluido el buen humor. Bastó ver a Xavier girándose tras su madre para decir: Yo también soy lesbiana.

Riendo por el recuerdo de la poca colaboración que tuvieron todos para que la relación de Laura y Adela mejorase, llegó a la cafetería del Hospital, donde ya la esperaba la primera acompañada por su madre.

Acercándose a la mesa, Lucía fue todavía más consciente del excelente humor con el que había despertado. Sus pasos eran decididos y esparcían a su paso femenidad exclusiva. La suya innata, la que atrapaba la atención de cualquiera a su paso y derrochandola es que llegó a la mesa, se ahueco el cabello y se sentó cruzándose de piernas. Obvio, con tanto recreamiento manifiesto en lo buena que estaba y se sentía, Laura y la madre que la parió, no iban a quedarse calladas.

- Por favor...si no supiera que Susana está en Torrejon, diría que acabas de follar divinamente- a las claras, según el sello propio de madre le hija le dijo Fátima, haciéndola reír.

- ¿Veis? Da por hecho que eres fiel, lo asocia a natural y se queda tan tranquila, pero dime...¿cuánto te está costando?- la hija aprovechó para saciar su curiosidad cortando la risa de Lucía. ¿Fidelidad? A sus oídos le seguía sonando tan arcaica esa palabra, pero ¿costando? Ese punto si que no lo entendía como tampoco, que Laura se moviera inquieta en la silla y que incluso se intentará camuflar tras la carta de la cafetería. Demasiados interrogantes y eso que no llevaba ni dos minutos sentada.

- Ehm...creo, pero corregirme si me equivoco, que sentirte estupendisimamente tiene efectos parecidos a un buen polvo- les dijo y lo dicho daba para debate siendo quienes eran acostumbradas a desmenuzar lo que fuese. Pero Laura seguía escondiéndose a saber de qué.

- ¿Se puede saber que haces que me estás poniendo nerviosa con la cartita?- al final fue Fatima la que le retiró la dichosa carta y ay dios, así lo único que consiguió es que Laura creyese ser cualquier personaje femenino del 007; sexy y super malota. Aunque le duró poquito, estando angustiada como estaba. Tanto que no pudo esperar a que Marina se les uniese para compartirlo.

- Agh...no puedo salir de casa sin que el Dios que rija este mundo me ponga a prueba. No hay día que no ligue- con gran dramatismo les contó una de sus mayores angustias y no hizo más que provocar la risa de las dos que la escuchaban.

- Jajaja, a tu edad me quejaba yo de lo mismo y ahora mato por una mirada caliente....aunque alguna consigo, que divina sigo estando- su madre se lo tomó a coña como lo había hecho Lucía, enfadándola pero tiempo ninguno iba a tener Laura de contestar a sus risas, por la llegada de una cansadisima Marina.

- Ahora si que me siento madre, ha sido escuchar caliente y pensar en un caldo casero y rico- casi arrastrándose llegó hasta la silla que su madre abría para ella y con cuidado se sentó, provocando el fácil chascarrillo.

- Con lo que tú has sido- se divirtió Lucía ayudándola a sentarse y distinta a Laura, Marina sólo suspiró acomodándose, mientras Lucía dejaba de prestarles atención para consultar su móvil.

- Que raro es pillaros hablando de sexo- les dijo Marina esperando que pronto la pusieran al día. No venía nada mal, desconectar un poco, aunque ya estuviese echando de menos a su hijo.

-Mi hija que se apena por ligar- la informó Fatima pensando...Bingo. Por fin descubría girándose, por quien se escondía su hija. Una enfermera de pelo cortísimo y postura poco femenina- Pues chica, tiene una pinta de folladora que anima a conocerla, no sé donde ves el drama.

- Mamá por favor, intento ser fiel ¿sabes?- alterada e incomprendida, a Laura le faltó tiempo para regañar a su madre.

- Jajajaj eso no se intenta, se es o no se es- aunque a Fátima le dió bastante igual.

- Lucía lo intenta o lo que sea, pero lo está consiguiendo- defendió su pena de tesis Laura, pese a no tener ningún apoyo.

