112- Emergencias 103

“No sufras, a mi me alborota igual”, fue uno de los tantos pensamientos de Lucía tras la llegada de Susana. Nela se volcó en saludarla, como ella deseaba hacer, aunque en teoría la seriedad con la que la piloto había llegado, no invitase a ello. Pero si, la alborotaba al extremo de no poder prestar atención al simpático vecino con el que compartieron ascensor.

- Coño, si se queda esta noche, subiros si podéis a cenar y os preparo unos pinchos vascos de quitar el sentío. A mi mujer le encanta y ya sabes tu Susana, lo que es mi Mari para los fogones- poco o nada  a lo que el buen hombre hablaba y les proponía.

Lo que a ella en esos momentos le quitaba el sentío, era la envidia a las caricias que Nela recibía de parte de Susana, sin querer entrar en como se le notaba a Susana el incremento de ejercicio. Bien, debía auto-controlarse un poco o todos los family-consejos recibidos, iban a ser mandados muy lejos. El mundo debería ser tan fácil como lo era el de Inés.

Si, porque en Pedraza no se quedaron tranquilos y aunque haciendo sus vidas, siguieron pendientes de ellas, a veces preocupadas y otras entretenidas. Así lo estaban Marina e Inés, almorzando entre probabilidades.

- Mi madre es mujer Sánchez, y sabe que debe hacerme caso, yo se tratar a las Merino, comiendo de mi mano las tengo- chulita de más, sería por el día tan reconfortante junto a Inés que llevaba o simplemente sería que sintiéndose bien podía chulear, que lo hizo sin por supuesto disgustar a Inés.

- Jijiji, entonces….¿tu crees que lo solucionará a base de mimos y raza?- preguntó la piloto, sabiendo de sobra la respuesta. La sonrisa triunfal de Marina fue la comprobación que no necesitaba.

No iba muy equivocada aria, respecto al proceder de Lucia. Porque fue cerrar la puerta y verse con la piloto a solas, y lo primero que le nació, fue besarla con toda la naturalidad del mundo.

- Yo me duche antes, me cambio y pongo la mesa- le dijo tras besarla dejando a Susana parada en la misma puerta. Debía ser broma o puede que en verdad, hubiese vivido una pesadilla los últimos días. Como fuese, a la piloto le apetecía lo mas grande, ducharse, ponerse cómoda y comer lo que fuese. Los chicos a instruir estaban siendo toda una prueba para demostrar su buena forma física. Mujer de practicidades, no se comió la cabeza con las confianzas de Lucia y se marchó a la ducha, pero joder. Al salir topo con Lucia y una de sus camisetas militares como única prenda en ese cuerpo escultural.

- Bieeeeen- fue el grito que Lucia guardó para sus adentros, al ver a Susana mirándola sin pestañear. En fin, en toda mujer Sánchez había algo de zorra y bendito fuese, si eso le permitía romper la tensión silenciosa que ambas mantenían, sin quitarse culpas. Pero, para no variar, debía seguir tirando de truco Merino, equivocándose. Susana pecaba de ser menos facilita que su sobrina- Ya saliste, genial…prueba esto- con soltura, pasó de la llamada de atención seria que podía perfectamente intuir en los ojos de Susana y fue a ofrecerle probar la salsa. Pero con la tirantez que ambas llevaban, no acertó a llevar la cuchara a la boca de Susana y terminó manchándole la camiseta-Eh….ays, lo siento- se excusó maldiciéndose, porque estaba haciendo el tonto claramente y debía reconocerle a Susana, que le estaba echando paciencia inaudita. Pero Ayyy, tuvo que suspirar fuerte, cuando la piloto dejó su rigidez para quitarse la camiseta y quedarse literalmente en bolas- Genial- murmuró perdiéndose en la desnudez de Susana y quizás pensó…era momento de seguir la practicidad de Ines.

La misma que en Pedraza, debatía con Marina. Porque una cosa era babear por todo aquello que Marina hiciese o dijese y otra, no tener sus propias cabalas.

- Suma, llevan días sin verse, ella han sido de diez en  la cama y fuera de ella, crees en verdad, ¿Qué estando cara a cara y a solas se van a poner a hablar sobre el amor como elemento empírico del ser humano?- sobradamente incrédula, Ines departía con su mujer sus pronósticos, desatando la risa de ésta.

- Jajaja, me olvidaba que tú todo lo solucionas con un polvazo- recordándolo, cierto cosquilleo acariciaba su cuerpo. Sin duda debía darle la razón a la piloto y dejarla crecerse como lo estaba haciendo.

- Sactamente, es el remedio que nunca falla- también chulita, Inés acabó a baja voz, Marina se estaba mordiendo los labios con ese brillo especial que anunciaba….Si, lo hacía.

- Empírico- recordando sus palabras, Marina se dejó llevar por ese cosquilleo y por el baile de ojos de Inés- me encantas cuando te pones intelectual- le ronroneo buscando sus labios  y ayyy, subió la temperatura y las babas de Inés.

- Jijiji y a mi, a mi también me encanta.

Queriéndolo o no, lo cierto es que Inés podía tener razón. Si, si en ese momento el culo de Lucia impactaba en la isla de la cocina, entre recortes de hortalizas y copas de vino. Subida por Susana, el impacto le hizo gemir en su boca, pero ésta se la retiró para prácticamente arrancarle la camiseta. Así, cuando sus bocas volvieron a encontrarse, estando por igual las dos en solo bragas, los besos no es que subieran de tono, es que variaron a un modo más salvaje, loco y lo peor, desgarrador.

- Mierda…no cariño, no… por favor- fue el pensamiento de Lucia, al notar como Susana buscaba arrasar con cada trozo de su piel. Estaba castigándola con besos que quemaban por el desamparo con el que estaban siéndole dados y por mucho, que quiso detenerla, no pudo. Puede que un polvazo solucione problemas de rutina, domésticos o desconexiones momentáneas entre dos personas que se quieren, pero cuando hay desarraigo e incomprensión, buscar follar como remedio, puede ser la peor solución y Lucia, bien que lo estaba pagando. Desesperada, quiso zafarse de sus manos o retenerlas, lo que fuese que le permitiese detenerla, pero la fuerza de Susana se le antojaba imposible de batir- Lo siento…lo siento cariño…lo siento- sin aliento y a punto de romperse, no pudo con Susana y fue ésta misma, quien de a poco se rindió al olor de Lucia y sus aires a hogar. Sentirla temblar entre sus brazos, para Lucia fue como recibir un tremendo bofetón en toda la cara. La mujer fuerte, segura e independiente, que había podido con la desgracia de perder a su hermano con lo que significaba para ella, a pronta de edad y la misma que se había hecho cargo de la familia que éste dejaba huérfana, prevaleciendo así misma, la misma resguardaba en su cuello un llanto que por callado, le dolía como garras en el alma- He sido una verdadera tonta, yo….

- No hay bollodrama que no necesite follar y hablar a la vez, está en el vademécum de toda lesbiana- decía justo en esos momentos Laura, al pobre vendedor de motos que la miraba perplejo. En solo minutos y cuando se suponía la rubia estaba eligiendo moto para practicar motocross, le había contado la vida de dos mujeres, que ahora mismo podrían estar follando o hablando o las dos cosas a la vez, como para mirarla de otra forma que no fuese alucinando- Oh sweet, la vida de las lesbianas no es tan fácil como la ponen en las películas porno, yo la deje por cosas así…ayyyy, ponme la moto con lacitos, muchos lacitos. Mi hombre tiene un lado tierno, que te derrite toda.