Como
Inés, Lucía también preparaba una maleta, no teniendo muy claro
cuánto tiempo tardaría en volver a salir del Hospital. En la mañana
había lo dejado claro en el Ambulatorio. De primeras dispondría de
quince días de permiso para estar con su hija y después, ya vería
si podría compatibilizarlo con su trabajo. Así, por lo pronto
prefería hacer lo aconsejado a Inés, llevarse una maleta con todo
lo necesario para no tener que estar pidiendo favores o saliendo del
Hospital.
También
como todos había buscado entretenerse huyendo del miedo y de la
distancia que entre su hija y ella había surgido en el peor de los
momentos. De esa distancia y del desamparo en el que la sumergía,
fue testigo Susana escuchándola en interminables llamadas
telefónicas.
-
No...no puedo dejar de ser egoísta y es injusto y nadie debería
pasar por esto- le había dicho en una de sus muchas llamadas ese
día- Me aborrezco de sólo pensar en ello, pero entre una criatura
que aún no ha nacido y mi hija yo...
-
Quizás Marina sólo trata de asegurarse que a malas, ese niño te
tendrá- la había interrumpido Susana, no queriendo que acaba la
frase y se sintiese peor escuchándose.
-
No me llama, pasan las horas y no me llama- sufriendo esa distancia,
Lucía llegaba a patalear como niña pequeña - Sería la primera vez
que me fuese a dormir sin hablar con mi hija. Supongo que me lo
merezco por egoísta, me siento una persona horrible ahora mismo.
-
Horrible no eres, puede que tus pensamientos suenen políticamente
incorrectos, pero si yo tuviese que elegir entre que mi sobrina
tuviese a su mujer a que tuviese un hijo de esa mujer, créeme que
sonaría igual de horrible que tú. Pero no va haber que decidir
nada, los dos estarán bien y esto quedará en un susto. Tengo que
dejarte, quedé con el abogado para ver como está la demanda de
Inés. Te llamo en cuánto termine y distraete, ¿si?
Fácil
consejo el de Susana, pero que difícil de hacerlo si su pensamiento
estaba anclado a su hija y a como, estaría pasando esas horas.
Curioso, porque el de Marina, más calmada y sostenida en los brazos
de Inés y sus múltiples sueños por cumplir, estaba en ella.
Tumbada en la cama y escuchando a Inés, no podía dejar de pensar en
su madre, aunque siguiese sin llamarla. Ambas orgullosas y cabezotas,
como Sánchez que eran, así se mantuvieron.
Y
otro que no lo tuvo nada fácil esa noche fue Xavier. Su madre, desde
que se enterase que al día siguiente se le practicaría la césarea
a Marina, no había cesado de llamarlo pidiéndole que cenase en
casa. Fue por Laura que aceptó esa cena, como todos buscando
distraerse y quizás por eso, su enojo fue mayor. Laura había sido
quien lo había convencido para ir a casa de sus padres y cenar con
ellos, a pesar de que la relación entre su madre y ella no era la
más apropiada. El carácter díscolo y jovial de Laura era
totalmente contrario al carácter más agrio y clasista de su madre.
Pero ahí, queriendo pasar las horas en su compañía, Laura le había
demostrado cuánto estaba por él y en cambio su madre...
Durante
toda la cena, su madre había buscado llevar la conversación al
punto que más los iba a diferenciar. Tratándose de una cesárea
urgente por desprendimiento de la placenta, la vida de feto y madre
corrían peligro y la mujer, puede que también nerviosa y en tensión
por la situación, erró.
-
A día de hoy, tú eres el padre, si algo ocurriese, pues...- tampoco
es que se atreviera a terminar la frase. La dejó caer pese a la
molestia evidente de su marido, el de Laura y por supuesto el de
Xavier.