- Creo que ahora mismo yo soy la persona más fiel del mundo- saltó Marina en su papel de madre primeriza agotada- Ni me nace coquetear, claro que...a ver de donde saco las fuerzas- se encogió de hombros porque ni fuerzas para indignarse, aunque hilo con el monotema de esa mañana- Mi madre con pareja y fiel, todavía se me hace raro.

- ¿Uhm?- tan pérdida en su móvil estaba Lucía que sólo reaccionó al escuchar un madre de la boca de su hija, pero ni idea de que hablaban. Mejor seguir a su aire- Ya es definitivo, soy una del 87 % de este país adictos a los selfies.

- ¿Selfies?- rápida estuvo Marina en quitarle el móvil para curiosear en la adicción de su madre, mientras que Laura más allá de indignada por lo poco comprensivas que se mostraban con ella, intentaba fundir con la mirada a Lucía sin éxito.

- Cariño...no tiene ningún mérito lo mío. Se traduce en que a día de hoy no me apetece con más nadie- le dijo Lucía de lo más natural. Para ella no había misterios a resolver sobre ese tema.

- Mamá- la exclamación de Marina pérdida en el álbum de su madre, volvió a dejar a Laura sin contestar- Madre mía, nunca mejor dicho...lo que tienes aquí. Dios que envidia, que ganas de volver a estos jueguecitos con Inés- a lo suyo continuó Marina, mordiéndose los labios al leer los últimos mensajes entre su madre y Susana. Que demonios, pensó. Estaría destrozada pero, nadie dijo que para wasapear se necesitara de mucha energía. Olvidando a la mesa, cogió su móvil, dejando que Laura retomará incansable.

- No te apetece con más nadie- musitó Laura, en su particular bucle- Parémonos a examinarlo.

- A ver cielo- casándose Lucía intentó zanjarlo- Te lo voy a decir un poquito vulgar..ehm

- Desde que amanece apetece- se le adelantó Fátima muerta de risa. Para ella estaba claro, ni fidelidad ni que ocho cuartos, su hija iba caliente sin más. Pero Claro, la cara de ésta ahora era mucho peor- Jajaja, ayyy lo divina que estoy hoy.

- Jajaja, no es que te pongan pruebas, es que eres de las nuestras- concordó con ella Lucía y lo raro, es que Laura no se ofendió con sus risas y hasta vio la luz al final del túnel.

- Ayyy siii...- más relajada y entendiéndose, Laura se animó- pero vamos que hasta durmiendo, tengo cada sueño que riete tú de Siete semanas y media, El cartero llama dos veces, Instinto Básico y...que poquitas películas buenas de ese tipo, hacen ahora ¿no?

- Ninguna que valga, pero vamos consolemosnos con el cuartito sucio- apuntilló Fatima con cara de gustarle muchísimo el cuarto del que hablaba.

- Uhm...mira, mira, mira de solo pensar en ese cuartito- se le unió Lucía mostrando el vello erizandose por los recuerdos de ese cuarto y claro, tanto hablar de cuarto que Marina dejó su móvil para hacerles ver que ni idea tenía ella de ese cuarto sucio.

- Eh...¿hola?- les dijo y aguanta, que las risas que encontró podían cabrearla, por lo que ella ni sabía, ni había probado. Aunque, puede que la que llegaba hasta ellas como si hubiese corrido la maratón de Nueva York, algo de ese cuarto supiera.

- Jajaja, Inés ¿tú no deberías estar descansando?- fue Lucía la más rápida uniendo cabos. Su hija más wasap, era igual a Inés claramente acelerada ante ellas.

- No me enfadéis y contarme pero ya...que es ese cuarto sucio- insistió Marina y a ver quien era la lista que lo contaba, sabiendo que ella era una pobre recién parida.
 
 
 
 

3 comentarios:

  1. Ayer fue imposible entrar a comentar, pero decir que esa guerra dialéctica de estas dos me encanta.

    La foto con la niña, no será que quieren que adopten o tengan ellas una hija, aunque sería la bomba, yo me apunto a los buenos deseos.

    A la espera de esa reunión de mujeres para resolver el problema de la suegra toca pelotas.

    Y FELICES FIESTAS PARA TODAS, SE OS DESEA LO MEJOR.

    A.

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  2. cadeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeee vc gemo com nosso emergencia

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  3. quero emergenciaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa
    por favor

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