-
Ya...pero vas equivocada. Vengo de firmar un poder notarial, que
entregaré junto a la demanda de Inés. En él me posiciono al lado
de ella como la otra madre de mi hijo- le dijo tajante,
enorgulleciendo a Laura y serían los nervios que arrastraban todos,
que una vez que comenzó a hablar ya no pudo detenerse- Se que para
ti y tu Iglesia debe ser lo más parecido a una abominación, pero es
que si te hubieses parado en conocer a Inés, no estarías
atreviéndote a cuestionar su papel en esta historia. Porque me
parece de lo más falso que estés tomándome la mano fingiendo estar
preocupada, cuando en verdad si te sintieses abuela de mi hijo te
habrías preocupado, pero por conocerlas. Porque con ellas es con
quien mi hijo vivirá, te guste o no y lo entiendas o no. Se me ha
quitado el apetito, Laura vayámonos- para cuando le pidió marcharse
a Laura él ya estaba levantado. Increíble que en momentos así, su
madre fuese de lo más egoísta. Él sería incapaz, con legalidad o
sin ella, de arrebatarle a Inés el derecho que con verdadero amor se
había ganado. Sin querer mirar más a su madre, inmensamente dolido
ni esperó a que Laura se despidiese para salir y así, la dejó sola
frente a una madre también dolida.
-
Que buen trabajo habéis hecho todos comiéndole la cabeza- herida
fue directa a atacar a Laura y si, para ésta ya había sido
suficiente y demasiado había aguantado callada por respeto.
-
Sería tan fácil ponerla en su sitio... ¿pero sabe? A puta en la
cama no me gana nadie, y a señora en la calle tampoco - le contestó
Laura desencajando la mandíbula del padre de Xavier y desatando la
furia de su madre.
-
Tú misma te acabas de definir, no eras más que una
-
Mamá ni se te ocurra continuar- la vuelta de Xavier al salón dejó
a su madre paralizada, al ser consciente de como estaba cayendo ante
los ojos de su hijo. El padre siguió igual, alucinando con las
salidas de unos y otros, pero sin decir nada y Laura, no quiso más
enfrentamientos, a fin de cuentas ambas se habían medio dicho lo que
pesaban la una de la otra desde que se conocieran. Pero Xavier, él
si siguió enfadado- No quiero verte mañana en el hospital, procura
ni acercarte a él- tajante de nuevo y en francés para que a su
madre le quedase clarísimo. Ahora sí, que Xavier se marchó del
salón dispuesto a no regresar más y fue Laura, la que se quedó
viendo a una madre que pagaba las consecuencias de equivocarse en el
peor de los momentos.
-
Está asustado, muerto de miedo y sólo necesitaba que como su madre
que eres, le dijeras que todo iba a salir bien Adela- con la clase
que había pregonado tener, le dijo a la mujer antes de aceptar el
beso que el padre le daba de despedida para marcharse en busca de
Xavier.
No,
definitivamente no era noche de ilusiones y alegrías compartidas,
más bien lo contrarío.
Pasadas las horas, Marina continuaba sin poder dormir siendo abrazada por Inés y Lucía, sin saberlo. Porque sola en su casa, prácticamente desesperada por la angustia, Lucía abrazaba el peluches infantil preferido de Marina. El señor zapatones, el que había sido fiel guarda. Estaba claro que esa noche no dormiría y se había prometido dejar que Susana lo hiciese, pensando en que a la mañana siguiente llegaría. Pero no, para su sorpresa escuchó llegar la moto de Susana a su puerta y todo el miedo explotó en llanto, al ser consciente de que la piloto llegaba.
Pasadas las horas, Marina continuaba sin poder dormir siendo abrazada por Inés y Lucía, sin saberlo. Porque sola en su casa, prácticamente desesperada por la angustia, Lucía abrazaba el peluches infantil preferido de Marina. El señor zapatones, el que había sido fiel guarda. Estaba claro que esa noche no dormiría y se había prometido dejar que Susana lo hiciese, pensando en que a la mañana siguiente llegaría. Pero no, para su sorpresa escuchó llegar la moto de Susana a su puerta y todo el miedo explotó en llanto, al ser consciente de que la piloto llegaba.
Por
una vez olvidó su coquetería y en pantalones de pijama y camiseta y
con una despeinada coleta, salió no dejándo a la piloto casi bajar
de la moto.
-
Sush...tranquila- le pidió Susana, haciendo malabarismos para no
acabar en el suelo con la moto. Pero ni caso, Lucía estaba
desbordada y su llegada había sido como cataratas de dulce agua en
pleno desierto. A ella se aferró y Susana acuno su llanto entre
palabras cariñosas introduciéndose con ella en la casa. Allí, no
dejó que el tiempo siguiese pasando entre madre e hija- Toma,
llámala mientras preparo unas infusiones- sin más explicaciones
dejó a Lucía con el móvil en la mano y ésta por fin hizo lo que
venía apeteciéndole desde que se marcharan del Hospital. Con cierto
miedo a que Marina no le contestase, se sentó en el sofá de nuevo
abrazando a Zapatones, bajo la atenta mirada de Susana.
-
Mamá- la voz medio rota de Marina contestando la llamada, las hizo
llorar por igual.
-
Mi vida- entre llantos, rápido se olvidaron de posiciones
encontradas y distancias, para volver a ser la madre e hija que
habían sido siempre. Enseguida comentaron su tarde, se animaron y al
rato, se despidieron entre peticiones.
-
¿Estarás con nosotros en quirofano?- la pregunta de Marina, llenó
de aire los pulmones de Lucía. Si, desde luego que volvían a ser
ellas.
-
Por supuesto, cariño- le contestó Lucía dándose cuenta del
cansancio que había acumulado por toda la tensión vivida y eso que
aún faltaba lo peor.
-
Genial, me sentiré mucho más tranquila si tú estás dentro- le
confesó Marina sintiendo en su espalda la sonrisa de Inés
escuchándola por fin hablar de nuevo con su madre y así, abrazada
por una y atendida por otra al teléfono, Marina en un ataque de
ternura, le pidió a su madre su peluche infantil- Trae al señor
Zapatones.
Así
fue pasando la noche y en unas horas más, el señor Zapatones
llegaba al Hospital. Desempolvado tras años guardado en una caja de
zapatos, el señor Zapatones volvía a lucir sonrisa, para empezar a
guardar los sueños de un nuevo niño.
Maravilloso, emotivo a más no poder. Esa relación Madre e Hija, recuperada.
ResponderEliminarGracias
A.
perfeitooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooo
ResponderEliminargemito
brigoninha
Parece que todo va volviendo a la tranquilidad en esta ''tribu'' llena de
ResponderEliminarcaracter y ternura..y la fuerza de lazos indisolubles que las une..aunque de vez en cuando salga la ''raza'' de esta familia....
Te sigo Gemo__Divina-Wilson
Jo...me ha encantado este trocito. Menos mal que al final madre e hija lo han arreglado. Y ese momento señor zapatones tierno hasta decir basta.
ResponderEliminarMuchas gracias Gemo
Un saludo,
L.a.c.e.r
....... ESE ENCUENTRO DE QUIENES ¡¡TANTO¡¡ SE QUIEREN....SE NECESITAN...SABIENDO UNA QUE ES NECESARIA...SABIENDO LA OTRA QUE LA NECESITA EN ESOS MOMENTOS TAN CRUCIALES DE SUS VIDAS...PORQUE LAS DOS TEMEN LO MISMO....Y SUFREN AL IGUAL COMO MADRES....ESA MADRE E HIJA Y ESE ENCUENTRO QUE POR FIN QUITA BARRERAS....ESPERADO..Y AL FINAL CONSEGUIDO...
ResponderEliminarCUANDO ESTA HISTORIA COMENZO...ESCRITORA TE DIRE QUE EN NADA PENSE QUE ESE PADRE POR ACCIDENTE ESTARIA A LA ALTURA..Y PENSE..LO HICE...QUE QUIZÁS INES SERÍA LA QUE SUFRIESE LAS CONSECUENCIAS DE ALGO QUE LE LLEGO SIN ESPARAR Y DE ESAS FORMAS SIN QUERERLO.....PEROO...ME EQUIVOQUE...Y CREEME QUE ESTA VEZ ME ALEGRO....SI QUE ESTUVO A LA ALTURA Y SI QUE LE DIO SIN NI SIQUIERA TENER QUE IMPONERLO MARIA..A INES SU SITIO DE MADRE...COMO LO QUE ES....ME ALEGRO ...SI¡¡¡¡
GRACIAS.....POR...¡¡TANTO¡¡¡